Coincido en que hay elementos ficticios y enseñanza real, pero tu punto "c" no armoniza con la Escritura. El "seno de Abraham" no aparece en ningún otro lugar de la Biblia, y el "Hades como lugar de tormento" tampoco es una realidad literal. "Hades" en la Escritura se refiere al sepulcro o lugar de los muertos (Hechos 2:31), no a un sitio de tormento consciente.
La Biblia afirma: "Los muertos nada saben" (Eclesiastés 9:5) y "en la muerte no hay memoria" (Salmo 6:5). No hay diálogos después de morir. El castigo tampoco es inmediato, ya que Jesús enseña que ocurre "cuando los que están en los sepulcros oirán su voz" (Juan 5:28-29), y Apocalipsis 20:12-13 muestra que el juicio sucede al final. Además, los ángeles recogen a los justos "cuando venga el Hijo del Hombre" (Mateo 24:31), no al morir.
Por tanto, la parábola no describe la vida después de la muerte. Su propósito era urgir a escuchar a Moisés y los profetas y exhortar a los fariseos que confiaban en riquezas, rechazaban la Palabra y menospreciaban a los pobres.