Re: REFLEXIONES .....
Verdaderamente, amiga Paula, este es Jesús.
¿Este es nuestro Jesús?
¿Qué hemos hecho de Jesús?
A veces es peligroso sentirse cristiano "de toda la vida", pues se corre el riesgo de no revisar nunca nuestra fe y no entender que, en definitiva, la vida cristiana no es sino un continuo caminar desde la incredulidad hacia la fe en el Dios vivo de Jesucristo.
Con frecuencia creemos tener una fe inconmovible en Jesús, porque lo tenemos perfectamente definido con fórmulas precisas, y no nos damos cuenta de que, en la vida diaria, lo estamos desfigurando continuamente con nuestros intereses y cobardías.
Lo confesamos abiertamente como Dios y Señor nuestro, pero a veces apenas significa gran cosa en las actitudes que inspiran nuestra vida. Por eso es bueno que escuchemos sinceramente su pregunta: "Vosotros, ¿quién decís que soy yo?". En realidad, ¿quién es Jesús para nosotros?, ¿qué lugar ocupa en nuestro vivir diario?.
Cuando, en momentos de verdadera gracia, uno se acerca sinceramente al Jesús del Evangelio, se encuentra con alguien vivo y palpitante. Alguien a quien ya no es posible olvidar. Alguien que nos sigue atrayendo a pesar de nuestras cobardías y mediocridad.
Jesús, "el Mesías de Dios" nos coloca ante nuestra última verdad y se convierte para cada uno de nosotros en invitación gozosa al cambio, a la conversión constante, a la búsqueda humilde pero apasionada de un mundo mejor para todos.
Jesús es peligroso. En él descubrimos una entrega incondicional a los necesitados que pone al descubierto nuestro radical egoísmo. Una pasión por la justicia que sacude nuestras seguridades, cobardías y servidumbres. Una fe en el Padre que nos invita a salir de nuestra incredulidad y desconfianza.
Jesús es lo más grande que tenemos los cristianos. Él infunde otro sentido y otro horizonte a nuestra vida. Él nos contagia otra lucidez y otra generosidad. Nos comunica otro amor y otra libertad.
Él es nuestra esperanza.
Hola amigo José Daniel. Te veo poco, pero cuando te veo es muy grato porque invitas a pensar, y como dice un poeta: "Benditos los que nos invitan a pensar"
Muy buena tu reflexión.
Lo primero que te comento es que una vez que se conoce a JESÚS no se le abandona jamás. No creo en esos ateos anti Jesús que expresan que una vez fueron cristianos, no dudo que hayan sido “cristianos” lo que si pongo en duda es que conocieran a Jesús.
Conocerle no es teorizarlo y aprender muy bien lo que se enseña sobre él, sino que conocerle es algo personal, que presupone voluntad de comunicación, disposición del corazón a acercarse al Jesús de los evangelios y escuchar su voz. Como tú bien lo refieres te encuentras con un una persona viva y palpitante. Primero sientes su mirada y escuchas su voz que te llama a la conversión, a un cambio de vida , a vivir guiado por determinados valores. Él te llama a una transformación de vida, porque él le da verdadero significado a la existencia. Te sientes profundamente atraído por su personalidad, por su amor por la justicia, por ponerse siempre del lado del pobre, del marginado, del enfermo, del excluido, del pecador. En el hay gran ternura con el necesitado y a la vez observamos a un profeta provocador pues su mensaje lo lleva a tener conflictos con aquellos poderosos que mantenían las injusticias. Fascinante es Jesús y te impacta su profundo amor que lo mantuvo firme hasta la muerte, la cual venció.
Está bien revisar la fe, como tu lo reseñas, pues esta es un un proceso y puede albergar duda pero
siempre confía, no así la incredulidad que se niega a la confianza y pide pruebas para creer. Cuando digo que la fe es un proceso vuelvo al tema de la samaritana quien con el corazón dispuesto va preguntando, respondiendo y va creciendo en la comprensión y el conocimiento. Ante Jesús no se puede tener posiciones neutras , se toma la decisión de aceptarlo confesando su fe en él como lo hizo la samaritana, o de rechazarlo.
En esta revisión de nuestra fe, puede resultar Jesús “peligroso”, como tú lo señalas, pues en ese momento nos sentimos denunciados ante nuestro egoísmo y podemos visualizar la esterilidad de nuestra vida, pero he aquí el momento del
despertar, empiezan a derribarse las tinieblas en nuestro corazón para dar paso a la Luz que da verdadero sentido a la existencia.
Tú última parrafo es precioso y lo resume todo. Lo transcribo: “
Jesús es lo más grande que tenemos los cristianos. Él infunde otro sentido y otro horizonte a nuestra vida. Él nos contagia otra lucidez y otra generosidad. Nos comunica otro amor y otra libertad.
Él es nuestra esperanza.”
Respondo:
¡¡Amén!!
Jesús en sí mismo es la Buena Noticia. ËL es nuestra regla de vida, el nos colma con la vida y la libertad que él nos enseñó a buscar. Quien lo conoce ya no puede hacer nada sin él, y se hace eco de las palabras de Pedro: “¿A dónde iríamos? Sí solo tú tienes palabras de vida eterna".
No río falaces, no senderos amplios que conducen a moradas vacías y ruidosas, no cisternas agrietadas, esos no son nuestros caminos. Tú Jesús eres el ideal de todo ser humano. Tú eres el camino, el ejemplo, la esperanza, el Mesías, el Liberador.
Un saludo afectuoso
Paula.