Re: La Sanidad
El cuerpo físico de los apóstoles, enfermaba al igual que el resto de los hombres. El hombre interior " nuevo" , el cual estaba siendo formado en ellos por Cristo, es el que nunca enferma, porque es un hombre nacido de Dios, del Espíritu de Dios, y por eso no puede enfermar, porque en Dios dicho hombre interior nunca enferma.
Es por éso que tenemos un llamado a sembrar para el Espiritu y no para la carne; porque de la carne segaremos corrupción ( enfermedad ), pero del Espíritu segaremos la vida eterna ( la incorrupción ). por lo tanto es acertado decir que en nuestro cuerpo de carne, si enfermamos, pero en el hombre interior nacido del Espíritu , nunca enfermamos. Y mientras tengamos que hacer alguna misión en ésta tierra , aunque enfermemos, no moriremos , sino que el Señor nos sanará para que podamos seguir adelante con la misión encomendada. Una vez acabada, nuestro cuerpo enfermo, ya no será sanado para partir hacia el Padre para recibir una nueva vida en él, incorruptible. Pablo tenía una palabra y una misión que cumplir: "ir a Roma", y aunque le mordió una serpiente ( que según los naturales de Malta, su mordedura era mortal ), no sufrió daño alguno porque el Señor todavía le necesitaba para llevarle hasta Roma, y fue el Señor mismo quién eliminó los efectos del veneno mortal. Así es hoy en día, si el Señor nos sana es porque quiere que sigamos en éste mundo para cumplir el propósito que él tiene para nuestras vidas. Cumplido ése propósito lo más probable es que tengamos que abandonar nuestro ya inservible cuerpo de carne, para recibir la herencia de nuestro cuerpo celestial incorruptible, conforme a sus promesas .
PERFUMISTA
El cuerpo físico de los apóstoles, enfermaba al igual que el resto de los hombres. El hombre interior " nuevo" , el cual estaba siendo formado en ellos por Cristo, es el que nunca enferma, porque es un hombre nacido de Dios, del Espíritu de Dios, y por eso no puede enfermar, porque en Dios dicho hombre interior nunca enferma.
Es por éso que tenemos un llamado a sembrar para el Espiritu y no para la carne; porque de la carne segaremos corrupción ( enfermedad ), pero del Espíritu segaremos la vida eterna ( la incorrupción ). por lo tanto es acertado decir que en nuestro cuerpo de carne, si enfermamos, pero en el hombre interior nacido del Espíritu , nunca enfermamos. Y mientras tengamos que hacer alguna misión en ésta tierra , aunque enfermemos, no moriremos , sino que el Señor nos sanará para que podamos seguir adelante con la misión encomendada. Una vez acabada, nuestro cuerpo enfermo, ya no será sanado para partir hacia el Padre para recibir una nueva vida en él, incorruptible. Pablo tenía una palabra y una misión que cumplir: "ir a Roma", y aunque le mordió una serpiente ( que según los naturales de Malta, su mordedura era mortal ), no sufrió daño alguno porque el Señor todavía le necesitaba para llevarle hasta Roma, y fue el Señor mismo quién eliminó los efectos del veneno mortal. Así es hoy en día, si el Señor nos sana es porque quiere que sigamos en éste mundo para cumplir el propósito que él tiene para nuestras vidas. Cumplido ése propósito lo más probable es que tengamos que abandonar nuestro ya inservible cuerpo de carne, para recibir la herencia de nuestro cuerpo celestial incorruptible, conforme a sus promesas .
PERFUMISTA