Re: Los 10 Mandamientos son Eternos
Les apuesto que ha esta pregunta no tienen nada que decir, porque se quedán mudos
¿Cómo surgió la observancia del domingo?
El cambio del sábado al domingo vino gradualmente. Antes del segundo siglo, no hay evidencia de que los cristianos celebraran reuniones semanales de culto en domingo, pero la evidencia indica que para la mitad de ese siglo, algunos cristianos estaban observando voluntariamente el domingo como un día de culto pero no de reposo. La iglesia de roma, compuesta mayormente de creyentes gentiles (Rom.11:13), estuvo a la cabeza de la tendencia hacia el culto en domingo. En Roma, la capital del imperio, surgieron fuertes sentimientos anti-judíos, los cuales se fortalecieron a medida que pasaba el tiempo. En relación a esos sentimientos, los cristianos que vivían en esa ciudad procuraron distinguirse de los judíos. Abandonaron ciertas prácticas comunes a ambos grupos, e iniciaron una tendencia a separarse de la veneración del sábado, moviéndose hacia la observancia exclusiva del domingo.
Desde el siglo segundo hasta el quinto, y mientras el domingo continuaba adquiriendo influencia, los cristianos siguieron observando el séptimo día sábado casi en todos los lugares del Imperio Romano. El historiador del siglo quinto, Sócrates, escribió: "Casi todas las iglesias de todo el mundo celebran los sagrados misterios en el sábado de cada semana, y sin embargo los cristianos de Alejandría y de Roma, por alguna antigua tradición, han cesado de hacer esto".
En los siglos cuarto y quinto, muchos cristianos adoraban tanto en el sábado como en el domingo. Sozomen, otro historiador de ese período, escribió: "La gente de Constantinopla, y de casi todas partes, se reúnen el sábado, así como en el primer día de la semana; esta costumbre nunca se observa en Roma o Alejandría". Estas referencias demuestran el papel principal que le cupo a Roma en el abandono de la observancia del sábado.
¿Por qué los que paulatinamente se alejaron del séptimo día escogieron el domingo y no otro día de la semana? Una razón primordial es que Cristo resucitó en domingo; de hecho, se afirmaba que el Salvador había autorizado la práctica de adorar en ese día. Pero, aunque parezca extraño, ningún escritor de los siglos tercero y cuarto jamás citó un solo versículo bíblico como autoridad para justificar la observancia del domingo en lugar del sábado. Ni Bernabé, ni Ignacio, ni Justino, ni Ireneo, ni Tertuliano, ni Clemente de Roma, ni Clemente de Alejandría, ni Orígenes, ni Cipriano, ni Victorino, ni ningún otro autor que viviese cerca del tiempo cuando Jesús vivió, sabía que existiese alguna instrucción tal de Jesús o de ninguna parte de la Biblia".
La popularidad e influencia que le confería al domingo la adoración al sol de los romanos paganos, sin duda contribuyó a su creciente aceptación como día de culto. La adoración al sol desempeñaba un papel importante por todo el mundo antiguo. Era "uno de los componentes más antiguos de la religión romana". Debido a los cultos al sol orientales, "desde la primera parte del siglo segundo de nuestra era, el culto al Sol Invictus era dominante en Roma y en otras partes del Imperio.
Esta religión popular hizo su impacto sobre la iglesia primitiva a través de los nuevos conversos. "Los conversos cristianos provenientes del paganismo se sentían constantemente atraídos hacia la veneración del sol. Esto se indica no solamente por la frecuente condenación de esta práctica que hacían los Padres (de la iglesia), sino también por los significativos reflejos de culto al sol que aparecen en la liturgia cristiana".
El cuarto siglo fue testigo de la introducción de las leyes dominicales. Primero se promulgaron leyes dominicales de carácter civil, y luego fueron apareciendo las de carácter religioso. El emperador Constantino promulgó la primera ley dominical civil el 7 de marzo del año 321 D.C. En vista de la popularidad de que gozaba el domingo entre los paganos que adoraban al sol, y la estima en que lo tenían muchos cristianos, Constantino esperaba que, al hacer del domingo un día festivo, pudiera asegurarse el apoyo de ambos grupos para su gobierno.
La ley dominical de Constantino refleja su propio pasado como adorador del sol. Decía: "En el venerable Día del Sol (venerabili die Solis) que los magistrados y la gente que reside en ciudad descansen, y que se cierren todos los lugares de trabajo. En el campo, sin embargo, las personas que se ocupan en la agricultura podrán continuar libre y legalmente sus ocupaciones".
Varias décadas más tarde, la iglesia siguió su ejemplo. El Concilio de Laodisea (alrededor del año 364 D.C.), el cual no fue un concilio universal sino católico romano, promulgó la primera ley dominical eclesiástica. En el Canon 29, la iglesia estipulaba que los cristianos debían honrar el domingo, y "si es posible, no trabajar en ese día", mientras que al mismo tiempo denunciaba la práctica de reposar en el sábado, instruyendo a los cristianos a no "estar ociosos en sábado" (griego sabbaton, "el Reposo") sino que deben trabajar en ese día".
