Re: El Papa Benedicto condenó la idolatría
Le recuerdo que no soy yo quien dice que la apostasìa entrarìa despuès de la muerte de los apòstoles, y que incluso ya estaba en tiempos de los apòstoles, quienes servìan de freno a la apostasìa, por lo que no se llegò a desarrollar hasta despuès de la muerte de los apòstoles, pero de forma gradual, como asì estaba predicho tanto por el mismo Jesucristo, como por los apòstoles, Pablo, Pedro y Juan, quienes son los que hablan sobre ese asunto. Por ej., Jesucristo ya lo estaba prediciendo en su paràbola del trigo y la cizaña (Mateo 13:24-30; 36-43; 15:8,9), cuando dijo que la "cizaña" son los apòstatas (falsos cristianos) y el "trigo" son los verdaderos cristianos, y que la "cizaña" se sembrarìa despuès de sembrarse el "trigo", cuando los hombres estaban durmiendo, es decir, cuando los apòstoles se "durmieron"¨en la muerte; pero tanto la "cizaña" como el "trigo" debìan de crecer juntos hasta el final de la siega, mientras tanto la "cizaña" ahogarìa al "trigo, y al final de la siega es cuando se verìa claro donde estaba la "cizaña" y donde estaba el "trigo", es decir, los apòstatas "ahogarìan", eclipsarìan, por un tiempo no determinado, a los verdaderos cristianos, hasta el final de la siega, osea, hasta al final de este mundo, cuando el verdadero conocimiento se harìa abundante, como asì dice el profeta Daniel (Daniel 12:4,9,10,13).
Lo cual està en armonìa con lo que dicen los apòstoles, que despuès de su muerte, como dijo el apòstol Pablo, entrarìan falsos maestros, y extraviarìan a muchos (Hechos 20:29,30), apòstatas que, como dice tambièn el apòstol Pablo en 1ªTimoteo 4:1-3 y 2ªTimoteo 2:16-18, estaban incluso en tiempos de los apòstoles, pero los mismos apòstoles servìan de freno a esos apòstatas (2ªTesalonicenses 2:3-12), que despuès de la muerte de los apòstoles, de forma gradual, se extendieron como la cizaña y la gangrena, como estaba predicho. Asì que, en tiempos del apòstol Juan, el ùltimo apòstol en morir, la "cizaña", la apostasìa, estaba ya metida en las congregaciones o iglesias, algo que se puede comprobar por lo que èl dice en su primera carta, en 1ªJuan 2:18,19, cuando dice que ya en su tiempo habìan muchos anticristos (apòstatas) que habìan salido de la misma Iglesia, y que se harìan todavìa màs visibles y se extenderìan como gangrena, como estaba predicho, a la muerte de los apòstoles, en ese caso, del ùltimo apòstol vivo entonces, el apòstol Juan (Hechos 20:29,30; Gàlatas 1:8,9; Colosenses 2:8; 2ªTimoteo 2:16-18; 4:3,4). Y asì fuè.
Sobre todo, a raìz del famoso Concilio de Nicea (en el siglo IV), se extendiò la apostasìa como la cizaña y la gangrena; como vd. mismo dice, la Iglesia entonces se paganizò, el imperio romano absorbiò, gradualmente, a los llamados cristianos entonces, especialmente a partir del Concilio de Nicea (324/325), que, segùn la misma Enciclopedia Britànica, dice textualmente: "Constantino mismo (el emperador romano) presidiò y dirigiò activamente las discusiones, y propuso personalmente... la fòrmula decisiva que expresaba la relaciòn de Cristo con Dios en el credo que el concilio emitiò,.....Impresionados por el emperador, los obispos -con sòlo dos excepciones- firmaron el credo, aunque muchos de èllos no estaban muy inclinados a hacerlo".
Asì que un pagano, que no tenìa ni idea de lo que decìan las Santas Escrituras, tuvo la ùltima palabra sobre un asunto religioso importante. Ademàs hay que destacar, que muchos de los obispos no estuvieron presente en ese concilio, siendo uno de èllos, el obispo de Roma, Silvestre, el cual no contò con la confianza del emperador romano Constantino, como asì afirma el Diccionario de Oxford sobre los "papas"; sino que el emperador romano se apoyò en otros obispos, los cuales asistieron evidentemente al Concilio de Nicea, y quienes recibieron despuès una alta distinciòn honorìfica, ocupando incluso puestos de responsabilidad dentro del Estado romano, sustituyendo incluso a gobernadores provinciales, cogiendo tambièn las Leyes del imperio romano, como derecho canònico, y el latìn como idioma oficial.
