LOS NUEVOS JUDAIZANTES VUELVEN A COLOCAR EL YUGO SOBRE LOS HOMBRES.

¿En qué?
¿Cuál es tu discrepancia?
Si tenés algo que decir y yo puedo aprender algo para acrecentar mi conocimiento no puedo más que ganar.
Solo se crece cuando se aprenden verdades nuevas.
 

En los estadios más tempranos de la tradición enóquica (Libro de los vigilantes), más que hablar de la exaltación sumo sacerdotal del protagonista, se describe a éste entrando en el santo de los santos celestial para interceder por los ángeles caídos (1Enoc 14,15-16) al modo como el sumo sacerdote entraba en el santo de los santos del templo de Jerusalén para interceder por los pecados del pueblo en el Yom Kippur. Más tarde, en el 2Enoc, la misma función sacerdotal se explicita cuando el protagonista, mientras asciende a los cielos, se pregunta: “¿Quién soy yo, hombre mortal, para interceder por unos ángeles?” (2 Enoc 4, 7). Esta condición mortal, sin embargo, se verá transfigurada cuando el arcángel Miguel, además de vestirlo de nuevo, lo unja con un aceite de aspecto más resplandeciente que el de una gran luminaria, con un ungüento que parecía como rocío bienhechor y con un perfume como la mirra. En ese momento Enoc comprueba que se ha convertido en uno de los ángeles gloriosos de Dios (2 Enoc 9, 22-23). El culmen, sin embargo, de estas tradiciones la encontramos en la más tardía obra del 3Enoc. En este relato se describe la transformación del héroe en el ángel Metatrón, el príncipe de la presencia, un ángel de enormes proporciones7 llamado a atender al modo sumo sacerdotal el trono de gloria (3Enoc 15,1).

Así, se nos cuenta como las carnes de Enoc se transformaron en llamas, sus tendones en fuego llameante, sus huesos en brasas ardientes, sus ojos en antorchas de fuego, sus cabellos en llamas ardientes, sus miembros en alas, y todo su cuerpo en fuego encendido (3Enoc 15, 1).

Enoc ascendio al cielo antes de la aparicion de la ley.
Los cristianos nos apoyamos sólo en los 66 libros inspirados.
Los libros apócrifos los ignoramos.