Siervo Fiel
Comentas que “algunos no creen que los creyentes pueden asegurar que están salvados” y tienes toda la razón, pues, entre ellos está el mismísimo apóstol enviado a los gentiles, Pablo, quien en el año 60 escribió a los creyentes de Filipo diciéndoles:
“a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil.3).
¿Cómo es posible que este apóstol en sus días de predicador, sobre todo entre los gentiles, no haya estado seguro de su salvación?
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto”.
Vaya declaración frente a la doctrina de los “salvos siempre salvos”.
Todo un apóstol, enviado especialmente a los gentiles, con experiencia espiritual suficiente como para enseñar, exhortar y redargüir y confesando que “proseguía” en procura de “lograr asir aquello para lo cual fue también asido por Cristo Jesús”.
¿A quién creerle?, será un dilema para quienes desestiman a sus guías espirituales, como este apóstol que escribió para los filipenses y para todos los creyentes:
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado”.
A su lado los “salvos siempre salvos” se mofan con espíritu sobrado de su entereza.
Ellos, los “salvos siempre salvos”, carentes de las experiencias de este apóstol apuestan por la seguridad de la salvación, sin considerar las enseñanzas y las orientaciones de aquellos que padecieron por llevar el mensaje de la salvación.
Este apóstol nos legó su convicción respecto al tema de la salvación como algo que debemos procurar, por lo menos así parece haberlo resaltado:
pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
¡Prosigo a la meta!
Eso se llama “perseverar”, eso coincide con un refrán popular de algunas partes: “no comerse el pollo antes de comprarlo”.
Siervo Fiel agregas que “otros creen que la seguridad de la salvación depende de la conducta del creyente”.
Tienes la razón Siervo Fiel, porque así lo escribió otro apóstol, Santiago: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre”.
Al respecto Pablo también escribió: “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros” (Fil. 3).
Y ese día del arrebatamiento, Jesús ordenará a “muchos” que se aparten de él y los rechazará por su conducta, la cual se las recriminará al decirles “hacedores de maldad”.
Siervo Fiel también aportas otra posición, “otros piensan que predicar que "la Salvación no se pierde", impulsa a los creyentes a pecar”.
Aparte de que es especulativa esa aseveración, por cuanto quien quiera aprovecharse de esa enseñanza para llevar una conducta errónea, lo hará motivado por sus concupiscencias.
No obstante enseñar que la salvación no se pierde es contradecir lo que ha de venir:
“Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada” (Mt. 24.37-41).
“Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás.
Acordaos de la mujer de Lot.
Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.
Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado” (Lc. 17).
“1Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10Pero mientras ellas iban a comprar,
vino el esposo;
y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
12Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir” (Mt. 25.1).
Pablo resaltó respecto de la inconveniencia de vivir en el pecado, si el creyente ha muerto a la transgresión, y su comentario mal interpretado no desestima ni reemplaza los eventos a suceder ese día cuando Jesús venga por las diez vírgenes.
No obstante “en la Biblia está claramente establecido que Dios es severo en disciplinar a sus hijos, por lo cual un verdadero cristiano sentirá la mano dura de Dios si persiste en pecar, ya que Dios no es un padre irresponsable para ignorar las malas actitudes de sus hijos”,
MUCHOS creyentes serán rechazados ese día de la salvación (el arrebatamiento) bajo la sentencia de “hacedores de maldad”.
Siervo Fiel aseveras que “Dios nos corregirá y nos azotará si es necesario, pero no nos quitará el don de la Salvación”,
pero eso no lo ratifica Jesús, quien dejará “en el lloro y crujir de dientes” a los siervos malos.
¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”.
Siervo fiel también enseñas que “El vínculo de padre-hijo, puede enfriarse y esto tiene sus consecuencias, pero el padre seguirá siendo padre y el hijo seguirá siendo hijo”,
pero Jesús advirtió:
“Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.
Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste.
Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad”.
Siervo Fiel enseña que “Las palabras de Cristo son: "lo que es engendrado de la carne, carne es, lo que es engendrado del Espíritu, espíritu es", esto significa que cuando un creyente ha nacido de nuevo por el Espíritu de Dios, entra en la familia de Dios”.
Al respecto pregunto: ¿Y qué pasó con el siervo malo? ¿Nunca entró en la familia de Dios?
¿Qué pasó con las cinco vírgenes INSENSATAS”, nunca entraron en la familia de Dios?
