IXOYE - Estudio del Libro de Génesis

Génesis - Capítulo 12​

Dios llama a Abram​

12 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.(A) 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.(B) 4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. 5 Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.

6 Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra. 7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra.(C) Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido. 8 Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. 9 Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev.

Abram en Egipto​

10 Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. 11 Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; 12 y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. 13 Ahora, pues, di que eres mi hermana,(D) para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.
14 Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera. 15 También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón. 16 E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos. 17 Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram. 18 Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete. 20 Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía.

Cross references​

  1. Génesis 12:1 : Hch. 7.2-3; He. 11.8.
  2. Génesis 12:3 : Gá. 3.8.
  3. Génesis 12:7 : Hch. 7.5; Gá. 3.16.
  4. Génesis 12:13 : Gn. 20.2; 26.7.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible
 
Biblia de Estudio Mundo Hispano
Editorial Mundo Hispano

Génesis Capítulo 11​


Artículo Apologético​

11:1 El escritor sagrado parece no tener en cuenta lo que se ha afirmado en 10:5, 20, 31 donde ya se habla de diversos pueblos con sus respectivos idiomas. Por eso, algunos consideran que, cronológicamente, este capítulo es anterior al capítulo 10. El término que se ha traducido por idioma, también significa “labio”. Los arqueólogos han encontrado textos de Oriente donde se usa esta expresión con el sentido de dominación de pueblos por parte de un solo señor. Un ejemplo es el prisma de Tiglat Pileser donde el emperador cuenta de su conquista de cuarenta y dos pueblos con sus príncipes y afirma: “yo los convertí en una única boca, los tomé prisioneros y los obligué a pagar tributos”. Por eso, algunos ven en este relato no tanto el origen de los idiomas, sino un juicio contra el imperialismo que sometía a otros pueblos al dictamen de un solo hombre.

Artículo Ético​

11:7 El Señor desciende, pero no para avalar la arrogancia de las grandes potencias, como se creía en la antigüedad. Desciende para confundir y destruir el poder de los poderosos, no para ponerse al servicio de ellos. Ante las injusticias del mundo, la desigualdad de las riquezas y oportunidades, la globalización que abre más brechas entre los poderosos y los oprimidos, el papel del cristiano es decisivo. La fe no puede seguir poniéndose al lado de los que ostentan el poder y avasallan al pobre. Desde la perspectiva bíblica, la desigualdad social es moralmente mala, causa injusticias, privilegia la muerte sobre la vida y marcha en contravía del plan de Dios para la humanidad.

Génesis Capítulo 12​


Notas Hermenéuticas​

12:1 Hay dos demandas de Dios a Abram. Esto implica una ruptura con su pasado pagano, con sus raíces naturales. Abram tendría que dejarlo todo y confiarse completamente a la guía y el cuidado de Dios. La meta de esta migración está en las manos de Dios.

12:2, 3 Esta promesa se encuentra repetida en el libro y será el tema conductor de la historia patriarcal y, en general, del libro de Génesis. Los elementos básicos de esta promesa son: posesión de la tierra, una descendencia numerosa y la universalidad de la bendición. Abram, en obediencia, será engrandecido por Dios, en contraste con los constructores de la torre de Babel que quisieron engrandecerse en rebelión contra Dios.

12:4 La obediencia de Abram a Dios será una característica del patriarca a lo largo de su vida (cf. 17:10-14, 23; 21:12-14; 22:1-19). Pablo afirmará que, debido a su obediencia a Dios, Abraham se convirtió en ejemplo de los creyentes (Rom. 4:11, 12).

12:5 La tierra de Canaán es la tierra de la promesa a la cual Abram llega, pero no toma posesión de ella. Será muchos años después que Dios se la entregará a su descendencia, cuando liberó a los israelitas de la esclavitud de Egipto.

12:7a Estas apariciones del SEÑOR a ciertos personajes bíblicos se conocen como “teofanías”. Es la primera vez que expresamente Dios afirma que es en Canaán que cumplirá la promesa a la descendencia de Abraham (cf. Gén. 13:15, 17; 15:18; 17:8; 26:3; 28:13; 35:12).

12:9 Néguev, extensa región seca, semidesértica, en forma de triángulo, en el sur de Canaán, que se extiende desde Gaza y Beerseba hasta Cades. La misma palabra se usa para hacer referencia al sur (Gén. 13:14; Núm. 34:3; 1 Sam. 14:5; Dan. 11:5).

12:10 Las hambrunas eran frecuentes y temidas en Palestina, que dependía de la lluvia para sus cosechas (Deut. 11:10-12). Por causa de otra hambruna, Isaac quiso descender a Egipto, pero Dios se lo impidió (Gén. 26:1-6); más adelante, los hermanos de José tendrían que ir a buscar provisión a Egipto (Gén. 42:1-5) y finalmente, Jacob y sus hijos descenderían a ese país y se quedarían allí (Gén. 46:1-7). También en el libro de Rut se menciona otra época de hambre (Rut 1:1). Egipto era la despensa alimentaria de aquella época. Era una región fértil con extensas regiones de cultivo.

12:15 La mentira de Abram y Sarai puso en riesgo el cumplimiento de la promesa de Dios de darle un hijo al patriarca, además puso en peligro el honor de Sarai, quien llegó a estar en el harén del faraón. El término faraón, en egipcio, significa “casa grande”, pero luego llega a ser el título del rey de Egipto.

12:17 A pesar de la mentira de Abram y Sarai, Dios sale en defensa de la mujer y la vindica. Una vez más, se nota que para el escritor sagrado la intervención de Dios es esencial para llevar a cabo su propósito, a pesar de la debilidad humana.

12:18 El reproche del faraón a Abram es comprensible, siendo que para los egipcios la mentira era despreciable y se exaltaba la veracidad absoluta.

Notas Culturales​

12:6 La encina de Moré era un lugar de culto cananeo mencionado en otros textos bíblicos (cf. Gén. 35:4; Deut. 11:30; Jos. 24:25, 26); quizá sea la misma encina que en Jueces 9:37 se conoce como la encina de los Adivinos. Los bosques y árboles eran lugares escogidos para el culto y la adivinación. Siquem es una antigua ciudad cananea situada entre los montes Ebal y Gerizim. La nota explicativa los cananeos estaban entonces en la tierra es considerada un anacronismo, pero tiene su razón de ser debido a la promesa que sigue.

12:7b Para recordar y agradecer esta aparición de Dios, Abram edificó allí un altar. La edificación de este altar, como otros en la tierra de Canaán por parte de Abram o de los otros patriarcas, es una forma de declarar que esa tierra, que en ese momento está en poder de los cananeos, será propiedad del pueblo de Dios. Lo más seguro es que Abram ofreció sacrificios al SEÑOR en este altar. El altar básicamente era una piedra, ubicada cerca de un árbol, sobre la que se derramaba la sangre del animal sacrificado. También Isaac y Jacob edificaron altares al SEÑOR (Gén. 26:25; 35:1, 7).

12:8 Betel significa “casa de Dios” (Gén. 28:17). Era otro centro religioso de los cananeos. Cuando se da la división del reino, Jeroboam I, quien se convierte en el rey del reino del norte, la convirtió en un centro de adoración y allí colocó uno de los becerros de oro, el otro lo puso en Dan (1 Rey. 22:28-30).

12:13 Entre los hurritas, de la Alta Mesopotamia, existía la costumbre de que un aristócrata adoptara a su esposa como “hermana”, lo cual permitía que la mujer gozara de privilegios especiales.

12:16 La riqueza de un hombre se calculaba por el tamaño de sus rebaños, lo mismo que por el número de esclavos que tenía. Solo una persona rica se daba el lujo de tener esclavos y esclavas para que trabajaran cuidando sus rebaños. En cuanto a los camellos, se sabe que ya en la época patriarcal habían sido domesticados.

Notas Arqueológicas​

12:10 Se han encontrado grabados egipcios donde se muestra a los asiáticos con sus animales de carga en dirección a Egipto para conseguir alimentos en tiempo de hambre. Además, existen documentos egipcios que dan testimonio de esto.

Artículo Misionológico​

12:1 Con el llamado de Abram comienza la historia del pueblo de Israel, descendiente de Sem. Los anteriores capítulos presentaron una historia de alejamiento de Dios por parte de la humanidad y un crecimiento de la maldad. Ahora, Dios toma la iniciativa de llamar a Abram, con el propósito de atraer no solo a su familia sino a toda la humanidad hacia sí para llevar a cabo su plan de salvación. El apóstol Pablo citará esta promesa para afirmar que la salvación de los gentiles tiene su fundamento en la fe de Abram. Así deja en claro que la salvación es por la fe en Dios y no por el cumplimiento de las obras de la ley (Gál. 3:7-14).
 
Comentario Bíblico Mundo Hispano
Tomo I - Génesis
Editorial Mundo Hispano

Génesis - Capítulo 12​


[Page 90] 2. EL LLAMADO DE DIOS Y LAS PRUEBAS DE ABRAM, 12:1-14:24
Abram inicia la lista de hombres y mujeres que a través de la historia han sido llamados para instrumentar humanamente el plan redentor de Dios. Cada llamado de Dios tiene condiciones específicas, pero todos ellos demandan una obediencia comple-ta y sincera. El llamado también implica pruebas que se presentan en toda clase de circunstancias. Las condiciones no siempre son favorables al cumplimiento del propó-sito de Dios. Las pruebas y ansiedades en Abram, y más tarde en los demás patriar-cas, surgen siempre en cuanto a la obtención de las promesas de tierra y descenden-cia. La obtención de tierra provee el sustento del presente. La concesión de descen-dencia provee consistencia al futuro. La descendencia sin tierra es imposible. La tierra sin descendencia carece de significado. Aquí entra en juego y en tensión el presente con el futuro. La descendencia con tierra, el presente con futuro, es la promesa de Dios y la esperanza de los patriarcas en su peregrinación. Pero la concreción de esta promesa se desarrolla en medio de condiciones negativas: hambre, esterilidad, peli-gros de asimilación, conflictos bélicos, sustituciones aparentemente válidas. Frente a todos estos impedimentos ha de resaltar la fidelidad de Dios en cumplir su promesa. Los patriarcas demuestran su fe en esperar y depender de esa promesa, interpretando las indicaciones de Dios, tomando las decisiones [Page 91] apropiadas y ejecutando las acciones correspondientes. Y este modelo de vida es el que se vuelve normativo para el creyente. Para el cristiano, la promesa del reino de Jesucristo y la oferta de vida eterna deben ser las metas de la peregrinación (Mat. 6:33; 1 Tim. 6:19).
(1) Dios llama a Abram, 12:1–9. Enfáticamente se afirma que es Dios quien inicia un acto especial en su plan de salvación para la humanidad. En vez de abandonar a la humanidad en su pecado, Dios escoge a un hombre y le hace un llamamiento espe-cial. El llamamiento tiene demandas y promesas.
Las demandas del llamamiento de Dios a Abram son: Primera, Abram debe dejar su tierra. Esta era geográficamente Harán donde temporalmente Abram estaba vivien-do con su padre Taré. Original y culturalmente era Ur de los caldeos, civilización avanzada a la cual Abram pertenecía. Segunda, Abram debe dejar a su padre. Esto significaba dejar lo más querido y lo que representa seguridad y comodidad. Además, en el sistema patriarcal, implicaba la renuncia de Abram, el primogénito de Taré, a la herencia y al lugar social privilegiado que le correspondía. Según la cronología bíblica Taré vive unos sesenta años más después de la partida de Abram a Canaán. Tercera,
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Abram debía ir a una tierra que en su momento dado Dios le mostraría. Estas eran las condiciones de Dios a Abram: abandono, renuncias, aceptación de lo desconocido.

