Estudiando un poco más profundamente la naturaleza de Jesús, vamos a ver cómo Jesucristo no es simplemente un hombre maravilloso o un superhéroe. Jesucristo es el Creador y es absolutamente único, eterno y superior a todos los seres espirituales y terrenales:
1 Colosenses 1:16 “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”
Hebreos 1:6-8 “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.
Ciertamente de los ángeles dice:
El que hace a sus ángeles espíritus,
Y a sus ministros llama de fuego.
Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
Has amado la justicia, y aborrecido la maldad,
Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros”
Primero vemos que Jesucristo tiene existencia eterna, quien en un momento de la historia humana se hace humano:
Juan 1:1-2 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios”
Juan 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”
Jesucristo, siendo eterno en el Padre y en el Espíritu, es el Poder creativo de Dios, por tanto el creador de todas las cosas:
Juan 1:3 “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”
Pablo nos habla de Jesucristo, el creador, quien sustenta todas las cosas, él las mantiene y sustenta, con la palabra de su poder:
Hebreos 1:2-3 “en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”
olosenses: 1:16 “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”
Si hablamos de volumen, caben 1000 tierras dentro de Júpiter y 1 millón 200 mil tierras dentro del sol, y aún habría espacio para más de 4 millones lunas. El sol se encuentra a 93 millones de millas de distancia, Alfa Centurión que es la estrella más próxima luego del sol, es cinco veces más grande que el sol, un rayo de luz viaja a 186.000 millas/segundo, a esa velocidad llegamos en 1,5 segundos a la luna, a Mercurio en 4 minutos y medio, a Júpiter 35 minutos, estamos hablando solo de nuestra insignificante galaxia en un universo masivo. Por esto es estúpido cuando el hombre quiere explicar con teorías el origen del hombre.
La Biblia nos declara que Jesucristo es quien precedió a la creación quien hace que las cosas subsistan, por tanto Él el sostiene en su lugar y movimiento todo lo que existe, desde el átomo y las células, hasta los planetas y galaxias y el infinito. Ningún planeta o estrella se mantiene en su órbita por sí mismo, ningún componente de átomo como protones, neutrones y electrones se mantiene rotando en perfecto balance, ¡Jesús los sostiene!. Los científicos no explican como las partículas atómicas se mantienen movimiento perfecto, es un misterio y ellos le llaman “pegamento nuclear”, la Palabra dice que Jesucristo es también ese pegamento nuclear, quien sostiene todas las cosas, quien vive en toda la creación. Si el pegamento nuclear se quitara todo sería un explosivo en potencia y lo hemos comprobado con las armas nucleares; el apóstol Pedro, nos dice que esto va a ocurrir en el futuro, en este momento Jesucristo va a quitar este “pegamento nuclear” que es su propia fuerza y todo se va a disolver; recordemos también que el Juicio Final del trono Blanco será en un vacío en el espacio luego de que el universo desaparezca y antes de los nuevos cielos y la nueva tierra (entre Apocalipsis 20:11 y 21:1)
2 Pedro 3:10-11 “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir”
Es verdad que Jesucristo no fue la primera persona que resucitó de haber estado muerto, el mismo resucitó a Lázaro por ejemplo, pero es el primero en tener la resurrección en gloria. Él, por esto es el primogénito de los muertos, la vida y la esperanza de la iglesia, quién derramar su sangre en la cruz, ha resuelto hace más de dos mil años el problema de la reconciliación del Dios con el hombre:
Colosenses 1:18,20 “y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia”
En Jesucristo habita toda la deidad, por tanto, toda la omnisciencia, la omnipresencia y la omnipotencia divina, él es perfectamente Dios, la imagen de la sustancia de Dios, el sello de Dios, el reflejo del resplandor de Dios; pero, también ha sido perfectamente hombre y sigue siendo perfectamente hombre, poseyendo él un cuerpo de hombre glorificado tras resurrección, a la diestra del Padre, es la prueba de vida eterna y perfecta, el Primogénito de los santos y escogidos de la humanidad de todos los tiempos, que han sido y serán redimidos en su nombre, la esperanza verdadera.
Jesucristo encarnándose, nunca perdió su deidad y tampoco dejaba de ser por esto perfectamente hombre, esto no es comprendido a cabalidad en la mente humana, al menos no por ahora, pero es una realidad bíblica que se repite y repite, por tanto hay que comprenderlo y declararlo como es. Hacer a Jesucristo menos que a Dios es blasfemia, la Palabra siempre lo presenta como el Dios hecho carne (Juan 1, Juan 10:30, Romanos 9:5, Filipenses 2:6, Colosenses 2:9, Tito 2:3, Hebreos 1:8, etc.) Jesucristo probó su deidad siendo perfecto, impecable, realizando milagros que solamente Dios puede hacer, sanando endomoniados, curando enfermos, discipulando pecadores; predijo el futuro, demostró un nivel de virtud, amor y justicia como nadie lo hizo en la historia de la humanidad.
Sin embargo mientras Jesucristo estuvo en la tierra se limitó a sí mismo y se humilló a fin de que podamos ser recatados y presentados irreprensibles un día en el cielo.
Filipenses 2:6-8 “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”
Jesús sin embargo, dijo quién era, de dónde venía y a dónde volvía, es la segunda persona del Dios Trino, Dios mismo:
Colosenses .1:15 “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación”
Juan 8:23 “8:23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo”
Juan 14:6-7 Jesús le dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto”
Juan 14:11-12 “Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre”
La rebeldía contra Cristo tiene días contados, tarde o temprano toda la creación se doblará humillado, ¡todos!
Filipenses 2:9 “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”
¿Has hecho del Cordero manso y sacrificado tu Salvador?
¿Es tu Señor hoy?
Recuerda…
2 Pedro 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”