Sigamos...
Quiero centrarme en la diferencia que existe entre "encarnación" y "venir en carne".
Vamos a ver como pasajes clave como Juan 1:14 y 1 Juan 4:2-3, describen el hecho de que el Verbo tomó constitución humana sin introducir la idea de "encarnación", como posesión de un cuerpo o como una unión de dos naturalezas separadas.
La Biblia nos habla de Jesucristo como Dios viniendo a ser verdaderamente humano, usando expresiones como “fue hecho carne” o “venido en carne”, en lugar de términos teológicos posteriores como
encarnación.
Analicemos cuatro pasajes clave para entender qué significa
“venir en carne” según la Escritura, y cómo difiere de la idea de simplemente
poseer un cuerpo o de unir dos naturalezas separadas.
Veamos como la Biblia describe al Verbo haciéndose verdaderamente hombre (con carne y huesos reales), sin dejar de ser quien era, pero sin introducir un lenguaje ajeno a la Escritura.
Juan 1:14 – “Y aquel Verbo fue hecho carne…”
En Juan 1:1–3, el apóstol identifica al
“Verbo” (Logos) como divino y eterno (“el Verbo era con Dios y el Verbo
era Dios”). Luego, en Juan 1:14 afirma:
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros…” (
Juan 1:14 RVR1960 - Y aquel Verbo fue hecho carne, y - Bible Gateway).
¿Qué significa este “fue hecho carne”? En términos estrictamente bíblicos, indica que el Verbo de Dios
se convirtió en un ser humano real.
Decir que el Verbo
“se hizo carne” implica más que tomar una apariencia; significa que
el Ser divino se hizo verdaderamente hombre.
El Verbo no “poseyó” un cuerpo ajeno, ni simplemente
se metió en un hombre existente,
sino que Él mismo asumió nuestra humanidad. Juan añade que
“habitó entre nosotros”, es decir, vivió como uno de nosotros en este mundo, de forma tangible.
Los testigos oculares “vieron su gloria” en ese estado humano (
Juan 1:14 RVR1960 - Y aquel Verbo fue hecho carne, y - Bible Gateway), lo que muestra que aunque se hizo plenamente hombre, seguía siendo quien era (el Verbo de Dios), ahora velando su gloria divina en la carne.
Importante: la frase es
“fue hecho carne” y no “unió su ser divino a un cuerpo” – el énfasis recae en que
el mismo Verbo divino pasó a existir como un hombre de carne y hueso.
1 Juan 4:2-3 – “Jesucristo ha venido en carne…”
El apóstol Juan, en sus epístolas, retoma este concepto para combatir falsas enseñanzas. En 1 Juan 4:2-3 escribe:
“Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios…” (
1 Juan 4:2-3,Apocalipsis 1:10 RVR1960 - En esto conoced el Espíritu de Dios: - Bible Gateway). Aquí Juan emplea la expresión
“ha venido en carne” como prueba de la verdad doctrinal.
¿Por qué usa esta terminología? Porque en la época surgieron falsos maestros (protognósticos o docetas) que negaban la realidad física de Jesús – afirmaban que Cristo era un ser espiritual que solo
aparentó tener cuerpo. Juan refuta esas ideas enfatizando que
Jesucristo vino realmente en un cuerpo humano. Notemos que no dice simplemente “Jesús nació” o “se hizo hombre” (aunque es verdad), sino
“ha venido en carne”, subrayando tanto
la procedencia divina (él
vino de Dios al mundo) como
la realidad corpórea de su venida (vino “en carne”, es decir, en una constitución humana genuina).
Esta frase implica que
el Verbo preexistente se presentó en nuestra historia en una auténtica humanidad.
Juan utiliza exactamente esta expresión porque encapsula la fe cristiana: Jesús es el Dios verdadero hecho verdadero hombre.
Cualquier enseñanza que lo presente como un espíritu sin cuerpo o una deidad disfrazada es
anticristiana según Juan (
1 Juan 4:2-3,Apocalipsis 1:10 RVR1960 - En esto conoced el Espíritu de Dios: - Bible Gateway).
Vemos entonces que “venir en carne” es lenguaje bíblico que declara la
humanidad plena de Cristo (incluyendo su nacimiento, vida y muerte física), en contraste con ideas de mera apariencia.
Juan tampoco habla de “unión de naturalezas” ni de “posesión”; simplemente confiesa que el Verbo
, vino a nosotros como ser humano real.
Y esto era y es tan esencial, que confesarlo correctamente distingue al espíritu de Dios del engaño.