Jesús dijo: “Nadie viene al Padre sino por mí”, entonces ¿cómo entender que el mismo “Padre de familia” se “levantará y cerrará la puerta” dejando a muchos en el “lloro y crujir de dientes”?
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,
y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes (Mt.24).
Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mt.25).
En cuanto a ser “hijos de Dios”.
Juan escribió al respecto: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
¿Cuándo termina esa “hechura”?
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4).
¿Ya llegamos TODOS a la unidad de la fe? ¿Ya llegamos TODOS al conocimiento del Hijo de Dios? ¿Ya llegamos TODOS a un varón perfecto?
¿Ya llegamos TODOS a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo?
¿Entramos ya en la “familia de Dios”? De ser así ¿qué pasará con las cinco “vírgenes” que se quedarán?
"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios". Si nos atenemos a ese mero versículo, ¿por qué serán rechazados por el mismo Jesús aquellos que ese día le reclamarán, al verse excluidos de la salvación, que en su nombre hicieron “muchos” milagros, echaron fuera demonios y profetizaron?
Acerca de esos muchos “que dicen ser cristianos, pero que en realidad no han conocido al Señor”, ¿en qué se sustentaron para decir que eran cristianos y si no conocieron al Señor, ¿cómo es que en su nombre hicieron y en su nombre hicieron “muchos” milagros, echaron fuera demonios y profetizaron?
¿No funcionó en ellos el versículo “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios"?
Todos aquellos que “no creen que los creyentes pueden asegurar que están salvados”, y aquellos “otros que creen que la seguridad de la salvación depende de la conducta del creyente”, y aquellos “otros que piensan que predicar que "la Salvación no se pierde", y por ello supuestamente “impulsan a otros a pecar”, ¿son inconversos o creyentes?
Siervo Fiel hablas de “las iglesias de Dios”, pero hasta donde se sabe la IGLESIA es de Jesús, y esa IGLESIA es su futura esposa.
Ese otro versículo que aporta Siervo Fiel: “"Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; á fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra:" (2 Corintios 9:8)”, ¿en dónde queda ese versículo frente a los “muchos” que serán rechazados por Jesús, en el día del arrebatamiento?
La prédica popular dice que “Si usted ha sido llamado al arrepentimiento y ha recibido a Cristo como su Salvador. Usted pertenece a Dios”, aunque en principio es cierto, los hechos que han de acontecer cuando Jesús venga por su IGLESIA, para desposarla allá arriba en la “nueva Jerusalem”, no ratifican esa elemental enseñanza.
“El le ayudará a crecer en la fe y el conocimiento de Jesucristo y le santificará para Su Gloria y no para que usted se jacte de su propia justicia”, dice Siervo Fiel, y tiene razón, por ello ¨muchos” harán milagros, echaraán fuera demoniso y profetizarán, pero de esos “muchos” los hay que serán rechazados por Jesús por “hacedores de maldad”.
Siervo Fiel, asevera de muy buena fe, que “El Espíritu de Dios dentro del cristiano le impulsa a hacer el bien y a ser mejor cada día, pero no es su "buen comportamiento" lo que lo mantiene salvo, sino la Gracia de Dios”.
Siervo Fiel, ¿y qué de aquellos siervos que experimentaron los “poderes del siglo venidero” y no obstante serán excluidos de la salvación?
La salvación obviamente es eterna, como los es la hemorragia de sangre, pero esa salvación será una realidad ese día cuando el discípulo del Señor experimente su resurrección de entre los muertos y el arrebatamiento, y para aquel discípulo que esté vivo y en un “abrir y cerra de ojos” sea transformado de mortal a inmortal y llevado, junto con el resucitado, a la “nueva Jerusalem”.
La salvación obviamente es eterna y como tal iniciará en el discípulo resucitado de entre los muertos y se concretará en el arrebatamiento. La salvación obviamente es eterna y como tal iniciará en el discípulo que esté vivo al llegar Jesús por su IGLESIA y no sea excluido de ese arrebatamiento.
Antes de ese evento, que nadie cante victoria…
¿Dónde habla la BIBLIA de la “Preservación de los Santos”?
Este aparte que aporta Siervo Fiel es parte de la historia: "Los gentiles oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna" (Hechos 13.48)”.
Esa fue experiencia de ellos, testimonio de ellos para que nos sirva de referencia… pero las experiencias de ellos como las del rey David, o de cualquiera de los personajes bíblicos son de ellos, que nos sirven de referencias.
Este otro aparte que aporta Siervo Fiel no asegura nada, solo es una petición: “"Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén." (Hebreos 13.20-21)
Bien claro lo dice: “os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad”.
No es una orden de quien lo escribió, es una petición.
Me parece que hay un tinte de predestinación en este aparte de Siervo Fiel: “La cuestión en este punto es que la salvación es la obra de la Gracia de Dios en el hombre, y aquéllos que Dios a elegido para vida eterna encontrarán su salvación en El y por El”.
“… y aquéllos que Dios a elegido para vida eterna encontrarán su salvación en El y por El”.
Ahhh, ¿es Dios quien elige a la persona “para vida eterna”? Y si las elige, ¿cómo es que “encontrarán su salvación en El y por El”?
Si Dios elige a quien ha de ser salvo, ¿qué sentido tiene comparecer ante el tribunal de Cristo o para qué el juicio del trono blanco?
Si Dios mantendrá hasta el fin a todos, ¿dónde dejamos la advertencia de Jesús: “el que persevere hasta el final será salvo? ¿De dónde salieron aquellos que serán rechazados por el “padre de familia” y serán llamados “hacedores de maldad”? ¿Por qué resaltará el “siervo inútil” o el “siervo malo”?
¿Acaso Dios hace acepción de personas?
“El no los dejará ni los abandonará”, dice nuestro hermano Siervo Fiel, pero qué del “llanto y crujir de dientes” donde serán dejados “muchos” que reconocieron a Jesús como su Señor y en su nombre hicieron “muchos” milagros, y echaron fuera demonios y….?
Ojalá ese versículo que parcialmente nos aporta: (Juan 10.22 al 30), lo analizara el hermano Siervo Fiel a la luz del contexto y no lo apañe a todos los creyentes, toda vez que aún no ha llegado el arrebatamiento.
“Algunos enseñan que así como el hombre escoge ser salvo, también puede cambiar de parecer y escoger no ser salvo”.
¿Qué dice la Palabra de Dios al respecto?
“4Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. 7Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; 8pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada” (He.6).
20Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” (2P.2.20).
La Biblia enseña que “el hombre puede perder su salvación si no se esfuerza suficiente en mantener el favor de Dios”. La prueba la entrega Jesús, quien rechazará a “muchos” ese día cuando “venga el Hijo del Hombre”.
“El hombre es quien asegura su salvación”, perseverando o velando hasta el final.
El hombre es soberano, está en él decidir si acepta o no a Jesús. Está en el hombre arrepentirse, incluso bautizarse y perseverar hasta el final. El hombre por sí mismo debe determinar a cuál rey seguir y demostrarlo hasta el final.
El hombre no es un títere de Dios ni de Jesús. “Vende todo y repártelo a los pobres y sígueme”, le dijo a aquel varón, pero ese hombre amó más las riquezas.
Los que Siervo Fiel incluyen al decir “nosotros predicamos algo distinto”, enseñan algo correcto, “que la salvación es enteramente obra de Dios y enteramente para Su gloria”, pero el hombre es quien debe decidir si cree en ella y si la acepta y dado el caso en que la acepta debe seguir las instrucciones depositadas en la Palabra de Dios, eso se llama “hacer la voluntad del Padre”.
16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.
¿Qué clase de enseñanza es esa que predica el hermano Siervo Fiel: “Si El ha determinado salvar a los llamados, estos serán salvos”?
Jesús dijo: “Muchos son los llamados y pocos los escogidos”.
De entre los muchos llamados, solamente serán escogidos aquellos que hagan la voluntad de Dios.
El versículo que nos envía el hermano, (Jeremías 32.40), tiene que ver con Israel, no con el creyente. “37He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; 38y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. 39Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. 40Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. 41Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma”.
Este otro versículo que nos aporta ("estando persuadido de esto, que el que comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1.6), hay que enfrentarla a las palabras de Jesús, que no pasarán, quien advirtió que “muchos” serán excluidos del arrebatamiento.
Si bien es cierto, quien salva es Dios, pero le corresponde al hombre aceptar esa salvación.
Bueno le sería a Siervo Fiel aportar el resto del versículo que envió, (2 Tesalonicenses 2.13), cuando dice: “15Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra”.
Ahí el apóstol exige decisión de cada quien. “Estad firmes, y retened la doctrina” es una petición que a cada quien le corresponde atender.
Efgi.
Comentas que “algunos no creen que los creyentes pueden asegurar que están salvados” y tienes toda la razón, pues, entre ellos está el mismísimo apóstol enviado a los gentiles, Pablo, quien en el año 60 escribió a los creyentes de Filipo diciéndoles:
“a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil.3).
¿Cómo es posible que este apóstol en sus días de predicador, sobre todo entre los gentiles, no haya estado seguro de su salvación?
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto”.
Vaya declaración frente a la doctrina de los “salvos siempre salvos”.
Todo un apóstol, enviado especialmente a los gentiles, con experiencia espiritual suficiente como para enseñar, exhortar y redargüir y confesando que “proseguía” en procura de “lograr asir aquello para lo cual fue también asido por Cristo Jesús”.
¿A quién creerle?, será un dilema para quienes desestiman a sus guías espirituales, como este apóstol que escribió para los filipenses y para todos los creyentes:
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado”.
A su lado los “salvos siempre salvos” se mofan con espíritu sobrado de su entereza.
Ellos, los “salvos siempre salvos”, carentes de las experiencias de este apóstol apuestan por la seguridad de la salvación, sin considerar las enseñanzas y las orientaciones de aquellos que padecieron por llevar el mensaje de la salvación.
Este apóstol nos legó su convicción respecto al tema de la salvación como algo que debemos procurar, por lo menos así parece haberlo resaltado:
pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
¡Prosigo a la meta!
Eso se llama “perseverar”, eso coincide con un refrán popular de algunas partes: “no comerse el pollo antes de comprarlo”.
Siervo Fiel agregas que “otros creen que la seguridad de la salvación depende de la conducta del creyente”.
Tienes la razón Siervo Fiel, porque así lo escribió otro apóstol, Santiago: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre”.
Al respecto Pablo también escribió: “Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros” (Fil. 3).
Y ese día del arrebatamiento, Jesús ordenará a “muchos” que se aparten de él y los rechazará por su conducta, la cual se las recriminará al decirles “hacedores de maldad”.
Siervo Fiel también aportas otra posición, “otros piensan que predicar que "la Salvación no se pierde", impulsa a los creyentes a pecar”.
Aparte de que es especulativa esa aseveración, por cuanto quien quiera aprovecharse de esa enseñanza para llevar una conducta errónea, lo hará motivado por sus concupiscencias.
No obstante enseñar que la salvación no se pierde es contradecir lo que ha de venir:
“Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada” (Mt. 24.37-41).
“Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos.
Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.
En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás.
Acordaos de la mujer de Lot.
Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.
Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.
Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado” (Lc. 17).
“1Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10Pero mientras ellas iban a comprar,
vino el esposo;
y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
12Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir” (Mt. 25.1).
Pablo resaltó respecto de la inconveniencia de vivir en el pecado, si el creyente ha muerto a la transgresión, y su comentario mal interpretado no desestima ni reemplaza los eventos a suceder ese día cuando Jesús venga por las diez vírgenes.
No obstante “en la Biblia está claramente establecido que Dios es severo en disciplinar a sus hijos, por lo cual un verdadero cristiano sentirá la mano dura de Dios si persiste en pecar, ya que Dios no es un padre irresponsable para ignorar las malas actitudes de sus hijos”,
MUCHOS creyentes serán rechazados ese día de la salvación (el arrebatamiento) bajo la sentencia de “hacedores de maldad”.
Siervo Fiel aseveras que “Dios nos corregirá y nos azotará si es necesario, pero no nos quitará el don de la Salvación”,
pero eso no lo ratifica Jesús, quien dejará “en el lloro y crujir de dientes” a los siervos malos.
¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco”.
Siervo fiel también enseñas que “El vínculo de padre-hijo, puede enfriarse y esto tiene sus consecuencias, pero el padre seguirá siendo padre y el hijo seguirá siendo hijo”,
pero Jesús advirtió:
“Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.
Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste.
Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad”.
Siervo Fiel enseña que “Las palabras de Cristo son: "lo que es engendrado de la carne, carne es, lo que es engendrado del Espíritu, espíritu es", esto significa que cuando un creyente ha nacido de nuevo por el Espíritu de Dios, entra en la familia de Dios”.
Al respecto pregunto: ¿Y qué pasó con el siervo malo? ¿Nunca entró en la familia de Dios?
¿Qué pasó con las cinco vírgenes INSENSATAS”, nunca entraron en la familia de Dios?
Jesús dijo: “Nadie viene al Padre sino por mí”, entonces ¿cómo entender que el mismo “Padre de familia” se “levantará y cerrará la puerta” dejando a muchos en el “lloro y crujir de dientes”?
¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.
Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir;
y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos,
vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe,
y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes (Mt.24).
Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 25por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mt.25).
En cuanto a ser “hijos de Dios”.
Juan escribió al respecto: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
¿Cuándo termina esa “hechura”?
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4).
¿Ya llegamos TODOS a la unidad de la fe? ¿Ya llegamos TODOS al conocimiento del Hijo de Dios? ¿Ya llegamos TODOS a un varón perfecto?
¿Ya llegamos TODOS a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo?
¿Entramos ya en la “familia de Dios”? De ser así ¿qué pasará con las cinco “vírgenes” que se quedarán?
"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios". Si nos atenemos a ese mero versículo, ¿por qué serán rechazados por el mismo Jesús aquellos que ese día le reclamarán, al verse excluidos de la salvación, que en su nombre hicieron “muchos” milagros, echaron fuera demonios y profetizaron?
Acerca de esos muchos “que dicen ser cristianos, pero que en realidad no han conocido al Señor”, ¿en qué se sustentaron para decir que eran cristianos y si no conocieron al Señor, ¿cómo es que en su nombre hicieron y en su nombre hicieron “muchos” milagros, echaron fuera demonios y profetizaron?
¿No funcionó en ellos el versículo “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios"?
Todos aquellos que “no creen que los creyentes pueden asegurar que están salvados”, y aquellos “otros que creen que la seguridad de la salvación depende de la conducta del creyente”, y aquellos “otros que piensan que predicar que "la Salvación no se pierde", y por ello supuestamente “impulsan a otros a pecar”, ¿son inconversos o creyentes?
Siervo Fiel hablas de “las iglesias de Dios”, pero hasta donde se sabe la IGLESIA es de Jesús, y esa IGLESIA es su futura esposa.
Ese otro versículo que aporta Siervo Fiel: “"Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; á fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra:" (2 Corintios 9:8)”, ¿en dónde queda ese versículo frente a los “muchos” que serán rechazados por Jesús, en el día del arrebatamiento?
La prédica popular dice que “Si usted ha sido llamado al arrepentimiento y ha recibido a Cristo como su Salvador. Usted pertenece a Dios”, aunque en principio es cierto, los hechos que han de acontecer cuando Jesús venga por su IGLESIA, para desposarla allá arriba en la “nueva Jerusalem”, no ratifican esa elemental enseñanza.
“El le ayudará a crecer en la fe y el conocimiento de Jesucristo y le santificará para Su Gloria y no para que usted se jacte de su propia justicia”, dice Siervo Fiel, y tiene razón, por ello ¨muchos” harán milagros, echaraán fuera demoniso y profetizarán, pero de esos “muchos” los hay que serán rechazados por Jesús por “hacedores de maldad”.
Siervo Fiel, asevera de muy buena fe, que “El Espíritu de Dios dentro del cristiano le impulsa a hacer el bien y a ser mejor cada día, pero no es su "buen comportamiento" lo que lo mantiene salvo, sino la Gracia de Dios”.
Siervo Fiel, ¿y qué de aquellos siervos que experimentaron los “poderes del siglo venidero” y no obstante serán excluidos de la salvación?
La salvación obviamente es eterna, como los es la hemorragia de sangre, pero esa salvación será una realidad ese día cuando el discípulo del Señor experimente su resurrección de entre los muertos y el arrebatamiento, y para aquel discípulo que esté vivo y en un “abrir y cerra de ojos” sea transformado de mortal a inmortal y llevado, junto con el resucitado, a la “nueva Jerusalem”.
La salvación obviamente es eterna y como tal iniciará en el discípulo resucitado de entre los muertos y se concretará en el arrebatamiento. La salvación obviamente es eterna y como tal iniciará en el discípulo que esté vivo al llegar Jesús por su IGLESIA y no sea excluido de ese arrebatamiento.
Antes de ese evento, que nadie cante victoria…
¿Dónde habla la BIBLIA de la “Preservación de los Santos”?
Este aparte que aporta Siervo Fiel es parte de la historia: "Los gentiles oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna" (Hechos 13.48)”.
Esa fue experiencia de ellos, testimonio de ellos para que nos sirva de referencia… pero las experiencias de ellos como las del rey David, o de cualquiera de los personajes bíblicos son de ellos, que nos sirven de referencias.