En definitiva, los llamados cristianos entonces, arrastrados por esos obispos, amigos del emperador romano Constantino, apostataron de la Verdad, traicionaron a Jesucristo, por dinero y poder, se hicieron amigos de este mundo pero enemigos de Dios (Juan 18:36; Santiago 4:4). Y fuè a partir de ahì, del siglo IV/V, cuando tambièn los "papas" se apoderaron del titulo "màximo pontìfice" que hasta entonces habìan llevado los emperadores romanos, cuando la corrupciòn espiritual y moral fuè a màs. Fuè cuando se formò el clero catòlico romano, o lo que es lo mismo, la Iglesia catòlica romana. Fuè tambièn a partir de ahì, de unirse Iglesia y Estado, en el siglo IV, cuando los llamados cristianos cogieron las armas para matar a todo aquel que se le opusiera, llevando la contraria a Jesucristo cuando dijo que todo aquel que mata a espada a espada morirà (Mateo 26:52), pues el Hijo de Dios enseñò que los cristianos debemos regirnos por el amor, primero a Dios y despuès al pròjimo (Mateo 22:37-40), algo que olvidaron pronto los llamados cristianos entonces, del siglo IV, al dejarse llevar por la avaricia, la raìz de todo mal (1ªTimoteo 6:10).
Y con referencia al tìtulo pagano "màximo pontìfice", el mismo escritor que vd. dice, Michael Walsh, ex-jesuita, dice: "el "papa" Leòn I se apoderò del tìtulo pagano "maximo pontìfice", todavìa usado por los "papas" hoy dìa, y que llevaron hasta finales del siglo IV los emperadores romanos". Y segùn este mismo escritor, Michael Walsh, Leòn I basò sus acciones en las palabras de Jesucristo en Mateo 16:15-19, que èllos atribuyeron al apòstol Pedro, cuando todo el contexto, que habla sobre la identidad de Jesucristo, y otros textos bìblicos, indican que se refiere al Hijo de Dios (Mateo 21:42; Efesios 2:19-22; 1ªPedro 2:4-8); pues el mismo apòstol Pedro dijo que èl era una de las "piedras" que se fundamenta en la Piedra Angular, que es Jesucristo (1ªPedro 2:4-8), pues "nadie puede poner otro fundamento que el que està puesto, que es Jesucristo" (1ªCorintios 3:11).
Asì que, aunque en la Historia seglar no haya constancia concreta de que la apostasìa se desarrollase en los primeros siglos despuès de la muerte de los apòstoles, sin embargo, tenemos el mayor testimonio que hay, que es la propia Palabra de Dios, por medio del mismo Jesucrito y los apòstoles que estuvieron prediciendo el surgimiento de esa apostasìa despuès de la muerte de los apòstoles, ademàs de las consecuencias, despuès de esa apostasìa "silenciosa" que ya estaba en tiempos de los apòstoles y que a su muerte se extendiò como la cizaña y la gangrena, sobre todo a partir del siglo IV/V cuando se unieron Iglesia y Estado, de lo cual sì hay constancia, como ya se ha visto, y que se puede comprobar fàcilmente, leyendo por ej., en buenas enciclopedias, los malos frutos que han producido el clero catòlico romano, desde su nacimiento, entre los siglos IV/V (Mateo 7:13-23), donde se puede leer el terrible y espeluznante pasado que tiene la Iglesia Catòlica romana, que por mucho que quieran limpiarlo, ni con el agua màs fuerte, ni con el detergente màs potente, pueden conseguirlo; pues las mentiras, junto con la corrupciòn espiritual y moral, son màs que evidentes, se cogen enseguida, y caen por su propio peso.
Con referencia a quièn recopilò el "Nuevo Testamento", como ya dije, no es lo màs importante, ya que los judìos tambièn recopilaron, acertadamente, a finales del siglo I, el "Antiguo Testamento", y sin embargo ya no eran pueblo de Dios. Lo importante es que Dios se preocupò de que su Palabra, la Biblia, llegase hasta nosotros tal y como Èl se lo propuso, a pesar de la apostasìa, e incluso a pesar de la oposiciòn de la alta jerarquìa eclesiàstica, sobre todo en la edad de mayor oscuridad espiritual, en la Edad Media (aprox. en tiempos de los reyes Catòlicos), cuando se quemaron muchas biblias traducidas a idiomas modernos, como el inglès, español, portuguès, italiano, francès, etc..., llegàndose a quemar incluso a las personas que habìan traducido esas biblias, como por ej. fueron los que siguieron la obra comenzada por John Wycliffe (sacerdote catòlico, siglo XIV), al traducir la Biblia en inglès; Jan Hus (sacerdote catòlico, siglo XIV), asesinado en 1415 en la hoguera, al igual que William Tyndale (sacerdote catòlico inglès, siglo XVI), quien tambièn tradujo la Biblia al inglès, y fuè quemado en la hoguera en 1536. Asì que, a pesar de todo èso, gracias a Dios, a quien vaya la gloria (1ªCorintios 10:31), las Santas Escrituras han llegado hasta nuestros dias como Dios querìa, completas, coherentes y sin contradicciones, desde Gènesis hasta Apocalipsis, siendo èso mismo, su coherencia y armonìa, una de las mayores garantìas de que es Palabra inspirada de Dios, cuyo conocimiento lleva a la salvaciòn, y que es provechosa para enseñar, para corregir, para rectificar, para disciplinar en justicia, y para que el hombre de Dios estè completamente equipado para toda buena obra (2ªTimoteo 3:15-17).