Los 10 Mandamientos son Eternos

Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

[¿Quién escribió las segundas tablas? : ¿Jehová o Moisés?
si quien escribio esa ley efimera .atte kerigma :10::lach:/B]
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

[¿Quién escribió las segundas tablas? : ¿Jehová o Moisés?
si quien escribio esa ley efimera .atte kerigma :10::lach:/B]


¡¡LEY EFIMERA!! Esto es lo más absurdo que he leído en forocristiano, y eso que he leído toneladas de comentarios..

Bueno, si es así, kerigma, tú debes ser un azote de barrio, porque debes matar, robar, maldecir como nadie. Total, como esos mandamientos son efímeros, sólo para judíos, entonces no importa lo que hagas.

Esa ley te va a juzgar, así como tus palabras:

"Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor dela ley. Así hablad, y así haced. como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad" Santiago 2:11,12

"Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente, y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos" Salmos 119:4,46

"No penséis que he venido para abrogar la ley" Mateo 5:17



¡Cuidado con kerigma! Peligro, peligro, peligro
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

¿Porque crees tu?

Sencillamente porque era un judío cristiano que observaba todas las fiestas y costumbre judías, incluyendo el sábado, sólo con una visión cristocéntrica. Además, quería demostrarle a los chismosos que él seguía siendo judío.

Ahora tú, responde, ¿Por qué crees tú?
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

[¿Quién escribió las segundas tablas? : ¿Jehová o Moisés?
si quien escribio esa ley efimera .atte kerigma :10::lach:/B]



Las segundas tablas después que Moisés destruyó las primeras fueron también escritas por Dios ; Moisés preparó, alizó las piedras.
Tenga mucho cuidado como se expresa de lo que Dios mismo escribió.
No olvide que la biblia dice que Dios no puede ser burlado.
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

Vive4Jesus:

Tu aporte es muy bueno. Ojala que todos los que observan el domingo y se encarnizan contra quienes guardamos el sabado, cuando debatan den una respuesta a estos argumentos tan valiosos.
Dios te bendiga y FELIZ SABADO....
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

Sencillamente porque era un judío cristiano que observaba todas las fiestas y costumbre judías, incluyendo el sábado, sólo con una visión cristocéntrica. Además, quería demostrarle a los chismosos que él seguía siendo judío.

Ahora tú, responde, ¿Por qué crees tú?

Uff, ya lo dije antes, pero nadie hace caso.
Pensamos lo mismo sabadov !!!
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

sabadv, fijate bien , que no te digan que no te cuenten ,2cor 3,7-17 7 Que si el ministerio de la muerte, grabado con letras sobre tablas de piedra, resultó glorioso hasta el punto de no poder los hijos de Israel fijar su vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, aunque pasajera,(efimera)
8 ¡cuánto más glorioso no será el ministerio del Espíritu!
9 Efectivamente, si el ministerio de la condenación fue glorioso(efimero), con mucha más razón lo será el ministerio de la justicia.
10 Pues en este aspecto, no era gloria aquella glorificación en comparación de esta gloria sobreeminente.
11 Porque si aquello, que era pasajero,(efimero) fue glorioso, ¡cuánto más glorioso será lo permanente!
12 Teniendo, pues, esta esperanza, hablamos con toda valentía,
13 y no como Moisés, que se ponía un velo sobre su rostro para impedir que los israelitas vieran el fin de lo que era pasajero...(efimero)
14 Pero se embotaron sus inteligencias. En efecto, hasta el día de hoy perdura ese mismo velo en la lectura del Antiguo Testamento. El velo no se ha levantado, pues sólo en Cristo desaparece.
15 Hasta el día de hoy, siempre que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones.
16 Y cuando se convierte al Señor, se arranca el velo.
17 Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad. asi que no tienes razon ,
ademas dices que si puedo matar robar ectect , pues te dire que no pues estoy bajo la ley de cristo


Esa ley dada a Moisés en el Sinaí cumple su misión, que es darnos el conocimiento del pecado, matarnos, y después llevarnos al Cristo para recibir la justificación por la fe, y ahora los justificados por la fe estamos bajo la ley DEL CRISTO, ¡no bajo la ley de Moisés dada en el Sinaí!: "...a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley del Cristo), para ganar a los que están sin ley" (1Co.9:21).

"Porque ignorando (Israel) la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree." (Ro.10:3-4).


Pablo dijo bien claro que el FIN de la ley es el Cristo, para justicia a todo aquél que cree, ¿lo lee bien?, esto no significa que la ley de Moisés acabe o termine con el Cristo, lo que significa es que el PROPÓSITO (el fin) de la ley es LLEVARNOS AL CRISTO, para ser justificados por medio de la fe, y venida esa fe, entonces ya no estamos bajo esa ley de Moisés: "De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos al Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo jesus


Miles de personas están siendo engañadas por todos esos falsos maestros sabatarios y legalistas, así como por algunas falsas y pervertidas interpretaciones de algunos pasajes bíblicos . Ellos creen neciamente que están cumpliendo los mandamientos del Decálogo, y que por eso van a ser justificados delante de Dios, para poder recibir la vida eterna, pero ¡nadie cumple la ley! (Jn.7:19), y lo único que hace ella es CONDENARNOS y matarnos" (Gál.3:24-26).


NO ESTAMOS SIN LEY DE DIOS, SINO BAJO LA LEY DEL CRISTO



Muchos judaizantes, legalistas y sabatarios nos acusan a los cristianos de que nosotros somos sin ley, es decir, impíos, porque -según ellos- nosotros decimos que no estamos bajo la ley del Sinaí, sino bajo la gracia. Veamos en este sencillo escrito la falsedad de esa acusación diabólica:

El apóstol Pablo dijo lo siguiente: "Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley."

En esas tremendas palabras de Pablo se dice bien claro lo siguiente:


Pablo dijo que él no estaba sujeto a la ley, es decir, a la ley de Dios dada por medio de Moisés (incluido el Decálogo).


Pablo dijo que él no estaba sin ley de Dios, sino BAJO LA LEY DEL CRISTO. Por lo tanto, la ley de Dios dada por medio de Moisés, y la ley del Cristo, son DIFERENTES y OPUESTAS (Jn.1:17). Pablo, y el resto de cristianos no estamos bajo esa ley o Torah del Sinaí, grabada en tablas de piedra, ¡sino que estamos bajo otra ley muy superior: la ley del Cristo, que es la ley de la libertad y del amor a los hermanos en la fe, ¿y en qué consiste esa ley del Cristo?, pues en esto: "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley del Cristo." (Gál.6:2).



la ley del Sinaí (el Decálogo) trae CONDENACIÓN al quebrantarla, dicha ley nos da el conocimiento del pecado, y nos mata, para después llevarnos al Cristo, para recibir la justificación por la fe. Sin embargo, la ley del Cristo es la ley de la GRACIA Y LA VERDAD, la cual trae JUSTIFICACIÓN Y VIDA ETERNA (Jn.1:17). Por eso es que los verdaderos cristianos guardamos los mandamientos de Dios (Ap.14:12), ¡pero esos mandamientos de Dios que guardamos son los MANDAMIENTOS DEL CRISTO O LEY DEL CRISTO!, no la ley o Torah dada por medio de Moisés en el Sinaí.


sabadv , Le recuerdo las palabras del Cristo: "Si me amáis, guardad mis mandamientos." (Jn.14:15). Observe que el Cristo no dijo a sus discípulos que guardemos la ley o Torah dada por medio de Moisés, sino que guardemos SUS mandamientos, es decir, lo que él ordenó a sus discípulos: que nos amemos los unos a los otros, como él mismo nos amó, ¡y esa es la ley del Cristo!, y quien la guarda, está cumpliendo la ley del Cristo, ¡está bajo esa ley del Cristo!

Por consiguiente, aquellos que dicen cumplir los Diez Mandamientos, para intentar justificarse delante de Dios por medio de las obras de la ley, no son verdaderos cristianos, sino judaizantes, y ese pervertido evangelio que ellos predican está condenado en Gálatas 1:6-8.



atte kerigma :10:
¡¡LEY EFIMERA!! Esto es lo más absurdo que he leído en forocristiano, y eso que he leído toneladas de comentarios..

Bueno, si es así, kerigma, tú debes ser un azote de barrio, porque debes matar, robar, maldecir como nadie. Total, como esos mandamientos son efímeros, sólo para judíos, entonces no importa lo que hagas.

Esa ley te va a juzgar, así como tus palabras:

"Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor dela ley. Así hablad, y así haced. como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad" Santiago 2:11,12

"Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente, y andaré en libertad, porque busqué tus mandamientos" Salmos 119:4,46

"No penséis que he venido para abrogar la ley" Mateo 5:17



¡Cuidado con kerigma! Peligro, peligro, peligro
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

te apoyo kerigma pues realmente te estas alimentando con lo que es para ti seas judio o gentil solo hay un camino para acercarse a dios el camino nuevo y vivo.
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

VIVE4JESUS, te voy a decir unas cosas para que sepas .ok



conocemos el episodio de las tablas de los Diez Mandamientos que Moisés quebró cuando bajó del Sinaí. Las quebró de lo furioso que se puso cuando vio que les hebreos habían hecho un becerro de oro, con la participación activa de su propio hermano Aarón (leer todo el capítulo 32 del libro de Exodo).