Pero en contraste con las demandas de Dios a Abram, están las siguientes prome-sas de Dios: Primera, Dios haría de Abram una gran nación. El plan de nación incluía la posibilidad de descendencia, hasta ahora ausente en Abram. Además, la palabra usada para nación, implica un territorio geográfico y unidad política y étnica. Segun-da, Dios iba a bendecir y engrandecer el nombre de Abram en medio de la humanidad de manera que se convirtiera en un hombre de bendición. El deseo de los hombres en Babel era precisamente también el de lograr un nombre, pero con fines que desafia-ban a Dios y con motivos egoístas. En vez de ser olvidado al separarse de su parentela y tierra, Abram es engrandecido y beneficiado por Dios. Tercera, Dios por medio de Abram inaugura una nueva relación con todas las familias de la tierra. Las familias serán benditas o malditas de acuerdo a la relación que mantienen con Abram y la na-ción en promesa, quien es el nuevo instrumento de [Page 92] Dios para bendición de la humanidad.
Todas estas promesas de prominencia, bienestar, seguridad y prosperidad son da-das personalmente por Dios a Abram. Pero lo central de las promesas era un com-promiso misionero universal que se repite varias veces en Génesis (18:18; 22:18; 26:4; 28:14). La voluntad que Dios expresa es redención para todas las naciones. La vida de Abram y de la nación bajo la promesa sería el modelo a imitar para que las naciones reciban las mismas bendiciones.
El llamado de Dios depende ahora de la respuesta de un hombre que en la evalua-ción humana no tenía mucho que ofrecer: No tenía esperanza de descendencia, no era uno de los más prominentes social o económicamente, pero acepta el llamado de Dios. Abram parte de Harán, dejando a su padre Taré y tomando a su esposa Sarai, a su sobrino Lot, a las personas a su cargo y sus bienes e inicia el viaje tal como Dios lo indicara. En Hebreos 11:8 se afirma que la respuesta de Abram estaba fundamentada en la fe, entendida ésta como una confianza incondicional en el Dios que llamaba. Abram parte hacia la tierra de Canaán. La tierra de Canaán, conocida más común-mente como Palestina, había sido el destino original de Taré, cuando salieron de Ur. Este territorio no estaba desocupado. Lo habitaban los cananeos, originalmente des-cendientes de Cam, posiblemente mezclados y asimilados ya con otros grupos étnicos. Este territorio era muy estratégico porque era el “corredor” que comunicaba los dos grandes centros de la civilización del mundo conocido: Egipto y Mesopotamia. Las principales rutas comerciales cruzaban esta zona. No era un territorio topográfica-mente uniforme. En parte era montañoso, con desiertos, costas marítimas y valles hacia el río Jordán. El área que geográficamente cubría era: al norte Siria o Aram, al sur el desierto de Arabia, al este el río Jordán y al oeste el mar Mediterráneo. El terri-torio tenía mucha turbulencia política y militar y era muy disputado entre los impe-rios más poderosos. En ese tiempo no formaba una unidad política, sino más bien una organización de varias ciudades cada una de la cuales constituía un reino (ciuda-dreino). Ocasionalmente algunas ciudades formaban ligas unas con otras para defen-sa y ventaja mutuas. El territorio era controlado levemente por los faraones de Egipto.
Abram atraviesa la tierra hasta la encina de Moré, cerca de Siquem. Esta era una ciudad cananita y un centro religioso, ubicada entre el monte Gerizim y Ebal en el te-rritorio que luego perteneció a Efraín. Dios revela a Abram que esta es la tierra prome-tida a su descendencia. En la respuesta de Abram a la revelación de Dios se nota su confianza en Dios y su paciencia. En ese momento Abram no tenía hijos. Y la promesa
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de tierra no sería para él, sino para su descendencia. El edifica un altar en señal de adoración a Dios y de aceptación de la promesa. Religiosamente los cananeos eran politeístas y muy idólatras. Tenían santuarios o altares a sus deidades por todas par-tes en los que les rendían culto. Las prácticas religiosas eran conocidas como el “culto a la fertilidad” en el cual adoraban a Baal, dios de la fertilidad, y a su contraparte fe-menina Astarte, [Page 93] por medio de sacrificios de animales y humanos y actos sexuales. En medio de toda esta idolatría y paganismo, Abram pública, visible y ex-clusivamente adora a Jehovah, el Dios verdadero.

Inicialmente Abram no se queda en un lugar fijo. Se traslada a una región monta-ñosa entre Betel y Hai. Estas ciudades eran centros cananeos importantes. El nombre Betel fue dado a este lugar por Jacob (28:19) y así fue conocida en tiempos bíblicos. Originalmente se llamaba Luz y estaba situada a unos 18 km. al norte de Jerusalén. Nuevamente Abram adora a Dios en este nuevo lugar. Abram es conocido como el pa-triarca que edifica altares en los lugares que habita. Esto siempre indica que Dios ocupa el centro de su vida y de su peregrinaje. Al invocar el nombre de Jehovah Abram establece que su lealtad única y confianza plena es al Dios que lo llama a un propósito especial. Esta determinación de Abram es muy importante y complementa necesariamente su decisión de obedecer al llamado de Dios. Más tarde estos altares se convierten en importantes centros religiosos o santuarios de adoración. Finalmente Abram viaja hacia el sur hasta llegar al Néguev. Este es un extenso desierto en la par-te sur de Canaán en forma de triángulo con su base en el norte. Hebrón y Beerseba estaban situadas [Page 94] en la parte superior de esta región.
En su respuesta a Dios, Abram adopta una vida de peregrinaje, de aceptación y espera a las indicaciones de Dios y de adoración pública, exclusiva y permanente al Dios revelado. Al dejar todo aquello que humanamente ofrecía seguridad, estabilidad y posición social y lanzarse a lo prometido hasta ahora desconocido, Abram se convierte en un modelo de respuesta al llamado de Cristo (Mar. 8:35). Su vida de peregrinación se convierte en el modelo para el creyente en no arraigarse a la seguridad y perma-nencia que el mundo ofrece, ni a demandar el cumplimiento inmediato de las prome-sas (2 Ped. 3:4), sino a aceptar con esperanza la oferta más excelente de Dios (Heb. 11:13–16). Lo ejemplar en Abram es que él acepta las promesas de Dios de prosperi-dad, prominencia, bienestar y bendición en las condiciones y términos de Dios y no de acuerdo a los términos humanos. De aquí en adelante la revelación bíblica presenta los testimonios que demuestran la respuesta continua de Abram en diferentes cir-cunstancias a las promesas de Dios y la gran fidelidad y misericordia de Dios en guardar su promesa.
(2) El hambre en Canaán y la ida a Egipto, 12:10–20. Nunca la práctica de la obediencia es fácil, ni la fe queda sin pruebas. Aparentemente el hecho de que Canaán estaba poblada no fue de ansiedad para Abram. Pero una nueva prueba se presenta y es el hambre en la tierra prometida. Extensas zonas en Canaán, por sus característi-cas topográficas y climáticas, tenían escasez de agua y dependían mucho de las llu-vias estacionales. Cuando las lluvias eran escasas, la productividad agrícola y ganade-ra era afectada grandemente y el hambre se hacía sentir. Todos los patriarcas (Abram, Isaac, Esaú, Jacob) enfrentan situación de hambre en Canaán. La respuesta de cada uno es diferente, pero toda respuesta está ligada a la fidelidad del cumplimiento de la promesa de Dios. El problema del hambre es frecuente durante la historia del pueblo de Dios. Es notorio que desde un principio Dios no ilusiona una vida fácil y cómoda a su pueblo escogido. Jesucristo tampoco promete una vida fácil ni cómoda a sus se-guidores (Luc. 14:25–33). En esta situación, Abram decide ir a Egipto, país conocido por su fertilidad más estable por el río Nilo y sus periódicos desbordes que irrigan grandes zonas agrícolas.
Dos peligros graves implican la ida de Abram a Egipto: Primero, abandona la tierra prometida. Ir a Egipto, en el pensamiento bíblico, siempre significa el abandono del
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propósito divino y ha sido una constante tentación. Segundo, ya en Egipto, Abram, por temor a ser muerto, decide pedir a Sarai que pase por su hermana y no su esposa. En realidad Sarai era su media hermana y por motivos de seguridad Abram y Sarai acordaron que [Page 95] frente al peligro de vida de Abram, ella pasaría por su her-mana (20:12, 13). Pero la relación válida en el momento era la matrimonial. Por su belleza Sarai es inmediatamente llevada al harén del faraón. La capital de Egipto en ese entonces estaba situada en Tebas hasta donde Abram tuvo que ir. Algunos pien-san que Abram sólo llega a la parte norte de Egipto, la zona ganadera de Gosén donde más tarde se establece su descendencia. En tal caso, la referencia a faraón indicaría un príncipe local con la misma autoridad y estilo de vida del faraón en Tebas. La in-clusión de mujeres, especialmente de diversos grupos étnicos, en los harenes de los monarcas era muy apreciada en la antigüedad y concedía una posición elevada al monarca. El faraón concede la vida a Abram (su cuñado potencial) y lo favorece gran-demente con ganancias en bienes materiales (ganados) y recursos humanos (siervos). Temporalmente la decisión resulta favorable a Abram. Pero con esta concesión se po-ne en grave peligro el cumplimiento del llamado en cuanto a la descendencia. Los dos instrumentos imprescindibles en el plan misionero de Dios (tierra y descendencia) quedan totalmente suspendidos en su ejecución.

propósito redentor y su misericordia para con el hombre. Aparentemente pasa un tiempo determinado y tanto el faraón como su familia son afectados con plagas y se llega a la conclusión que estas aflicciones ocurren porque [Page 96] Sarai, mujer de Abram y además estéril, está en el harén. El hombre que debía ser de bendición fue aquí, por su engaño, causa de maldición para el faraón y su familia. Más tarde la pre-sencia del pueblo de Israel en tiempo de Moisés será también de maldición al faraón y a todo Egipto por no permitir el éxodo. El faraón inmediatamente resuelve dos cosas: Primera, recrimina grandemente a Abram por su engaño y por ponerlo en grave peli-gro. Segunda, expulsa a Abram de Egipto, aunque le permite llevar todas las posesio-nes adquiridas, mayormente por regalo del mismo faraón.
La consideración del hambre de Abram nos permite considerar el hambre de nues-tros días. El hambre mundial, y específicamente en América Latina, muchas veces puede servir de tropiezo y de tentación a la iglesia cristiana. De tropiezo cuando la iglesia queda muda e inmovilizada al respecto, dando prioridad a “lo espiritual sola-mente”. Así, su testimonio no tiene valor. De tentación cuando por móviles de saciar el hambre, la iglesia se concentra en programas simplemente humanitarios y pierde su llamado a ser el portavoz del mensaje de salvación. De alguna manera la iglesia debe modelarse a la compasión concreta de su Señor quien se preocupó por el hambre de la gente pero no perdió de vista su propósito redentor (Juan 6:26–34).

