“EN EL PRINCIPIO ERA EL VERBO...”:
Desde el principio, Juan comienza a dibujar para nosotros al “
Verbo de Dios”, de manera que no queden dudas en cuanto a Su Divina Persona. En esta primera frase, Juan nos enseña sobre la
existencia eterna del “
Verbo” en contraste con la
existencia originada del resto de la Creación, la que tuvo un “
principio”, un origen o causa de su existencia, identificado una y otra vez como Dios.
1.- ¿A qué “principio” se refiere Juan en 1:1a? Un análisis del texto y las evidencias relacionadas con este nos revelan que Juan se refiere a aquel “
principio” de la Creación descrito en
Génesis 1:1. Las evidencias y argumentos a favor de esta interpretación de la frase “
En el principio...” serán expuestos a continuación:
a) El contexto de los
vs. 1-5 de
Juan 1 claramente manifiesta un paralelo con la narración de la Creación descrita en
Génesis 1.
Además de la frase introductoria de este Evangelio en
1a (“
En el principio...”) la que es paralela a
Génesis 1:1, el
vs. 3 nos habla sobre la creación de todas las cosas por causa del “
Verbo” (
Génesis 1:1-31). También el
vs. 4 nos habla del “
Verbo” como el origen de la vida (física y espiritual) y la luz (o espíritu, alma
Proverbios 20:27) de los hombres, lo cual es un paralelo de la creación del hombre descrita en
Génesis 1:27 y
2:7. En el
vs. 5 de
Juan 1 encontramos una figura literaria claramente inspirada en
Génesis 1:2-4.
b) El
vs. 1 del primer capítulo del
Evangelio de Juan comienza con las palabras griegas
en arche, la cuales son traducidas “
En el principio...”. De la misma manera, las palabras griegas de apertura del
Génesis según la versión de los
LXX (Septuaginta) son
en arche, es decir “
En el principio...”.
c) El hecho de que a Jesucristo se le llame “
Verbo” o “
Palabra” en
Juan 1:1 forma un paralelo con la narración de
Génesis 1 en el hecho de que Dios creó por medio de Su “
Palabra” (
Génesis 1:3,6,9,11,14,20,24,26 cp. con
Salmo 33:6,9), mientras que en el
Evangelio de Juan, Jesucristo es aquella “
Palabra” creadora (
Juan 1:3,10).
Pues bien, teniendo frente a nosotros una evidencia tan clara y definitiva, podemos decir con seguridad que en la frase “
En el principio...” Juan nos está hablando de aquel “
principio” en
Génesis 1:1, es decir, el “
principio” mismo de la Creación de todas las cosas. Juan se refiere al “
principio” del tiempo, cuando Dios echó a correr el primer segundo de la existencia de “
todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades...” (
Colosenses 1:16).
2.- Juan nos dice que “
En el principio era el Verbo...”, es decir, el “
Verbo” no llegó a existir “
En el principio...” junto a todas las cosas creadas, sino que el “
Verbo” ya “
era” o existía con anterioridad al “
principio”.
Podemos establecer esto a la luz de otros pasajes bíblicos, por ejemplo
Colosenses 1:17 nos dice que Cristo, el “
Verbo de Dios”, “
es antes de todas las cosas”;
Juan 1:3 lleva implícita esta afirmación al decirnos que “
Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”, de manera que si “
nada de lo que ha sido hecho” hubiera llegado a existir sin la agencia necesaria del “
Verbo”, entonces Su existencia por necesidad es anterior a “
todas las cosas” creadas. La misma idea la podemos ver implícita en
Hebreos 1:10, donde está escrito: “
Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos”. En el
Antiguo Testamento también tenemos testimonio de esto en
Proverbios 8:22-26, donde se nos dice que la
sabiduría existía junto a Dios “
antes de sus obras”.
Podemos concluir de esto que la existencia del “
Verbo” es anterior al comienzo de la existencia de todas las cosas creadas, siendo el “
Verbo” la causa y origen de la existencia de todas las cosas (
Juan 1:3;
Colosenses 1:16-17;
Apocalipsis 3:14).