Bien.

También sabemos que Dios quiso volver a darles a los hebreos otras tablas de esos Diez Mandamientos para reemplazar las que Moisés, hombre supuestamente "muy manso" (según el chiste de Números 12:3) había quebrado.

Muy bien.


Ahora, vamos a examinar bien todos los pasajes del Pentateuco que nos hablan de esas dos "ediciones", (las primeras tablas y las segundas tablas).

SOBRE LAS PRIMERAS TABLAS

Exodo 24:12 : "Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles".

Exodo 31:18 : "Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios".


Exodo 32:15, 16 : "Y volvió Moisés y descendió del monte, trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y otro lado estaban escritas. Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas".

Exodo 32:19 : "Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y ARROJó LAS TABLAS de sus manos , y LAS QUEBRó al pie del monte".

Y ahí hubo una masacre terrible (como 3 000 hombres fueron exterminados), según Exodo 32:28 Ya saben cuánto le encanta a Jehová matar a los que no le obedecen ...

SOBRE LAS SEGUNDAS TABLAS

Luego, en Exodo 34:1, dice : "Y Jehová dijo a Moisés : Alísate DOS TABLAS de piedra como las primeras, y ESCRIBIRé sobre esas tablas las palabras que estaban en las primera que quebraste".

Exodo 34:4 : "Y Moisés alisó DOS TABLAS de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano LAS DOS TABLAS de piedra";

Exodo 34:27 : "Y Jehová dijo a Moisés : ESCRIBE Tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel".

Exodo 34:28 : "Y él, (o sea Moisés, nota mía)estuvo allí con Jehová 40 días y 40 noches; no comió pan ni bebió agua; y ESCRIBIó en tablas las palabras del pacto, los DIEZ MANDAMIENTOS".

¿No hay nada que les choca hasta aquí?

¿"ESCRIBIRé", "ESCRIBE Tú" y "ESCRIBIó" (Moisés) ???...

Ahora vamos a ver lo que dice el libro de Deuteronomio acerca de las primeras y de las segundas tablas de los Diez Mandamientos.

SOBRE LAS PRIMERAS TABLAS

En Deuteronomio 5:6-21, se repiten los Diez Mandamientos. El versículo 22 dice : " Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congreación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las ESCRIBIó en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí".

Deuteronomio 9:10 dice : "y me dio Jehová las DOS TABLAS de piedra ESCRITAS CON EL DEDO DE DIOS".


Y ahí se vuelve a narrar el pecado de idolatría con el becerro de oro y añade Deuteronomio 9:17 : "Entonces tomé las DOS TABLAS y las arrojé de mis dos manos, Y LAS QUEBRé delante de vuestros ojos".

SOBRE LAS SEGUNDAS TABLAS

Luego, en Deuteronomio 10:1 y 2, leemos : "En aquel tiempo, Jehová me dijo : Lábrate DOS TABLAS de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera; y ESCRIBIRé en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca".

Moisés labró las segundas tablas de piedra y volvió a subir al monte.

Deuteronomio 10:4 dice : "Y ESCRIBIó en las tablas conforme a la primera escritura, los DIEZ MANDAMIENTOS ... y me las dio Jehová".

Bueno, eso es lo que leemos tanto en Exodo
como en Deuteronomio.

Para resumir, Exodo 34:1, 27 y 28 se contradicen. Dios le dijo a Moisés que sería El quien escribiría las SEGUNDAS TABLAS y luego le dijo a Moisés que las escribiera él (Moisés). Y Moisés dice que fue él quien las escribió.

total, una ley efimera pues no existen hoy dia las tablas del pacto ( porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel".) y sxi no existen las tablas pues tampoco el pacto . SOLO CRISTO Y LA LEY DE CRISTO . atte kerigma :10:
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

También sabemos que Dios quiso volver a darles a los hebreos otras tablas de esos Diez Mandamientos para reemplazar las que Moisés, hombre supuestamente "muy manso" (según el chiste de Números 12:3) había quebrado.

Oiga amigo: es usted cristiano? Como puede referisrse a la Palabra Santa de Dios como un "chiste"?



Para resumir, Exodo 34:1, 27 y 28 se contradicen. Dios le dijo a Moisés que sería El quien escribiría las SEGUNDAS TABLAS y luego le dijo a Moisés que las escribiera él (Moisés). Y Moisés dice que fue él quien las escribió.

total, una ley efimera pues no existen hoy dia las tablas del pacto ( porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel".) y sxi no existen las tablas pues tampoco el pacto . SOLO CRISTO Y LA LEY DE CRISTO . atte kerigma :10:[/QUOTE]


A ver amigo: O sea que todo tu esfuerzo al mencionar todos losm pasajes acerca de los dos juegos de tablas fue para demostrar que la Biblia esta equivocada?
Como puedes decir cosas tan desatinadas. Si al hecho de que las tablas no existan hoy nos basaramos para decir que su contenido es "efimero" y que por lo tanto "tampoco existe el pacto", como quien dice todo eso no tiene ningun valor; en tal caso nada de la Binlia tendria valor porque la fuente original donde fue escrita en su inmensa mayoria ya no existe.
Oye por favor cuanta ignorancia demuestras. Tus argumentos te los contestan los ninos de la escuela dominical de cualquier iglesia evangelica.
Que los principios de los diez mandamientos son "para siempre" hay cientos de pasajes que lo testifican. Y las iglesias evangelicas en su mayoria aceptan que es asi.
En Estados Unidos se reconoce que la grandeza de esta nacion se basa en que al formular su constitucion se tuvieron en cuenta tales principios.
Ojala te documentes mas para hacer tales declaraciones.
La Biblia no solo aca sino en muchas partes tiene aparentes contradicciones. La Biblia fue escrita en un lenguaje humano, y todo lo humano es imperfecto.
No le busques la quinta pata al gato. Es claro que Dios las escribio. Pero debes saber, revisalo si no, que ademas ese dia Dios tambien "le dicto" a Moises muchas otras leyes de orden civil, sanitarias, ceremoniales, etc. Pero es claro en los pasajes que has transcrito que LOS DIEZ MANDAMIENTOS" fueron escritos por el dedo mismo de Dios en ambas ocasiones y que de esa manera quedo hecha una distincion aun mas enfatica sobre su contenido.
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

EL MINISTERIO DE MUERTE ( DECALOGO )QUITADO 2 COR 3,4,6,7,8,9,10,11,12,13 Y 14


ATTE KERIGMA :Food2:


 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

EL MINISTERIO DE MUERTE ( DECALOGO )QUITADO 2 COR 3,4,6,7,8,9,10,11,12,13 Y 14


ATTE KERIGMA :Food2:



kerigma, lee, es contigo:

"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor
es para salvación; como también nuestro amado hermano
Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha
escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de
estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de
entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen,
como también las otras Escrituras, para su propia
perdición
." 2ª Pedro 3:15,16


Saliste de lo mejor en esa foto.
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

mira nomas el burro hablando de orejas ,aqui en indocto eres tu estimado e inconstante , pues no nacistes en esa secta sabatica ,y tu secta tuerce las escrituras , estudia mas por favor y salte del error .


atte kerigma
kerigma, lee, es contigo:

"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor
es para salvación; como también nuestro amado hermano
Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha
escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de
estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de
entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen,
como también las otras Escrituras, para su propia
perdición
." 2ª Pedro 3:15,16


Saliste de lo mejor en esa foto.
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

Capítulo 3: 2 Corintios 3




1 ¿Comenzamos de nuevo a recomendarnos? ¿O es que, como algunos, necesitamos presentaros cartas de recomendación o pedíroslas?
2 Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres.
3 Evidentemente sois una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; NO EN TABLAS DE PIEDRA, sino en tablas de carne, en los corazones.
4 Esta es la confianza que tenemos delante de Dios por Cristo.



5 No que por nosotros mismos seamos capaces de atribuirnos cosa alguna, como propia nuestra, sino que nuestra capacidad viene de Dios,
6 el cual nos capacitó para ser ministros de una nueva Alianza, no de la letra, sino del Espíritu. Pues la letra mata mas el Espíritu da vida.



7 Que si el ministerio de la muerte, grabado con letras sobre tablas de piedra,(DECALOGO) resultó glorioso hasta el punto de no poder los hijos de Israel fijar su vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, aunque pasajera,
8 ¡cuánto más glorioso no será el ministerio del Espíritu!
9 Efectivamente, si el ministerio de la condenación fue glorioso, con mucha más razón lo será el ministerio de la justicia.





