Buenas tardes, "humillado". Antíoco Epífanes fue uno de los reyes del reino seléucida de Siria, una de las naciones helenísticas que surgieron tras la desintegración del Imperio macedónico de Alejandro Magno. Aunque hubo otros trozos menores (por ejemplo, lo que acabó siendo el reino independiente de Pérgamo), los otros trozos dignos de mención (naciones independientes todas ellas) fueron el propio núcleo inicial de Macedonia, que retuvo el control de Grecia, y el gran Imperio lágida, en Egipto. Todas estas naciones tenían como lengua oficial el griego (aunque también se escribían documentos oficiales en las lenguas tradicionales de sus respectivos territorios). La cultura griega "pura" (si de tal cosa podemos hablar) solo se conservó en Europa. Los lágidas en Egipto hicieron una amalgama de la cultura griega y de la antigua cultura faraónica. En Asia, los seléucidas hicieron lo propio con las diversas culturas de su territorio. Precisamente por la heterogeneidad de las culturas asiáticas, el impulso helenizante fue más fuerte entre los seléucidas que entre los lágidas. En la persona de Antíoco IV, el proceso de helenización cobró rasgos grotescos, pues ese sujeto utilizó el terror y el exterminio como elemento de "convicción" para que las poblaciones a él sometidas se "avinieran" a amoldarse a sus ideales de civilización.
Y el poderío de los Estados Unidos es mucho mayor del que jamás tuvo Roma. No tiene nada que ver una cosa con la otra. En todo caso, échale una ojeada a cualquier atlas histórico. No te debería costar mucho trabajo comprobar que, en el momento de su mayor extensión, Roma no dominó más que una porción de los inmensos territorios del Imperio seléucida. En el momento del encuentro entre Popilio Lenate y Antíoco, cerca de Alejandría, la República romana solo dominaba Italia, Hispania, un escaso territorio alrededor de Cartago, la costa occidental de Asia Menor, Macedonia y Grecia. Antíoco, en cambio, dominaba desde Egipto (que se le había rebelado hacía poco) hasta la India, un territorio obviamente MUCHO mayor que el romano. En tiempos de su padre, se habían rebelado Armenia y Bactria (Afganistán), pero hasta estos territorios los recuperó Antíoco poco antes de morir.
Para decir que Roma no ocupa ningún papel protagonista yo me baso en el libro de Daniel, pues veo que ese libro menciona a Babilonia, menciona a Persia, menciona a Javán (Macedonia) y menciona a las naciones surgidas tras la ruptura de "Javán", a las que llama "rey del sur" y "rey del norte" (el punto de referencia es la tierra de Israel). En cambio, la palabra "Roma" no aparece en ningún lugar del libro de Daniel, y tampoco se menciona en ningún lugar de dicho libro nación alguna del Mediterráneo occidental. Los adventistas QUIEREN encontrar a Roma en el libro de Daniel, pero no por nada que diga Daniel, sino por otros motivos, y buscan la "confirmación" de tal tesis en ciertos libros de historia.
El cuerno pequeño, pese a su pequeñez inicial, tuvo, en efecto, mucho poder.
Qeren es singular (“cuerno”). El dual (“dos cuernos”) es
qarnaîm. El plural (tres cuernos o más) es
qeranot. La explicación inspirada de Dan. 7:7 es que los cuernos son “diez reyes” (7:24). Dice “reyes” (
malkin), no “reinos” (
malkuyôt). En todo caso, es preciso advertir que en 7:17 también se habla de cuatro “reyes”, no “reinos”. En cambio, en 8:21 el
qeren ilustre del macho cabrío es “el rey primero”, universalmente identificado con Alejandro Magno.
Lo que no podemos hacer es adelantarnos a la inspiración. En Daniel 7 la propia Biblia dice lo que son los cuernos, y, por ello, podemos saber que es así. En Daniel 2, la inspiración no estimó conveniente explicar lo que eran los dedos de los pies, como tampoco explicó (sin duda, porque carece de interés) qué podrían ser los brazos, las manos, los dedos de las manos o la nariz, los ojos o las orejas de la estatua. Por ello, y a la luz de la explicación dada por el propio Daniel, lo único que se puede deducir de 2:44 es que los “reyes” en cuyos días Dios iba a levantar un reino perdurable son los únicos reyes de los que habla el capítulo, o sea, los representados por la cabeza de oro, el pecho y brazos de plata, el vientre de bronce y las piernas de hierro.
