Re: TRADUCCIONES TRINITARIAS QUE APOYAN LA TRADUCCION DEL NUEVO MUNDO EN JUAN 1:1c
Si lo lees asi es mejor,
Colosenses 2:9 (Nueva Versión Internacional)
<sup class="versenum" id="es-NVI-29458">9</sup> Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo;
en Colosenses 2:9 Pablo dijo que en Cristo “mora corporalmente toda la plenitud de la cualidad divina [genitivo de the‧ó‧tēs]”. Aquí, como en los casos anteriores, hay traducciones que optan por “Deidad”, “Dios” y “Ser Divino”, dando pie a la interpretación trinitaria de que Dios en persona mora en Cristo (BAS, Str, Val, PNT, RH, Sd). Sin embargo, Liddell y Scott definen the‧ó‧tēs en su léxico prácticamente igual que thei‧ó‧tēs: “divinidad, naturaleza divina” (pág. 792), y tanto la Versión Peshitta siriaca como la Vulgata latina la traducen “divinidad”. Por consiguiente, es coherente y bien fundado traducir the‧ó‧tēs en tanto cualidad, no personalidad.
Un estudio del contexto de este pasaje permite apreciar que el que Cristo goce de “divinidad” o “naturaleza divina” no le hace igual al Dios Todopoderoso. En el capítulo anterior Pablo había dicho: “Dios tuvo a bien el que toda la plenitud morara en él”. (Col 1:19.) Por consiguiente, toda la plenitud mora en Cristo porque le “agradó al Padre” que así fuese (BAS; Val, 1960) “porque así quiso Dios” (RH), lo que significa que Cristo tiene en él la plenitud de la “divinidad” por decisión del Padre. Además, en prueba de que dicha “plenitud” no le confiere a Cristo la misma identidad del Dios Todopoderoso, está el comentario que el propio Pablo hace un poco más adelante, al decir que “Cristo está sentado a la diestra de Dios”. (Col 3:1.)
Al reparar en el contexto inmediato a Colosenses 2:9, se observa que en el versículo 8 se advierte a los cristianos que no se dejen engañar por aquellos que se apoyan en la filosofía y en la tradición humana. También se les dice que en Cristo están “cuidadosamente ocultados [...] todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”, y se les insta a seguir “andando en unión con él, arraigados y siendo edificados en él y siendo estabilizados en la fe”. (Col 2:3, 6, 7.) Luego, en los versículos 13 al 15 Pablo explica que se les ha vivificado por medio de la fe y liberado del pacto de la Ley. En definitiva, el argumento de Pablo es que los cristianos no necesitaban la Ley (que Jesús había quitado del camino) ni la filosofía y tradiciones humanas, pues ya tenían cuanto les hacía falta: una preciada “plenitud” en Cristo. (Col 2:10-12.)
En otras palabras, nosotros podemos participar de la naturaleza divina, pero en el caso de Jesús es diferente, pues en Él estaba completita la divinidad de Dios
Colosenses 2:9 Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
BENDICIONES MUCHAS ....
Si lo lees asi es mejor,
Colosenses 2:9 (Nueva Versión Internacional)
<sup class="versenum" id="es-NVI-29458">9</sup> Toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo;
en Colosenses 2:9 Pablo dijo que en Cristo “mora corporalmente toda la plenitud de la cualidad divina [genitivo de the‧ó‧tēs]”. Aquí, como en los casos anteriores, hay traducciones que optan por “Deidad”, “Dios” y “Ser Divino”, dando pie a la interpretación trinitaria de que Dios en persona mora en Cristo (BAS, Str, Val, PNT, RH, Sd). Sin embargo, Liddell y Scott definen the‧ó‧tēs en su léxico prácticamente igual que thei‧ó‧tēs: “divinidad, naturaleza divina” (pág. 792), y tanto la Versión Peshitta siriaca como la Vulgata latina la traducen “divinidad”. Por consiguiente, es coherente y bien fundado traducir the‧ó‧tēs en tanto cualidad, no personalidad.
Un estudio del contexto de este pasaje permite apreciar que el que Cristo goce de “divinidad” o “naturaleza divina” no le hace igual al Dios Todopoderoso. En el capítulo anterior Pablo había dicho: “Dios tuvo a bien el que toda la plenitud morara en él”. (Col 1:19.) Por consiguiente, toda la plenitud mora en Cristo porque le “agradó al Padre” que así fuese (BAS; Val, 1960) “porque así quiso Dios” (RH), lo que significa que Cristo tiene en él la plenitud de la “divinidad” por decisión del Padre. Además, en prueba de que dicha “plenitud” no le confiere a Cristo la misma identidad del Dios Todopoderoso, está el comentario que el propio Pablo hace un poco más adelante, al decir que “Cristo está sentado a la diestra de Dios”. (Col 3:1.)
Al reparar en el contexto inmediato a Colosenses 2:9, se observa que en el versículo 8 se advierte a los cristianos que no se dejen engañar por aquellos que se apoyan en la filosofía y en la tradición humana. También se les dice que en Cristo están “cuidadosamente ocultados [...] todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”, y se les insta a seguir “andando en unión con él, arraigados y siendo edificados en él y siendo estabilizados en la fe”. (Col 2:3, 6, 7.) Luego, en los versículos 13 al 15 Pablo explica que se les ha vivificado por medio de la fe y liberado del pacto de la Ley. En definitiva, el argumento de Pablo es que los cristianos no necesitaban la Ley (que Jesús había quitado del camino) ni la filosofía y tradiciones humanas, pues ya tenían cuanto les hacía falta: una preciada “plenitud” en Cristo. (Col 2:10-12.)