[10 Pues en este aspecto, no era gloria aquella glorificación en comparación de esta gloria sobreeminente.
11 Porque si aquello, que era pasajero, fue glorioso, ¡cuánto más glorioso será lo permanente!
12 Teniendo, pues, esta esperanza, hablamos con toda valentía,
13 y no como Moisés, que se ponía un velo sobre su rostro para impedir que los israelitas vieran el fin de lo que era pasajero...
14 Pero se embotaron sus inteligencias. En efecto, hasta el día de hoy perdura ese mismo velo en la lectura del Antiguo Testamento. El velo no se ha levantado, pues sólo en Cristo desaparece.
15 Hasta el día de hoy, siempre que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones.
16 Y cuando se convierte al Señor, se arranca el velo.
17 Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad.
18 Mas todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más gloriosos: así es como actúa el Señor, que es Espíritu.




ATTE KERIGMA :10:/B]
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

Capítulo 3: 2 Corintios 3




1 ¿Comenzamos de nuevo a recomendarnos? ¿O es que, como algunos, necesitamos presentaros cartas de recomendación o pedíroslas?
2 Vosotros sois nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres.
3 Evidentemente sois una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; NO EN TABLAS DE PIEDRA, sino en tablas de carne, en los corazones.
4 Esta es la confianza que tenemos delante de Dios por Cristo.



5 No que por nosotros mismos seamos capaces de atribuirnos cosa alguna, como propia nuestra, sino que nuestra capacidad viene de Dios,
6 el cual nos capacitó para ser ministros de una nueva Alianza, no de la letra, sino del Espíritu. Pues la letra mata mas el Espíritu da vida.



7 Que si el ministerio de la muerte, grabado con letras sobre tablas de piedra,(DECALOGO) resultó glorioso hasta el punto de no poder los hijos de Israel fijar su vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, aunque pasajera,
8 ¡cuánto más glorioso no será el ministerio del Espíritu!
9 Efectivamente, si el ministerio de la condenación fue glorioso, con mucha más razón lo será el ministerio de la justicia.





[10 Pues en este aspecto, no era gloria aquella glorificación en comparación de esta gloria sobreeminente.
11 Porque si aquello, que era pasajero, fue glorioso, ¡cuánto más glorioso será lo permanente!
12 Teniendo, pues, esta esperanza, hablamos con toda valentía,
13 y no como Moisés, que se ponía un velo sobre su rostro para impedir que los israelitas vieran el fin de lo que era pasajero...
14 Pero se embotaron sus inteligencias. En efecto, hasta el día de hoy perdura ese mismo velo en la lectura del Antiguo Testamento. El velo no se ha levantado, pues sólo en Cristo desaparece.
15 Hasta el día de hoy, siempre que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones.
16 Y cuando se convierte al Señor, se arranca el velo.
17 Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad.
18 Mas todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más gloriosos: así es como actúa el Señor, que es Espíritu.




ATTE KERIGMA :10:/B]



Los textos, todas las veces que los citas sin meterles tus ideas preconcebidas, son totalmente correctos.
Definitivamente el Nuevo pacto es superior al antiguo. Definitivamente quien nos libera del poder del pecado y sus consecuencias NO ES LA LEY. Eso lo ensena la IASD. Lo sabias hermano?LA LEY que como dijo el Apsotol Pablo, es "Santa y justa y Buena" no nos puede salvar. Si fuera asi, que proposito tendria el sacrificio de Jesus en nuestro lugar?
El obetivo de la ley es llevarnos a Cristo. (Es "nuestro ayo" dice el Apostol Pablo. Y Santiago la compara a un espejo.
Tu no usas el espejo para limpiar tu cara sucia. Pero si no te miras al espejo iras por la calle con tu cara sucia. Cuando te miras al espejo acudes al agua y el jabon para estar presentable, verdad?
Asi es con la Santa Ley de Dios. Su unico objetivo es mostrarnos nuestra condicion. Nos damos cuenta que NADA PODEMOS HACER por nosotros mismos para limpiarnos. Que hacemos? Acudimos a Cristo para que el nos limpie con su sangre preciosa y nos de SU JUSTICIA.Asi que nuestra justicia no depende de la ley. Depende de Cristo. Eso lo ensena la IASD porque es lo que dice la Biblia.
Pero quienes desprecian la ley, lo hacen por razones de "convenciencia" a su conducta. Ellos dicen "yo estoy bien", "no necesito mirarme siquiera en el espejo". "Es mas, voy a quebrar el espejo".
Y eso han hecho con la ley. La ponen a un lado. Por eso su conducta es reprobable. No toman en serio la vida cristiana. Les da lo mismo obedecer o no.
Ojala consideres con seriedad estas cosas en tu vida hermano querido.
Y no nos hagas decir lo que no creemos.
En todo caso cuando pretendas hacer acusaciones, seria bueno que citaras fuentes autorizadas para decir lo que dices.
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