Filipenses 2:6-8 – “Se despojó a sí mismo… tomando forma de siervo”
El apóstol Pablo también describe la venida de Cristo al mundo en términos que resaltan su decisión voluntaria de hacerse hombre. En Filipenses 2:6-8 dice de Cristo Jesús:
“el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte…” (
Filipenses 2:6-11 RVR1960 - el cual, siendo en forma de Dios, no - Bible Gateway).
Veamos las frases clave:
- “Siendo en forma de Dios” – Antes de venir al mundo, Cristo existía en la forma o condición propia de Dios (es decir, con la gloria, dignidad y atributos divinos). Esto coincide con Juan 1:1 acerca del Verbo divino.
- “No estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” – No consideró su igualdad con Dios como algo a explotar o retener egoístamente; es decir, no se aferró a sus privilegios celestiales.
- “Se despojó a sí mismo” – Aquí Pablo describe la auto-humillación voluntaria de Cristo. “Despojarse” no puede significar jamás el dejar de ser Dios, sino que siendo en forma de Dios puso a un lado su forma, gloria y privilegios por amor.
Literalmente, se vació a sí mismo en el sentido de asumir una posición mucho más baja.
- “Tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” – Esta es la definición paulina de cómo se despojó: asumió la “forma” de un siervo, es decir, la condición de un ser humano humilde. Forma de siervo contrasta con forma de Dios: así como era verdaderamente Dios, decidió ser verdaderamente un siervo humano. Hecho semejante a los hombres significa que se hizo como nosotros en todo lo esencial de la humanidad. No fue una apariencia momentánea; Él fue hecho como los hombres, participando de carne y sangre.
- “Estando en la condición de hombre” – Una vez en el mundo, se halló como hombre y vivió como tal. Jesús experimentó todo lo propio de la existencia humana (cansancio, hambre, dolor, etc., aunque sin pecado).
Incluso sufrió la muerte humana – “obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” – lo que demuestra hasta qué punto era realmente un hombre (Dios, en su divinidad impasible, no muere; pero en la carne que asumió, pudo y murió por nosotros).
En este pasaje, Pablo muestra con palabras diferentes la misma verdad que Juan:
Cristo, que es Dios, se hizo verdaderamente hombre.
“Se despojó… tomando forma de siervo” equivale a decir que
dejó su posición exaltada para nacer como un hombre humilde. Fíjese que Pablo no dice “entró en un hombre” ni “se unió a una naturaleza humana existente”, sino que
el mismo Cristo asumió (tomó) la condición de siervo.
Así, Filipenses 2 describe la
venida en carne desde la perspectiva de la humildad de Cristo: Él
se anonadó a sí mismo para ser uno de nosotros.
Esto difiere de la mal llamada "
encarnación" que enfatiza una suerte de mezcla extraña de dos seres, por la bien dicha "venida en carne" que por el contrario enfatiza
la asunción del Verbo en una constitución plenamente humana.
Lucas 24:39 – “Un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo”
Por último, consideremos cómo Jesús resucitado se refiere a su propia corporeidad. Tras la resurrección, los discípulos pensaban que veían un fantasma cuando Jesús se les apareció. Jesús los corrige diciendo:
“Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo” (
Lucas 24:39 RVR1960 - Mirad mis manos y mis pies, que yo - Bible Gateway).
Aquí Jesús enfatiza que incluso resucitado él poseía
un cuerpo físico real, identificable por las heridas en sus manos y pies.
La frase “carne y huesos” es una manera contundente de describir
una naturaleza humana tangible.
Jesús quiere dejar claro que
no es una aparición incorpórea, sino un verdadero hombre.
Esto refuerza el significado de “venir en carne”: Jesús no solo tuvo carne durante su vida terrenal y luego la descartó;
aun después de vencer la muerte, sigue siendo humano en cuerpo resucitado.
Sus discípulos pudieron tocarlo y Él comió con ellos (Lucas 24:41-43), demostrando la continuidad de
su realidad corporal.
Este pasaje descarta cualquier noción de que la presencia humana de Cristo fuese ilusoria o temporal.
No: Él realmente
tuvo y tiene carne. Así, la Biblia muestra que
la humanidad de Cristo es permanente y genuina, distinta de la idea pagana de dioses que toman forma humana solo por un rato. Cuando Jesús dice “soy yo mismo” (
Lucas 24:39 RVR1960 - Mirad mis manos y mis pies, que yo - Bible Gateway), afirma que el mismo que estaba con ellos antes de morir está ahora con ellos en cuerpo resucitado – su identidad incluye esa
naturaleza humana real.
