Re: Las 70 semanas
Tengan en cuenta los señores trolls la existencia de un hermoso atnaj en el texto sagrado. Las anteriores versiones, hechas por eruditos bíblicos contemporáneos que no crean la falsa impresión entre ignorantes de que las primeras siete hebdómadas tengan que ver con la construcción de una plaza o un foso. Es justo al revés. La llegada del ungido es tras las primeras siete hebdómadas, NO tras "siete y sesenta y dos" hebdómadas, como si los antiguos hebreos hubiesen contado de forma rocambolesca. No había ningún tipo de tabú para decir "sesenta y nueve". Por ejemplo, Gén. 5:27 afirma que "todos los días de Matusalén fueron novecientos sesenta y nueve años, y murió". NO dice que Matusalén viviese "novecientos y siete y sesenta y dos años". ¿Qué ridiculez es esa? Claramente, el texto hebreo asocia las primeras siete hebdómadas con la llegada de un ungido, y las siguientes sesenta y dos con la construcción de una plaza y un foso. Los trolls, no obstante, deseosos de sustentar un puro cuento de hadas, afirman, SIN PRUEBA BÍBLICA ALGUNA, que es JUSTO AL REVÉS. Que las siete primeras hebdómadas son las empleadas en la reconstrucción de la plaza y el foso, y las sesenta y dos siguientes llevan a la llegada del ungido, que, según ellos, es Jesucristo.
Por supuesto, tal interpretación es una falsificación de lo que dice la Biblia. Es una total vuelta del revés, y precisa la destrucción del texto que nos ha llegado para que se lea en él lo contrario de lo que dice.
Señores trolls, lo dicho. Aténganse ustedes al texto sagrado que nos ha llegado, o, si ustedes afirman que, pese a todo, hay que leerlo al revés de como está, justifiquen ustedes tan peculiar pretensión con algún estudio objetivo que sea posible seguir y que no requiera aceptar su palabra como si tuviese algún peso.
Ahora podrían ustedes salir con una de las sarcásticas notas del ingenio que los caracteriza diciendo alguna pamplina de que ustedes tampoco tienen por qué tomar mis palabras como si tuviesen peso. Y tendrían toda la razón. No las tomen. Tomen lo que dice la Biblia. Como parece que nunca la han entendido, arriba aparecen varias traducciones competentes (hasta una versión moderna de la Vulgata que pone un punto donde debe estar).
Si ustedes no están de acuerdo con esas traducciones, justifiquen por qué. Y, si no pueden o no saben, expresen sus quejas a Daniel o a Gabriel. Gracias.
¡"Sabe, pues, y entiende que desde la salida del oráculo sobre el retorno y edificación de Jerusalén hasta un ungido príncipe habrá siete semanas, y en sesenta y dos semanas se reedificarán plaza y foso en la angustia de los tiempos" (Dan. 9:25, versión católica de Nácar-Colunga, 1944).
"Advierte, pues, y entiende: desde que se dio la orden de reconstruir Jerusalén hasta el príncipe ungido habrá siete semanas, y en sesenta y dos semanas; plazas y fosos serán reconstruidos, aunque serán tiempos de angustia" (Dan. 9:25, versión católica de Serafín de Ausejo, 1975).
"Has de saberlo y comprenderlo: Desde que se decretó la vuelta y la reconstrucción de Jerusalén hasta un príncipe ungido pasarán siete semanas; durante sesenta y dos semanas estará reconstruida con calles y fosos, en tiempos difíciles" (Dan. 9:25, Nueva Biblia Española [católica], 1976).
"Entiende bien lo siguiente: Habrá siete semanas desde la promulgación del decreto que ordena la reconstrucción de Jerusalén hasta la llegada del príncipe elegido. Después de eso, habrá sesenta y dos semanas más. Entonces será reconstruida Jerusalén, con sus calles y murallas. Pero cuando los tiempos apremien..." (Dan. 9:25, Nueva Versión Internacional [protestante], 1999).
"'Here is what you must understand: From the time the word goes out to rebuild Jerusalem until the coming of the Anointed Leader, there will be seven sevens. The rebuilding will take sixty-two sevens, including building streets and digging a moat" (Dan. 9:25, verisión inglesa The Message, 1993-2002).
"Know therefore and understand that from the going out of the word to restore and build Jerusalem to the coming of an anointed one, a prince, there shall be seven weeks. Then for sixty-two weeks it shall be built again with squares and moat, but in a troubled time" (Dan. 9:25, English Standard Version, 2001).
"Scito ergo et animadverte: ab exitu sermonis ut iterum aedificetur Ierusalem usque ad christum ducem, hebdomades septem. Et hebdomades sexaginta duae erunt; et rursum aedificabitur platea et muri in angustia temporum" (Dan. 9:25, Nova Vulgata, versión oficial latina de la Iglesia Católica desde 1979).
Tengan en cuenta los señores trolls la existencia de un hermoso atnaj en el texto sagrado. Las anteriores versiones, hechas por eruditos bíblicos contemporáneos que no crean la falsa impresión entre ignorantes de que las primeras siete hebdómadas tengan que ver con la construcción de una plaza o un foso. Es justo al revés. La llegada del ungido es tras las primeras siete hebdómadas, NO tras "siete y sesenta y dos" hebdómadas, como si los antiguos hebreos hubiesen contado de forma rocambolesca. No había ningún tipo de tabú para decir "sesenta y nueve". Por ejemplo, Gén. 5:27 afirma que "todos los días de Matusalén fueron novecientos sesenta y nueve años, y murió". NO dice que Matusalén viviese "novecientos y siete y sesenta y dos años". ¿Qué ridiculez es esa? Claramente, el texto hebreo asocia las primeras siete hebdómadas con la llegada de un ungido, y las siguientes sesenta y dos con la construcción de una plaza y un foso. Los trolls, no obstante, deseosos de sustentar un puro cuento de hadas, afirman, SIN PRUEBA BÍBLICA ALGUNA, que es JUSTO AL REVÉS. Que las siete primeras hebdómadas son las empleadas en la reconstrucción de la plaza y el foso, y las sesenta y dos siguientes llevan a la llegada del ungido, que, según ellos, es Jesucristo.
Por supuesto, tal interpretación es una falsificación de lo que dice la Biblia. Es una total vuelta del revés, y precisa la destrucción del texto que nos ha llegado para que se lea en él lo contrario de lo que dice.
Señores trolls, lo dicho. Aténganse ustedes al texto sagrado que nos ha llegado, o, si ustedes afirman que, pese a todo, hay que leerlo al revés de como está, justifiquen ustedes tan peculiar pretensión con algún estudio objetivo que sea posible seguir y que no requiera aceptar su palabra como si tuviese algún peso.
Ahora podrían ustedes salir con una de las sarcásticas notas del ingenio que los caracteriza diciendo alguna pamplina de que ustedes tampoco tienen por qué tomar mis palabras como si tuviesen peso. Y tendrían toda la razón. No las tomen. Tomen lo que dice la Biblia. Como parece que nunca la han entendido, arriba aparecen varias traducciones competentes (hasta una versión moderna de la Vulgata que pone un punto donde debe estar).
Si ustedes no están de acuerdo con esas traducciones, justifiquen por qué. Y, si no pueden o no saben, expresen sus quejas a Daniel o a Gabriel. Gracias.