Cuando Adán y Eva fueron creados recibieron el conocimiento de la ley de Dios; conocieron los derechos que la ley tenía sobre ellos; sus preceptos estaban escritos en sus corazones. Cuando el hombre cayó a causa de su transgresión, la ley no fue cambiada, sino que se estableció un sistema de redención para hacerle volver a la obediencia. Se le dio la promesa de un Salvador, y se establecieron sacrificios que dirigían sus pensamientos hacia el futuro, hacia la muerte de Cristo como supremo sacrificio. Si nunca se hubiera violado la ley de Dios, no habría habido muerte ni se habría necesitado un Salvador, ni tampoco sacrificios.
Adán enseñó a sus descendientes la ley de Dios, y así fue transmitida de padres a hijos durante las siguientes generaciones. No obstante las medidas bondadosamente tomadas para la redención del hombre, pocos la aceptaron y prestaron obediencia. Debido a la transgresión, el mundo se envileció tanto que fue menester limpiarlo de su corrupción mediante el diluvio. La ley fue preservada por Noé y su familia, y Noé enseñó los mandamientos a sus descendientes. Cuando los hombres se apartaron nuevamente de Dios, el Señor eligió a Abrahán, de quien declaró: "Oyó Abrahán mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos, y mis leyes." (Gén. 26:5) Le dio el rito de la circuncisión, como señal de que quienes lo recibían eran dedicados al servicio de Dios, y prometían permanecer separados de la idolatría y obedecer la ley de Dios. La falta de voluntad para cumplir esta promesa, que los descendientes de Abrahán evidenciaron en su tendencia a formar alianzas con los paganos y adoptar sus prácticas, fue la causa de su estada y servidumbre en Egipto. Pero en su relación con los idólatras y su forzada sumisión a los egipcios, los israelitas corrompieron aun más su conocimiento de los preceptos divinos al mezclarlos con las crueles y viles enseñanzas del paganismo. Por lo tanto, cuando los sacó de Egipto, el Señor descendió sobre el Sinaí, envuelto en gloria y rodeado de sus ángeles, y con grandiosa majestad pronunció su ley a todo el pueblo.
Aun entonces Dios no confió sus preceptos a la memoria de un pueblo inclinado a olvidar sus requerimientos, sino que los escribió sobre tablas de piedra. Quiso alejar de Israel toda posibilidad de mezclar las tradiciones paganas con sus santos preceptos, o de confundir sus mandamientos con costumbres o reglamentos humanos, Pero hizo más que sólo darles los preceptos del Decálogo. El pueblo se había mostrado tan susceptible a descarriarse, que no quiso dejarles ninguna puerta abierta a la tentación. A Moisés se le dijo que escribiera, como Dios se lo había mandado, derechos y leyes que contenían instrucciones minuciosas respecto a lo que el Señor requería. Estas instrucciones relativas a los deberes del pueblo para con Dios, a los deberes de unos para con otros, y para con los extranjeros, no eran otra cosa que los principios de los diez mandamientos ampliados y dados de una manera específica, en forma tal que ninguno pudiera errar. Tenían por objeto resguardar la santidad de los diez mandamientos grabados en las tablas de piedra.Si el hombre hubiera guardado la ley de Dios, tal como le fue dada a Adán después de su caída, preservada por Noé y observada por Abrahán, no habría habido necesidad del rito de la circuncisión. Y si los descendientes de Abrahán hubieran guardado el pacto del cual la circuncisión era una señal, jamás habrían sido inducidos a la idolatría, ni habría sido necesario que sufrieran una vida de esclavitud en Egipto; habrían conservado el conocimiento de la ley de Dios y no habría sido necesario proclamarla desde el Sinaí, o grabarla sobre tablas de piedra. Y si el pueblo hubiera practicado los principios de los diez mandamientos, no habría habido necesidad de las instrucciones adicionales que se le dieron a Moisés.
El sistema de sacrificios confiado a Adán fue también pervertido por sus descendientes. La superstición, la idolatría, la crueldad y el libertinaje corrompieron el sencillo y significativo servicio que Dios había establecido. A través de su larga relación con los idólatras, el pueblo de Israel había mezclado muchas costumbres paganas con su culto; por consiguiente, en el Sinaí el Señor le dio instrucciones definidas tocante al servicio de los sacrificios. Una vez terminada la construcción del santuario, Dios se comunicó con Moisés desde la nube de gloria que descendía sobre el propiciatorio, y le dio instrucciones completas acerca del sistema de sacrificios y ofrendas, y las formas del culto que debían emplearse en el santuario. De esa manera se dio a Moisés la ley ceremonial, que fue escrita por él en un libro. Pero la ley de los diez mandamientos pronunciada desde el Sinaí había sido escrita por Dios mismo en las tablas de piedra, y fue guardada sagradamente en el arca.Muchos confunden estos dos sistemas y se valen de los textos que hablan de la ley ceremonial para tratar de probar que la ley moral fue abolida; pero esto es pervertir las Escrituras. La distinción entre los dos sistemas es clara. El sistema ceremonial se componía de símbolos que señalaban a Cristo, su sacrificio y su sacerdocio. Esta ley ritual, con sus sacrificios y ordenanzas, debían los hebreos seguirla hasta que el símbolo se cumpliera en la realidad de la muerte de Cristo. Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Entonces debían cesar todas las ofrendas de sacrificio. Tal es la ley que Cristo quitó de en medio y clavó en la cruz. (Col. 2: 14)
Pero acerca de la ley de los diez mandamientos el salmista declara: "Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos." (Sal. 119: 89) Y Cristo mismo dice: "No penséis que he venido para abrogar la ley.... De cierto os digo," y recalca en todo lo posible su aserto, "que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas." (Mat. 5: I7, 18.) En estas palabras Cristo enseña, no sólo cuáles habían sido las demandas de la ley de Dios, y cuáles eran entonces, sino que además ellas perdurarán tanto como los cielos y la tierra. La ley de Dios es tan inmutable como su trono. Mantendrá sus demandas sobre la humanidad a través de todos los siglos.
Respecto a la ley pronunciada en el Sinaí, dice Nehemías: "Sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y dísteles juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos." (Neh. 9: 13) Y Pablo, el apóstol de los gentiles, declara: "La ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, y justo, y bueno." Esta ley no puede ser otra que el Decálogo, pues es la ley que dice: "No codiciarás." (Rom. 7: 12, 7)
Si bien la muerte del Salvador puso fin a la ley de los símbolos y sombras no disminuyó en lo más mínimo la obligación del hombre hacía la ley moral. Muy al contrario, el mismo hecho de que fuera necesario que Cristo muriera para expiar la transgresión de la ley, prueba que ésta es inmutable.Los que alegan que Cristo vino para abrogar la ley de Dios y eliminar el Antiguo Testamento, hablan de la era judaica como de un tiempo de tinieblas, y representan la religión de los hebreos como una serie de meras formas y ceremonias. Pero éste es un error. A través de todas las páginas de la historia sagrada, donde está registrada la relación de Dios con su pueblo escogido, hay huellas vivas del gran YO SOY. Nunca dio el Señor a los hijos de los hombres más amplias revelaciones de su poder y gloria que cuando fue reconocido como único soberano de Israel y dio la ley a su pueblo, Había allí un cetro que no era empujado por manos humanas; y las majestuosas manifestaciones del invisible Rey de Israel fueron indeciblemente grandiosas y temibles.
En todas estas revelaciones de la presencia divina, la gloria de Dios se manifestó por medio de Cristo. No sólo cuando vino el Salvador, sino a través de todos los siglos después de la caída del hombre y de la promesa de la redención, "Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí." (2 Cor. 5: 19) Cristo era el fundamento y el centro del sistema de sacrificios, tanto en la era patriarcal como en la judía. Desde que pecaron nuestros primeros padres, no ha habido comunicación directa entre Dios y el hombre. El Padre puso el mundo en manos de Cristo para que por su obra mediadora redimiera al hombre y vindicara la autoridad y santidad de la ley divina.
Toda comunicación entre el cielo y la raza caída se ha hecho por medio de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dio a nuestros primeros padres la promesa de la redención. Fue él quien se reveló a los patriarcas. Adán, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob, y Moisés comprendieron el Evangelio. Buscaron la salvación por medio del Substituto y Garante del ser humano. Estos santos varones de antaño comulgaron con el Salvador que iba a venir al mundo en carne humana; y algunos de ellos hablaron cara a cara con Cristo y con ángeles celestiales.
Cristo no sólo fue el que dirigía a los hebreos en el desierto --el Ángel en quien estaba el nombre de Jehová, y quien, velado en la columna de nube, iba delante de la hueste--sino que también fue él quien dio la ley a Israel. En medio de la terrible gloria del Sinaí, Cristo promulgó a todo el pueblo los diez mandamientos de la ley de su Padre, y dio a Moisés esa ley grabada en tablas de piedra.
Fue Cristo quien habló a su pueblo por medio de los profetas. El apóstol Pedro, escribiendo a la iglesia cristiana, dice que los que "profetizaron de la gracia que había de venir a vosotros, han inquirido y diligentemente buscado, escudriñando cuándo y en qué punto de tiempo significaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual prenunciaba las aflicciones que habían de venir a Cristo, y las glorias después de ellas." (1 Ped. 1: 10, 11) Es la voz de Cristo la que nos habla por medio del Antiguo Testamento. "Porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía." (Apoc. 19: 10)
En las enseñanzas que dio cuando estuvo personalmente aquí entre los hombres, Jesús dirigió los pensamientos del pueblo hacia el Antiguo Testamento. Dijo a los judíos: "Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mi." (Juan 5:39) En aquel entonces los libros del Antiguo Testamento eran la única parte de la Biblia que existía. Otra vez el Hijo de Dios declaró: "A Moisés y a los profetas tienen: óiganlos." Y agregó: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos." (Luc. 16:29, 31)
La ley ceremonial fue dada por Cristo. Aun después de ser abolida, Pablo la presentó a los judíos en su verdadero marco y valor, mostrando el lugar que ocupaba en el plan de la redención, así cómo su relación con la obra de Cristo; y el gran apóstol declara que esta ley es gloriosa, digna de su divino Originador. El solemne servicio del santuario representaba las grandes verdades que habían de ser reveladas a través de las siguientes generaciones. La nube de incienso que ascendía con las oraciones de Israel representaba su justicia, que es lo único que puede hacer aceptable ante Dios la oración del pecador;, la víctima sangrante en el altar del sacrificio daba testimonio del Redentor que había de venir; y el lugar santísimo irradiaba la señal visible de la presencia divina. Así, a través de siglos y siglos de tinieblas y apostasía, la fe se mantuvo viva en los corazones humanos hasta que llegó el tiempo del advenimiento del Mesías prometido.
Jesús era ya la luz de su pueblo, la luz del mundo, antes de venir a la tierra en forma humana. El primer rayo de luz que penetró la lobreguez en que el pecado había envuelto al mundo, provino de Cristo. Y de él ha emanado todo rayo de resplandor celestial que ha caído sobre los habitantes de la tierra. En el plan de la redención, Cristo es el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo.
Desde que el Salvador derramó su sangre para la remisión de los pecados, y ascendió al cielo "para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios" (Heb. 9: 24), raudales de luz han brotado de la cruz del Calvario y de los lugares santos del santuario celestial. Pero porque se nos haya otorgado una luz más clara no debiéramos menospreciar la que en tiempos anteriores fue recibida mediante símbolos que revelaban al Salvador futuro. El Evangelio de Cristo arroja luz sobre la economía judía y da significado a la ley ceremonial. A medida que se revelan nuevas verdades, y se aclara aún más lo que se sabía desde el principio, se hacen más manifiestos el carácter y los propósitos de Dios en su trato con su pueblo escogido. Todo rayo de luz adicional que recibimos nos hace comprender mejor el plan de redención, cumplimiento de la voluntad divina en favor de la salvación del hombre. Vemos nueva belleza y fuerza en la Palabra inspirada, y la estudiamos con interés más profundo y concentrado.
Muchos opinan que Dios colocó una muralla divisoria entre los hebreos y el resto del mundo; que su cuidado y amor de los que privara en gran parte al resto de la humanidad, se concentraban en Israel. Pero no fue el propósito de Dios que su pueblo construyera una muralla de separación entre ellos y sus semejantes. El corazón del Amor infinito abarcaba a todos los habitantes de la tierra. Aunque le habían rechazado, constantemente procuraba revelárselas, y hacerlos partícipes de su amor y su gracia. Su bendición fue concedida al pueblo escogido, para que éste pudiera bendecir a otros.
Dios llamó a Abrahán, le prosperó y le honró; y la fidelidad del patriarca fue una luz para la gente de todos los países donde habitó. Abrahán no se aisló de quienes le rodeaban. Mantuvo relaciones amistosas con los reyes de las naciones circundantes, y fue tratado por algunos de ellos con gran respeto; su integridad y desinterés, su valor y benevolencia, representaron el carácter de Dios. A Mesopotamia, a Canaán, a Egipto, hasta a los habitantes de Sodoma, el Dios del cielo se les reveló por medio de su representante.
Asimismo se reveló Dios por medio de José al pueblo egipcio y a todas las naciones relacionadas con aquel poderoso reino. ¿Por qué dispuso el Señor exaltar a José a tan grande altura entre los egipcios? Podía lograr sus propósitos en favor de los hijos de Jacob de cualquiera otra manera; pero quiso hacer de José una luz, y lo puso en el palacio del rey para que la luz celestial alumbrara cerca y lejos. Mediante su sabiduría y su justicia, mediante la pureza y la benevolencia de su vida cotidiana, mediante su devoción a los intereses del pueblo, y de un pueblo idólatra, José fue el representante de Cristo. En su benefactor, a quien todo Egipto se dirigía con gratitud y a quien todos elogiaban, aquel pueblo pagano debía contemplar el amor de su Creador y Redentor. También mediante Moisés, Dios colocó una luz junto al trono del mayor reino de la tierra, para que todos los que quisieran, pudieran conocer al Dios verdadero y viviente. Y toda esta luz fue dada a los egipcios antes de que la mano de Dios se extendiera sobre ellos en las plagas.
Mediante la liberación de Israel de Egipto, el conocimiento del poder de Dios se extendió por todas partes. El belicoso pueblo de la plaza fuerte de Jericó tembló. Dijo Rahab: "Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más espíritu en alguno por causa de vosotros: porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos, y abajo en la tierra." (Jos. 2: 11) Varios siglos después del éxodo, los sacerdotes filisteos recordaron a su pueblo las plagas de Egipto, y lo amonestaron a no resistir al Dios de Israel.
Dios llamó a Israel, lo bendijo y lo exaltó, no para que mediante la obediencia a su ley recibiese él solo su favor y fuera beneficiario exclusivo de sus bendiciones; sino para revelarse por medio de él a todos los habitantes de la tierra. Para poder alcanzar este propósito, Dios le ordenó que fuera diferente de las naciones idólatras que lo rodeaban.
La idolatría y todos los pecados que la acompañaban eran abominables para Dios, y ordenó a su pueblo que no se mezclara con las otras naciones, ni hiciera "como ellos hacen" (Exo. 23: 24), para que no se olvidaran de Dios. Les prohibió el matrimonio con los idólatras, para que sus corazones no se apartaran de él. Era tan necesario entonces como ahora que el pueblo de Dios fuese puro, "sin mancha de este mundo." (Sant. 1: 27) Debían mantenerse libres del espíritu mundano, porque éste se opone a la verdad y la justicia. Pero Dios no quería que su pueblo, creyendo tener la exclusividad de la justicia, se apartara del mundo al punto de no poder ejercer influencia alguna sobre él.
Como su Maestro, los seguidores de Cristo debían ser en todas las edades la luz del mundo. El Salvador dijo: "Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa;" es decir, en el mundo. Y agrega: "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." (Mat. 5: 14-16) Esto es exactamente lo que hicieron Enoc, Noé, Abrahán, José y Moisés. Y es precisamente lo que Dios quería que hiciera su pueblo Israel.
Fue su propio corazón malo e incrédulo, dominado por Satanás, lo que los llevó a ocultar su luz en vez de irradiarla sobre los pueblos circunvecinos; fue ese mismo espíritu fanático lo que les hizo seguir las prácticas inicuas de los paganos, o encerrarse en un orgulloso exclusivismo, como si el amor y el cuidado de Dios fuesen únicamente para ellos.
Así como la Biblia presenta dos leyes, una inmutable y eterna, la otra provisional y temporaria, así también hay dos pactos. El pacto de la gracia se estableció primeramente con el hombre en el Edén, cuando después de la caída se dio la promesa divina de que la simiente de la mujer heriría a la serpiente en la cabeza. Este pacto puso al alcance de todos los hombres el perdón y la ayuda de la gracia de Dios para obedecer en lo futuro mediante la fe en Cristo. También les prometía la vida eterna si eran fieles a la ley de Dios. Así recibieron los patriarcas la esperanza de la salvación.
Este mismo pacto le fue renovado a Abrahán en la promesa: "En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra." (Gén. 22: 18) Esta promesa dirigía los pensamientos hacia Cristo. Así la entendió Abrahán. (Véase Gál. 3: 8, 16), y confió en Cristo para obtener el perdón de sus pecados. Fue esta fe la que se le contó como justicia. El pacto con Abrahán también mantuvo la autoridad de la ley de Dios. El Señor se le apareció y le dijo: "Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto." El testimonio de Dios respecto a su siervo fiel fue: "Oyó Abrahán mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes," y el Señor le declaró: "Estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu simiente después de ti en sus generaciones, por alianza perpetua, para serte a ti por Dios, y a tu simiente después de ti." (Gén 17: 1, 7; 26: 5)
Aunque este pacto fue hecho con Adán, y más tarde se le renovó a Abrahán, no pudo ratificarse sino hasta la muerte de Cristo. Existió en virtud de la promesa de Dios desde que se indicó por primera vez la posibilidad de redención. Fue aceptado por fe: no obstante, cuando Cristo lo ratificó fue llamado el pacto nuevo. La ley de Dios fue la base de este pacto, que era sencillamente un arreglo para restituir al hombre a la armonía con la voluntad divina, colocándolo en situación de poder obedecer la ley de Dios.
Bendiciones!!!
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

