LA FE DEL CRISTIANO GENUINO ES UNA FE PERSONAL
Nuestra comunión con Cristo no exige títulos religiosos sino una fe verdadera y activa. Tenemos libertad para entrar al Lugar Santísimo con un corazón contrito y una oración sincera, y entonces Dios habla.
Es como si cada versículo estuviese asociado a nuestras propias experiencias, como es el caso de personas que cuando comenzaron a estudiar la biblia por su propia cuenta, descubrieron verdades nunca escucharon antes en sus años de membresía a un sistema religioso institucional cuyo líder es Moisés y no Cristo.
Pero a otros el judaísmo los envenenó y les oscureció la gracia de Cristo.
La autenticidad en nuestra comunión con Cristo comienza cuando nuestra fe se aparta de una organización humana y se transforma en el lazo que nos une a Cristo mediante su Palabra que lo glorifica a él, haciéndonos conocer su preeminencia por sobre todas las cosas.
Esta es la clase de Fe que vale ante el que pesa nuestros corazones, un amor y obediencia genuina sin ninguna organización religiosa que se interponga entre los dos.
Y esta fe se vive en casa, en el silencio del cuarto, al salir de ella, en la calle, en nuestro trabajo, es decir, una comunión que no cesa, por cuanto en su omnisciencia, somos monitoreados desde la cuna hasta la tumba.
Si alguien buscas esa clase de fe, pueden comenzar con el ejemplo del Señor Jesús quien enseñaba a sus discípulos directamente, y en los caminos, y en las casas, como también a orilla del mar, lejos de los templos de piedra y la rigidez religiosa.
Y cuando ese alguien se conecta con Cristo, de manera personal, todo cambia, la biblia deja de ser un libro cerrado y sagrado, y se convierte en su alimento diario, en alimento vivo por cuanto cada día más Cristo es formado en nosotros.
Esta es la comunión verdadera, genuina, persona a Persona, no en posiciones teológicas, no en la rigidez de la ley, sino que Cristo vive en nuestro entorno real y lo dirige, es ahí en ese encuentro, donde el corazón haya descanso, certeza, vida y de este modo lo que comenzó por medio de la fe, se transforma en algo vital, en una experiencia viva, muy lejos de la oscuridad en la cual vivía el judío bajo la ley.
Núm 6:25 Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia.