Bajo el Pacto de la Ley, Israel ratificó el concepto de bendiciones para la buena conducta y maldiciones para la desobediencia. Desde aquel entonces Israel fue tratado por Dios según el pacto que ellos mismo 'firmaron.' (Ex. 24:3, 7) Como resultado Dios permitió y aún mando las consecuencias del pecado de Israel (Deut. 28), las cuales fueron 'maldiciones.' Su trato con Israel no fue por el Espíritu, ni por la fe, ni por la gracia. Fue por la Ley y las consecuencias de la obediencia y la desobediencia.
Muchos textos del Antiguo Testamento se tienen que entender en este contexto. Dios era el autor o permitió las cosas malas en Israel según el pacto. Sin embargo, la maldición de la Ley fue clavado a la cruz de Cristo, y la penalidad del pecado y los pecados mismos fueron llevados por El en la cruz. Toda la maldición fue quitada porque Cristo satisfizo la Ley, una vez para siempre. Ya estamos bajo la gracia de Dios. Cristo sufrió nuestro castigo en la cruz.
Cuando el pecado y su penalidad quedó vencido por Cristo y por Su resurrección de los muertos, el fruto del pecado perdió su autoridad. La muerte entraba en el mundo por el pecado (Rom. 5:12). Las enfermedades representan la muerte 'incipiente.' Esto es, la muerte en proceso. La mortalidad del cuerpo sigue por haber nacido en este mundo caído. Pero el poder de las enfermedades para apurar la muerte ya fue vencido.
Por eso Cristo dijo al paralítico, 'cuál es más fácil decir....tus pecados te son perdonados, o, levántate y anda.' El hecho que la sanidad existía para todos demonstraba que los pecados fueron perdonados. Cada persona sanada por Cristo fue sanada porque Cristo a la vez perdonó sus pecados. Es el perdón que hace posible la sanidad física.
Cuando entendemos el poder del perdón, la justicia y la gracia de Dios, la sanidad es simplemente el resultado normal. Si la 'raíz' quedó vencida, el fruto de la raíz a la vez pierde su fuente de vida.
Las enfermedades solamente existen debido a nuestra ignorancia de lo que pasó en la cruz, nuestra pobre teología acerca de Dios, y la falta de fe que nace como resultado.
Si el cuerpo de Cristo podría levantarse en plena convicción de la Verdad de Cristo, tomar Su autoridad sobre el enemigo y las enfermedades, y proclamar libertad y sanidad en el Nombre de Jesús, veríamos todos sanados. Mientras seguimos defendiendo la teología de 'más que víctimas' en lugar de 'más que vencedores,' vamos a seguir muriendo antes del tiempo por algo que Cristo ya venció hace 2 mil años.
Saludos