Karl;n3145044 dijo:
Exacto Chio, a eso me refiero, vez como Espiritu no sabe ni lo que dice?
Y tú si sabes?
entonces explícanos como y porque bautizan cadaveres...aquí espero aunque estoy seguro que tu cobardia no te dejará esconder, así que te muestro algo que resolverá el embrollo de porque bautizan cadaveres
[h=1]El Bautismo Por Los Muertos: ¿La Pérdida De Tiempo Más Grande Del Mormonismo?[/h]
El presidente de la iglesia Howard W. Hunter dijo, “De verdad no hay un trabajo igual que el que se hace en los templos”. También dijo, “Preparemos a cada misionero para que vaya al templo digno, y que esa experiencia sea de mayor importancia que el recibir el llamamiento a la misión”. El presidente de la iglesia Gordon B. Hinckley dijo, “los templos, y las ordenanzas administradas allí, representan lo máximo en nuestra adoración” (
“The Most Important Step”, New Era).
La mayoría de las ceremonias hechas en el templo son por los muertos. Los vivos pueden hacer todas las ceremonias en unas cuatro horas (lavado, ungimiento, investiduras y sellamiento, las ceremonias necesarias para la exaltación, es decir, para llegar a ser como Dios). Eso no justificaría la necesidad de construir templos en todo el mundo, templos que cuestan millones de dólares y que están hechos con los materiales más lujosos, como a los guías en los templos—los cuales están abiertos al público antes de ser “dedicados” y de ser cerrados a los ojos afuerinos—les gusta recalcar. Después de todo, sería más barato para la iglesia pagar un viaje de avión o de autobús para que alguien viajara e hiciera esas ordenanzas a alguna ciudad o a algún país vecino que gastar millones y millones en templos todos los años. Pero eso sería aburrido, ¿no?
Pila bautismal para bautismos por los muertos
Los templos cumplen varias funciones: Primero, los templos son un símbolo de estatus para la iglesia. Los templos son realmente imponentes, lujosos, y mantenidos impecables, tanto afuera como adentro. Eso hace que la gente vea esos edificios y no pueda evitar pensar en el poderío económico de la iglesia a la cual le pertenece.
Segundo, los templos mantienen a los miembros ocupados, asegurándose de que tengan un lugar al que cuesta entrar—tanto económicamente como espiritualmente—, y que es, por lo tanto, considerado, como dijo Hinckley, lo máximo en nuestra adoración. Cuando uno tiene una meta grande, y una meta que es considerado como un símbolo de estatus, tal como lo es el ir al templo, cualquier miembro de la iglesia va a querer ir, especialmente cuando es un requisito para ir al cielo súper especial donde podemos ser como el Padre. Esto se convierte en una presión para el miembro de ir una y otra vez al templo, ya que tener una recomendación para el templo vigente es considerado otro símbolo de estatus.
Pero, uno puede preguntarse, ¿si uno puede hacer estas ordenanzas en cuatro horas, para qué seguir yendo? Y allí es donde reside el genio de los templos en el mormonismo: La obra por los muertos.
Según el mormonismo, todas las personas tienen que ser bautizadas y recibir todas las ordenanzas del templo, aunque estén muertas, o no van a poder llegar al reino Celestial con Dios. Entonces, todos los miembros tienen que bautizarse por todos los miembros en su familia que ya han muerto y que no eran miembros de la iglesia.
Esto hace que uno deba ir al templo repetidamente. De hecho, se espera que, si uno vive cerca de un templo,
atienda todas las semanas. ¿Pero por qué es necesario hacer tanto trabajo por las personas muertas en esta vida? ¿Por qué no esperar hasta la próxima y ver quién quiere recibir estas ordenanzas y quién no?
Desde la primaria se les enseña a los chicos que un día van a ir al templo a hacer la obra por los muertos
Ni idea. Pero por las dudas nos bautizamos por TODOS. Y si ellos en el más allá quieren aceptar esas ordenanzas, perfecto. Y si no las quieren aceptar, es como si nada hubiera pasado.
