Acuérdate Apreciado Ricardo de la parábola de los talentos:
Mateo 25:
24. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
25. por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
26. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
27. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
28. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
29. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
30. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Más también sabemos que la salvación es un regalo de Dios, que nunca se puede comprar o hacer cualquier cosa para obtenerla. Pero exige fidelidad a Dios.