Otro pacto, llamado en la Escritura el pacto "antiguo," se estableció entre Dios e Israel en el Sinaí, y en aquel entonces fue ratificado mediante la sangre de un sacrificio. El pacto hecho con Abrahán fue ratificado mediante la sangre de Cristo, y es llamado el "segundo" pacto o "nuevo" pacto, porque la sangre con la cual fue sellado se derramó después de la sangre del primer pacto. Es evidente que el nuevo pacto estaba en vigor en los días de Abrahán, puesto que entonces fue confirmado tanto por la promesa como por el juramento de Dios, "dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta." (Heb. 6: 18)
Pero si el pacto confirmado a Abrahán contenía la promesa de la redención, ¿por qué se hizo otro pacto en el Sinaí? Durante su servidumbre, el pueblo había perdido en alto grado el conocimiento de Dios y de los principios del pacto de Abrahán. Al libertarlos de Egipto, Dios trató de revelarles su poder y su misericordia para inducirlos a amarle y a confiar en él. Los llevó al mar Rojo, donde, perseguidos por los egipcios, parecía imposible que escaparan, para que pudieran ver su total desamparo y necesidad de ayuda divina; y entonces los libró. Así se llenaron de amor y gratitud hacia él, y confiaron en su poder para ayudarles. Los ligó a sí mismo como su libertador de la esclavitud temporal.
Pero había una verdad aun mayor que debía grabarse en sus mentes. Como habían vivido en un ambiente de idolatría y corrupción, no tenían un concepto verdadero de la santidad de Dios, de la extrema pecaminosidad de su propio corazón, de su total incapacidad para obedecer la ley de Dios, y de la necesidad de un Salvador. Todo esto se les debía enseñar.
Dios los llevó al Sinaí; manifestó allí su gloria; les dio la ley, con la promesa de grandes bendiciones siempre que obedecieran: "Ahora pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, . . . vosotros seréis mi reino de sacerdotes, y gente santa." (Exo. 19: 5, 6) Los israelitas no percibían la pecaminosidad de su propio corazón, y no comprendían que sin Cristo les era imposible guardar la ley de Dios; y con excesiva premura concertaron su pacto con Dios. Creyéndose capaces de ser justos por sí mismos, declararon: "Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos." (Exo. 24: 7) Habían presenciado la grandiosa majestad de la proclamación de la ley, y habían temblado de terror ante el monte; y sin embargo, apenas unas pocas semanas después, quebrantaron su pacto con Dios al postrarse a adorar una imagen fundida. No podían esperar el favor de Dios por medio de un pacto que ya habían roto; y entonces viendo su pecaminosidad y su necesidad del Salvador revelado en el pacto de Abrahán y simbolizado en los sacrificios. De manera que mediante la fe y el amor se vincularon con Dios como su libertador de la esclavitud del pecado. Ya estaban capacitados para apreciar las bendiciones del nuevo pacto.
Los términos del pacto antiguo eran: Obedece y vivirás. "El hombre que los hiciere, vivirá en ellos" (Eze. 20: 11; Lev. 18: 5); pero "maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas." (Deut. 27: 26) El nuevo pacto se estableció sobre "mejores promesas," la promesa del perdón de los pecados y de la gracia de Dios para renovar el corazón y ponerlo en armonía con los principios de la ley de Dios. "Este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en sus entrañas, y escribiréla en sus corazones; y. . . perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado." (Jer. 31: 33, 34)La misma ley que fue grabada en tablas de piedra es escrita por el Espíritu Santo sobre las tablas del corazón. En vez de tratar de establecer nuestra propia justicia, aceptamos la justicia de Cristo. Su obediencia es aceptada en nuestro favor. Entonces el corazón renovado por el Espíritu Santo producirá los frutos del Espíritu. Mediante la gracia de Cristo viviremos obedeciendo a la ley de Dios escrita en nuestro corazón. Al poseer el Espíritu de Cristo, andaremos como él anduvo. Por medio del profeta, Cristo declaró respecto a sí mismo: "El hacer tu voluntad, Dios mío, hame agrado; y tu ley está en medio de mis entrañas." (Sal. 40: 8) Y cuando entre los hombres, dijo: "No me ha dejado el Padre; porque yo, lo que a él agrada, hago siempre." (Juan 8: 29)
Acaso no nos dijo Jesús que porque ejemplo os he dado para que como Yo hice vosotros también hagaís
El apóstol Pablo presenta claramente la relación que existe entre la fe y la ley bajo el nuevo pacto. Dice: "Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo." "¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley." "Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne [no podía justificar al hombre, porque éste en su naturaleza pecaminosa no podía guardar la ley], Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, mas conforme al espíritu." (Rom. 5: 1; 3: 31; 8: 3, 4)
La obra de Dios es la misma en todos los tiempos, aunque hay distintos grados de desarrollo y diferentes manifestaciones de su poder para suplir las necesidades de los hombres en los diferentes siglos. Empezando con la primera promesa evangélica, y siguiendo a través de las edades patriarcal y judía, para llegar hasta nuestros propios días, ha habido un desarrollo gradual de los propósitos de Dios en el plan de la redención. El Salvador simbolizado en los ritos y ceremonias de la ley judía es el mismo que se revela en el Evangelio. Las nubes que envolvían su divina forma se han esfumado; la bruma y las sombras se han desvanecido; y Jesús, el Redentor del mundo, aparece claramente visible. El que proclamó la ley desde el Sinaí, y entregó a Moisés los preceptos de la ley ritual, es el mismo que pronunció el sermón sobre el monte. Los grandes principios del amor a Dios, que él proclamó como fundamento de la ley y los profetas, son sólo una reiteración de lo que él había dicho por medio de Moisés al pueblo hebreo: "Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder." Y "amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Deut. 6:4, 5; Lev. 19: 18) El Maestro es el mismo en las dos dispensaciones. Las demandas de Dios son las mismas. Los principios de su gobierno son los mismos. Porque todo procede de Aquel "en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación." (Sant. 1:17)
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Dios nos ha dado libertad de pensamiento, y somos libres de elegír nuestro destino, pero no olviden nunca hermanos que por esa misma ley que muchos acá por ignorancia desprecian TODOS SEREMOS POR ESA LEY JUZGADOS
Los amo a todos en Cristo y mi mayor deseo es que busquen por Ustedes mismos en sus biblias y no se dejen llevar por las tradiciones de los hombres.