Ciertamente, no hay por qué ignorar ninguna similitud. La primera bestia de Apocalipsis 13 tiene características comunes con
las cuatro bestias de Daniel 7. Naturalmente, aunque tenga características comunes con el león (su boca), ello no hace que el león babilónico sea lo mismo que la bestia marina de Apocalipsis 13. Que esta tenga sus pies iguales que los de la segunda bestia de Daniel 7, no hace de ella el
alter ego del oso persa. Que el leopardo macedónico tenga un aspecto general similar al de la propia bestia marina de Apocalipsis 13, no hace que esta sea igual que la tercera bestia de Daniel 7. Y, por exactamente el mismo motivo, que, como la cuarta bestia de Daniel, tenga diez cuernos y profiera blasfemias, no quiere decir que sean lo mismo. De hecho, en Daniel 12 aparece otra bestia neotestamentaria de cabezas múltiples y cuernos múltiples, igual que la del capítulo 13, y no consta la identidad entre ambas. Por lo visto, ha habido más de una entidad a lo largo de la historia a la que la inspiración ha aplicado tales símbolos.
Te contaré algo que pasó en los tiempos de la presidencia de A. G. Daniells. En 1919 se celebró un “congreso bíblico”, en el transcurso del cual el pastor H. C. Lacey y otros colegas dialogaban entre sí y con el pastor Daniells acerca del verdadero significado de Daniel 11. En un momento dado, el pastor Lacey hizo esta afirmación: “La carrera de Antíoco Epífanes es del todo igual a lo que se predice del Cuerno Pequeño. A título de ilustración: Las cosas dichas del cuerno pequeño pueden aplicarse a Antíoco Epífanes. Es
el undécimo de su línea, tres fueron arrancados, quebrantó a los santos del Altísimo, cambió la ley del Altísimo; las cosas se entregaron en su mano exactamente un tiempo, tiempos y medio tiempo, que fue tres años y medio. Así que, suponed que vosotros y yo hubiésemos vivido en esa época. Habríamos pensado que la profecía estaba alcanzando su cumplimiento... Más tarde, Antíoco descargó aún más su odio contra los desafortunados judíos, enviando a Apolonio a Jerusalén con 20,000 hombres, quien dio muerte a grandes multitudes, saqueó la ciudad, derribó casas y muros, asesinaba a los que acudían al templo, profanó el Lugar Santo, de modo que se interrumpió por completo el ritual, la ciudad fue abandonada por los judíos y solo se quedaron los extranjeros. A su llegada a Antioquía, publicó un decreto que obligaba, so pena de muerte, a adaptarse a la religión griega. Así se abrogó la ley judía, y en el propio templo se instaló el culto pagano” (la negrita no está en la fuente consultada).
Aparte del interés de aquel diálogo (que quedó oculto e inédito hasta hace pocos años), es curiosa la forma de cálculo de Lacey para decir que Antíoco IV fuese el “undécimo” de su línea. Tal cosa solo puede ser cierta de una manera: Contando como antecesores suyos a los otros tres beneficiarios iniciales del reparto de Triparadeisos (en realidad, no es tan disparatado como puede parecer, pues los cuatro beneficiarios fueron garantes durante un tiempo de la unidad imperial, hasta que esta fracasó). Solo así puede ser el “undécimo”; si no, habría sido el octavo. Obviamente, Lacey entendía que tales cálculos señalaban que Antíoco cumplía incluso el detalle del capítulo 7 de que ese “undécimo” rey malvado surgiera tras diez que lo habían antecedido.
No sé si lees inglés. Espero que sí, o que puedas traducir esto con facilidad (yo no tengo tiempo ahora para hacerlo). He aquí el diálogo sobre Daniel 11 mantenido por los adventistas más eruditos en 1919 (se puede consultar en internet en páginas adventistas):
WIRTH: It seems to me that Antiochus Epiphanes is really the great figure in this chapter.
H.C. LACEY: Paraphrase of Daniel Eleven
Verse 21. And in his (Seleucus Philopater's) estate shall stand up (reign) a vile person (Antiochus Epiphanes 176-l64) to whom they shall not give (offer) the honor of the kingdom (the sovereignty, for Theliostarns was plotting for it; also Demetrius; another party favored Ptolemy Philometor) but he obtained the kingdom (gained the throne of Syria over those others) by flatteries (Eumenes, King of Pergamus and Attalus, the Syrians, the Romans): thus he (Antiochus Epiphanes) came in peaceably (BC 176) and obtained the kingdom by flatteries.
