Re: Jesús el Arcángel Miguel y sí que lo es.
Estimado mister s. Saludos cordiales.
Tú dices:
Respondo: Al parecer se te ha olvidado que nuestro Señor Jesucristo es Dios.
"de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén." Romanos 9:5.
Si bien es cierto que nuestro Señor "el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres" (Filipenses 2:6,7), conocía el futuro: Él dijo: "Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará á cada uno conforme á sus obras. De cierto os digo: hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su reino." En consecuencia podía muy bien decir: " Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Veamos punto por punto esta idea:
Y Él les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo."
Veía. Gr. theoréÇ, "contemplar", "fijarse en", vocablo que con frecuencia implica una contemplación tranquila, intensa y continuada de un objeto (cf. Juan 2:23; 4:19).
Satanás. Gr. Satanás, del Heb. sátan, "adversario".
Caer del cielo.
Cf. Isa. 14:12-15; Juan 12:31-32; Apoc. 12:7-9, 12. Satanás ya era un enemigo vencido. Con esta declaración Jesús se anticipaba a su crucifixión, cuando el poder de Satanás sería quebrantado (DTG 633, 706; cf. 638); y vio también el tiempo cuando el pecado y los pecadores ya no existirían. Los setenta habían sido testigos de la expulsión de Satanás de la vida de muchos hombres; Jesús contemplaba su derrota total.
Como un rayo.
Como un rayo enceguecedor que rápidamente se extingue.
(Luc 10:18)
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Juan presenta ahora brevemente la historia del gran conflicto que hubo en el cielo entre Satanás y Cristo, desde su origen hasta el momento en que Cristo triunfó en la cruz (Apoc. 12: 7-9 cf. Col. 2: 14-15), cuando Satanás fue arrojado definitivamente del cielo a la tierra (Apoc. 12: 10-12), y el desarrollo de ese conflicto en la tierra hasta el tiempo del fin (Apoc. 12: 13-16; ver com. Dan. 11: 35). Esta breve reseña queda como trasfondo de la extensa descripción del desarrollo del conflicto durante el tiempo del fin, por medio del cual esa lucha finalmente termina con éxito (Apoc. 12: 17 a 20: 15).
En el cap. 12:9-11 Juan habla más particularmente de la fase del conflicto librado en el cielo en relación con la muerte de Cristo en la cruz. En cuanto a la evidencia del contexto que apoya esta conclusión, ver com. vers. 9.
Aunque el revelador enfoca primordialmente su atención sobre el punto culminante del conflicto, que tuvo lugar en la cruz, la frase "hubo una gran batalla en el cielo" también puede entenderse como que se refiere al tiempo anterior a la creación de la tierra, cuando la hostilidad del dragón comenzó porque Lucifer aspiraba a ser semejante a Dios (ver com. Isa. 14: 13-14; Eze. 28: 12-16). En ese tiempo Satanás fue expulsado del cielo junto con los ángeles que simpatizaban con él (ver 2 Ped. 2:4; Jud. 6). Los ángeles leales no entendieron plenamente entonces todas las consecuencias que estaban implicadas; pero cuando Satanás vilmente derramó la sangre de Cristo, quedó completa y eternamente desenmascarado delante del mundo celestial. Desde ese momento sus actividades fueron aún más restringidas (ver DTG 709).
Miguel. Gr. Mija"l, una transliteración del Heb. mika"el, que significa "¿quién semejante a Dios?" Miguel es mencionado como "uno de los principales príncipes" (Dan. 10: 13), como "el gran príncipe" (Dan. 12: 1), y también como "el arcángel" (Jud. 9). La literatura judía describía a Miguel como el más encumbrado de los ángeles, el verdadero representante de Dios, y lo identificaba como el ángel de Jehová (ver Talmud Yoma 37a; Midrash Rabbah, com. Gén. 18:3; Exo. 3:2). Según el Midrash Rabbah, com. Exo. 12:29, Miguel fue el ángel que vindicó a Israel contra las acusaciones de Satanás. Un examen cuidadoso de las referencias bíblicas a Miguel permite concluir que no es otro sino nuestro bendito Seńor y Salvador Jesucristo (ver com. Dan. 10: 13; cf. com. Jud. 9).