Dios los bendiga a todos en general
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

El Nuevo Pacto
Entender claramente El nuevo pacto es de importancia crucial para el creyente porque se centra en Jesucristo. Por la misma logica se entiende que un nuevo pacto implica uno antiguo. Esto plantea la pregunta de cuán nuevo es el nuevo pacto. La expresión "nuevo pacto" y "pacto antiguo" implican tanto un aspecto de continuidad como uno de discontinuidad. La continuidad entre los pactos nuevo y antiguo está ciertamente implícito en la fraseología misma: la palabra pacto en ambos. Los diversos puntos de discontinuidad entre el "nuevo pacto" y el "pacto antiguo" descansan principalmente en los adjetivos nuevo y antiguo.

Si analizamos bien sobre el "nuevo pacto" he intentamos investigar las diferencias entre los respectivos pactos. En investigaciones similares, algunos teólogos y estudiantes de la Biblia han usado la expresión "pacto de obras" para designar al "pacto antiguo". Del mismo modo, ellos designan al "nuevo pacto" con el término de “pacto de gracia". El "nuevo pacto" es virtualmente considerado idéntico con el "pacto de gracia".

Las dos palabras gracia y obras indican, para muchos intérpretes, la distinción radical entre dos caminos de salvación. Supuestamente, un camino por el que somos salvos es mediante obras meritorias; el otro camino es mediante la gracia de Dios otorgada en Jesucristo. Los que hacen la distinción entre el "pacto de gracia" y el "pacto de obras" generalmente se refieren a este último como el período que comenzó en el monte Sinaí y suponen que Dios proyectó que Israel se salvara por sus obras. En otras palabras, su punto de vista es que Israel fue salvado por obras y obediencia. En su perspectiva, "el pacto de gracia" designa la salvación por gracia, una salvación en la que las obras no tienen una cualidad meritoria ni salvadora.

EL ANUNCIO DEL NUEVO PACTO

Puede sorprender, aun a los estudiantes cuidadosos de la Biblia, saber que la designación de "nuevo pacto" aparece sólo una vez en el Antiguo Testamento. El gran profeta Jeremías, que profetizó en los últimos días del reino de Judá, cuando el pueblo de Dios estaba a punto de ser llevado a la cautividad babilónica, anunció mediante la palabra de Dios que vendría un nuevo pacto: "He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová" (Jeremías 31:31, 32).

Aun cuando el pacto se describe aquí con el adjetivo nuevo por primera vez en Jeremías 31:31 (la única vez en todo el Antiguo Testamento), profetas anteriores ya habían hablado del nuevo pacto. Unos 150 años antes de Jeremías fue enviado como mensajero de Dios al reino del sur, Judá, el profeta Oseas, al reino del norte, Israel. Éste también predijo un nuevo pacto: "En aquel tiempo y haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová" (Oseas 2:18,20).

La frase "en aquel tiempo" introduce la predicción del profeta. Es una fórmula o una expresión que apunta al futuro. La predicción no indica cuándo se-ría ese día futuro pero sí comunica que ese tiempo estaba decisivamente fijado en el plan de Dios. "En aquel tiempo" denota el fin de un orden de cosas más antiguo y el comienzo de una nueva época con un nuevo orden de cosas. El cuadro en Oseas 2:18 de un pacto futuro, involucrando al reino animal así como a la gente, y prometiendo la abolición de las armas de guerra y la introducción de la paz, es ciertamente un cuadro del futuro reino mesiánico de paz.

La mención de un nuevo pacto también recuerda las ricas declaraciones que se encuentran en varias partes del Antiguo Testamento acerca de un nuevo corazón. Por ejemplo, Dios les dará "corazón para que me conozcan que yo soy Jehová" (Jeremías 24:7) y "un corazón, y un camino" (Jeremías 32:39). Dios también les quitará "el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne" (Ezequiel 11:19), y les dará "corazón nuevo" y un "espíritu nuevo" (Ezequiel 36:26).

Estas declaraciones nos recuerdan el cambio que ocurrirá en las vidas de los seres humanos cuando se establezca el nuevo pacto. Así dice el Señor: "Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu" (Ezequiel 36:27). Esta obra de Dios dentro de la humanidad, dentro de los corazones de los hombres y las mujeres, proporciona el fundamento para la actividad, la receptividad, y la importancia del "nuevo pacto" en las vidas humanas. Oseas e Isaías, los grandes profetas del siglo octavo a.C., Junto con los grandes profetas que los siguieron más tarde, Jeremías y Ezequiel, profetizaron cada uno a su manera acerca de la experiencia del nuevo pacto, aunque sólo una vez se lo designe como nuevo.

LAS PARTES EN EL NUEVO PACTO

Al comparar el "pacto antiguo" que Dios hizo con el antiguo Israel en el monte Sinaí, con el "nuevo pacto", notamos varias líneas de continuidad. En ambos, el Dios es el mismo. El que establece el "nuevo pacto" es el mismo Dios que estableció los pactos anteriores. En la profecía de Jeremías 31:31 al 34, el Dios del Éxodo claramente se presenta como actuando de nuevo en el establecimiento de pactos, al declarar explícitamente: "Haré nuevo pacto" (versículo 31). Así vemos que la iniciativa del nuevo pacto otra vez la toma Dios, el mismo Dios que establece pactos que se han mostrado previamente.

Siempre es el Dios salvador el que inicia lo que es nuevo y busca llevar la salvación a quienes distorsionan su plan o rechazan su gran don. Es claro otra vez que el pacto que Dios establece con su pueblo, es decir, el nuevo pacto, es un pacto que él inicia y que él establece. Por esta razón podemos hablar del Dios bíblico como el Dios que establece pactos. También podemos hablar del Dios bíblico como el Iniciador de la salvación por medio del establecimiento de pactos.

Y la promesa del compañerismo y la comunión divinos en el nuevo pacto es igual al del pacto anterior que Dios hizo con Israel (comparar con Éxodo 19:5): "Seréis mi especial tesoro". Las palabras "Yo seré su Dios", tan típica del Dios que hizo el pacto con Israel en el Sinaí, otra vez se expresa en el pasaje del "nuevo pacto" en Jeremías 31:33: "Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo".

Los participantes de ambos pactos son los mismos: Dios, por un lado, y su pueblo, por el otro. El nuevo pacto es anunciado por el profeta como el que se hace con "la casa de Israel y con la casa de Judá", o sencillamente con la "casa de Israel" (ver Jeremías 31:31, 33). Aunque algunos piensan que esto significa que el "nuevo pacto" es sólo para la antigua nación de Israel, ese no es el caso. Es cierto, el Señor ofreció el "nuevo pacto" primero a su pueblo que él había elegido y con quien había hecho un pacto en el monte Sinaí en tiempos de Moisés. Trágicamente, los israelitas transformaron ese pacto del Sinaí en un método legalista de salvación, o sea, de justificación por obras. Intentaron justificarse mediante sus propios esfuerzos inútiles, no aprovechando el método de fe que produce obediencia. (En la fe-obediencia, las obras y buenas acciones de la persona obediente no hacen que ella merezca la salvación, sino que son el resultado de una salvación otorgada y dada por Dios). Así, eventualmente Dios tuvo que pasar del Israel étnico al Israel espiritual para encontrar la cooperación que necesitaba para poner en marcha las provisiones y los beneficios del pacto eterno, que ahora se llama el nuevo pacto.