Este otro aparte que aporta Siervo Fiel no asegura nada, solo es una petición: “"Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén." (Hebreos 13.20-21)
Bien claro lo dice: “os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad”.
No es una orden de quien lo escribió, es una petición.
Me parece que hay un tinte de predestinación en este aparte de Siervo Fiel: “La cuestión en este punto es que la salvación es la obra de la Gracia de Dios en el hombre, y aquéllos que Dios a elegido para vida eterna encontrarán su salvación en El y por El”.
“… y aquéllos que Dios a elegido para vida eterna encontrarán su salvación en El y por El”.
Ahhh, ¿es Dios quien elige a la persona “para vida eterna”? Y si las elige, ¿cómo es que “encontrarán su salvación en El y por El”?
Si Dios elige a quien ha de ser salvo, ¿qué sentido tiene comparecer ante el tribunal de Cristo o para qué el juicio del trono blanco?
Si Dios mantendrá hasta el fin a todos, ¿dónde dejamos la advertencia de Jesús: “el que persevere hasta el final será salvo? ¿De dónde salieron aquellos que serán rechazados por el “padre de familia” y serán llamados “hacedores de maldad”? ¿Por qué resaltará el “siervo inútil” o el “siervo malo”?
¿Acaso Dios hace acepción de personas?
“El no los dejará ni los abandonará”, dice nuestro hermano Siervo Fiel, pero qué del “llanto y crujir de dientes” donde serán dejados “muchos” que reconocieron a Jesús como su Señor y en su nombre hicieron “muchos” milagros, y echaron fuera demonios y….?
Ojalá ese versículo que parcialmente nos aporta: (Juan 10.22 al 30), lo analizara el hermano Siervo Fiel a la luz del contexto y no lo apañe a todos los creyentes, toda vez que aún no ha llegado el arrebatamiento.
“Algunos enseñan que así como el hombre escoge ser salvo, también puede cambiar de parecer y escoger no ser salvo”.
¿Qué dice la Palabra de Dios al respecto?
“4Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. 7Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; 8pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada” (He.6).
20Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” (2P.2.20).
La Biblia enseña que “el hombre puede perder su salvación si no se esfuerza suficiente en mantener el favor de Dios”. La prueba la entrega Jesús, quien rechazará a “muchos” ese día cuando “venga el Hijo del Hombre”.
“El hombre es quien asegura su salvación”, perseverando o velando hasta el final.
El hombre es soberano, está en él decidir si acepta o no a Jesús. Está en el hombre arrepentirse, incluso bautizarse y perseverar hasta el final. El hombre por sí mismo debe determinar a cuál rey seguir y demostrarlo hasta el final.
El hombre no es un títere de Dios ni de Jesús. “Vende todo y repártelo a los pobres y sígueme”, le dijo a aquel varón, pero ese hombre amó más las riquezas.
Los que Siervo Fiel incluyen al decir “nosotros predicamos algo distinto”, enseñan algo correcto, “que la salvación es enteramente obra de Dios y enteramente para Su gloria”, pero el hombre es quien debe decidir si cree en ella y si la acepta y dado el caso en que la acepta debe seguir las instrucciones depositadas en la Palabra de Dios, eso se llama “hacer la voluntad del Padre”.
16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.
¿Qué clase de enseñanza es esa que predica el hermano Siervo Fiel: “Si El ha determinado salvar a los llamados, estos serán salvos”?
Jesús dijo: “Muchos son los llamados y pocos los escogidos”.
De entre los muchos llamados, solamente serán escogidos aquellos que hagan la voluntad de Dios.
El versículo que nos envía el hermano, (Jeremías 32.40), tiene que ver con Israel, no con el creyente. “37He aquí que yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar seguramente; 38y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. 39Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. 40Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. 41Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma”.
Este otro versículo que nos aporta ("estando persuadido de esto, que el que comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1.6), hay que enfrentarla a las palabras de Jesús, que no pasarán, quien advirtió que “muchos” serán excluidos del arrebatamiento.
Si bien es cierto, quien salva es Dios, pero le corresponde al hombre aceptar esa salvación.
Bueno le sería a Siervo Fiel aportar el resto del versículo que envió, (2 Tesalonicenses 2.13), cuando dice: “15Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra”.
Ahí el apóstol exige decisión de cada quien. “Estad firmes, y retened la doctrina” es una petición que a cada quien le corresponde atender.
Efgi.