Sus ángeles. Es decir, los ángeles leales, los "espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación" (Heb. 1: 14).
Dragón. Ver com. vers. 3.
Sus ángeles. Es decir, los ángeles que apoyaron a Satanás en su guerra contra Cristo (ver com. vers. 4).
8 No prevalecieron. Como la frase "batalla en el cielo" (vers. 7) puede tener una doble aplicación cuando se describe tanto el conflicto inicial en el cielo entre Lucifer y Dios como el que comenzó en la tierra entre Satanás y el Cristo encarnado, las palabras "no prevalecieron" pueden aplicarse apropiadamente a ambas etapas del conflicto, pues Satanás no tuvo éxito en ninguna de las dos.
Ya lugar. Estas palabras pueden entenderse como una referencia al lugar que una vez poseyeron u ocuparon, o se les había asignado. Lucifer fue una vez el querubín "protector" (ver com. Eze. 28: 14), y los ángeles que se unieron con él en la rebelión ejercían diversas funciones de responsabilidad. Lucifer y sus ángeles perdieron esas funciones cuando fueron arrojados del cielo. 9 Fue lanzado fuera. Satanás y sus ángeles fueron expulsados del cielo en las edades pasadas (2 Ped. 2: 4), antes de la creación de este mundo (PP 14-23; cf. PE 145-146; CS 552-554; 3SG 36, 39; 1SP 17-33). Sin embargo, parece que hasta el momento del drama de la cruz podía llegar hasta los seres celestiales, y en un grado limitado, posiblemente como "príncipe de este mundo" (Juan 12:31; Luc. 4:6), pero no como habitante del cielo, podía entrar en los recintos celestiales (DTG 709; cf. HR 26-27; ver com. "en tierra"). Esta puede ser, sin embargo, la expulsión definitiva que ocurrió en la cruz, como lo declaró nuestro Seńor (Juan 12:31-32; cf. PP 54-57; DTG 455, 633,706). Es evidente por el contexto (vers. 10-13) que Juan se está refiriendo más específicamente a los sucesos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz. Pueden notarse los siguientes puntos:
1. La proclamación que hace una "gran voz en el cielo" (vers. 10-12) es más o menos un paréntesis, cuyo propósito es explicar el significado de la expulsión de Satanás (vers. 9), en primer lugar a los habitantes del cielo, y luego a los de esta tierra. Después de este paréntesis explicatorio, el vers. 13 continúa la narración de las actividades de Satanás a partir del lugar donde había quedado en el vers. 9. Por consiguiente, los vers. 10-12 constituyen, principalmente, una declaración relativa al estado del plan de salvación en el momento en que Satanás fue "arrojado a la tierra".
2. La primera declaración de la "gran voz" consiste en una serie de hechos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz sobre Satanás: se aseguró el plan de la "salvación", se dio "poder" para resistir los engańos de Satanás, se aseguró el "reino" de Cristo y fue confirmado su "poder" literalmente "autoridad" de ser el Salvador del hombre, el sumo sacerdote y rey (Mat. 28:18; CS 558).
3. La razón que se da en Apoc. 12: 10 para esta cuádruple victoria es muy especifica: que "ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos", lo cual relaciona claramente lo que se ha hecho con la expulsión del vers. 9.
4. En el tiempo de la expulsión de los vers. 9-10, 13, "el acusador de nuestros hermanos" ya los había estado acusando activamente "delante de nuestro Dios día y noche". Es obvio que esta caída ocurrió después de que Satanás había estado acusando durante cierto tiempo a "los hermanos"; por lo tanto, según parece ésta no puede ser la expulsión original de Satanás, la cual fue, por supuesto, antes de la creación de la tierra y de Adán y Eva.
5. El vers. 11 declara específicamente que fue "la Sangre del Cordero" -la muerte de Cristo en la cruz- la que había hecho posible la victoria sobre "el acusador de nuestros hermanos".
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.
Estimado mister s. Saludos cordiales.
Tú dices:
¿Luego el arcángel Miguel es un príncipe del pueblo de Israel y es el verbo de DIOS y es Jesucristo?
