Re: Por qué los TJ parecen tan convencidos
Re: Por qué los TJ parecen tan convencidos
Ricardo, no te parezca mal, pero estás obsesionado con los TJ. Si revisas las creencias de otras congregaciones cristianas, que debes hacerlo para no quedarte en evidencia, hay varias que no admiten la existencia del infierno. Con una herramienta tan fabulosa como google, te darás cuenta que los TJ no tienen en exclusiva la creencia de la no existencia del infierno.
Para muestra, un botón, la IDF (Iglesia de Dios de Filadelfia) actualmente imprime y distribuye gratuitamente El Misterio de los Siglos, el trabajo final y más maravilloso del Sr. Armstrong (en este libro se demuestra la no existencia del infierno). El Misterio de los Siglos revela las respuestas de la Biblia a los misterios más profundos y pertinentes de la vida, y ha sido solicitado por cientos de miles de personas alrededor del mundo.
Por otro lado, te habrás dado cuenta que Platón era un experto en el infierno, lo que demuestra lo absurdo de vuestras tesis.
Pasas por alto que la tercera parte de la Biblia es profecía y ésta dice que hay una madre de las rameras. Pues esta madre entre otras doctrinas, enseña la existencia del infierno.
Me vienes con la milonga de los budistas, pues te pregunto si conoces alguna cultura de la antigüedad que no creyera en el infierno.
Saludos cordiales.
Re: Por qué los TJ parecen tan convencidos
Comenzaremos por remitirnos a las evidencias aportadas por ellos mismos y que prueban la verdad que denunciamos de lo que hacen para esquivar el bulto:
En el otro epígrafe afín a este (Salvación eterna de perdición eterna) Luis Alberto nada ha replicado a mi mensaje anterior (# 141) sino apenas toma la última cláusula para pegar seguidamente tres versículos, dos de ellos con el texto griego (todavía no aprendió que es peligroso manejar armas de fuego si no se sabe usarlas). Pero ya hacía un par de horas que estaba puesta mi refutación al pretendido “cortamiento” en Mt 25:46. Prudentemente, calla.
Alfageme, que no venía aportando en aquel epígrafe pero que se envalentona en este -después que provocó la ruptura de un diálogo al no poder salir del brete en que estaba metido-, nos visita allá pero no para presentar los descargos a mi mensaje en que expresamente lo nombraba, sino para distraernos con la noticia de que Adán y Eva no fueron creados para vivir en el cielo.
Julio, últimamente sale hablando de los budistas y otras extrañas influencias cuando nunca replicaron a mis argumentos expuestos a ese propósito.
Así siempre fueron, son y serán ellos. No bien una llama del infierno les quema un pulgar con la punta del índice señalan hacia el cielo. ¡Para distraernos!
Pero ¿por qué parecen ellos tan convencidos? Y digo “parecen” pues por más que aseveren todo con mucha firmeza, es muy subjetivo lo que cada uno en su intimidad realmente piense y crea.
La respuesta escritural la tenemos en 2Ts 2:10-12, pues quien rechaza el amor a la verdad termina por abrazar el error.
La respuesta práctica es la que quiero explicar, pues les acontece un auto engaño cuya causa y razón no es difícil de comprender.
Es natural que con tanto asistir a sus conferencias y leer sus libros y revistas algo de la Biblia terminen por conocer, por errados que sean los conceptos y deficientes las traducciones de los textos en que se apoyan. El entusiasmo surge cuando visitando de casa en casa, comprueban que los vecinos no tienen como replicar a sus argumentos. Es posible que ellos les digan que pertenecen a otra religión. Una vez que la identifican, su entrenamiento les permite demostrarles –Biblia en mano-, los “errores” en que ellos están y los de la Biblia que usan. Apenas excepcionalmente darán con algún católico o evangélico que conozca bien la Biblia y les haga pasar un mal rato. Como hablan en un tono amable y cordial, el ama de casa o el buen vecino acaban por admitir que nada pueden objetar a lo que ellos dicen, pero que por lo menos por ahora tampoco tienen interés de seguir conversando. Esta escena se va repitiendo casa por casa, y de forma imperceptible se les va fijando la impresión de que ellos están en la verdad y que sus visitados están en las tinieblas del error y la ignorancia. Cuando se les abre la puerta de un hogar para que puedan conducir un estudio bíblico –normalmente no directamente de la Biblia, sino de un libro o revista-, en su fuero íntimo ya se sienten maestros en Biblia o profesores en Sagrada Escritura. No es que lo digan –aunque algunos lo han dicho, pero así se sienten.
Considerando lo anteriormente expuesto, no es de extrañar entonces, que parezcan bien convencidos.
Dentro del Salón del Reino todos dicen pensar y creer igual. Fuera del mismo, las personas con las que alcanzan a hablar de religión, manifiestan bastante ignorancia e incredulidad a la Palabra de Dios. Así se da este fenómeno de que parezcan tan convencidos de estar en la verdad no percatándose de que están en el error.
Hay entre ellos personas genuinamente francas y sinceras, que avivada su inteligencia y despertada la conciencia acaban por convertirse al evangelio de Jesucristo y se salen de la organización. Esta crisis sin embargo involucra muchas cosas y se les hace sumamente penosa, pues es general y súbito el cambio del trato de quienes hasta ahora habían sido sus buenos y amados hermanos.
Sé que con este mensaje estoy fuera del tema propuesto, pero creí conveniente compartir esta reflexión de algo que seguramente muchos de nuestros lectores alguna se vez se han preguntado.
Reciban todos mis amables saludos.
Ricardo.
Ricardo, no te parezca mal, pero estás obsesionado con los TJ. Si revisas las creencias de otras congregaciones cristianas, que debes hacerlo para no quedarte en evidencia, hay varias que no admiten la existencia del infierno. Con una herramienta tan fabulosa como google, te darás cuenta que los TJ no tienen en exclusiva la creencia de la no existencia del infierno.
Para muestra, un botón, la IDF (Iglesia de Dios de Filadelfia) actualmente imprime y distribuye gratuitamente El Misterio de los Siglos, el trabajo final y más maravilloso del Sr. Armstrong (en este libro se demuestra la no existencia del infierno). El Misterio de los Siglos revela las respuestas de la Biblia a los misterios más profundos y pertinentes de la vida, y ha sido solicitado por cientos de miles de personas alrededor del mundo.
Por otro lado, te habrás dado cuenta que Platón era un experto en el infierno, lo que demuestra lo absurdo de vuestras tesis.
Pasas por alto que la tercera parte de la Biblia es profecía y ésta dice que hay una madre de las rameras. Pues esta madre entre otras doctrinas, enseña la existencia del infierno.
Me vienes con la milonga de los budistas, pues te pregunto si conoces alguna cultura de la antigüedad que no creyera en el infierno.
Saludos cordiales.