En el año 538 de nuestra era, el año marcado como el comienzo de la profecía de los 1260 años, el Tercer Concilio -católico- de Orleáns, promulgó una ley aún más severa que la de Constantino. El Canon 28 de ese concilio dice que el domingo, aun "el trabajo agrícola debiera ser dejado de lado, con el fin de no impedirle a la gente la asistencia a la iglesia".
El cambio predicho. La Biblia revela que la observancia del domingo como institución cristiana tuvo su origen en "el misterio de iniquidad" (2 Tes.2:7), el cual ya estaba obrando en los días de Pablo. Por medio de la profecía de Daniel 7, Dios reveló su conocimiento anticipado del cambio que se haría en el día de adoración.
La visión de Daniel describe un ataque contra la Ley de Dios y su pueblo. El poder atacante, representado por un cuerno pequeño (y por una bestia en Apoc.13:1-10), produce la gran apostasía dentro de la iglesia cristiana. El cuerno pequeño, que surge de la cuarta bestia y se convierte en un poder perseguidor principal después de la caída de Roma, procura "cambiar los tiempos y la ley" (Dan.7:25). Este poder apóstata tiene mucho éxito ¿, pues logra engañar a la mayor parte de los habitantes del mundo, pero al fin, el juicio decide contra él (Dan.7:11,22,26). Durante la tribulación final, Dios interviene a favor de su pueblo y los libra (Dan.12:1-3).
Hay un solo poder dentro de la cristiandad al cual se le puede aplicar esta profecía. Hay una sola organización religiosa que pretende tener el derecho de modificar las leyes divinas. Nótese lo que a través de la historia han pretendido las autoridades católicas romanas:
Alrededor del año 1400 de nuestra era, Petrus de Ancharano aseveró que "el papa puede modificar la ley divina, ya que su poder no es del hombre sino de Dios, y actúa en el lugar de Dios en el mundo, con el más amplio poder de atar y desatar sus ovejas".
El impacto de esta aseveración asombrosa se vio demostrado durante la Reforma. Lutero afirmaba que su guía en la vida no era la tradición de la iglesia, sino la Sagrada Escritura. Su consigna era sola scriptura -"La Biblia, y la Biblia sola". Juan Eck, uno e los principales defensores de la fe católica romana, atacaba a Lutero en este punto, aseverando que la autoridad de la iglesia estaba por encima de la de la Biblia. Desafió a Lutero en el punto de la observancia del domingo en lugar del sábado bíblico. Dijo Eck: "La Escritura enseña: 'Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios', etc. Sin embargo, la iglesia ha cambiado el sábado al domingo de su propia autoridad, para lo cual vos (Lutero) no tenéis Escritura".
En el Concilio de Trento (1545-1563), convenido por el papa con el fin de contrarrestar el protestantismo, Gaspare de Fosso, arzobispo de Reggio, nuevamente sacó a relucir el tema. "La autoridad de la iglesia -dijo-, entonces, se ilustra más claramente por las Escrituras; porque, mientras por una parte -la iglesia- las recomienda, declara que son divinas -y- nos las ofrece para que las leamos... por otra parte, los preceptos legales de las Escrituras que el Señor enseñó han cesado en virtud de esa misma autoridad -la iglesia. El sábado, el día más glorioso de la ley, ha sido cambiado al día del Señor... Estos asuntos y otros similares, no han cesado en virtud de la enseñanza de Cristo (porque él dijo que había venido a cumplir la ley, y no a destruirla), sino que han sido cambiados por la autoridad de la iglesia".
¿Mantiene aún esta posición la Iglesia Católica? La edición de 1977 del Convert's Catechism of Catholic Doctrine (Catecismo de doctrina católica para el converso), contiene esta serie de preguntas y respuestas:
"P. ¿Cuál es el día de reposo?
"R. El sábado es el día de reposo.
"P. ¿Por qué observamos el domingo en vez del sábado?
"R. Observamos el domingo en vez del sábado porque la Iglesia Católica transfirió la solemnidad del sábado al domingo".
En su famosa obra The Faith of Millions (La fe de millones) (1974), el sabio católico Juan A. O'Brien, llegó a esta conclusión apremiante: "Por cuanto el día especificado en la Biblia no es el domingo sino el sábado, ¿no es curioso que los no católicos que profesan tomar su religión directamente de la Biblia y no de la Iglesia, observen el domingo en vez del sábado? Sí, desde luego, es inconsecuente". La costumbre de observar el domingo, dice este autor, "descansa sobre la autoridad de la Iglesia Católica y no sobre un texto explícito que se halle en la Biblia. Esa observancia permanece como un recordativo de la de la Madre Iglesia de la cual las sectas no católicas se desprendieron, como un muchacho que huye de su hogar, pero que en su bolsillo todavía lleva una fotografía de su madre o un mechón de su cabello".
Lo quieran aceptar o no la historia revela que están siguiendo mandamientos de "hombres" PERO DIOS EN SU MISERICORDIA PERMITIO QUE LA HISTORIA DESENMASCARE EL ERROR.
Prefieren quedarze bien calladitos ante tán grande prueba historica