La iglesia dice que durante el milenio los miembros de la iglesia van a continuar haciendo la obra por los muertos, pero que mientras tanto debemos hacer lo más que podamos. El bautismo por los muertos y las otras ordenanzas, de hecho, van a ser
algunas de las principales tareas durante el milenio.
Pero estuve haciendo números, y me parece que puedo solucionar el problema de la obra por los muertos, de esa manera la iglesia se puede ahorrar un montón de plata en templos, y los miembros pueden dejar de preocuparse de que no están haciendo lo suficiente al no ir al templo todas las semanas.
Buscando el número de personas que vivieron en el mundo desde el inicio, encontré la siguiente estimación.
Según el PRB (Population Reference Bureau), el mundo ha visto unas 108 mil millones (107.602.707.791) de personas hasta el 2011. El Presidente Monson dijo durante la Conferencia General del 2014 que la iglesia, por su parte, tiene “15 millones de miembros fuertes” (por alguna razón el “fuertes”
no fue traducido al español, y sólo está disponible en su discurso
en inglés). Si ambas cifras son ciertas, podemos llegar a la siguiente conclusión:
Si cada miembro de la iglesia actual (sin contar los que ya murieron) hacen la obra por alguien que murió durante el milenio, trabajando 8 horas al día (es decir, haciendo la obra completa por dos personas por día), pueden realizar la obra por TODO el mundo en menos de diez años. Lo que significa que pueden pasar el resto del milenio tomando Coca Cola sin cafeína y leyendo libros de Kimball. Qué diversión, ¿no?
107.602.707.791 personas / 2 (considerando que en ocho horas un miembro de la iglesia puede hacer la obra completa por dos personas por días) = 53.801.353.895,5
53.801.353.895,5 / 15.000.000 (número de miembros “fuertes” actuales de la iglesia) = 3.586
En 3.586 días, los miembros actuales de la iglesia podrían hacer la obra por TODAS las personas que existieron en el mundo. Eso es: 3.586 / 365 = 9.8. Es decir, en menos de diez años se puede terminar la obra completa en el templo por toda la humanidad. Diez años. De mil.
Ahora, supongamos que en vez de hacer dos obras por día, hagamos una, o sea, que trabajemos cuatro horas al día. Eso nos deja ocho horas para dormir y doce horas para hacer lo que queramos. A ese paso, vamos a poder bautizar a TODO el mundo en menos de veinte años. Lo cual quiere decir que de los mil años que va a durar el milenio, la obra en el templo va a dejarnos con más de novecientos ochenta años libres.
Entonces, ¿qué tanto apuro en bautizar a todo el mundo en esta vida? Especialmente cuando
bautizan a las mismas personas una y otra vez, lo cual representa una pérdida de tiempo y recursos. Simple: el templo es una manera de mantenernos ocupados. Y mientras más tiempo pasemos en la iglesia, haciendo cosas que tal vez no tengan sentido pero que nos hace sentir que estamos ayudando en “el reino”, menos tiempo vamos a tener para hacer cosas “del mundo”, como mirar Breaking Bad o jugar pool con nuestros amigos.
Ésta es una estrategia que la iglesia ha usado desde siempre. Uno de los mayores énfasis
del Presidente Hinckley era que cada miembro nuevo “necesita tres cosas: un amigo, una responsabilidad y ser nutrido ‘por la buena palabra de Dios’”, o sea, ¡manténgalos ocupados y rodeados de mormones!
Cuando yo era miembro, me encantaba ir al templo, porque sentía que estaba haciendo algo importante cuando en realidad estaba sentado por dos horas haciendo nada. Ir al templo y mirar una película por dos horas para “ayudar a la gente a ganar el reino Celestial” es mucho mejor que realmente hacer algo, como ayudar a alguien a mudarse o ser voluntarios en un centro de desamparados.