Re: REFLEXIONES .....
El banquero Scrooge
 Canción de Navidad
  
   
  A Scrooge se  le aparece el fantasma de su antiguo socio, condenado para siempre por  haber abusado de los pobres (léase por haber cobrado intereses abusivos a  sus clientes). 
   Cuando yo era niño –y de eso ya hace bastante tiempo ‑ DICKENS  era uno de los autores que mi madre me dejaba leer, así como también me  permitía ver las novelas de teatro de la tele (Estudio 1), como las  obras de David COPPERFIELD o las historias de Oliver TWIST, que en  blanco y negro resultaban excelentes. 
  Fue la época en que la dictadura franquista con su enorme maldad, nos  privaba de ver los larguísimos “culebrones venezolanos”; “Aquí no hay  quien viva”; “Sálvame”; “Gandía Shore” y otras basuras por el estilo; y  nos obligaba (sólo había una cadena y luego apareció UHF) a llenarnos  las neuronas de Víctor HUGO, DUMAS, BALZAC, DOSTOYEVSKY y 
 DICKENS .
 Éste no sólo aparecía en la pequeña pantalla sino que era además parte de las lecturas habituales. Y 
 de sus obras, a mí, la que siempre me emocionó más fue: “Canción de Navidad”.   La hice representar teatralmente en una de mis Iglesias del pasado,  organicé cines Fórums sobre la novela y sigo usando muchas de sus  enseñanzas en mis clases de Facultad.
 
 Su  trama es muy sencilla pero extraordinariamente sugestiva. Un viejo  avaro, Míster SCROOGE, agarrado con sus proveedores y rácano, de una  austeridad enfermiza, implacable con sus empleados . Mantiene  en la indigencia a su empleado Bob CRATCHIT a quien obliga a trabajar  mucho a cambio de un sueldo miserable a quien no permite llegar tarde ni  el día de Navidad, que además piensa que la Navidad son “paparruchas”.
 
 Algo  así como un Banco Global que obliga a los gobiernos a hacer cosas tan  abominables como dejar sin paga de Navidad a sus trabajadores,  estrangula los salarios, hace creer a los políticos que es el poder  financiero el que oprime y hasta que alguien no se suicida ante la carga  de un desahucio, no se estudia si pueden haber soluciones ante las  crisis.  Pero… ¿quién es ese Mr. SCROOGE usurero al que todos  culpan? ¿Quién es el jefe implacable que nos recorta todo y no nos da  nada a cambio, que nos condena a trabajar duramente con salarios  miserables y nos suprime hasta los puentes?
 Pero hete aquí que justamente en Nochebuena, 
 a  Ebenezer SCROOGE se le aparece el fantasma de su antiguo socio,  condenado para siempre a arrastrar una cadena pesada por haber abusado  de los pobres (léase por haber cobrado intereses abusivos a sus  clientes), y SCROOGE recapacita justo a tiempo, y cual un enano Zaqueo,  antes de que llegue el día de Navidad asistimos al nuevo nacimiento de  Ebenezer , que decide perdonar todas las deudas y comprarle a Bob el pavo más gordo de la pollería.
  Espera a su empleado como de costumbre, para sorprenderle cuando llega  tarde, pero esta vez diciéndole: “le aumento el sueldo y me propongo  auxiliar a su necesitada familia: ¡trataremos esta misma tarde estos  asuntos alrededor de una taza de té, Bob!”. También, a diferencia de  nuestros jefes que nos suben los carburantes, le aumenta el presupuesto  en calefacción: “¡Atice la estufa y compre otro saco de carbón antes de  ponerse a escribir ni un punto sobre la í. Bob CRATCHIT!”.
 
 “Desde  el Corazón” pienso, ¡qué bonito sería que todo fuera tan sencillo como  este cuento o la historia de Zaqueo, el cobrador de impuestos !
  Si nuestro Gran Banquero Global Virtual, fuera como los de antes, de  carne, hueso y corazón, y además creyera en el mundo espiritual, y se le  apareciera una visión aleccionadora de la justicia divina, como se le  apareció a SCROOGE y mañana, en los telediarios, apareciera él con su  traje de marca, rodeado de un coro de banqueros redimidos que, batiendo  sus angélicas alitas nos comunicaran que renuncian a la codicia y a la  usura, que van a dar rienda suelta a su generosidad y que nos regalan un  pavo.
 ¡Increible!, dirán  mis lectores. Ni siquiera sabemos bien quienes son los Déspotas  Acreedores Irredentos humanos, ni sabemos dónde se ubican (dicen que no  se visualizan con claridad…). Ni sabemos si son reales (dicen que son  virtuales), así que ¿cómo van a creer en lo espiritual, si son como los  fantasmas?
 Pero 
 no  pierdo la esperanza: cosas más raras se han visto y, además, Nochebuena  no es una noche cualquiera. Descubrirán los avaros de vicio que han  malbaratado sus vidas acumulando dinero y que han perdido infinidad de  ocasiones de alegrar las existencias ajenas .
 El resultado final es 
 un  relato a la reflexión, un juicio contra la indiferencia ante las  necesidades de los otros, una invitación a la luz y verdad de la  redención y alegría, de nueva vida y felicidad .
 Esto deseo yo a todos los lectores de esta humilde sección. Y, como dice DICKENS al final de su cuento: 
 Feliz Navidad y que Dios nos bendiga a todos .
 
Autores: Roberto Velert