Pues como no la fuerza, si así lo decidimos podemos darle la espalda y perder la salvación incluso después de haberla ganado.-Dios no fuerza nuestra voluntad pero nos la gana:
"Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida".
La salvación es un proceso que se merece en el día a día. No es algo estático ni se alcanza de forma definitiva en este mundo.
Salu2