Semillero homilético​

El llamamiento de Abram
12:1–7
Introducción: Uno de los primeros pasos de Dios en el desarro-llo de su plan de salvación para la humanidad fue el llamado de Abram. Dios llamó a Abram con un propósito en mente; eso nos conduce al hecho que cuando Dios nos llama a nosotros también tiene algo en mente. Las condiciones, la respuesta y las promesas tanto para Abram como para nosotros son para-lelas.
El llamamiento tiene ciertas condiciones.
Dejar la seguridad económica, política y material.
Dejar la seguridad familiar y social.
Disposición a aceptar lo desconocido.
El llamamiento tiene ciertas promesas (v. 2, 3).
Bendición de reconocimiento personal: Engrandeceré tu nombre.
Bendición de prosperidad material: Haré de ti una gran nación.
Bendición de prosperidad espiritual para otros: Y serás bendición.
. El llamamiento demanda constante relación con Dios (v. 7).
En tierra desconocida, Abram edifica un altar. Esto indica que Dios era lo más importante para él y que está dispuesto a serle fiel en cualquier lugar y circunstancia.
Abram adora a Dios:
) En reconocimiento y gratitud
) En testimonio al Dios verdadero
Conclusión: Abram aceptó las condiciones y las promesas de Dios y por lo tanto llegó a ser bendición para toda la humani-dad. Aceptemos nuestro llamamiento, cumplamos las condi-ciones, mantengámonos en constante relación con Dios y
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hagamos nuestras las promesas del Señor.

Abraham​

Su nombre original fue Abram que significa "padre enalteci-do". Dios le dio por nombre Abraham que significa "padre de una multitud". Fue hijo de Taré (11:27), quien a su vez fue hijo de Sem y éste de Noé.
Su infancia ocurrió en la avanzada ciudad sumeria llamada Ur. Abram se trasladó con su familia a otra importante ciudad llamada Harán donde radicaron por algunos años. Fue en Harán donde Dios llamó a Abram para que emigrara a Canaán. Abram vivió en varios lugares: Siquem, Betel, Hebrón y Beer-seba.
Abram se casó con Sarai, cuyo nombre fue cambiado a Sara (17:15) y significa "princesa". Abram y Sara eran medio her-manos, es decir hijos del mismo padre, Taré (20:12).
Durante una época de hambre Abram y su mujer fueron a Egipto donde por causa de la belleza de Sara el faraón quiso hacerla parte de su harén. Gracias a la intervención de Dios todas las cosas salieron bien ya que Abram dijo una verdad a medias (20:12).
Al volver de Egipto a Palestina, Dios reafirma su promesa con Abram (cap. 15). Abram aceptó la sugerencia de Sara de tener un hijo de la sierva egipcia Agar como concubina. Así na-ció Ismael, quien no ocupó el lugar de la promesa.
Abram se circuncidó a los 99 años de edad (17:1–21) como una señal del pacto entre él y el Señor. Dios afirma que Abram y Sara tendrán un hijo. Efectivamente nació Isaac. Con el na-cimiento de Isaac se agudizaron los problemas entre Sara y Agar al punto que ésta tuvo que salir de la casa.
Unos años después Dios pide a Abram que le sacrifique a su hijo Isaac. En un acto de obediencia Abram va al monte Moria para cumplir con el pedido del Señor. Dios interviene prove-yendo un sacrificio alternativo y salva la vida del muchacho. Dios reafirma su promesa y su pacto con Abraham.
Sara muere y es sepultada en Macpela (23:19). Después Abraham busca una esposa para Isaac (24:67). Finalmente
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Abraham vuelve a casarse y tuvo varios hijos (25:1). Muere a la edad de 175 años (25:7).


De Sarai a Sara​

El nombre Sara significa "princesa". Fue la esposa y media hermana de Abraham por medio del padre (11:29–25:10). Aun-que parece extraño casarse con un medio hermano, en los días de los patriarcas era una práctica aceptada.
Sara viajó con Abraham de Ur a Harán. Cuando ella tenía como 65 años en obediencia al llamado de Dios a su esposo de ir a Canaán ella lo acompañó. Por causa del hambre en Ca-naán Sara y Abraham fueron a Egipto. Ella se prestó a que Abraham dijera que ella era su hermana (era una verdad a medias) por temor a que los egipcios lo mataran a él por causa de la belleza de Sara. El faraón quiso que Sara fuera parte de su harén y trató con generosidad a Abraham. Dios intervino y todo salió bien.
En una segunda ocasión Abraham también presenta a Sara como su hermana delante de Abimelec el rey de Gerar. Dios revela la verdad a Abimelec en sueños. Abimelec envía a Sara a Abraham y les da permiso de vivir en sus dominios, también hace generosos regalos a Sara.
Saraí tenía casi 90 años cuando Dios cambió el nombre de ella a Sara junto con la promesa de darle un hijo. Un año des-pués nació Isaac.
Sara murió a los 127 años de edad en Quiriatarba en Hebrón en la tierra de Canaán (23:19).
Pasiones humanas
Abraham también estuvo sujeto a las pasiones humanas.
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Su carácter como el sol, tenía sus puntos negros. La conducta de Abraham con Agar cuando en dos ocasiones la echó de la casa es un recuerdo triste. También su conducta no fue muy buena cuando salió de Canaán para ir a Egipto, sin duda que no fue un acto de fe. Y las mentiras que dijo en dos oportuni-dades acerca de su relación con Sara ciertamente nos da el cuadro de un hombre poco confiable (12:19; 20:2). Sin embar-go, ocupó el lugar de amigo de Dios y padre de los creyentes porque aprendió con Dios y a obedecer a Dios sin condiciones.
 
Comentario Biblico Mattew Henry
Editorial UNILIT

CAPÍTULO XII
Versículos 1—3. Dios llama a Abram y lo bendice con la promesa de Cristo. 4, 5. Abram se va de
Harán. 6—9. Viaja por Canaán y adora a Dios en esa tierra. 10—20. Abram es llevado a
Egipto por una hambruna—Finge que su esposa es su hermana.
Vv. 1—3. Dios eligió a Abram y lo separó de entre sus congéneres idólatras para reservar un pueblo
para sí, entre los cuales se mantuviese la verdadera adoración hasta la venida de Cristo. Desde aquí
en adelante Abram y su simiente son casi el único tema de la historia de la Biblia. Se probó a Abram,
si amaba a Dios más que a todo y si podía dejar voluntariamente todo para ir con Dios. Sus parientes
y la casa de su padre eran una constante tentación para él; no podía seguir entre ellos sin el riesgo de
ser contaminado por ellos. Quienes dejan sus pecados y se vuelven a Dios ganarán lo indecible con
el cambio.—La orden que Dios dio a Abram es en gran medida igual que el llamamiento del
evangelio, porque los afectos naturales debe ceder el paso a la gracia divina. El pecado y todas sus
oportunidades deben abandonarse, en particular, las malas compañías.—He aquí muchas promesas
grandes y preciosas. Todos los preceptos de Dios van acompañados de promesas para el obediente.
—1. Haré de ti una nación grande. Cuando Dios sacó a Abram de su pueblo, prometió hacerle
cabeza de otro pueblo. —2. Te bendeciré. Los creyentes obedientes estarán seguros de heredar la
bendición.—3. Engrandeceré tu nombre. El nombre de los creyentes obedientes ciertamente será
engrandecido.—4. Serás bendición. Los hombres buenos son bendición para sus países. —5.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré. Dios se ocupará de que nadie
sea perdedor por algún servicio hecho en favor de su pueblo.—6. En ti serán benditas todas las
familias de la tierra. Jesucristo es la gran bendición del mundo, la más grande que el mundo haya
poseído jamás. Toda verdadera bienaventuranza en el mundo ahora o que alguna vez llegue a tener,
se debe a Abram y su descendencia. Por medio de ellos tenemos una Biblia, un Salvador y un
evangelio. Ellos son la cepa sobre la cual ha sido injertada la iglesia cristiana.
Abram creyó que la bendición del Todopoderoso supliría todo lo que él pudiera perder o dejar
atrás, satisfaría todas sus carencias y respondería, más aun, sobrepasaría todos sus deseos, y sabía
que nada sino la desgracia seguiría a la desobediencia. Este tipo de creyentes, justificados por fe en
Cristo, tienen paz con Dios.—Ellos siguen en su camino a Canaán. No se desalientan por las
dificultades del camino ni son arrastrados fuera del camino por los deleites que encuentran. Los que
se dirigen al cielo deben perseverar hasta el fin. Los que emprendemos el camino en obedeciencia a
la orden de Dios y atendiendo humildemente su providencia, ciertamente triunfaremos y finalmente
tendremos consuelo. Canaán no era, como otras tierras, una simple posesión externa, sino un tipo del
cielo y, en este sentido, los patriarcas la apreciaban fervientemente.
Vv. 6—9. Abram halló la tierra poblada por cananeos que eran malos vecinos. Él viajó, y siguió
adelante aún. A veces la suerte de los hombres buenos es no estar establecidos y, a menudo, cambiar
a diversos estados. Los creyentes deben considerarse como peregrinos y extranjeros en este mundo,
Hebreos xi, 8, 13, 14. Pero observe cuánto consuelo tenía Abram en Dios. Cuando tuvo escasa
satisfacción en sus contactos con los cananeos que allí encontró, tuvo abundante placer en la
comunión con aquel Dios que lo había llevado hasta ahí, y que no lo desamparó. La comunión con
Dios se mantiene por la palabra y la oración. Dios se revela Él mismo y sus favores en forma gradual
a su pueblo; antes había prometido mostrarle a Abram la tierra; ahora, promete dársela: a medida que
crece la gracia, crece el consuelo. Pareciera que Abram lo entendió también como la concesión de
una tierra mejor, de la cual esta era tipo, porque esperaba un país celestial, Hebreos xi, 16. —Abram
se estableció tan pronto como llegó a Canaán, y aunque no era sino extranjero y peregrino ahí,
mantuvo la adoración de Dios en su familia. No sólo se preocupó de la parte ceremonial de la
religión, la presentación de sacrificios, sino tomó conciencia de buscar a Dios e invocar su nombre,
el sacrificio espiritual con el cual se agrada Dios. Predicaba sobre el nombre del Señor; enseñó a su
familia y a sus vecinos el conocimiento del Dios verdadero y de su santa religión. La adoración
familiar es un buen camino antiguo, nada nuevo, sino la antigua costumbre de los santos. Abram era
rico y tuvo una familia numerosa, aun no estaba establecido, y estaba rodeado de enemigos; sin
embargo, doquiera levantara su campamento, edificaba un altar: donde quiera que vayamos no
dejemos de llevar nuestra religión con nosotros.
Vv. 10—20. No hay en la tierra una situación libre de pruebas, ni personaje libre de defectos.
Hubo hambruna en Canaán, la más gloriosa de todas las tierras, como hubo incredulidad, en Abram
el padre de los fieles, con los males que siempre conlleva. La felicidad perfecta y la pureza perfecta
están solamente en el cielo. Abram, cuando debe dejar Canaán por un tiempo, va a Egipto, con la
intención de demorarse allí no más de lo necesario, para que no pareciera que mira hacia atrás.—
Ahí Abram oculta su relación con Sarai, equivocado, y pide a su esposa y a sus siervos que hagan lo
mismo. Él ocultó una verdad como un modo de negarla efectivamente, y por ello, expone al pecado
tanto a su esposa como a los egipcios. La gracia por la cual más se destacaba Abram era la fe; sin
embargo, así cayó por la incredulidad y desconfianza en la providencia divina, aun después que Dios
le había aparecido dos veces. ¡Ay, qué será de una fe débil cuando la fe firme se ve así remecida!
Muchas veces, si Dios no nos librara de las angustias e inquietudes en que nos metemos nosotros
mismos, por nuestro propio pecado y necedad, estaríamos destruidos. Él no nos trata conforme a lo
que merecemos.—Son castigos felices aquellos que nos impiden ir por el camino del pecado y nos
lleva a cumplir nuestro deber, particularmente el deber de hacer reparación por lo que hemos tomado
o conservado indebidamente.—La reprensión de faraón para Abram fue muy justa: “¿Qué es esto
que has hecho conmigo?” ¡Cuán inapropiado de un hombre sabio y bueno! Si quienes profesan la fe
hacen lo injusto y engañoso, especialmente si dicen lo que está al borde de la mentira, deben estar
dispuestos a oír una reprensión, y tienen razón para agradecer a quienes les hablen de esa manera. —
La despedida fue bondadosa. El faraón estaba tan lejos de toda intención de matar a Abram, como
éste temía, que tuvo un particular cuidado de él. A menudo, nos confundimos con temores que no
tienen absolutamente ningún fundamento. Muchas veces tememos cuando nada hay que temer. El
faraón encargó a sus hombres que no dañaran en nada a Abram. No basta que los que tienen la
autoridad no hieran por sí mismos; ellos deben impedir que sus siervos y quienes los rodean hagan
daño.
 
Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia. Tomo I
Editorial Mundo Hispano

CAPITULO 12​

Vers. 1–20. LLAMAMIENTO DE ABRAHAM. 1. Empero Jehová había dicho a Abram—Agradó a Dios, quien
muchas veces ha sido hallado por los que no le buscan, revelarse a Abram tal vez por un milagro. La conversión de
Abram es una de las más notables en la historia bíblica. Vete de tu tierra—Probablemente él había llegado al
conocimiento y culto del verdadero Dios bastante tiempo antes. Este llamamiento incluye dos promesas: primero, que
le mostraría la tierra de su futura descendencia; y segundo, que en su posteridad toda la tierra sería bendecida. Abram
obedeció, y este acto se menciona frecuentemente en el Nuevo Testamento como un caso de fe extraordinario
(Hebreos 11:8). 5. a tierra de Canaán llegaron—con su esposa y su sobrino huérfano llegaron a su destino con toda
seguridad, y así fué cumplida la primera promesa. 6. lugar de Sichem—o Sequem, un valle pastoril en aquel entonces
desocupado (cap. 33:18). hasta el valle de Moreh—más bien, “árbol terebinto” de Moreh, muy común en Palestina,
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notable por su ancho ramaje y su follaje verde obscuro. Es probable que en Moreh hubiera un bosque de estos árboles,
cuya hermosa sombra llevó a Abram a elegirlo para su campamento. 7. A tu simiente daré esta tierra—Dios estaba
tratando con Abram no meramente en su capacidad personal y privada sino con una mira hacia intereses más altos y
más importantes en los siglos venideros. Aquella tierra habían de ocuparla sus descendientes durante siglos como un
pueblo peculiar; las semillas del conocimiento divino habían de sembrarse allí para beneficio de toda la humanidad; y
considerada en su situación geográfica, fué escogida aquella tierra con sabiduría divina como la más propia de todas
las tierras para servir de cuna a una revelación divina destinada para todo el mundo. y edificó allí altar a Jehová—
Por este solemne acto de devoción Abram hizo profesión pública de su religión, estableció el culto al verdadero Dios,
y declaró su fe en la promesa. 10. hubo hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto—no regresó al lugar de su
nacimiento, como si le hubiera pesado su peregrinación y despreciase la tierra prometida, mas se retiró por un tiempo
a un país vecino (Hebreos 11:15). 11–13. La tez de Sarai, como ella venía de un país montañoso, sería fresca y tersa
comparada con el rostro cetrino de las mujeres egipcias. El consejo que Abram le dió, era verdadero en cuanto a las
palabras, pero fué una estratagema propuesta para dar la impresión de que ella no era más que una hermana suya. Su
conducta fué culpable e inconsecuente con su carácter de siervo de Dios; indicaba una confianza en astucias
mundanales más que fe en la promesa de Dios, y en esto no sólo pecó él sino también tentó a Sarai a pecar. 14. como
entró Abram en Egipto—Parece, según los monumentos de aquel país, que ya en el tiempo de la visita de Abram,
existía una monarquía desde hacía siglos. La sede del gobierno estaba en el Delta, la parte más septentrional del país,
la misma parte a donde Abram tenía que llegar. Era una raza de reyes pastores, en estrecha alianza con los [PAG. 30]
habitantes de Canaán. 15. y fué llevada la mujer a casa de Faraón—Los reyes orientales por muchos siglos han
reclamado el privilegio de llevar a su harén cualquier mujer soltera que les guste. El padre o hermano podrá lamentar
tal acto como una calamidad, pero nunca se hace resistencia ni se discute el supuesto derecho real. 16. hizo bien a
Abram por causa de ella—Los obsequios eran precisamente los que haría un jefe pastoril a otro. 18–20. Aquí hay una
reprimenda humillante, y Abram la merecía. Si Dios no se hubiera interpuesto, Abram habría podido sentir la
tentación de quedarse en Egipto, y olvidado la promesa (Salmo 105:13, 15). Todavía Dios reprende con frecuencia a su
pueblo, y le hace recordar por medio de sus enemigos que este mundo no es su descanso.
 

Génesis Capítulo 12​

Comparación de Versiones de la Biblia​



Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible

Nueva Versión Internacional (NVI)
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. Used by permission. All rights reserved worldwide.

Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Biblia Textual IV​



Biblia Peshitta​

El llamado de Yahweh a Abram
Entonces Yahweh dijo a Abram:
Vete de tu tierra, de donde naciste y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te
mostraréa.
2 Haré de ti una gran nación; te bendeciré y engrandeceré tu nombre, porque eres
bendito.
3 Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan. En ti y en tu
Simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierraa.
4 Y como Yahweh le había dicho, así hizo Abram; y Lot fue con él. Abram tenía
setenta y cinco años cuando partió de Harán.
5 Y tomando Abram a Sarai su esposa, a su sobrino Lot, todos los bienes que poseían y
las personas que habían adquirido en Harán, partieron para dirigirse a la tierra de Canaán;
y llegaron hasta la tierra de Canaán.
6 Y atravesó Abram por aquella tierra hasta la región de Siquem, hasta la encina de
Mamre. Y todavía habitaban los cananeos en esa tierra.
7 Entonces Yahweh, apareciéndose a Abram, le dijo: A tu descendencia daré esta tierraa.
Y erigió allí un altar a Yahweh, porque se le había aparecido.
8 De allí se dirigió a un monte, al oriente de Betel20, donde instaló su tienda. Betel se
localizaba al occidente y Hai al oriente, y allí erigió un altar a Yahweh e invocó el nombre
de Yahweh.
9 Y partiendo Abram, continuó su marcha hacia el sur.
Abram llega a Egipto
10 Y hubo hambre en la tierra. Entonces Abram descendió a Egipto para establecerse
allí, porque era muy severa el hambre en la tierra.
11 Y aconteció que cuando estaba por entrar en Egipto, dijo a Sarai su esposa: Mira, me
doy cuenta de que eres mujer de bello aspecto,
12 y que al verte los egipcios, dirán: “Ésta es su esposa”, y a mí me matarán pero te
dejarán vivir a ti.
13 Por tanto, dirás: “Soy su hermanaa”, para que por tu causa me traten bien, y yo
pueda vivir gracias a ti.
14 Y aconteció que al entrar Abram a Egipto, los egipcios vieron a su esposa, la cual era
sumamente bella.
15 También los príncipes del faraón la vieron y la elogiaron delante del faraón, y
llevaron a la mujer al palacio del faraón.
16 Y por causa de ella, faraón trató bien a Abram, llegando a tener Abram ovejas, toros,
asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.
17 Pero Yahweh hirió al faraón, a él y a su familia con grandes plagas, por causa de
Sarai, esposa de Abram.
18 Y el faraón, llamando a Abram, le dijo: ¿Qué es lo que me has hecho? ¿Por qué no
me informaste que era tu esposa?
49
19 ¿Por qué dijiste: “Es mi hermana”, de modo que la tomé por mujer? Ahora pues,
aquí está tu esposa; tómala y márchate.
20 Habiendo el faraón dado órdenes a sus hombres respecto a Abram, él lo despidió
junto con su esposa y con todas sus posesiones.
50
 

Génesis - Capítulo 13​

Abram y Lot se separan​

13 Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot. 2 Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro. 3 Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai, 4 al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.
5 También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. 6 Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar. 7 Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. 8 Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. 9 ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda. 10 Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová,(A) como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. 11 Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. 12 Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. 13 Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.
14 Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. 15 Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.(B) 16 Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada. 17 Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. 18 Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.

Cross references​

  1. Génesis 13:10 : Gn. 2.10.
  2. Génesis 13:15 : Hch. 7.5.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible
 
Biblia de Estudio Mundo Hispano
Editorial Mundo Hispano

Génesis - Capítulo 13​


Notas Culturales​


13:7 Este es un buen ejemplo de los problemas que se presentaban entre los pastores nómadas o seminómadas que tenían que estar desplazándose con sus rebaños en busca de mejores pastos. La nota explicativa en aquel entonces los cananeos y ferezeos habitaban en la tierra se considera un anacronismo, pero necesario para el lector del libro. Los ferezeos no eran semitas, y quizá estaban emparentados con los hititas.

13:10 La llanura del Jordán, es decir, el valle que corre a lo largo del río Jordán, antes que este desemboque en el mar Muerto. Como un jardín del SEÑOR quizá deba interpretarse como un superlativo que hace referencia a lo magnífico de aquel lugar. Zoar significa “pequeña” y quedaba en la parte sur del mar Muerto.
 