¿Cómo queda entonces la visión de Jesucristo cuando dice que "él" veía caer a satanas del cielo, si esto sucede cuando Miguel combate con satanas en el cielo y Jesucristo estaba en la tierra?
Luc 10:18 Y Él les dijo: "Yo vi a Satanás caer del cielo como un rayo."
Apo 12:7-9
7 Y hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles, 8 pero no prevalecieron, ni fue hallado ya el lugar de ellos en el cielo. 9 Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, llamada Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
Respondo: Al parecer se te ha olvidado que nuestro Señor Jesucristo es Dios.
"de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén." Romanos 9:5.
Si bien es cierto que nuestro Señor "el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres" (Filipenses 2:6,7), conocía el futuro: Él dijo: "Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará á cada uno conforme á sus obras. De cierto os digo: hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su reino." En consecuencia podía muy bien decir: " Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Veamos punto por punto esta idea:
Y Él les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo."
Veía. Gr. theoréÇ, "contemplar", "fijarse en", vocablo que con frecuencia implica una contemplación tranquila, intensa y continuada de un objeto (cf. Juan 2:23; 4:19).
Satanás. Gr. Satanás, del Heb. sátan, "adversario".
Caer del cielo.
Cf. Isa. 14:12-15; Juan 12:31-32; Apoc. 12:7-9, 12. Satanás ya era un enemigo vencido. Con esta declaración Jesús se anticipaba a su crucifixión, cuando el poder de Satanás sería quebrantado (DTG 633, 706; cf. 638); y vio también el tiempo cuando el pecado y los pecadores ya no existirían. Los setenta habían sido testigos de la expulsión de Satanás de la vida de muchos hombres; Jesús contemplaba su derrota total.
Como un rayo.
Como un rayo enceguecedor que rápidamente se extingue.
(Luc 10:18)
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Juan presenta ahora brevemente la historia del gran conflicto que hubo en el cielo entre Satanás y Cristo, desde su origen hasta el momento en que Cristo triunfó en la cruz (Apoc. 12: 7-9 cf. Col. 2: 14-15), cuando Satanás fue arrojado definitivamente del cielo a la tierra (Apoc. 12: 10-12), y el desarrollo de ese conflicto en la tierra hasta el tiempo del fin (Apoc. 12: 13-16; ver com. Dan. 11: 35). Esta breve reseña queda como trasfondo de la extensa descripción del desarrollo del conflicto durante el tiempo del fin, por medio del cual esa lucha finalmente termina con éxito (Apoc. 12: 17 a 20: 15).
En el cap. 12:9-11 Juan habla más particularmente de la fase del conflicto librado en el cielo en relación con la muerte de Cristo en la cruz. En cuanto a la evidencia del contexto que apoya esta conclusión, ver com. vers. 9.
Aunque el revelador enfoca primordialmente su atención sobre el punto culminante del conflicto, que tuvo lugar en la cruz, la frase "hubo una gran batalla en el cielo" también puede entenderse como que se refiere al tiempo anterior a la creación de la tierra, cuando la hostilidad del dragón comenzó porque Lucifer aspiraba a ser semejante a Dios (ver com. Isa. 14: 13-14; Eze. 28: 12-16). En ese tiempo Satanás fue expulsado del cielo junto con los ángeles que simpatizaban con él (ver 2 Ped. 2:4; Jud. 6). Los ángeles leales no entendieron plenamente entonces todas las consecuencias que estaban implicadas; pero cuando Satanás vilmente derramó la sangre de Cristo, quedó completa y eternamente desenmascarado delante del mundo celestial. Desde ese momento sus actividades fueron aún más restringidas (ver DTG 709).
Miguel. Gr. Mija"l, una transliteración del Heb. mika"el, que significa "¿quién semejante a Dios?" Miguel es mencionado como "uno de los principales príncipes" (Dan. 10: 13), como "el gran príncipe" (Dan. 12: 1), y también como "el arcángel" (Jud. 9). La literatura judía describía a Miguel como el más encumbrado de los ángeles, el verdadero representante de Dios, y lo identificaba como el ángel de Jehová (ver Talmud Yoma 37a; Midrash Rabbah, com. Gén. 18:3; Exo. 3:2). Según el Midrash Rabbah, com. Exo. 12:29, Miguel fue el ángel que vindicó a Israel contra las acusaciones de Satanás. Un examen cuidadoso de las referencias bíblicas a Miguel permite concluir que no es otro sino nuestro bendito Seńor y Salvador Jesucristo (ver com. Dan. 10: 13; cf. com. Jud. 9).
