Quieres saber que hacen en los templos mormones además de bautizar cadaveres?
para reír un rato largo, largo, les dejo esto:
[h=1]Las Ceremonias Mormonas Del Templo (1870)[/h]
La siguiente ceremonia ha sido sacada del libro de J. H. Beadle de 1870, Life in Utah, or, The mysteries and crimes of Mormonism. El tono de este libro es muy diferente al típico libro antimormón de la época, y a pesar de su título sensacionalista, es muy objetivo, y al final de este texto en particular es muy fuerte en su crítica de ciertos apóstatas de la iglesia.
En esta sección del libro de Beadle se puede notar la similitud con la ceremonia actual, la descripción de los lavamientos, ungimientos, de las ropas del templo (gárments), etc. La ceremonia de investiduras obviamente ha cambiado desde entonces (de hecho ha seguido cambiando hasta la actualidad, con el cambio más reciente hace sólo un par de años), pero su germen puede percivirse fácilmente.
Los énfasis a través del texto son míos.
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LA INVESTIDURA
Personajes
Elohim: Brigham Young
Jehová: George A. Smith
Jesús: Daniel H. Wells
Miguel: George Q. Cannon
Satanás: W. W. Phelps
Apóstol Pedro: Joseph F. Smith
Apóstol Santiago: John Taylor
Apóstol: John Erastus Snow
Eva: Eliza R. Snow
Secretarios, lavadores, ayudantes, sectarios, coro e investidos.
Predomina un profundo silencio. Los ayudantes se comunican mediante señales misteriosas o susurros muy débiles; una luz mortecina penetra en el recinto, combinada por densas sombras; sólo se oye el débil chapoteo del agua que se derrama detrás de los biombos. Toda la escena está calculada para producir un solemne asombro en los ignorantes candidatos, que aguardan con sumisa pero nerviosa expectación a que ocurra algo misterioso. Después de unos momentos de solemne espera, los hombres son conducidos a su salón de lavado que está a la derecha, y las mujeres al de la izquierda. La mujer candidata se despoja de sus ropas, es colocada en el baño, y una mujer apartada para este propósito la lava desde la cabeza hasta los pies. Cada miembro de la persona que es lavada se menciona con una bendición especial.
Lavadora:
Tina de lavamientos en el templo de Salt Lake CIty (1911)
Luego es pasado a través de una hendidura de la cortina hacia el siguiente compartimento de adelante; al pasar, un apóstol susurra en su oído “un nuevo nombre, con el cual será conocido en el reino celestial de Dios”.
Al llegar al segundo cuarto, el candidato es ungido con aceite, el cual ha sido previamente bendecido y consagrado por dos sacerdotes. Este aceite se derrama sobre su cabeza desde su cuerno o un recipiente de caoba que tiene forma de cuerno. El aceite se frota sobre su cabello y su barba, y sobre cada uno de sus miembros, que otra vez son bendecidos por orden. Al mismo tiempo es ungida la mujer en su propia sala de lavamiento. El candidato es vestido luego con cierto tipo de túnica, o cierta clase de ropa estrecha, que lo cubre desde el cuello hasta los talones. Éste, o uno similar, bendecido con tal propósito, ha de usarse siempre ajustado al cuerpo, para proteger al que lo usa del peligro y de los asaltos del diablo. Muchos mormones son tan tenaces en este punto, que cuando se van a cambiar, sólo se quitan una parte de esta prenda, y se ponen parte de la nueva, antes de quitarse la antigua por completo. Generalmente se cree que José Smith se quitó su túnica la mañana cuando fue a Cartage, para evitar que lo acusaran de pertenecer a una sociedad secreta, y que, si la hubiera tenido puesta, no hubieran podido matarlo. Sobre esta túnica se coloca la ropa interior ordinaria, y sobre ésta, un manto que sólo se usa para este propósito; está hecho de lino fino; se pliega sobre los hombros; se ciñe a la cintura con una banda; y cae al piso por delante y por detrás. Sobre la cabeza se coloca una gorra de lino fino, y en los pies, ligeras pantuflas de algodón.
En este momento comienza, en el cuarto contiguo, el debate preparatorio en el gran concilio de los dioses, en cuanto a si harán al hombre.
Elohim, Jehová, Jesús y Miguel entonan un drama en verso libre, representando los sucesivos pasos en la creación del mundo.