Comentario Bíblico Mundo Hispano
Tomo I - Génesis
Editorial Mundo Hispano

Génesis - Capítulo 13​


(3) El conflicto y la separación con Lot, 13:1–13. La prueba anterior tuvo su ori-gen en la escasez. La prueba con Lot se debe ahora a la abundancia alcanzada en Egipto y al problema de la tierra. Aunque el pasaje anterior no lo especifica, aparen-temente Lot también fue con Abram y ambos se enriquecieron en Egipto. Abram vuel-ve a Canaán con Lot y se instala nuevamente cerca de Betel. Una vez más reconoce a Dios en adoración pública y compromiso de lealtad. Esta es una de las características de Abram. En toda circunstancia y lugar adora a Dios. Posiblemente en este acto Abram se compromete nuevamente a cumplir el llamado de Dios, arrepentido de su falta anterior. En su actitud Abram es modelo del creyente en Cristo quien no debe dejarse enredar por el pecado, sino despojarse y seguir la carrera que tiene por delan-te (Heb. 12:1).
Pero en medio de la dedicación surge un problema. La tierra no es suficiente en re-cursos para los ganados de Abram y Lot, lo cual crea una situación de hostilidad en-tre los siervos de ambos. Además los cananeos y ferezeos estaban establecidos tam-bién en aquel lugar, no dejando mucha tierra disponible y significando siempre un peligro de ataque en caso que se iniciara una contienda.
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Abram decide que la mejor solución es la separación entre él y Lot y toma la inicia-tiva en ofrecer que Lot eligiera el terreno que más quisiera. Abram, a cambio, acataría dicha decisión y permanecería en territorio separado. Lot, después de una inspección y evaluación exacta de la situación, elige la llanura del Jordán. En contraste con la estrechez e inseguridad de riego de la zona central de Canaán, la llanura del Jordán era bien regada y prácticamente igual al lugar en Egipto de donde regresaran recien-temente. Además de ser [Page 97] ideal para ganado, la llanura tenía centros de po-blación que ofrecían posibilidades comerciales ventajosas para Lot. Eventualmente Lot termina habitando en Sodoma, una de esas ciudades, pero con una población muy pecadora. Según la evaluación bíblica, Lot encuentra en este lugar prácticamente una réplica de la buena vida de Egipto, sin peligro político, pero con grave peligro por el pecado de los del lugar.
La iniciativa de Abram en sí misma muestra su bondad y práctica de ser bendición. El podía haber expulsado a Lot, podía hacerlo su subordinado o podía adoptarlo como a su hijo y terminar el conflicto. Sin embargo Abram toma la decisión de la separa-ción. La decisión de Lot, que era la más sabia humanamente hablando, favorece el propósito de Dios para Abram, primero, porque Abram permanece en la tierra que Dios le prometiera. Esto significaba una dependencia mayor de Dios en cuanto a sus-tento físico (alimento) y sobrevivencia política (el peligro de exterminación por los ca-naneos y ferezeos). Segundo, porque Lot se separa permanentemente de él dejando de ser un candidato potencial de adopción como heredero y así tentar una buena substi-tución a la promesa de descendencia de Dios. Tercero, porque Abram demuestra que los valores espirituales tienen en su vida la prioridad y no son negociables. Los tesoros de los egipcios, al igual que en Moisés (Heb. 11:26), no serían los determinantes ni los móviles de su peregrinación terrenal. Cuán acertada viene la oración del sabio que no prefiere ni riquezas ni pobrezas para no ser tentado a perder su relación con Dios (Prov. 30:7–9). El apóstol Pablo advierte con claridad los peligros de las ambiciones de enriquecimiento y declara con autoridad cuál es la verdadera riqueza para el creyente (1 Tim. 6:3–10).
Abram queda en estrecho, y tendrá que seguir buscando una tierra apropiada, pe-ro queda en la voluntad de Dios. Este incidente también nos introduce al grave pro-blema de la tierra en nuestro continente. Los “sin tierra” o los que poseen tierra preca-riamente abundan en América Latina. El sustento del presente se hace muy difícil. Mucho de ello se debe a los modernos “Lot” que escogen para sí lo mejor y lo más ex-tenso posible de la tierra con fines de ganancias ventajosas. Otro tanto se debe a los modernos “cananeos y ferezeos” que por sus vidas corruptas y de violencia depradan la tierra y la dejan desolada. Abram se nos presenta como modelo por su firmeza en buscar la voluntad de Dios antes que ganar ventajas temporales y saber esperar la obtención de tierra en los términos de Dios.
(4) Dios reafirma su llamado, 13:14–18. Dios no queda ajeno a la acción correcta de Abram. Si la ida a Egipto fue una suspensión temporal del llamado, ahora Dios confirma nuevamente su llamado a Abram reiterándole las promesas de tierra y des-cendencia. Tres ingredientes importantes se mencionan en la reafirmación: Primero, Dios da a Abram una idea más concreta de la extensión geográfica de la tierra prome-tida. Abram vivía en la zona montañosa de Betel (12:8) desde donde visualmente se podía abarcar una gran [Page 98] extensión de territorio. Segundo, la promesa ahora incluye a Abram y no solamente a su descendencia. A pesar de la presencia de los ca-naneos y ferezeos, Dios “autoriza” a Abram a recorrer todo el territorio porque ya le pertenece. Lejos de sentirse oprimido porque el territorio estaba ocupado, Abram se
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siente libre de moverse y buscar el lugar que más le conviene y no limitarse a territo-rio “cedido” o “despreciado” por los habitantes locales. Así es que Abram se establece en Mamre, al norte de Hebrón. Esta era una ciudad cananea situada a unos 30 km. al sur de Jerusalén. Se convierte luego en el hogar de Abram y un centro de adoración importante. En este lugar, Abram nuevamente edifica un altar a Jehovah. Aunque es-to nos parezca repetitivo y rutinario, tiene un significado muy importante. Además de indicar adoración a Dios, la construcción y dedicación de altares por Abram indica que ese territorio pertenece a Dios y se dedica para el propósito designado por Dios. En el pensamiento religioso de la época, los dioses locales eran dueños de los territo-rios y la población. Las divinidades extranjeras no tenían ningún poder ni posibilidad [Page 99] de acción. Abram proclama que ese territorio es de Jehovah, su Dios, y que su protección y ayuda está en Jehovah a quien le dedica toda su lealtad. Tercero, Dios da a Abram una idea comparativa de lo que será su descendencia: tan numerosa que sería imposible contarla. En este momento, Abram no tenía hijo y su remota posibili-dad de adopción de Lot como hijo se había desvanecido. Pese a todo, Abram decide vivir confiado y pendiente de la promesa de Dios.
 
Comentario Biblico Mattew Henry
Editorial UNILIT

CAPÍTULO XIII
Versículos 1—4. Abram vuelve desde Egipto con grandes riquezas. 5—9. Pelea de los pastores de
Abram y los de Lot—Abram da la elección de país a Lot. 10—13. Lot elige vivir en Sodoma.
14—18. Dios renueva su promesa a Abram, que se va a Hebrón.
Vv. 1—4. Abram era muy rico: él estaba muy pesado, así es la palabra hebrea; pues las riquezas son
una carga; y los que serán ricos sólo se cargan con barro espeso, Habacuc ii, 6. Hay una carga de
cuidado al obtener riquezas, miedo de perderlas, tentación de usarlas, culpa por abusar de ellas, pena
por perderlas, y un peso de la rendición de cuentas que, por último, debe ser dada por ellas. Sin
embargo, Dios en su providencia a veces hace ricos a los hombres buenos, y de este modo la
bendición de Dios hizo rico a Abram sin penas, Proverbios x, 22. Aunque es difícil que un rico entre
al cielo, en algunos casos puede ser, Marcos x, 23, 24. Vaya, la prosperidad externa, si es bien
administrada, es un ornamento de la piedad y una oportunidad para hacer más bien.—Abram se fue
a Betel. Su altar no estaba así que no puede ofrendar sacrificio; pero invocó el nombre del Señor. Es
más fácil encontrarse un hombre vivo sin respirar que uno del pueblo de Dios sin orar.
Vv. 5—9. Las riquezas no sólo dan lugar a la discordia siendo las cosas por las que más
corrientemente se pelea; sino que también pueden incitar un espíritu contencioso, haciendo que la
gente se enorgullezca y se ponga codiciosa. Mío y tuyo son los grandes productores de rabia del
mundo. La pobreza y el trabajo, las carencias y los vagabundeos no pudieron separar a Abram y Lot
pero sí las riquezas.—Los malos siervos a menudo han hecho mucho mal en las familias y entre los
vecinos, por su orgullo y pasión, mintiendo, calumniando y llevando chismes. Aquellos que así
hacen son los agentes del diablo y los peores enemigos de sus amos. Lo que empeoró la pelea fue
que los cananeos y ferezeos habitaban la tierra. Las peleas de los profesantes son el reproche de la
religión y dan ocasión de blasfemar a los enemigos del Señor.—Mejor es conservar la paz, que no
sea rota pero la otra cosa mejor es, si se presentan diferencias, sofocar con toda velocidad el fuego
que está empezando. El intento de apaciguar esta discordia fue hecho por Abram aunque él era el
hombre anciano y más grande. Abram se demuestra como hombre de espíritu sereno que mandaba
su pasión y que sabía como calmar la ira con una respuesta blanda. Aquellos que mantengan la paz
nunca deben devolver mal por mal. De espíritu condescendiente (Abram) estuvo dispuesto a
implorar aún a su inferior para estar en paz. El pueblo de Dios debe estar por la paz sea lo que sea
que los demás apoyen. El ruego de Abram por la paz fue muy poderoso. Que la gente de la tierra
contienda por fruslerías; pero no caigamos nosotros que sabemos cosas mejores y que esperamos un
país mejor. Los profesantes de la fe deben tener sumo cuidado para evitar contiendas. Muchos
profesan estar por la paz sin hacer nada por ella: no así Abram. Cuando Dios condesciende a
rogarnos que nos reconciliemos, bien podemos rogarnos unos a otros. Aunque Dios había prometido
a Abram darle esta tierra a su simiente, sin embargo, ofreció una parte igual o mejor a Lot que no
tenía un derecho igual; y él, bajo la protección de la promesa de Dios, no actuaría con dureza con su
pariente. Noble es estar dispuesto a renunciar en aras de la paz.
Vv. 10—13. Habiendo Abram ofrecido la opción a Lot, éste la aceptó de inmediato. La pasión y
el egoísmo hacen maleducados a los hombres. Lot miró la bondad de la tierra; por tanto, no dudó
que florecería ciertamente en un suelo tan fértil. Pero ¿qué salió de ello? Aquellos que, al elegir
relaciones, llamamientos, habitaciones o establecimientos, son guiados y gobernados por la lujuria
de la carne, la lujuria del ojo o el orgullo de la vida, no pueden esperar la presencia o bendición de
Dios. Corrientemente se desilusionan hasta de aquellos a los que principalmente apuntan. Este
principio debe dirigir todas nuestras opciones. Que lo óptimo para nosotros es lo que es óptimo para
nuestras almas.—Lot consideró poco la maldad de los habitantes. Los hombres de Sodoma eran
pecadores osados e impúdicos. Esta era la iniquidad de Sodoma, el orgullo, la hartura de pan y la
abundancia de ocio, Ezequiel xvi, 49. Dios da a menudo una gran abundancia a los grandes
pecadores. Con frecuencia ha sido la suerte vejadora de los hombres buenos el vivir entre vecinos
malos; y debe ser más doloroso si, como Lot aquí, se lo han acarreado a sí mismos por mala
elección.
Vv. 14—18. Los mejor preparados para las visitas de la gracia divina, son aquellos cuyos
espíritus están calmos y no alterados por la pasión. Dios compensará abundantemente con paz
espiritual lo que perdemos por conservar la paz con el prójimo. Cuando nuestras relaciones se nos
alejan, Dios no.—Observe también las promesas con que Dios consoló y enriqueció ahora a Abram.
Él le aseguró dos cosas: una buena tierra y una progenie numerosa para disfrutarla. Las perspectivas
vistas por fe son más ricas y bellas que aquellas que vemos a nuestro alrededor. Dios le hizo caminar
por la tierra, no para pensar de establecerse en ella sino para estar siempre sin instalarse y caminar
por ella en pos de un Canaán mejor. Él edificó un altar como prenda de su agradecimiento a Dios.
Cuando Dios nos satisface con promesas bondadosas, espera que le obedezcamos con alabanzas
humildes. En las dificultades externas muy provechoso es para el creyente verdadero que medite en
la herencia gloriosa que el Señor tiene para él al final.
 
Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia. Tomo I
Editorial Mundo Hispano

CAPITULO 13​


Vers. 1–18. EL REGRESO DE EGIPTO. 1. Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Mediodía—Siendo Palestina un
país montañoso, la entrada desde Egipto por la frontera meridional es una subida continua. (Parece una contradicción
decir que Abram venía de Egipto, o sea desde el sur “Hacia el mediodía”. Es que el nombre de aquella parte de la
Palestina es “Mediodía”, o el “Négeb”. Nota del Trad.). 2. era riquísimo—comparado con las tribus pastoriles a que
pertenecía. Un jeque árabe se considera rico, si tiene cien o doscientas carpas; de sesenta a cien camellos, mil ovejas y
cabras respectivamente. Y siendo Abram “riquísimo”, excedería en mucho aquella cantidad de propiedad pastoril.
Como “la plata y el oro” son escasos entre esa gente, la cantidad que tenía Abram, tal vez había provenido de la venta
de hacienda en Egipto. 3. volvió por sus jornadas—su progreso sería a marchas lentas y acampamientos frecuentes,
pues tenía que gobernar sus movimientos por la perspectiva de agua y pasturaje. hasta el lugar … entre Bethel y
Hai—“una cuesta sobresaliente—su cumbre más alta descansa sobre pendientes peñascosas más abajo, y se distingue
por sus bosques de olivos—que ofrecía una base natural para el altar y sombra adecuada para la tienda del patriarca”.
(Stanley.) 4. e invocó allí Abram el nombre de Jehová—Sintió un deseo fuerte de reanimar su fe y piedad más que en
la escena del culto anterior; puede ser que para expresar su humildad y arrepentimiento por su mala conducta en
Egipto, o su gratitud por su liberación de los peligros, y para aprovechar la primera oportunidad, al volver a la
Palestina, de llevar a su familia a renovar el pacto con Dios y de ofrecer los sacrificios típicos que señalaban hacia las
bendiciones de la promesa. 7. hubo contienda—El carácter de Abram aparece aquí a una luz más amable. Teniendo
un firme sentido de la religión, temía hacer algo que pudiera dañar su carácter y traer deshonor sobre su nombre.
Correctamente juzgó que esas malas consecuencias se producirían, si llegasen a una desavenencia dos personas a las
cuales la naturaleza y la gracia habían unido tan estrechamente. Renunciando a su derecho de decidir, dió a Lot la
libertad de elección. La conducta de Abram fué no sólo desinteresada y pacífica sino generosa y condescendiente en
grado extraordinario, ejemplificando los preceptos de las Escrituras (Mateo 6:32; Romanos 12:10, 11; Filipenses 2:4).
10. alzó Lot sus ojos—los viajeros dicen que desde la cumbre de este collado, un poco “al este de Bethel”, pueden ver
el Jordán, las anchas praderas en cada ribera, y una ondulante línea verde que señala el curso del río. 11. Entonces Lot
escogió para sí toda la llanura—Una elección excelente desde un punto de vista terrenal, mas inconveniente para los
mejores intereses de Lot. Aunque hombre bueno, parece haber estado demasiado bajo la influencia de un espíritu
egoísta y avariento. ¡Cuántos, desgraciadamente, hacen peligrar el bien de sus almas por la perspectiva de ventajas
terrenales! 14, 15. Alza ahora tus ojos … toda la tierra que ves—Una vista tan estensa del país, por todos lados, no
29
puede tenerse de otro punto en la vecindad; y aquellas llanuras y collados, en aquel entonces despoblados ante los
ojos del patriarca, habían de ser habitados por una poderosa nación “como el polvo de la tierra en número”, como en
efecto lo eran en tiempo de Salomón (1 Reyes 4:20). 18. en el alcornocal de Mamre … edificó allí altar—La
renovación de la promesa fué reconocida por Abram con un nuevo tributo de gratitud.
 
Última edición:

Génesis Capítulo 12​

Comparación de Versiones de la Biblia​



Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible

Nueva Versión Internacional (NVI)
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. Used by permission. All rights reserved worldwide.

Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Biblia Textual IV​



Biblia Peshitta​

Separación de Abram y Lot
Entonces salió Abram de Egipto hacia el sur, él y su esposa con todas sus
posesiones y Lot lo acompañaba.
2 Abram llegó a ser muy rico en ganado, en plata y en oro.
3 Y realizaba sus jornadas desde el sur hasta Betel, hasta el lugar donde había instalado
anteriormente su tienda, entre Betel y Hai,
4 al lugar donde había erigido al principio el altar. Y allí el nombre de Yahweh fue
invocado por Abram.
5 Pero también Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, toros y tiendas; eran muchas
sus posesiones.
6 Por tanto, no les era suficiente la tierra para habitar, porque se habían multiplicado
mucho sus posesiones y no era posible que habitaran juntos.
7 Aconteció que se suscitó un altercado entre los pastores del ganado de Abram y los
pastores del ganado de Lot. En ese entonces habitaban en la tierra los cananeos y los
ferezeos.
8 Y habló Abram a Lot, diciendo: No haya altercado entre tú y yo, ni entre tus pastores
y mis pastores, por cuanto somos hermanos.
9 He aquí, estando toda la tierra delan te de ti, apártate de mí. Si tú vas a la derecha yo
iré a la izquierda, y si tú vas a la izquierda yo iré a la derecha.
10 Y alzando Lot sus ojos vio toda la tierra del Jordán, y que todo el lugar estaba bien
irrigado (antes de que Sodoma y Gomorraa fueran destruidas por Dios) como el huerto
de Dios, como la tierra de Egipto que se encuentra a la entrada de Zoar.
11 Así que escogió Lot para sí toda la tierra del Jordán; y partió Lot hacia el oriente,
separándose así el uno del otro.
12 Y habitó Abram en la tierra de Canaán mientras que Lot habitó en las aldeas de la
llanura, tomando posesión hasta Sodoma.
13 Y los hombres de Sodoma eran malvados y pecadores en gran manera delante de
Yahweh.
Yahweh promete incontable descendencia a Abram
14 Y Yahweh dijo a Abram después de que Lot se había separado de él: Alza tus ojos y
mira desde el lugar donde estás hacia el norte y hacia el sur, hacia el oriente y hacia el
occidente,
15 porque toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia para siemprea.
16 Yo haré que tu descendencia sea como el polvo de la tierra, porque si tú puedes
contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá ser contada.
17 Levántate, recorre la tierra a lo largo y a lo ancho de ella, porque a ti te la daré.
18 Entonces Abram fue e incursionó y habitó en el encinar de Mamre el amorreo, que
está en Hebrón, y allí erigió a Yahweh un altar.
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 1​

I. LOS PRIMEROS AÑOS DE LA TIERRA (Caps. 1–11)
A. La Creación (Caps. 1–2)
1:1 «En el principio… Dios…» Estas cuatro palabras al principio de la Biblia forman
la base de la fe. Si uno cree estas palabras, puede creer todo lo que sigue en la Biblia.
Génesis nos da la única descripción autoritaria de la creación, de gran significado para toda
persona en cualquier época e imposible de agotar. El registro divino da por sentado la
existencia de Dios en vez de tratar de probarla. La Biblia tiene un título especial para
aquellos que escogen negar la existencia de Dios. Ese título es necio (Sal. 14:1 y 53:1). Así
como la Biblia comienza con Dios, Él debe tener el primer lugar en nuestras vidas.
1:2 Una de las interpretaciones conservadoras del relato de Génesis sobre la creación, la
idea de creación-reconstrucción, propone que quizá ocurriera una gran catástrofe entre los
versículos 1 y 2, tal vez la caída de Satanás (ver Ez. 28:11–19). Según esta teoría esto
causaría que la creación original y perfecta de Dios fuera desordenada y vacía (tohû
wavohû). La teoría dice que sólo un gran cataclismo podría explicar la condición caótica en
el versículo 2, pues Dios no creó el mundo desordenado y vacío (Is. 45:18). Los que
favorecen este punto de vista señalan que la palabra traducida «estaban» (hâyetha)
también podría traducirse «llegó a estar». No es la única traducción legítima ni la más
aceptada, pero en el caso de que fuera correcta, significaría que la tierra «llegó a estar
desordenada y vacía».
El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas, en preparación de los grandes
actos creativos (y quizá de reconstrucción) que seguirían. Los demás versículos describen
los seis días de creación y que prepararon la tierra para que la habitara el ser humano.
1:3–5 El primer día Dios mandó que brillara la luz en las tinieblas y estableció el ciclo
de Día y Noche. No se debe confundir este acto con el establecimiento del sol, la luna y las
estrellas del cuarto día. En 2 Corintios 4:6, el apóstol Pablo hace una comparación entre la
separación original de la luz y las tinieblas y la conversión del pecador.
1:6–8 Antes del día segundo, parece ser que la tierra estaba recubierta de una capa
profunda de agua, quizás en forma de un vapor espeso. El día segundo Dios dividió esta
capa, una parte cubriendo la tierra con agua y otra parte formando nubes, con los estratos
atmosféricos (la expansión o «la cúpula»). Llamó Dios a la expansión Cielos, es decir, la
expansión de espacio sobre la tierra (no los cielos estelares, ni el tercer cielo en el cual
habita Dios). El versículo 20 nos da clara indicación de que este cielo es el espacio en que
vuelan las aves.
1:9–13 También Dios hizo que apareciera lo seco de entre las aguas que cubrían el
mundo. Así nacieron la Tierra y los Mares. Además, el día tercero hizo brotar la
vegetación y todo tipo de árboles sobre la tierra.
1:14–19 No fue sino hasta el día cuarto en que el Señor puso el sol, la luna y las
estrellas en los cielos como lumbreras y como medio para establecer un calendario.
1:20–23 El día quinto las aguas fueron provistas de peces y la tierra de aves e insectos.
La palabra traducida aves significa «los que vuelan» e incluye murciélagos y posiblemente
insectos voladores.
1:24–25 El día sexto Dios creó los primeros animales y reptiles. La ley de la
reproducción se da repetidamente en las palabras según su género o especie. Hay
variaciones significativas dentro de las «especies» biológicas, pero nunca se pasa de una
especie a otra.
1:26–28 La culminación de la obra de Dios fue la creación del hombre a Su imagen y
conforme a Su semejanza. Esto quiere decir que Dios puso al hombre sobre la tierra como
Su representante, y es semejante a Dios en ciertas maneras. Así como Dios es Trino y Uno
(Padre, Hijo y Espíritu Santo), en otro sentido el hombre también es un ser tripartito
(espíritu, alma y cuerpo). Como Dios, el hombre tiene intelecto, una naturaleza moral, la
habilidad de comunicarse con otros y una naturaleza emocional que trasciende el instinto.
No se trata de semejanza en apariencia. En contraste con los animales, el hombre es capaz
de adorar, comunicar hablando y crear.
Hay una referencia a la Trinidad en el v. 26: Y dijo [verbo singular en hebreo] Dios
[Elohim, plural], «Hagamos [plural] al hombre a nuestra imagen…»
La Biblia describe el origen de los sexos como un acto creativo de Dios. La evolución
nunca ha podido explicar de qué manera empezaron los sexos. A la humanidad se le dio el
mandato: fructificad y multiplicaos.
Dios también mandó al hombre sojuzgar la creación y señorearla, de usarla sin abusar
de ella. Las crisis ecológicas modernas son debidas a la mala administración del hombre: su
avaricia, egoísmo y negligencia.
1:29–30 Es evidente en estos versículos que los animales originalmente eran herbívoros
y que el hombre era vegetariano. Esto cambió después del Diluvio (9:1–7).
¿Eran los seis días de la creación literalmente días de 24 horas, edades geológicas, o
fueron los días de «una visión dramática» durante la cual la creación fue revelada a
Moisés? Ninguna evidencia científica jamás ha refutado el concepto de que eran días
solares literales. La expresión «la tarde y la mañana» da a entender que eran días de 24
horas. Todas las demás referencias en el Antiguo Testamento que usan estas palabras se
refieren a días normales. Adán vivió durante el séptimo día y murió de 930 años, de manera
que el séptimo día no pudo ser una era geológica. Siempre que se usa «día» con un número
en el Antiguo Testamento («primer día», etc.) significa un día literal. Cuando Dios mandó a
Israel que descansara en el día de reposo, basó Su mandamiento en el hecho de que Él había
descansado el séptimo día, después de trabajar seis días (Éx. 20:8–11). La interpretación
consistente requiere el mismo sentido de la palabra «día» en su uso aquí.
Sin embargo, una dificultad es que el día como lo conocemos probablemente no
empezó sino hasta el cuarto día (vv. 14–19).
De acuerdo a la Biblia, la creación de los cielos y la tierra no tiene fecha. La creación
del hombre tampoco lleva fecha. Sin embargo, en base a las genealogías que se dan, e
incluso concediendo espacios en las genealogías, no es posible que el hombre haya podido
estar en la tierra por los millones de años que exigen los evolucionistas.
Aprendemos de Juan 1:1, 14, Colosenses 1:16 y Hebreos 1:2 que el Señor Jesús fue el
«Ejecutivo Divino» de la creación. Como tal, Él es digno de nuestra adoración por Sus
inagotables maravillas de la creación.
1:31 Al final de los seis días de la creación vio Dios todo lo que había hecho, y he
aquí que era bueno en gran manera.
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 2​