Sus ángeles. Es decir, los ángeles leales, los "espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación" (Heb. 1: 14).
Dragón. Ver com. vers. 3.
Sus ángeles. Es decir, los ángeles que apoyaron a Satanás en su guerra contra Cristo (ver com. vers. 4).
8 No prevalecieron. Como la frase "batalla en el cielo" (vers. 7) puede tener una doble aplicación cuando se describe tanto el conflicto inicial en el cielo entre Lucifer y Dios como el que comenzó en la tierra entre Satanás y el Cristo encarnado, las palabras "no prevalecieron" pueden aplicarse apropiadamente a ambas etapas del conflicto, pues Satanás no tuvo éxito en ninguna de las dos.
Ya lugar. Estas palabras pueden entenderse como una referencia al lugar que una vez poseyeron u ocuparon, o se les había asignado. Lucifer fue una vez el querubín "protector" (ver com. Eze. 28: 14), y los ángeles que se unieron con él en la rebelión ejercían diversas funciones de responsabilidad. Lucifer y sus ángeles perdieron esas funciones cuando fueron arrojados del cielo. 9 Fue lanzado fuera. Satanás y sus ángeles fueron expulsados del cielo en las edades pasadas (2 Ped. 2: 4), antes de la creación de este mundo (PP 14-23; cf. PE 145-146; CS 552-554; 3SG 36, 39; 1SP 17-33). Sin embargo, parece que hasta el momento del drama de la cruz podía llegar hasta los seres celestiales, y en un grado limitado, posiblemente como "príncipe de este mundo" (Juan 12:31; Luc. 4:6), pero no como habitante del cielo, podía entrar en los recintos celestiales (DTG 709; cf. HR 26-27; ver com. "en tierra"). Esta puede ser, sin embargo, la expulsión definitiva que ocurrió en la cruz, como lo declaró nuestro Seńor (Juan 12:31-32; cf. PP 54-57; DTG 455, 633,706). Es evidente por el contexto (vers. 10-13) que Juan se está refiriendo más específicamente a los sucesos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz. Pueden notarse los siguientes puntos:
1. La proclamación que hace una "gran voz en el cielo" (vers. 10-12) es más o menos un paréntesis, cuyo propósito es explicar el significado de la expulsión de Satanás (vers. 9), en primer lugar a los habitantes del cielo, y luego a los de esta tierra. Después de este paréntesis explicatorio, el vers. 13 continúa la narración de las actividades de Satanás a partir del lugar donde había quedado en el vers. 9. Por consiguiente, los vers. 10-12 constituyen, principalmente, una declaración relativa al estado del plan de salvación en el momento en que Satanás fue "arrojado a la tierra".
2. La primera declaración de la "gran voz" consiste en una serie de hechos relacionados con el triunfo de Cristo en la cruz sobre Satanás: se aseguró el plan de la "salvación", se dio "poder" para resistir los engańos de Satanás, se aseguró el "reino" de Cristo y fue confirmado su "poder" literalmente "autoridad" de ser el Salvador del hombre, el sumo sacerdote y rey (Mat. 28:18; CS 558).
3. La razón que se da en Apoc. 12: 10 para esta cuádruple victoria es muy especifica: que "ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos", lo cual relaciona claramente lo que se ha hecho con la expulsión del vers. 9.
4. En el tiempo de la expulsión de los vers. 9-10, 13, "el acusador de nuestros hermanos" ya los había estado acusando activamente "delante de nuestro Dios día y noche". Es obvio que esta caída ocurrió después de que Satanás había estado acusando durante cierto tiempo a "los hermanos"; por lo tanto, según parece ésta no puede ser la expulsión original de Satanás, la cual fue, por supuesto, antes de la creación de la tierra y de Adán y Eva.
5. El vers. 11 declara específicamente que fue "la Sangre del Cordero" -la muerte de Cristo en la cruz- la que había hecho posible la victoria sobre "el acusador de nuestros hermanos".
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.