Verse 22. And with the arms of a flood shall they (Heliodorus, Ptolemy, Philometor) be overthrown from before him (Antiochus Epiphanes) and shall be broken (defeated) yea also, the prince of the covenant (Onias III, deposed from high priesthood in 176 BC, later murdered). And after the league (between Antiochus Epiphanes and Jason, the new High Priest) made with him (Jason) he (Antiochus) shall work deceitfully (deposing Jason and elevating his brother Menelaus, to the high Priesthood). And he (Antiochus) shall come up (to the sovereignty) and shall become strong with a small people (his few attendants).
Verse 24. He (Antiochus Epiphanes) shall enter into the peaceable and fat places of the province (the upper provinces, also Coele-Syria and Palestine) and he (Antiochus Epiphanes) shall do that which his father have not done, nor his father's father (despoil shrines and temples): he (Antiochus Epiphanes) shall scatter among them (his subjects) the prey (of his enemies) the spoil (of temples) and the riches (of his friends), etc.
Verse 25. And he (Antiochus Epiphanes) shall stir up (BC 171) his power and his courage against the king of the south (Ptolemy Philometor) with a great army ("a great multitude"); and the king of the south (Ptolemy Philometor) shall be stirred up with a very great and mighty army ("very many and exceeding strong" Newton) but he (Ptolemy Philometor) shall not stand ("was afraid and fled"): for they shall forecast devices against him Eulacus, his minister, Macron, a premier, the Mexandrians).
Verse 26. Yea, they that feed of his (Ptolemy's) meat (his ministers, Eulacus, Macron) shall destroy (by betraying) him, and his (Ptolemy's) army shall overflow and many shall fall down slain.
A. G. DANIELLS: What does it mean by overflowing?
H. C. LACEY: They dispersed and were defeated. Here is the language in I Maccabees 1:16-19. (He reads it.) The language in Daniel and in Maccabees is much the same. (Continues reading Daniel
Verse 27: And both these kings' heart shall be to do mischief and they shall speak lies at one table: but it shall not prosper: for yet the end shall be at the time appointed.
Upon his arrival at Memphis, Antiochus Epiphanes and Ptolemy Philopator ate and conversed together "at one table," Antiochus pretending he would favor the cause of Ptolemy against the usurpation of his brother Physson. Thus Antiochus pretends to espouse the case of this older nephew against his brother, Ptolemy laying the blame of the whole campaign upon Eulasus, who betrayed him and professing great obligations to his uncle Antiochus. But these protestations of friendship were "lies." As soon as Antiochus had withdrawn, the two brothers, Ptolemy and Physson, made peace and agreed to reign conjointly.
Now let us read into the Scripture the names of these kings: And both these kings' hearts (Antiochus Epiphanes and Ptolemy Philopator) shall be to do mischief (each hoping to circumvent the other), and they shall speak lies at one table (in apparent friendliness), but it (this patched up peace between them) shall not prosper...
Verse 28: Then shall he return into his own land with great riches; and his heart shall be against the holy covenant; and he shall do exploits, and return to his own land. That is the prophecy.
Antiochus, hoping that the Egyptian brothers would ruin each other in civil war, returned to Syria. He took with him immense treasures from the captured towns of Egypt. Daniel says: "he shall return.. . with great riches." History says he took immense spoils from the captured towns of Egypt. In 1 Maccabees 1:19 and 20 it is stated, "Thus they got the strong cities in the land of Egypt, and he took the spoils thereof." That is the history.
Notice Daniel says "his heart shall be against the holy covenant." The next verse in Maccabees says: "And after Antiochus had smitten Egypt, he returned again in the hundred forty and third year (which is BC 169) and went up against Israel and Jerusalem with a great multitude, and took away the golden altar, and the candlestick of light and all the vessels thereof and the table of the shewbread, and the pouring vessels, and the vials, and the censers of gold, and the veil, and the crowns, and the golden ornaments that were before the temple, all which he pulled off. He took also the silver and the gold, and the precious vessels: also he took the hidden treasures which he found. And when he had taken all away, he went into his own land, having made a great massacre, and spoke very proudly."
That is the history. The prophecy reads; "and his heart shall be against the holy covenant." When he was in Egypt a false report had been circulated of his death. Thereupon Jason, the ex-high priest--whom Antiochus had deposed--returned to Jerusalem, drove his brother Menelaus out of office.
