El pasado domingo me topé con un vecino que -no sé si para infortunio suyo- se hizo empleado de la corporación guachtógüer.
Entablamos un pequeño debate que inició porque él no comprendía cómo es que había "otra iglesia cristiana" que no fuese un salón del reino de los testigos de jiová. Cuando le comenté que volvía de mi servicio en la iglesia, él se quedó mirándome raro, con esa típica mirada de incomprensión hacia algo "nuevo".
No considero que nadie haya ganado algo; simplemente hubo un intercambio de opiniones; al ver mi vecino que el testimonio de Cristo -Dios encarnado- no podía quebrarlo, terminó citándome un pasaje que dice: "Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia (conocimiento)".
La mera verdad es que la indignación crespó mis nervios, no por el modo en que él trató de convencerme del concido cliché "Solo hay un Dios", sino por todo lo que la organización guachtógüer hace con quienes caen en su círculo de poder. He meditado en la posibilidad de presentarle, entre otras cosas, la publicación sobre el señor Franz para que sepa exactamente en dónde está parado (¡no le pueden hacer eso del juego del burro con la zanahoria!). Lo que me detiene, es la idea de que no es por ahí como trataría de llevarlo a los pies de Cristo, sino a través de algo más que solo el mero conocimiento intelectual.
Me quedé pensando en que aún hay personas que viven en una trampa invisible gracias a una religiosidad que limita a muchos a una esclavitud miserable, y no comprenden que Dios es uno para todos gracias a la acción salvadora de Cristo, y eso no solo es cuestión de saber, sino de vivir la realidad de la vida en Cristo.
Tomaré un par de "cápsulas de rodi" para estos casos.
Entablamos un pequeño debate que inició porque él no comprendía cómo es que había "otra iglesia cristiana" que no fuese un salón del reino de los testigos de jiová. Cuando le comenté que volvía de mi servicio en la iglesia, él se quedó mirándome raro, con esa típica mirada de incomprensión hacia algo "nuevo".
No considero que nadie haya ganado algo; simplemente hubo un intercambio de opiniones; al ver mi vecino que el testimonio de Cristo -Dios encarnado- no podía quebrarlo, terminó citándome un pasaje que dice: "Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia (conocimiento)".
La mera verdad es que la indignación crespó mis nervios, no por el modo en que él trató de convencerme del concido cliché "Solo hay un Dios", sino por todo lo que la organización guachtógüer hace con quienes caen en su círculo de poder. He meditado en la posibilidad de presentarle, entre otras cosas, la publicación sobre el señor Franz para que sepa exactamente en dónde está parado (¡no le pueden hacer eso del juego del burro con la zanahoria!). Lo que me detiene, es la idea de que no es por ahí como trataría de llevarlo a los pies de Cristo, sino a través de algo más que solo el mero conocimiento intelectual.
Me quedé pensando en que aún hay personas que viven en una trampa invisible gracias a una religiosidad que limita a muchos a una esclavitud miserable, y no comprenden que Dios es uno para todos gracias a la acción salvadora de Cristo, y eso no solo es cuestión de saber, sino de vivir la realidad de la vida en Cristo.
Tomaré un par de "cápsulas de rodi" para estos casos.