3.- El “
Verbo” no solo existía antes que todas las cosas, sino que Su existencia no tuvo nunca un “
principio”, es decir, el “
Verbo era” antes de todas las cosas porque el “
Verbo” es
eterno.
La
eternidad es un atributo exclusivo de la naturaleza de Dios, y se refiere a Su trascendencia sobre el tiempo (el cual es parte de Su Creación) no solo en duración, sino en especie. La
eternidad de Dios no solo significa que Su existencia no tuvo principio ni tendrá fin, sino que Él existe en un
eterno presente sin sucesión de momentos (
2 Pedro 3:8).
Como Dios fue Quién dio inicio al tiempo tal cual lo percibimos actualmente, entonces Él es independiente de éste, es decir, Dios no está sometido al, ni es afectado por el tiempo, sino que lo trasciende y lo gobierna según Su soberana voluntad. En contraste con esto, todo aquello que pueda ser rotulado bajo el título de Creación de Dios tuvo un “
principio”, y por lo tanto cae en la categoría de
existencia temporal o sometida al tiempo.
Vamos a fundamentar un poco más sobre la
existencia eterna del “
Verbo” a la luz de
Juan 1:1a, comenzando con la evidencia racional, luego la evidencia contextual y, finalmente, la evidencia bíblica a favor de esto:
a) Si la Creación como un todo tuvo un “
principio”, entonces necesariamente tiene
existencia temporal, es decir sometida al tiempo; por lo tanto, aquello que exista con anterioridad a ese “
principio” tiene que ser
eterno por necesidad, es decir de existencia trascendente e independiente del tiempo.
A la vez, decir que la Creación tuvo un “
principio” implica por necesidad que detrás de ese “
principio” hay una
causa. Como este “
principio” incluye el comienzo del tiempo, entonces esto implica que aquella
causa no solo es
eterna, pues
causó el tiempo, sino que a la vez es
incausada, es decir, no es efecto de otra
causa. Demás está decir que esta
causa es, por necesidad, la responsable de este “
principio”, es decir, debido a esta
causa hubo un “
principio”, y sin la agencia activa y todopoderosa de esta
causa no habría habido “
principio” alguno.
Las Escrituras llaman a esta
Primera Causa Incausada Dios (
Génesis 1:1). Es decir, antes de la existencia de todas las cosas creadas solo existía Dios, el cual es el Creador de todas las cosas.
Pues bien, si volvemos al punto
2 de este aporte, notaremos que en las Escrituras existe abundante evidencia de la existencia del “
Verbo” anterior al “
principio” de la Creación de todas las cosas; por lo tanto, es natural y coherente que Juan nos dijera que el “
Verbo” ya “
era” o existía “
En el principio...”. Entonces, a la luz de esta exposición y de las evidencias bíblicas, esto implica necesariamente que el “
Verbo” es
eterno,
trascendente,
todopoderoso y la
Primera Causa Incausada que dio comienzo al “
principio” de la Creación (
Juan 1:3).
En conclusión, como el “
Verbo” existe con anterioridad al “
principio”, entonces el “
Verbo” es
eterno en esencia, y si la
eternidad es un atributo exclusivo de la esencia de Dios, entonces por necesidad el “
Verbo” es Dios (
Juan 1:1c).
b) La palabra griega que traduce “
era” en
Juan 1:1a es
en, que es el tiempo pasado imperfecto de
eimi, y en este contexto conlleva las ideas de existencia continua e inoriginada.
En contraste con esto, se nos dice en
Juan 1:3 que todas las cosas “
fueron hechas” (
egeneto) por el “
Verbo”, en donde
egeneto (lit. “
llegar a ser, existir”) es un verbo aorista. Un aorista es un verbo en tiempo pasado que indica un solo acto o evento que tuvo lugar en un punto del tiempo de una vez y para siempre.