Los participantes humanos del nuevo pacto de Dios son ahora los que tienen la ley de Dios escrita dentro de sus corazones, sin tomar en cuenta su origen étnico. "la escribiré en su corazón", es la promesa de Dios (Jeremías 31:33). Esta internalización de la "ley", la misma ley que Dios había proclamado en el monte Sinaí y que había usado para hacer el nuevo pacto con el Israel étnico en esa ocasión, no es otra cosa que la internalización de la voluntad y el carácter de Dios.

La internalización de la ley de Dios en el corazón del creyente no significa que Dios impone su voluntad sobre la gente. El hecho de que Dios escribirá la ley en el interior de la persona, haciéndola parte de la persona total y de su voluntad, demuestra el principio de la elección de parte de la persona. Dios no impone en el corazón de las personas su ley ahora, ni nunca lo ha hecho en el pasado. La elección de que Dios escriba la ley en el corazón es una elección individual, hecha exclusivamente por cada persona. Sin embargo, es vital que los participantes humanos, con quienes se hace el nuevo pacto y que experimentarán y se mantendrán dentro de la relación del nuevo pacto, comprendan esta elección.

Los miembros de la comunidad del nuevo pacto no son todos los descendientes físicos o de sangre de Abrahán, sino toda persona que permita que Dios escriba la ley en su interior, haciéndola formar parte de la voluntad total del creyente de modo que éste pueda obedecer a Dios por fe. De este modo la elección que permite que la ley se escriba sobre el corazón identifica a esta persona como miembro del Israel espiritual de Dios, donde la descendencia física no tiene valor alguno. Cualquier persona que permite que Dios haga su obra dentro de ella llega a ser miembro del Israel de Dios, su verdadero Israel espiritual. El verdadero Israel espiritual en quien Dios haya escrito su ley llega a ser participante con Dios en el nuevo pacto.

En el Nuevo Testamento aquellos judíos que recibieron a Jesucristo y su evangelio, por un tiempo constituyeron el núcleo de la iglesia (ver Mateo 18: 17). De este modo, la continuidad entre el Israel literal y el pueblo de Dios, el "remanente escogido por gracia" (Romanos 11:5), está claramente indicada en el Nuevo Testamento. Los judíos incrédulos, por otro lado, son descritos como "endurecidos" (Romanos 11:7), que no forman parte del verdadero Israel.

Los gentiles, que anteriormente no creían, aceptaron el evangelio y fueron injertados en el verdadero pueblo de Dios, una comunidad compuesta por creyentes de cualquier origen étnico (Romanos 11:13-?24). De este modo los gentiles, que "en aquel tiempo" estaban "sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa" (Efesios 2:12) fueron traídos cerca por la sangre de Cristo y ahora ya no son "extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios" (versículo 19). Cristo es el mediador del "nuevo pacto" (Hebreos 9:15) para todos los creyentes, ya sean judíos o gentiles, negros o blancos, amarillos o pardos, hombres o mujeres.

La ley en ambos pactos es la misma. "Las condiciones por las cuales puede ganarse la vida eterna bajo el nuevo pacto, son las mismas que había bajo el antiguo pacto: perfecta obediencia".

ELEMENTOS DEL NUEVO PACTO

Los lectores de la palabra de Dios siempre son bendecidos de nuevo al volver a estudiar e investigar el fecundo pasaje de Jeremías 31:31 al 34. Este texto contiene elementos básicos que haríamos bien en contemplar. Dice algo acerca de la iniciativa divina, de la respuesta humana, de la idea de la ley de Dios, del propósito de los pactos, y del resultado de establecer esos pactos. Consideremos brevemente cada una de estas ideas.

Hemos notado ya cómo Jeremías 31:31 al 34 enfatiza repetidamente la iniciativa divina. Esta predicción comienza con una declaración de acción divina: "Haré nuevo pacto". Aquí Dios anuncia su acción salvadora que ocurrirá en el futuro. Del mismo modo, la predicción del nuevo pacto concluye con las palabras: "Perdonaré" y "No me acordaré más de su pecado". Esta iniciativa divina apunta a la acción culminante del perdón total de Dios y del olvido completo de los pecados humanos.

La respuesta humana también surge claramente en este texto importante. La respuesta humana en el establecimiento del pacto no puede ser pasada por alto. Dios nunca reduce a los seres humanos al nivel de robots sin la posibilidad de hacer elecciones. El nuevo pacto, como el del Sinaí, no es un pacto sin condiciones que permanece generación tras generación sin quebrantarse, no importando la respuesta de los hombres o su relación con Dios y con su voluntad revelada en la ley. Lo que hace que el nuevo pacto sea permanente y duradero es que Dios mismo obrará un cambio en los corazones humanos, haciendo que sea posible para ellos cumplir la ley por su gracia divina y capacitadora (Jeremías 24:7; Ezequiel 36:26?28).
Lo que nos mueve es el amor por el sacrificio de Cristo que ya ganó nuestra salvación, pagó por nuestra culpa que mereciamos, ES SOLAMENTE POR SUS MERITOS Por eso Guardamos Sus Mandamietos porque lo amamos a como El nos dijo claramente: Si me amaís guardad mis mandamientos, y no vamos a andar diciendo que es dificil porque El mismo dijo que mis mandamientos no son gravosos.

La declaración en la promesa del nuevo pacto acerca de la ley de Dios es también de importancia crucial. Un elemento común en los pactos previos hechos con Adán y con Abrahán, y especialmente en el pacto hecho con el antiguo Israel en el monte Sinaí, es también la ley de Dios. La ley de Dios, apropiadamente llamada aquí "mi ley" (Jeremías 31:33), en el pacto del Sinaí fue la ley de Dios escrita sobre tablas de piedra (ver Éxodo 24:12; 31:18; 34:1, 28). Las tablas de piedra algunas veces se las llama realmente "el pacto" (1 Reyes 8:21). Esta ley de Dios no tiene fallas y no fue eliminada. La ley de Dios es inmutable y eterna.
Además, esta expresión inmutable de la voluntad de Dios en la ley no debe permanecer como algo exterior al creyente. Por esta razón este pasaje del nuevo pacto enfatiza que la ley será escrita por Dios "en su corazón". "La gran ley de amor revelada en el Edén, proclamada en el Sinaí, y en el nuevo pacto escrita en el corazón, es la que liga al obrero humano a la voluntad de Dios"
Esta actividad de Dios, el escribir su ley en el corazón humano, es su maravillosa obra de gracia dentro de nosotros. Escribir la ley interiormente por medio del Espíritu Santo es la obra de Dios. De este modo la ley llega a ser internalizada dentro del creyente y será una parte integral de la voluntad del creyente, saturándola, de modo que la voluntad humana y la ley divina se conformen perfectamente la una a la otra (2 Corintios 3:5, 6).

La obediencia resultante no es un logro humano, no es una obediencia meritoria, no es una obediencia que apunta a lograr la justificación y la salvación por los esfuerzos propios; más bien, es la fe?obediencia, una obediencia hecha posible por la fe en el poder de Jesucristo que nos capacita.

El propósito de establecer los pactos es claramente bosquejado en Jeremías 31:31 al 34. Dios no habla de una nueva ley, sino de un nuevo pacto. La ley, como camino de vida, da expresión a esta relación del nuevo pacto. La relación está expresada específicamente por una fórmula: "Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo" (Jeremías 31:33; comparar con 7:23; 32:38). La relación del pacto en el Sinaí fue descrita con la misma fórmula (Éxodo 6:7; Deuteronomio 26:16?19; Levítico 26:12; etc.). El propósito de Dios para su pueblo es que esa relación prometida, de tan corta duración en el antiguo Israel, sea renovada, restaurada y hecha permanente.

Los resultados de establecer el pacto son de la mayor importancia. Uno de los principales es la experiencia resultante de la comunidad del nuevo pacto de ser un Israel espiritual compuesto por los que permiten que Dios internalice su ley dentro de ellos, y que por ello llegan a ser canales santificados para iluminar y bendecir a otros. El nuevo pacto también establecería una relación y comunión duraderas y profundas entre los participantes humanos y el Señor que hace el pacto, el Dios de su salvación. Además, produciría la bendición gratificante del perdón, que trae paz a la mente y al alma (Jeremías 31:34). Sería un perdón que estaría asegurado y anclado en el sacrificio del propio Hijo de Dios.

LA NOVEDAD DEL NUEVO PACTO

Lo opuesto a "nuevo" es "antiguo". La palabra antiguo implica una existencia previa o un uso continuado durante un tiempo largo. También designa con frecuencia algo anticuado en el sentido de que ha caído en desuso o es anticuado. Debemos ser cuidadosos de no sobreponer los significados modernos al uso bíblico en lo que se refiere a comprender las intenciones, propósitos e ideas del lenguaje bíblico.