Antiochus, thinking the nation had revolted, and hearing that they were rejoicing at the report of his death, besieged Jerusalem with a great army, took the city by storm, and vented his anger upon the Jews. He slew 40,000 of them, and sold 40,000 more, polluted the temple, offered swine's flesh on the altar of God, restored Menelaus to the priesthood, and made Philip, a barbarian, governor of Judea. "He shall do exploits," and then "return to his own land," just as was here foretold.
PROF. ANDERSON: What verse in the chapter do you allude to when you speak of the pollution of the temple, as you read in the history?
PROF. LACEY: In the 11th chapter. Verse 30 speaks of the defiling of the temple. But we will come to that a little later. The career of Antiochus Epiphanes is very like what is predicted of the Little Horn. Just to illustrate: The things said about the little horn can apply to Antiochus Epiphanes. He is the eleventh down the line, three were plucked up, he wore out the saints of the Most High, he changed the law of the Most High; things were given into his hand for just a time, times, and a half which was three and one-half years. So, suppose you and I had been living in that day. We would have thought that prophecy was meeting its fulfillment. ... Later, Antiochus further vented his spite upon the unfortunate Jews, dispatching Apollonius with 20,000 men to Jerusalem, who slew great multitudes, plundered the city, pulled down houses and walls, slew those who attended the temple, defiled the Holy Place so that the whole service was discontinued, the city was forsaken of the Jews and only strangers remained. On his arrival at Antioch he published a decree obliging all upon pain of death to conform to the Greek religion. So the Jewish law was abrogated, and in the temple itself heathen worship was set up.
QUESTION: What was the date of that?
ANSWER: BC 168.
PROF. LACEY: "They set up the abomination of desolation upon the altar. They did sacrifice upon the idol altar, which was upon the altar of God." 1 Maccabees 1:54,59. You see that they placed the abomination of desolation in the Holy Place. The very language of the Bible, "the abomination of desolation," is placed in the temple; and this is history.
(
Report of Bible Conference for July 7, 1919, pp. 65-66, and July 8, 1919, pp. 18-27).
Dada la naturaleza explosiva de tales observaciones, no es de extrañar que alguien archivase esas actas tan bien que nadie pudo encontrarlas en casi tres cuartos de siglo.
En realidad, aunque no hay por qué excluir la hipótesis de Lacey, no hay necesidad de entender que lo de “diez” tenga que ser una cifra exacta. No es raro, ni en los tiempos bíblicos ni en la actualidad, que hablemos de “diez” a modo de número redondo con el significado de “unos cuantos”. Por ejemplo, en Neh. 4:12 la versión Reina-Valera pone: “Pero sucedió que cuando venían los judíos que vivían entre ellos, nos decían una y otra vez: "De todos los lugares donde habitan, ellos caerán sobre vosotros’”. En realidad, en vez de “una y otra vez”, el original pone (versículo 6 en la biblia hebrea): “diez veces” (ver, por ejemplo, LBA). Como ves, no tiene nada de particular usar “diez” como cifra redonda.
Si me dijeras qué no entiendes, quizá podría ser más específico. Casi todos los expertos, guiándose sin duda por Josefo, entienden que ese lapso, interpretado,
grosso modo, como tres años y medio (fíjate en lo que decía Lacey más arriba), corresponde al lapso final del infame gobierno de Antíoco, particularmente a partir de su segunda campaña contra Egipto (la fallida). Tal como especificaba Dan. 11:29, 30, Antíoco vengó su fracaso en los judíos.
Los intentos previos de helenización de Jerusalén habían contemplado la construcción de un gimnasio y la erección de un burdel estatal. Además, se incentivó una curiosa operación quirúrgica de “descircuncisión”, y también se comerció con el cargo del sumo sacerdocio desde el destierro de Onías III (tras su asesinato en 171 a.C. el comercio fue aún más descarado). Sin embargo, a partir de 168 a.C. el proceso de helenización fue mucho más brutal y sanguinario. A Antíoco ya no le bastaba con promocionar un lupanar estatal en Jerusalén. Tuvo que convertir en burdel el propio templo de Dios, además de muchas otras atrocidades (como el ahorcamiento de bebés circuncidados, el despeñamiento de sus madres desde la cima del
Akra, construida con los muros de Nehemías derruidos, freír vivos a los que persistiesen en el culto a Dios, desmembrarlos, crucificarlos y cosas por el estilo).