2:1–3 Dios reposó de Su actividad creativa el día séptimo. Este no fue un reposo
debido al cansancio, sino más bien por satisfacción y por haber hecho una obra «buena en
gran manera». Aunque Dios no mandó al hombre que guardara el día de reposo en este
tiempo, enseñó el principio de descansar un día de cada siete.
2:4–6 El nombre JEHOVÁ Dios (Jehovah [Yahveh] Elohim) aparece por primera vez en
el versículo 4, pero sólo después de la creación del hombre (1:27). Como Elohim, Dios es
el Creador. Como JEHOVÁ, entra en una relación de pacto con los hombres. Algunos
críticos de la Biblia que no reconocen esto, concluyen incorrectamente que estos nombres
diferentes para Dios sólo pueden explicarse con un cambio de autor.
«Éstos son los orígenes» (v. 4) se refiere al comienzo descrito en el capítulo 1. El
versículo 5, que dice: «Y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda
hierba del campo antes que naciese», describe las condiciones en la tierra en el versículo
1:10, cuando apareció la tierra seca pero antes de que apareciera la vegetación. La tierra
fue regada por un vapor en vez de lluvia.
2:7 Ahora se dan más detalles sobre la creación del hombre. Dios formó su cuerpo del
polvo de la tierra, pero sólo fue ser viviente cuando Dios le impartió Su aliento. Adán
(«rojo» o «tierra») recibió su nombre de la tierra roja de la que fue formado.
2:8–14 El huerto que Dios plantó… en Edén estaba hacia el oriente, es decir, al
oriente de Palestina, el punto de referencia para direcciones en la Biblia. Estaba situado en
la región de Mesopotamia, cerca de los ríos Hidekel (Tigris) y Éufrates. El árbol de la
ciencia del bien y del mal era para probar la obediencia del hombre. La única razón por la
cual no se debería comer su fruto era porque Dios lo había prohibido. Y en diferentes
formas, el fruto aún está con nosotros hoy.
2:15–23 La pena por violar el mandamiento era la muerte (v. 17), muerte espiritual
instantánea y muerte física progresiva. En el proceso de dar nombres a los animales y a las
aves, Adán hubiera notado que existían ambos sexos. Cada uno tenía su pareja del otro
sexo, similar, pero diferente. Esto preparó a Adán para la llegada de una ayuda idónea
semejante a él. Su esposa fue formada de una de sus costillas, y tomada de su costado
mientras dormía. Asimismo, Cristo consiguió Su esposa al derramarse la sangre de Su
costado, en medio de una agonía indecible. La mujer fue tomada, no de la cabeza de Adán
para dominarlo, ni del pie para ser despreciada, sino de debajo de su brazo para ser
protegida, y cerca del corazón para ser amada.
Dios dio la primacía al hombre antes de entrar el pecado. Pablo establece este hecho
desde el punto de vista del orden de la creación (el hombre fue creado primero) y el
propósito de la creación (la mujer fue hecha para el hombre) (1 Co. 11:8–9). Además,
aunque Eva fue quien pecó primero, es por medio de Adán, la cabeza, que se dice que entró
el pecado al mundo. Fue responsable porque tenía la posición de primacía.
El versículo 19 queda más claro traducido de este modo: «Había formado, pues,
JEHOVÁ Dios… toda bestia» es decir, antes de formar al hombre.
2:24 Dios instituyó el matrimonio monógamo con las palabras del versículo 24. Como
cada institución divina, fue establecido para el bien del hombre y no puede ser violado con
impunidad. Las obligaciones del matrimonio ilustran la relación que hay entre Cristo y la
Iglesia (Ef. 5:22–32).
2:25 Aunque Adán y Eva vivieron en el huerto de Edén sin estar cubiertos, no se
avergonzaban.
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 3​


B. La Tentación y la Caída (Cap. 3)
3:1–6 Más adelante se nos revela que la serpiente que se le apareció a Eva era Satanás
mismo (ver Ap. 12:9). Aquellos que desean demostrar que la Biblia es mitología, alegan
que los acontecimientos de la caída son alegóricos y no literales. Citan como prueba el
hecho de que la serpiente le habló a Eva. ¿Se puede aceptar con certeza el hecho de que la
serpiente engañó a Eva? El apóstol Pablo creyó que sí (2 Co. 11:3). Así también el apóstol
Juan (Ap. 12:9; 20:2). Esta no es la única vez que un animal habla en las Escrituras. Dios
dio voz al asna de Balaam para restringir la locura del profeta (Nm. 22) y el apóstol Pedro
lo aceptó como literal (2 P. 2:16). Estos tres apóstoles fueron inspirados a escribir por el
Espíritu Santo. De manera que rechazar el sentido literal de los acontecimientos de la caída
es rechazar las Santas Escrituras como inspiradas. Hay alegorías en la Biblia, pero la caída
no es una de ellas.
Obsérvese los pasos que precipitaron la caída de la raza humana en pecado.
Primeramente Satanás insinuó que dudaba de la Palabra de Dios: «¿Conque Dios os ha
dicho…?» Falsamente dijo que Dios había prohibido a Adán y Eva comer de todo árbol.
Entonces, Eva dijo: «Del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No
comeréis de él, ni le tocaréis». Pero Dios no había dicho nada acerca de tocar el árbol.
Satanás luego contradijo plenamente a Dios en cuanto al juicio inevitable para aquellos que
desobedecieran, así como sus seguidores siguen negando los hechos del infierno y el
castigo eterno. Satanás presentó falsamente a Dios como tratando de privar a Adán y Eva
de algo que les sería de beneficio. Eva cedió a la tentación triple: los deseos de la carne
(bueno para comer), los deseos de los ojos (agradable a los ojos), y la vanagloria de la
vida (árbol codiciable para alcanzar la sabiduría). Al hacerlo, actuó independientemente
de Adán, su cabeza. Debió haberlo consultado en vez de usurpar su autoridad. En las
palabras: «y tomó de su fruto, y comió» está la explicación de toda la enfermedad, tristeza,
sufrimiento, temor, culpabilidad y muerte que desde aquel tiempo han plagado la raza
humana. Alguien ha dicho: «La devastación del mundo y un millón de billones de tumbas
dan testimonio de que Dios es veraz y Satanás es el mentiroso». Eva fue engañada (1 Ti.
2:14), pero Adán actuó voluntariamente y en rebelión deliberada contra Dios.
El humanismo secular perpetúa la mentira de Satanás: «Serás como Dios».
3:7–13 El primer resultado del pecado fue un sentimiento de vergüenza y temor. Los
delantales de hojas de higuera ilustran cómo el hombre intenta salvarse mediante una
religión de buenas obras y sin sangre. Los pecadores tratan de justificarse cuando Dios los
llama a rendir cuentas. Adán dijo: «La mujer que me diste por compañera…» como
culpando a Dios (ver Pr. 19:3). Eva dijo: «La serpiente…» (v. 13).
Con amor y misericordia Dios buscó a Sus criaturas que habían caído, con la pregunta:
«¿Dónde estás tú?». Esta pregunta comprueba dos cosas: que el hombre estaba perdido y
que Dios había venido a buscarlo. Era prueba del pecado del hombre y de la gracia de Dios.
Dios toma la iniciativa en la salvación, demostrando Su amor, precisamente la cualidad que
Satanás había usado para que Eva dudara.
3:14 Y JEHOVÁ Dios maldijo a la serpiente a degradación, desgracia y derrota. El
hecho de que la serpiente fuera maldita entre todas las bestias y todos los animales del
campo sugiere que esto se refiere principalmente a los reptiles en lugar de a Satanás.
3:15 Pero el versículo 15 se enfoca en el diablo mismo. Este versículo se conoce como
el protevangelium, es decir: «El Primer Evangelio». Predice la hostilidad perpetua entre
Satanás y la mujer (representando la raza humana), y entre la simiente de Satanás (sus
agentes) y su simiente (el Mesías). La simiente de la mujer heriría la cabeza del diablo,
una herida mortal que significa la derrota total. Ésta se llevó a cabo en el Calvario cuando
el Redentor triunfó decisivamente sobre el diablo. Satanás, a su vez, heriría el calcañar del
Mesías. La herida del calcañar aquí habla de sufrimiento e incluso la muerte física, pero no
de una derrota decisiva. De modo que Cristo sufrió en la cruz, y murió, pero resucitó de
entre los muertos, victorioso sobre el pecado, el infierno y Satanás. El hecho de que es
llamado la simiente de la mujer puede sugerir Su nacimiento virginal. Note la bondad de
Dios al prometer al Mesías antes de pronunciar la sentencia en los versículos que siguen.
3:16–19 El pecado lleva consecuencias inevitables. La mujer fue sentenciada al
sufrimiento en el parto. Dios le sujetó a su marido. El hombre fue sentenciado a labrar la
tierra, la cual fue maldecida con espinos y cardos, para su comida. Tendría que labrar con
sudor. Y al final de su vida, él mismo volvería al polvo. Hemos de hacer notar aquí que el
trabajo mismo no es maldito; todo lo contrario, muchas veces es una bendición. Son la
tristeza, la faena, la frustración, el sudor y el cansancio, asociados con el trabajo, que son
las maldiciones.
3:20–21 Adán mostró fe al llamar el nombre de su mujer, Eva…madre de todos los
vivientes, puesto que ningún niño había nacido hasta ese tiempo. Las túnicas de pieles
fueron provistas por Dios mediante la muerte de un animal. Esto ilustra el manto de justicia
provisto para los pecadores culpables mediante la sangre derramada del Cordero de Dios,
disponible para nosotros en base a la fe.
3:22–24 Había una sombra de verdad en la mentira de Satanás, de que Eva sería como
Dios (v. 5). Pero ella y Adán, por la dura experiencia, aprendieron a discernir entre el bien
y el mal. Si entonces hubieran tomado del árbol de la vida, hubieran vivido para siempre
con cuerpos sujetos a la enfermedad, degeneración y debilidad. Así que, fue la misericordia
de Dios que no les permitió volver al huerto de Edén. Los querubines son seres celestiales
cuya función es de «vindicar la santidad de Dios contra el orgullo presuntuoso del hombre
caído».
Adán y Eva tuvieron que decidir si era Dios o Satanás el que estaba mintiendo.
Decidieron que era Dios. «Sin fe es imposible agradar a Dios». De manera que sus nombres
no se encuentran en la Lista de Honor de la Fe en Hebreos 11.
El ambiente ideal del Edén no impidió la entrada del pecado. Un ambiente favorable no
es la solución a los problemas del hombre.
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 4​