El término nuevo con respecto al "nuevo pacto" en Jeremías 31:31 es el término hebreo jâdâs. Esta palabra hebrea significa con frecuencia 1) "renovar" o "restaurar"; y 2) algo "nuevo" que no ha estado todavía presente con la misma calidad o forma. Reflejando ambos sentidos, el nuevo pacto es sencillamente un pacto "renovado" o "restaurado", que también tiene ahora características que no estuvieron presentes antes en la misma forma o calidad.

El apóstol Pablo en 2 Corintios 3:6 sugiere que el nuevo pacto es un pacto del Espíritu, en contraste con el pacto antiguo que era de la letra: Servimos "bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra" (Romanos 7:6). Lo que Pablo parece estar enfatizando aquí es que la letra (ver 2 Corintios 3.5, 6) es la letra de la ley en el sentido de que es algo que está fuera del creyente, y no escrito todavía en su interior. Mientras la letra (sencillamente una designación del pacto antiguo) permanezca fuera del creyente y no escrita por el Espíritu dentro de él, sólo puede traer condenación.

Pero el Espíritu, que caracteriza al nuevo pacto, da vida; él escribe la ley en el corazón y de ese modo internaliza o pone la ley dentro del creyente. De este modo la novedad del pacto está caracterizada en forma más efectiva por la palabra mejor (Hebreos 8:6). El pacto de Dios permanece o se vuelve anticuado en el mismo momento en que permanece fuera del corazón humano, cuando es meramente un método de guardar la ley con el fin de ganar la salvación por méritos humanos. Pablo enfatiza que en contraste con este enfoque de la salvación ?y aquí está en completa armonía con el total del énfasis bíblico? el nuevo pacto es un pacto del Espíritu, en el que el creyente ahora sirve en novedad del Espíritu y no en la antigüedad de la letra (Romanos 7:6).

Muchas bendiciones a todos mis hermanos
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

VIVE4JESUS, te voy a decir unas cosas para que sepas .ok



conocemos el episodio de las tablas de los Diez Mandamientos que Moisés quebró cuando bajó del Sinaí. Las quebró de lo furioso que se puso cuando vio que les hebreos habían hecho un becerro de oro, con la participación activa de su propio hermano Aarón (leer todo el capítulo 32 del libro de Exodo).

Bien.

También sabemos que Dios quiso volver a darles a los hebreos otras tablas de esos Diez Mandamientos para reemplazar las que Moisés, hombre supuestamente "muy manso" (según el chiste de Números 12:3) había quebrado.

Muy bien.


Ahora, vamos a examinar bien todos los pasajes del Pentateuco que nos hablan de esas dos "ediciones", (las primeras tablas y las segundas tablas).

SOBRE LAS PRIMERAS TABLAS

Exodo 24:12 : "Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles".

Exodo 31:18 : "Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios".


Exodo 32:15, 16 : "Y volvió Moisés y descendió del monte, trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y otro lado estaban escritas. Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas".

Exodo 32:19 : "Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y ARROJó LAS TABLAS de sus manos , y LAS QUEBRó al pie del monte".

Y ahí hubo una masacre terrible (como 3 000 hombres fueron exterminados), según Exodo 32:28 Ya saben cuánto le encanta a Jehová matar a los que no le obedecen ...

SOBRE LAS SEGUNDAS TABLAS

Luego, en Exodo 34:1, dice : "Y Jehová dijo a Moisés : Alísate DOS TABLAS de piedra como las primeras, y ESCRIBIRé sobre esas tablas las palabras que estaban en las primera que quebraste".

Exodo 34:4 : "Y Moisés alisó DOS TABLAS de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano LAS DOS TABLAS de piedra";

Exodo 34:27 : "Y Jehová dijo a Moisés : ESCRIBE Tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel".

Exodo 34:28 : "Y él, (o sea Moisés, nota mía)estuvo allí con Jehová 40 días y 40 noches; no comió pan ni bebió agua; y ESCRIBIó en tablas las palabras del pacto, los DIEZ MANDAMIENTOS".

¿No hay nada que les choca hasta aquí?

¿"ESCRIBIRé", "ESCRIBE Tú" y "ESCRIBIó" (Moisés) ???...

Ahora vamos a ver lo que dice el libro de Deuteronomio acerca de las primeras y de las segundas tablas de los Diez Mandamientos.

SOBRE LAS PRIMERAS TABLAS

En Deuteronomio 5:6-21, se repiten los Diez Mandamientos. El versículo 22 dice : " Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congreación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las ESCRIBIó en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí".

Deuteronomio 9:10 dice : "y me dio Jehová las DOS TABLAS de piedra ESCRITAS CON EL DEDO DE DIOS".


Y ahí se vuelve a narrar el pecado de idolatría con el becerro de oro y añade Deuteronomio 9:17 : "Entonces tomé las DOS TABLAS y las arrojé de mis dos manos, Y LAS QUEBRé delante de vuestros ojos".

SOBRE LAS SEGUNDAS TABLAS

Luego, en Deuteronomio 10:1 y 2, leemos : "En aquel tiempo, Jehová me dijo : Lábrate DOS TABLAS de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera; y ESCRIBIRé en aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste; y las pondrás en el arca".

Moisés labró las segundas tablas de piedra y volvió a subir al monte.

Deuteronomio 10:4 dice : "Y ESCRIBIó en las tablas conforme a la primera escritura, los DIEZ MANDAMIENTOS ... y me las dio Jehová".

Bueno, eso es lo que leemos tanto en Exodo
como en Deuteronomio.

Para resumir, Exodo 34:1, 27 y 28 se contradicen. Dios le dijo a Moisés que sería El quien escribiría las SEGUNDAS TABLAS y luego le dijo a Moisés que las escribiera él (Moisés). Y Moisés dice que fue él quien las escribió.

total, una ley efimera pues no existen hoy dia las tablas del pacto ( porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel".) y sxi no existen las tablas pues tampoco el pacto . SOLO CRISTO Y LA LEY DE CRISTO . atte kerigma :10:


Hola hermano Kerigma, te invito a que examines bien mi punto en este tema pero miralo desde el comienzo y te darás cuenta que nunca he dicho que somo salvos por guardar los Mandamientos.
Observa especialmente lo ultimo sobre el nuevo pacto y verás lo que te digo
Creó plenamente que el UNICO MEDIO DE SALVACION ES LA GRACIA DE CRISTO. Solamente por Sus meritos somo todos salvos.
La Ley de los mandamientos solamente nos muestra nuestros pecados para ir a esta gracia.
Me gustaría saber que tu haces cuando Pablo dice:
Invalidamos la ley por la fe DE NINGUNA MANERA

Muchas bendiciones!!!
 
Re: Los 10 Mandamientos son Eternos

PORTAVOZ , estimado amigo , YO CITE LA BIBLIA , SERA FUENTE AUTORIZADA ? JE JE JE CREO QUE SI , YO NO EXPRESE MI OPINION SOLO CITE LA BIBLIA EN 2 COR 3......, ESTAS VIENDO MOROS CON TRANCHETE O TAN INDISPUESTO ESTAS CON OTRAS IDEAS QUE AL LEER LA BIBLIA PENSASTES QUE YO HABLABLA , Y TENIA LA RAZON JEJE JEJE . ATTE KERIGMA .
Los textos, todas las veces que los citas sin meterles tus ideas preconcebidas, son totalmente correctos.
Definitivamente el Nuevo pacto es superior al antiguo. Definitivamente quien nos libera del poder del pecado y sus consecuencias NO ES LA LEY. Eso lo ensena la IASD. Lo sabias hermano?LA LEY que como dijo el Apsotol Pablo, es "Santa y justa y Buena" no nos puede salvar. Si fuera asi, que proposito tendria el sacrificio de Jesus en nuestro lugar?
El obetivo de la ley es llevarnos a Cristo. (Es "nuestro ayo" dice el Apostol Pablo. Y Santiago la compara a un espejo.
Tu no usas el espejo para limpiar tu cara sucia. Pero si no te miras al espejo iras por la calle con tu cara sucia. Cuando te miras al espejo acudes al agua y el jabon para estar presentable, verdad?
Asi es con la Santa Ley de Dios. Su unico objetivo es mostrarnos nuestra condicion. Nos damos cuenta que NADA PODEMOS HACER por nosotros mismos para limpiarnos. Que hacemos? Acudimos a Cristo para que el nos limpie con su sangre preciosa y nos de SU JUSTICIA.Asi que nuestra justicia no depende de la ley. Depende de Cristo. Eso lo ensena la IASD porque es lo que dice la Biblia.
Pero quienes desprecian la ley, lo hacen por razones de "convenciencia" a su conducta. Ellos dicen "yo estoy bien", "no necesito mirarme siquiera en el espejo". "Es mas, voy a quebrar el espejo".
Y eso han hecho con la ley. La ponen a un lado. Por eso su conducta es reprobable. No toman en serio la vida cristiana. Les da lo mismo obedecer o no.
Ojala consideres con seriedad estas cosas en tu vida hermano querido.
Y no nos hagas decir lo que no creemos.
En todo caso cuando pretendas hacer acusaciones, seria bueno que citaras fuentes autorizadas para decir lo que dices.