Elohim enumera las labores de cada día, y felicita a todos; al terminar cada día, todos los otros se reúnen en un coro responsivo de sorpresa y alabanza a la gloria y belleza del trabajo, concluyendo con:
Caminan alrededor del huerto en parejas, dirigidos por los oficiantes Adán y Eva, cuando entra Satanás. Está vestido con una ropa muy ceñida de terciopelo negro que consiste de una corta chaqueta y pantalones hasta la rodilla, calcetines negros y zapatillas. Estas últimas tienen doble punta. También usa una horrible máscara y un casco puntiagudo. Se acerca a Eva, quien está separada de Adán, y comienza a alabar su belleza; después de esto, él prefiere la “tentación”. (Aquí hay una diferencia en el testimonio. John Hyde dice que “la fruta ofrecida consiste en algunas uvas secas que cuelgan de un arbusto”; una dama declara que la tentación consiste en gestos e indicaciones “que no se pueden describir”; mientras que otra joven, después de implicar que Adán y Eva estaban casi desnudos, simple- mente agrega: “No puedo mencionar la naturaleza de la fruta, pero ha dejado sin decir más de lo que la imaginación, con la rienda más suelta posible, probablemente podría describir. . . la realidad es demasiado monstruosa para que la puedan creer los humanos, y la moralidad y el objeto de todo esto es privar socialmente de la sexualidad a los sexos”.
para reír un rato largo, largo, les dejo esto:
[h=1]Las Ceremonias Mormonas Del Templo (1870)[/h]

La siguiente ceremonia ha sido sacada del libro de J. H. Beadle de 1870, Life in Utah, or, The mysteries and crimes of Mormonism. El tono de este libro es muy diferente al típico libro antimormón de la época, y a pesar de su título sensacionalista, es muy objetivo, y al final de este texto en particular es muy fuerte en su crítica de ciertos apóstatas de la iglesia.
En esta sección del libro de Beadle se puede notar la similitud con la ceremonia actual, la descripción de los lavamientos, ungimientos, de las ropas del templo (gárments), etc. La ceremonia de investiduras obviamente ha cambiado desde entonces (de hecho ha seguido cambiando hasta la actualidad, con el cambio más reciente hace sólo un par de años), pero su germen puede percivirse fácilmente.
Los énfasis a través del texto son míos.
____________________
LA INVESTIDURA
Personajes
Elohim: Brigham Young
Jehová: George A. Smith
Jesús: Daniel H. Wells
Miguel: George Q. Cannon
Satanás: W. W. Phelps
Apóstol Pedro: Joseph F. Smith
Apóstol Santiago: John Taylor
Apóstol: John Erastus Snow
Eva: Eliza R. Snow
Secretarios, lavadores, ayudantes, sectarios, coro e investidos.
- PRIMER ESTADO (PREEXISTENCIA)
Predomina un profundo silencio. Los ayudantes se comunican mediante señales misteriosas o susurros muy débiles; una luz mortecina penetra en el recinto, combinada por densas sombras; sólo se oye el débil chapoteo del agua que se derrama detrás de los biombos. Toda la escena está calculada para producir un solemne asombro en los ignorantes candidatos, que aguardan con sumisa pero nerviosa expectación a que ocurra algo misterioso. Después de unos momentos de solemne espera, los hombres son conducidos a su salón de lavado que está a la derecha, y las mujeres al de la izquierda. La mujer candidata se despoja de sus ropas, es colocada en el baño, y una mujer apartada para este propósito la lava desde la cabeza hasta los pies. Cada miembro de la persona que es lavada se menciona con una bendición especial.
Lavadora:
Hermana, te lavo para limpiarte de la sangre de esta generación, y preparo tus miembros para el servicio vivo a la manera de todos los verdaderos santos. Lavo tu cabeza para que pueda estar preparada para la corona de gloria que te espera como una santa fiel, y fructífera esposa de un sacerdote del Señor; para que tu cerebro sea rápido para el discernimiento, y tus ojos perciban la verdad y eviten las trampas del enemigo; tu boca, para que exprese la alabanza de los dioses inmortales, y que tu lengua pronuncie el nombre verdadero que te admitirá en lo futuro detrás del velo, y con el cual serás conocida en el reino celestial. Lavo tus brazos para que trabajen en la causa de la justicia, y tus manos para que sean fuertes en la construcción del reino de Dios con toda clase de obras útiles. Te lavo los pechos para que demuestres ser una viña fructífera, para nutrir a una raza fuerte de rápidos testigos, que sean firmes en la defensa de Sion; tu cuerpo, para presentarlo como un tabernáculo aceptable cuando llegues a pasar detrás del velo; tus lomos para que produzcan una raza numerosa, que te corone de eterna gloria y fortaleza el reino celestial de tu marido, tu señor y corona en el Señor. Te lavo las rodillas sobre las cuales te postras y humildemente recibes la verdad del sacerdocio de Dios; tus pies, para que corran rápidamente en los caminos de la justicia y se paren firmes sobre los lugares determinados. Y ahora, te declaro limpia de la sangre de esta generación, y tu cuerpo como templo aceptable para la morada del Espíritu Santo.
Un lavamiento similar se realiza en el hombre candidato, en su propia sala de baño, y sobre su cuerpo se pronuncia una bendición de igual manera.
Tina de lavamientos en el templo de Salt Lake CIty (1911)
Luego es pasado a través de una hendidura de la cortina hacia el siguiente compartimento de adelante; al pasar, un apóstol susurra en su oído “un nuevo nombre, con el cual será conocido en el reino celestial de Dios”.