En otras palabras, mientras que todas las cosas llegaron a la existencia en un punto del tiempo (
egeneto), es decir, tuvieron un “
principio”, la existencia del “
Verbo” no tuvo un “
principio”, sino que Su existencia es continua y sin punto de origen o causa (
en), es decir, Su existencia es
eterna.
c) En el
Antiguo Testamento, la
eternidad de Dios es usualmente expresada con referencias a Su existencia anterior a la Creación. El
Salmo 90:2 dice en cuanto a Dios: “
Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”;
Proverbios 8:22-26 nos dice que la
sabiduría de Dios existe desde “
antes de sus obras”, es decir, la
sabiduría de Dios “
eternamente (tuvo) el principado, desde el principio, Antes de la tierra”;
Habacuc 1:12 hace referencia a la
eternidad de Dios de una manera sumamente similar a
Juan 1:1a en cuanto al “
Verbo” cuando dice: “
¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío?”.
Por lo tanto la frase “
En el principio era el Verbo...” a la luz de estas afirmaciones de la
eternidad de Dios nos hacen clara la intención de Juan de afirmar la
eternidad del “
Verbo”, y por lo tanto Su Deidad.
En
Isaías 9:6 tenemos una mención explícita de la
eternidad y Deidad del “
Verbo” cuando nos dice que “
se llamará su nombre”, es decir Su Ser, “
Dios Fuerte” y “
Padre Eterno”.
En el
Nuevo Testamento la
eternidad del Señor Jesucristo es afirmada una y otra vez. Por ejemplo, en
Juan 8:58 Jesús confiesa Su
existencia eterna al decir: “
Antes que Abraham fuese, yo soy”, lo cual llevó a los judíos a reaccionar violentamente y tomar la justicia por sus propias manos ante esta supuesta blasfemia (
Juan 8:59). Jesús también confiesa Su
preexistencia eterna en Su oración por Sus discípulos en
Juan 17:5: “
Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”.
Juan el Bautista también confesó la
preexistencia eterna del Señor Jesucristo. Cronológicamente hablando, Juan el Bautista nació seis meses antes que el Señor Jesucristo (
Lucas 1:13,24-27); sin embargo, confesó que el que venía después de él era “
antes que (él)” (
Juan 1:15), es decir, existía con anterioridad a él.
También tenemos el testimonio del escritor de
Hebreos, cuando escribe las siguientes palabras del Padre dirigidas hacia el Hijo: “
Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán” (
Hebreos 1:10-12). En este pasaje no solo está contemplada la
existencia eterna del Hijo de Dios, sino también Su
inmutabilidad.
La
inmutabilidad de Dios tiene como fundamento Su
eternidad, es decir, como la existencia de Dios es un
eterno presente sin sucesión de momentos, entonces Dios no experimenta cambios en Su esencia, sino que ésta permanece y es la misma. Esto nos lleva al otra mención de este escritor encontrada en
Hebreos 13:8, donde nos dice que “
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”.
Pues bien, la
existencia eterna del “
Verbo de Dios” está ampliamente justificada en las Escrituras, de manera que
Juan 1:1a no es un pasaje aislado, sino un testimonio más de la verdadera esencia Divina de nuestro Señor Jesucristo.
4.- Finalmente, vamos a llevar al absurdo la idea de que el “
Verbo” fue creado, es decir, tuvo un “
principio”, idea que es postulada por algunos necios que rechazan el Señorío y niegan al Señor la adoración que se merece. Para esto, haremos un breve análisis de
Juan 1:3.
Este pasaje nos dice primeramente que “
Todas las cosas por (el Verbo) fueron hechas”, es decir, todo aquello que forma parte de la Creación de Dios fue creado por la agencia directa y poderosa del “
Verbo” (
Colosenses 1:15-16).
A la luz de esto, algún descuidado podría pensar que esta frase pudiera estarse refiriendo a aquellas cosas que fueron creadas después de que el “
Verbo” fuera creado; sin embargo, la próxima frase concluye definitivamente este asunto (como si Juan no quisiera dejar lugar a duda alguna) al decirnos que “
sin (el Verbo) nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”, es decir, absolutamente nada de aquello que pueda rotularse bajo el título de Creación de Dios podría haber llegado a la existencia sin la agencia poderosa y necesaria del “
Verbo”.
