Respuestas a Mensajes # 121/124:
Desde los días que Dios mismo se paseaba en el huerto donde había puesto al hombre y su mujer que había creado (Gn 3:8), se le presentó luego a Caín (Gn 4:9); caminó con Enoc (Gn 5:24); instruyó a Noé (Gn 6/9); llamó a Abraham y se le apareció de diversas maneras, así como a Isaac y Jacob. Después, de varias maneras se manifestó a Moisés, comenzando con aquel episodio de la zarza ardiendo. Y de otras muchas maneras Dios se manifestó a reyes y profetas. Hebreos 1:1,2 nos dice como en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo. Sé que me dirás que casi dos milenios ya pasaron desde aquellos “últimos días”. El caso es que desde que Dios se manifestó en carne, en su Hijo Jesucristo (1Ti 3:16), no se nos habla de otra manifestación que la de Él mismo en su segunda venida (1Co 1:7; Tito 2:13) que estamos esperando. En estos dos mil años de historia, son muchos los que han aparecido con pretensiones mesiánicas, iluminados o trasnochados, pero todos ellos consiguiendo adeptos. Únicamente los que lograron mayor fama han trascendido mundialmente, como es el caso de Mahoma. Los demás, han sido locatarios, o importados desde Europa y los EEUU para su promoción posterior por el mundo entero. De hecho, somos totalmente ignorantes de cientos de pretendientes o candidatos que reúnen miles de seguidores en América, África y Asia, pero que todavía no trascendieron hasta nosotros.