Conclusión: “Venir en carne” vs. conceptos ajenos de “encarnación”
A la luz de estos pasajes, podemos definir
bíblicamente qué significa
“venir en carne” y en qué se diferencia de ideas no bíblicas de encarnación entendidas como “posesión de un cuerpo” o “unión de dos naturalezas separadas”:
- “Venir en carne” en la Biblia: Significa que el Verbo eterno de Dios se hizo verdaderamente humano en la persona de Jesucristo. El Verbo divino “fue hecho carne” (Juan 1:14 RVR1960 - Y aquel Verbo fue hecho carne, y - Bible Gateway), Dios mismo “fue manifestado en carne” (1 Timoteo 3:16 RVR1960 - E indiscutiblemente, grande es el - Bible Gateway), tomando todo lo que somos (espíritu, alma y cuerpo). Jesús nació, vivió, murió y resucitó en carne, mostrando en todo momento una plena naturaleza humana junto con su identidad divina. La Escritura presenta a Jesucristo como una sola persona con plena realidad divina y humana. No habla de “dos seres” unidos, sino de un solo Señor que pudo decir tanto “Yo y el Padre uno somos” como “tengo sed”. Por eso Juan insiste en que confesemos a Jesús venido en carne (1 Juan 4:2-3,Apocalipsis 1:10 RVR1960 - En esto conoced el Espíritu de Dios: - Bible Gateway) – confesando que el Mesías de Dios es verdaderamente hombre de carne, sin dejar de ser Dios.
- Ideas erróneas de “encarnación” corregidas por la Biblia: A veces, fuera del lenguaje bíblico, la encarnación podría malentenderse como si una deidad solo habitara un cuerpo humano como en alquiler, o como si la divinidad y la humanidad de Jesús fueran dos entidades separadas pegadas. Estas nociones no corresponden al retrato bíblico. La Biblia no dice que Dios simplemente “usó” un cuerpo humano, ni que Cristo fuera una mezcla inestable de dos personas. En cambio, afirma que Dios mismo vino y nació como hombre (Juan 1:14, Mateo 1:23). “El Verbo” no tomó prestado un cuerpo: Él se hizo carne, indicando una unión completa y verdadera con nuestra humanidad. Tampoco vemos a Jesús dividido en dos; siempre actúa y habla como un solo Yo. Por ejemplo, cuando perdona pecados demuestra su autoridad divina, y cuando siente angustia en Getsemaní demuestra su verdadera humanidad – pero es el mismo Cristo obrando en ambos casos. La frase “unión de naturalezas separadas” no aparece en la Biblia; en vez de eso, encontramos expresiones como “forma de Dios” y “forma de siervo” en una misma persona (Filipenses 2:6-11 RVR1960 - el cual, siendo en forma de Dios, no - Bible Gateway). Esto sugiere que, aunque distinguimos la Deidad y la humanidad en Cristo, nunca están separadas, sino unidas en Él de manera perfecta y sin confusión (un misterio, como dice 1 Timoteo 3:16, “grande es el misterio… Dios fue manifestado en carne” (1 Timoteo 3:16 RVR1960 - E indiscutiblemente, grande es el - Bible Gateway)).
En términos bíblicos puros,
“venir en carne” describe el acto por el cual
el Verbo entró en nuestra realidad como verdadero hombre, con todo lo que ser humano implica (nacimiento, cuerpo físico, emociones, sufrimiento y muerte, y aún un cuerpo resucitado).
La Biblia define esta verdad sin recurrir a conceptos filosóficos: dice sencillamente que
Dios se hizo carne en Jesús.
Esto difiere de cualquier concepto de encarnación entendido como
solo habitar un cuerpo o
combinar dos partes separadas, porque la Escritura muestra una
identidad única:
Jesucristo es Dios-con-nosotros en forma humana. “Venir en carne”, por tanto, significa
un cambio de forma o de constitución. Dios con nosotros como hombre – sin añadir ideas extrañas. En resumen, el Verbo divino al
hacerse carne no dejó de ser quien era aunque adoptó nuestra condición, la humanidad verdadera, de modo que
el Cristo bíblico es plenamente Dios y plenamente hombre en una sola persona, y esta afirmación se hace con las palabras mismas de la Escritura (
Juan 1:14 RVR1960 - Y aquel Verbo fue hecho carne, y - Bible Gateway) (
1 Juan 4:2-3,Apocalipsis 1:10 RVR1960 - En esto conoced el Espíritu de Dios: - Bible Gateway). Cada uno de los pasajes analizados confirma esta realidad desde distintos ángulos, dándonos una comprensión completa:
Jesucristo venido en carne es Dios hecho hombre, no en apariencia sino en verdad, según el testimonio unánime de la Biblia. (
Lucas 24:39 RVR1960 - Mirad mis manos y mis pies, que yo - Bible Gateway)