En este tema se ven muchas carencias de entendimiento en algunos foristas. Quieren mezclar con versículos aislados y fuera de contexto la ley y la gracia, ¡y no puede haber una mayor diferencia entre dos cosas en el mundo que la que existe entre las dos..!
Y sin embargo y aunque resulte extraño decirlo, a pesar que ambas cosas son diametralmente opuestas y esencialmente diferentes la una de la otra, la mente humana que es tan depravada, se han alejado tanto del discernimiento correcto, que una de las cosas más difíciles del mundo es hacer una apropiada distinción entre la ley y la gracia.
Por eso muchos tienen dificultad para entender el Evangelio de Cristo. Entre la ley y la gracia debe haber una diferencia muy clara. Los verdaderos cristianos lo sabemos.
Son tan opuestas como la luz y la oscuridad, y tan irreconciliables como el fuego y el agua; sin embargo muchos están perpetuamente esforzándose por hacer un compuesto de ambas cosas, a menudo por ignorancia, pero a veces voluntariamente. Buscan cómo mezclarlas, cuando Dios las ha separado categóricamente.
A lo largo de este épigrafe he hablado muchisimas veces de lo que dice el apóstol Pablo en Gálatas, de ahí tomé la decisión de brir este tema al ver como el foro estaba inundado de judaizantes confundiendo y alejando a muchos de la gracia de Dios.
El apóstol Pablo lo explica muy bien....Alegoría de Sara y Agar. Gálatas 4:21-31.
Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?
Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.
Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.
Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.
Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.
Porque está escrito:
Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;
Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. m
Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.
De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Si pudieran entender esto que nos muestra la Escritura; no seguirian siendo esclavos de le ley, no intentarian mezclarla con la gracia, ¡cuando Dios las ha separado categóricamente!.
Saludos y bendiciones.