Al llegar al segundo cuarto, el candidato es ungido con aceite, el cual ha sido previamente bendecido y consagrado por dos sacerdotes. Este aceite se derrama sobre su cabeza desde su cuerno o un recipiente de caoba que tiene forma de cuerno. El aceite se frota sobre su cabello y su barba, y sobre cada uno de sus miembros, que otra vez son bendecidos por orden. Al mismo tiempo es ungida la mujer en su propia sala de lavamiento. El candidato es vestido luego con cierto tipo de túnica, o cierta clase de ropa estrecha, que lo cubre desde el cuello hasta los talones. Éste, o uno similar, bendecido con tal propósito, ha de usarse siempre ajustado al cuerpo, para proteger al que lo usa del peligro y de los asaltos del diablo. Muchos mormones son tan tenaces en este punto, que cuando se van a cambiar, sólo se quitan una parte de esta prenda, y se ponen parte de la nueva, antes de quitarse la antigua por completo. Generalmente se cree que José Smith se quitó su túnica la mañana cuando fue a Cartage, para evitar que lo acusaran de pertenecer a una sociedad secreta, y que, si la hubiera tenido puesta, no hubieran podido matarlo. Sobre esta túnica se coloca la ropa interior ordinaria, y sobre ésta, un manto que sólo se usa para este propósito; está hecho de lino fino; se pliega sobre los hombros; se ciñe a la cintura con una banda; y cae al piso por delante y por detrás. Sobre la cabeza se coloca una gorra de lino fino, y en los pies, ligeras pantuflas de algodón.
En este momento comienza, en el cuarto contiguo, el debate preparatorio en el gran concilio de los dioses, en cuanto a si harán al hombre.
Elohim, Jehová, Jesús y Miguel entonan un drama en verso libre, representando los sucesivos pasos en la creación del mundo.
Elohim enumera las labores de cada día, y felicita a todos; al terminar cada día, todos los otros se reúnen en un coro responsivo de sorpresa y alabanza a la gloria y belleza del trabajo, concluyendo con:
Elohim: Ahora todo está hecho, y la tierra con su vida animada está feliz. El majestuoso elefante para explorar el bosque, el feroz león en las cuevas de las montañas, las gacelas, el ganado cornado y las bandadas pasajeras de pájaros se estrechan sobre los verdes valles; el gigante rueda su gran masa por sombreados helechos junto a las orillas de los ríos, entre las exudaciones, y la gran ballena debajo de las aguas, y las aves para volar por encima en el firmamento espacioso del cielo. Sobre la tierra, he aquí los osos, los tigres, y todas las cosas que se arrastran sobre la tierra. Cada uno según su especie se multiplicará sobre la tierra; y sin embargo faltaba algo en la obra del maestro, el ser en la forma y en la imagen de los dioses, quien se parara erecto, para adorar a su Hacedor, y para tener dominio sobre todo el resto.
Jehová, Jesucristo, Miguel y Elohim, hagamos al hombre, a imagen, forma y semejanza nuestra; y como será nuestro único representante en la tierra, a él le daremos todos los derechos, el dominio y el poder sobre todo lo que vuela, nada, se arrastra o camina sobre la tierra.
Entretanto, los ayudantes han colocado a los candidatos sobre el piso y les han cerrado los ojos. Entonces entran los dioses y los tocan miembro por miembro, y especifican el oficio de cada uno de ellos, y fingen que están creando y moldeando. Luego les dan palmetazos para vivificarlos y representar el poder creador, soplan en sus fosas nasales el “aliento de vida”, y los levantan para que queden de pie. Se supone que entonces son “como Adán, recién hechos, completamente dúctiles, versátiles en la mano del Creador”. Jehová, Jesucristo, Miguel y Elohim, hagamos al hombre, a imagen, forma y semejanza nuestra; y como será nuestro único representante en la tierra, a él le daremos todos los derechos, el dominio y el poder sobre todo lo que vuela, nada, se arrastra o camina sobre la tierra.
- SEGUNDO ESTADO
Caminan alrededor del huerto en parejas, dirigidos por los oficiantes Adán y Eva, cuando entra Satanás. Está vestido con una ropa muy ceñida de terciopelo negro que consiste de una corta chaqueta y pantalones hasta la rodilla, calcetines negros y zapatillas. Estas últimas tienen doble punta. También usa una horrible máscara y un casco puntiagudo. Se acerca a Eva, quien está separada de Adán, y comienza a alabar su belleza; después de esto, él prefiere la “tentación”. (Aquí hay una diferencia en el testimonio. John Hyde dice que “la fruta ofrecida consiste en algunas uvas secas que cuelgan de un arbusto”; una dama declara que la tentación consiste en gestos e indicaciones “que no se pueden describir”; mientras que otra joven, después de implicar que Adán y Eva estaban casi desnudos, simple- mente agrega: “No puedo mencionar la naturaleza de la fruta, pero ha dejado sin decir más de lo que la imaginación, con la rienda más suelta posible, probablemente podría describir. . . la realidad es demasiado monstruosa para que la puedan creer los humanos, y la moralidad y el objeto de todo esto es privar socialmente de la sexualidad a los sexos”.