Ni modo que la ley sea un rudimento para vivir en el cielo.
¿O crees que la ley es un rudimento celestial?
4:1 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;
4:2 sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.
4:3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Gálatas 4:1-3.
A los niños se les enseña con rudimentos, y esos rudimentos se los da el ayo (ley)
El tutor (ayo) tiene al niño bajo esclavitud, aunque es heredero en nada difiere del esclavo.
Y lo tiene bajo su tutoría hasta que vino el cumplimiento del tiempo.
4:4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,
4:5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
4:7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Gálatas 4:1-7.
Cuando eran niños estaban bajo tutores (ayo) (ley).
Cuando eran niños, “ESTABAN BAJO EL SEÑORIO DE LA LEY”. “esclavos de la ley”
“ENTRE TANTO QUE EL HEREDERO ES NIÑO, EN NADA DIFIERE DEL ESCLAVO”
Cristo vino a redimir a los que estaban bajo el señorío de la ley:
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, "para que redimiese a los que estaban bajo la ley", a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Así que ya no eres esclavo, sino hijo. Gálatas 4:4-7.
“Lo envió a redimir a los esclavos de la ley”
La ley es una norma de vida para vivir en el mundo, es un rudimento del mundo.
Es el régimen de la letra.
Los que hemos nacido en Cristo, ya no somos de este mundo y El nos dio otra norma de vida (otra ley) “la guía del Espíritu”.
Nos libró de los rudimentos del mundo, para vivir como nuevas criaturas creadas en El.
El que está en Cristo, ya no es de este mundo, ya no vive según los rudimentos del mundo, vive como Cristo vivió, Cristo le dio su ley (su norma de vida) “el Espíritu” para que viva según el fruto del Espíritu.
Somos una nueva creación, ya no podemos vivir como seres de este mundo.
Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, Efesios 2:6.
Los del mundo viven según los rudimentos del mundo, los seres celestiales vivimos según vivió Cristo en este mundo, vivimos bajo el régimen del Espíritu.
“Lo que ahora vivo en la carne lo vivo en la fe del Hijo de Dios”
Cristo libró del señorío de la ley a los que estaban bajo la ley.
Y les dio un nuevo régimen, el nuevo régimen del Espíritu.
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7:6.
Pero a ti te encanta servir bajo el régimen viejo de la letra.
“Te encanta guardar el sábado”
Te encanta vivir bajo los rudimentos del mundo.
La ley es una norma de vida dada a los hombres de este mundo para que normar la vida, para vivir en el mundo, es un rudimento del mundo.
El Espíritu es la norma de vida de las nuevas criaturas nacidas en Cristo, ellos ya no son esclavos son hijos y tienen la norma de vida de su Padre Dios, Dios les dio su propia ley “el Espíritu”.
Los seres de este mundo viven según los rudimentos del mundo (el señorío de la ley) (el viejo régimen de la letra) así se preparan a los niños con rudimentos para la venida de la fe, y venida la fe tienes que dejar el ayo, dejar los rudimentos del mundo para vivir según la nueva ley, el nuevo régimen del Espíritu.
La nueva creación, los creados en Cristo viven según la norma de vida que Cristo les dio.
Les dio el Espíritu para que sirvan según el régimen del Espíritu.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Juan 17:16.
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo. Juan 18:36.
No podemos comportarnos como tú que sirves bajo el viejo régimen de la letra, guardando el sábad sirves bajo el viejo régimen de la letra.
Nosotros ya no somos del mundo como tú:
Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Gálatas 6:14.