Col 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Estos tronos, estos dominios, estos principados y potestades, involucran también a las huestes angelicales.
Los Serafines con seis alas que vio Isaías, pertenecen a una clase de ángeles cercanos a Jesús antes de su encarnación, leemos:
Isa 6:2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
Antes de su encarnación, la gloria de Jesús no podía ser vista por su propia creación angelical, por lo cual, los serafines cubrían sus rostros, Isaías se asombró, de no haber muerto cuando le fue mostrada esta visión de la gloria de Jesús, diciendo:
Isa 6:5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
Y el Espíritu Santo comunica la identidad de Jehová como Jesús en el Nuevo Testamento, por medio de Juan, leemos:
Jua 12:41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.
Este mismo Juan, nos revela a Jesús como Dios Todopoderoso, en varios lugares, leemos:
Apo 1:7 He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
Apo 1:8 Yo soy el Alfa y la Omega,(H) principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
A Juan se le muestra una visión del Reino Milenial, cuando el Trono de Cristo es puesto en el futuro Templo mostrado a Ezequiel, en Jerusalén (Jer.3:17), y todas las naciones suben a adorar allí, leemos:
Apo 11:15 El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.(L)
Apo 11:16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
Apo 11:17 diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.