Pues bien, algunos quieren rotular al “
Verbo” bajo el título de Creación de Dios, pero a la luz de
Juan 1:3 esto les crea un problema insalvable y produce una contradicción ineludible en sus teologías, porque si el “
Verbo” fue creado
¡entonces se creó a Sí mismo!
Juan 1:3 nos dice que el “
Verbo” es la
causa necesaria y
directa de todo aquello que fue creado, de tal manera que nada de lo creado hubiera llegado a existir si el “
Verbo” no lo hubiera creado. Si el “
Verbo” fue creado, entonces, a la luz de
Juan 1:3 el “
Verbo” se creó a Sí mismo, porque Él es
por necesidad lógica el agente causal y directo de todo lo creado; sin embargo, si el “
Verbo” se creó a Sí mismo,
por necesidad lógica tiene que existir con anterioridad a Su existencia para poder ser la causa de Su propia creación. Pero si el “
Verbo”
por necesidad lógica debe existir en orden de ser la causa de Su propia existencia, entonces
¿Cómo puede haber sido creado? ¿En qué momento no existió?
En consecuencia, estos personajes, al parecer sin querer, provocan una contradicción lógica en sus teologías, pues a la luz de
Juan 1:3 el Cristo que predican es y no es al mismo tiempo y en el mismo sentido. Por lo tanto, el Cristo que predican es un falso Cristo producido por sus mentes entenebrecidas y predicado para sus propias destrucciones y de los que los oyeren.
Esta herejía fue refutada desde una sola perspectiva, pero también puede ser refutada por la gramática del mismo
vs. 3 y el contexto cercano del mismo; en otras palabras, la creencia falsa de que el Señor Jesucristo fue creado no puede sostenerse de ninguna manera a la luz de las Escrituras y la razón.
5.- En conclusión, haremos un sumario de lo aprendido hasta ahora sobre
Juan 1:1a:
a) La frase “En el principio...” se refiere al “principio” de la Creación de todas las cosas creadas (Génesis 1:1; Juan 1:3).
b) Juan 1:1a nos dice que “En el principio era el Verbo”, queriendo decir con esto que la existencia del “Verbo” es anterior al “principio” de la Creación de todas las cosas (Juan 1:3; Colosenses 1:16-17).
c) Debido a que el “Verbo” existe con anterioridad al “principio” de la Creación de todas las cosas, y debido a que el tiempo es parte de la Creación de Dios, entonces la existencia del “Verbo” es incausada y trascendente al tiempo; en otras palabras, el “Verbo” es eterno (Hebreos 1:10-12; 13:8). Por lo tanto, “En el principio era el Verbo” porque el “Verbo” no tuvo nunca un “principio”, y si el “Verbo” no tuvo “principio”, entonces es eterno.
Como la eternidad es un atributo exclusivo de Dios, y como el “Verbo” es eterno, entonces podemos decir con seguridad que “el Verbo era Dios” (Juan 1:1c).
d) La doctrina que enseña que el “Verbo” fue creado es totalmente falsa, irracional e ilógica a la luz de las Escrituras y la razón, porque Éstas enseñan que el “Verbo” es la causa necesaria de la Creación de todas las cosas creadas (Juan 1:3; Colosenses 1:15-17), por lo tanto, si el “Verbo” fue creado, entonces, a la luz de este testimonio, se debió crear a Sí mismo, provocando inmediatamente una contradicción lógica.
Como las Escrituras son absolutamente coherentes, lógicas y racionales, entonces esta enseñanza, que el “Verbo” fue creado, por ser ilógica e incoherente, es contraria a las Escrituras y por lo tanto falsa.
Pues bien,
Juan 1:1a nos ha revelado sus tesoros por medio del Espíritu Santo. Si nos aferramos a estas verdades con una fe confiada en Dios y totalmente racional, entonces ningún dardo del maligno nos tocará (
Efesios 6:16) y ninguna fortaleza demoníaca podrá sostenerse delante de nuestros argumentos (
2 Corintios 10:3-5;
Efesios 6:17).
Quiera el Dios del cielo y la tierra bendecir este mensaje para edificación de Sus elegidos, en el Santísimo Nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, AMÉN.