C. Caín y Abel (Cap. 4)
4:1 Y conoció Adán a su mujer Eva en el sentido de que tuvo relaciones sexuales con
ella. Cuando nació Caín, Eva reconoció que la capacidad de dar a luz era del Señor. Al
darle el nombre de Caín («adquisición»), Eva tal vez pensó que había dado a luz a la
Simiente Prometida.
4:2–6 El proceso del tiempo citado en el versículo 3a permite un incremento
considerable en la población del mundo. Tuvo que haber algún tiempo cuando a Caín y
Abel se les enseñó que el hombre pecador puede acercarse al Dios Santo en base a la
sangre de un sacrificio sustitutivo. Caín rechazó esta revelación y se presentó con una
ofrenda sin sangre, de frutas y verduras. Abel creyó el decreto divino y ofreció animales,
demostrando así su fe y su justificación por Dios (He. 11:4). Trajo de los primogénitos de
sus ovejas, diciendo en efecto que JEHOVÁ merece lo mejor. La ofrenda de Abel nos indica
la muerte de sustitución del Cordero de Dios en el futuro, el cual quita los pecados del
mundo.
4:7 Puesto que el enojo celoso de Caín era asesinato incipiente, Dios le dio Su
advertencia con amor. El versículo 7 puede ser entendido de varias maneras:
1. «Si bien hicieres [arrepintiéndote], podrás alzar de nuevo la cabeza y mirar libre de
enojo y culpabilidad. Y si no hicieres bien [al continuar odiando a Abel], el pecado está
tendido a la puerta, listo para destruirte. A ti será su deseo [de Abel] [es decir, reconocerá tu
posición de liderazgo] y te enseñorearás de él» [es decir, si hicieres el bien].
2. «Si bien hicieres (o como dice la Septuaginta: «Si ofrecieras lo correcto») ¿no serás
aceptado?». El «bien hicieres» se refería a la ofrenda. Abel hizo bien en esconderse detrás
de una ofrenda aceptable. Caín hizo mal en traer una ofrenda sin sangre, y toda su conducta
después fue resultado natural de su adoración falsa.
3. En la Versión Estándar Revisada del inglés podemos leer: «Si bien hicieres, ¿no serás
aceptado? y si no hicieres bien, el pecado está tendido a la puerta; su deseo es para ti, pero
tú necesitas dominarlo».
4. F. W. Grant dice en su Biblia Numérica: «Si no hicieres bien, una ofrenda de
expiación está tendida o recostada a la puerta». En otras palabras, había una provisión si la
quería.
5. En sus Escrituras Coleccionadas, W. E. Vine da la siguiente explicación:
«Probablemente la mejor traducción de Génesis 4:7 es ésta: ―Si bien hiciereis, ¿no serás
aceptado? (Caín podría haberse ido para traer un sacrificio divinamente aceptable) y si no
hiciereis bien (es decir, negándose a hacer la voluntad de Dios, lo que aún era posible para
él), el pecado se acuesta a la puerta (es decir, el pecado del asesinato está como un animal
listo para arrojarse sobre su víctima), pero tú deberás señorearte de él‖. En lugar de
someterse y permitir que el pecado se enseñoreara de él, Caín debió haberlo sujetado. Sin
embargo, despreció la advertencia de gracia y permitió que el pecado tuviera la ventaja,
guiándolo a levantarse contra su hermano y matarlo. De manera que desde el principio
hasta el fin, las obras de Caín eran malvadas».
4:8–12 La actitud malévola de Caín de ira celosa pronto se tradujo en una mala acción,
el asesinato de su hermano. Aunque Abel está muerto, aún nos da testimonio de que la
vida de fe es la vida que tiene valor (He. 11:4). Cuando la pregunta del Señor, hecha con
amor, fue contestada insolentemente y sin arrepentimiento, fue pronunciado el juicio de
Caín, no podría más labrar la tierra, sino sería errante y extranjero en la tierra.
4:13–16 La queja lastimosa de Caín revela el remordimiento por las consecuencias de
su pecado en vez de por su culpabilidad. Pero aun así el Señor apaciguó los temores del
fugitivo por su vida poniendo una señal protectora sobre Caín y una maldición sobre
cualquiera que lo matara. Salió pues Caín de delante de JEHOVÁ, la más triste de las
partidas.
4:17–24 Caín se casó con su hermana u otra pariente de sangre. Como se mencionó,
Génesis 4:3 permite un tiempo para la expansión de la población, y Génesis 5:4
específicamente dice que Adán tuvo hijos e hijas. Casarse con parientes de sangre no estaba
prohibido en ese tiempo (ni era genéticamente arriesgado).
Los versículos 17–24 enumeran la posteridad de Caín, y una serie de cosas que
sucedieron por primera vez: la primera ciudad, llamada Enoc; el primer caso de poligamia;
el comienzo del uso de animales domesticados; el comienzo del arte de la música y la
artesanía de metales; la primera canción, acerca de violencia y el derramamiento de sangre.
En la canción, Lamec explica a sus mujeres que había matado… a un varón en defensa
propia, pero como no había sido con premeditación, como el asesinato por Caín de su
hermano, Lamec sería mucho más inmune a la represalia.
4:25–26 Ahora en contraste se introduce el linaje de Set. Fue por este linaje que
posteriormente nacería el Mesías. Cuando nació Enós (que significa «frágil» o «mortal»)
los hombres empezaron a usar el nombre JEHOVÁ para Dios, o quizá a invocar el nombre
de JEHOVÁ en la adoración pública.
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 5​


D. Set y sus descendientes (Cap. 5)
Al capítulo 5 se le ha llamado: «El Son de las campanas de la muerte», por la muy
repetida frase «y murió». Registra el linaje del Mesías desde Adán hasta el hijo de Noé,
Sem (comparar con Lucas 3:36–38).
5:1–17 Adán fue creado a semejanza de Dios. Set nació a la semejanza de Adán.
Entre los dos aconteció la Caída, y la imagen de Dios en el hombre fue desfigurada por el
pecado. El versículo 5 registra el cumplimiento físico de lo que Dios había dicho en 2:17
que acontecería; el cumplimiento espiritual aconteció el día en que pecó Adán.
5:18–24 El Enoc y Lamec mencionados aquí no deben confundirse con los del capítulo
4. El Enoc del versículo 18 es el séptimo desde Adán (Judas 14), no el tercero. Por fe
caminó Enoc con Dios durante 300 años y agradó al Señor (He. 11:5). Parece que el
nacimiento de su hijo tuvo una influencia santificadora y ennoblecedora en su vida (v. 22a).
Es bueno empezar bien, pero es incluso mejor continuar firme hasta el fin. La palabra
caminar implica una relación firme y progresiva y no solamente un conocimiento casual. El
caminar con Dios es obra que perdura toda la vida y no el trabajo de una hora. Enoc fue
trasladado al cielo antes del diluvio así como la Iglesia será trasladada al cielo antes de que
comience la Tribulación (1 Ts. 4:13–18; Ap. 3:10).
5:25–32 Vivió Matusalén más tiempo que cualquier otro hombre (novecientos sesenta
y nueve años). Si es, como dice Williams, que el nombre Matusalén quiere decir «será
enviado», pudo haber sido una profecía de que el diluvio llegó en el año de su muerte. Tal
vez la predicción de Lamec al ponerle nombre a Noé fue una mirada hacia el futuro,
anticipando el consuelo de Aquel que vendría al mundo, el Hijo más importante de Noé, el
Señor Jesucristo. El nombre Noé significa «descanso». Al pasar los años, el promedio de
vida del hombre fue disminuyendo. El Salmo 90:10 habla de setenta años como lo normal.
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulos 6 al 8​


E. La Extensión del pecado y el diluvio universal (Caps. 6–8)
6:1–2 Hay dos interpretaciones principales del versículo 2. La primera es que los hijos
de Dios eran ángeles que habían dejado su esfera apropiada (Jud. 6) y se habían casado con
las mujeres del mundo, un desorden sexual de lo más detestable para Dios. Aquellos que
mantienen este punto de vista indican que la expresión «hijos de Dios» en Job 1:6 y 2:1
significa ángeles que tenían acceso a la presencia de Dios. Además, «los hijos de Dios»,
como término empleado para ángeles es una expresión semita común. El pasaje en Judas 6,
7 sugiere que los ángeles que dejaron su propia habitación, eran culpables de
comportamiento sexual vil. Nótense las palabras «como Sodoma y Gomorra» al principio
del versículo 7, justo después de la descripción de los ángeles caídos.
La objeción principal de este punto de vista es que los ángeles, según entendemos, no se
reproducen sexualmente. Se utiliza Mateo 22:30 para probar que Jesús enseñaba que los
ángeles no se casan. Pero lo que realmente dice este versículo es que los ángeles en el cielo
no se casan ni son dados en casamiento. Se aparecieron ángeles a Abraham en forma
humana (Gn. 18:1–5), y parece por el texto que los dos que fueron a Sodoma tenían partes
y emociones humanas.
La segunda interpretación es que los hijos de Dios eran los descendientes piadosos de
Set, y que las hijas de los hombres eran la descendencia inicua de Caín. El argumento dice
así: El contexto anterior habla de los descendientes de Caín (Cap. 4) y los descendientes de
Set (Cap. 5). Génesis 6:1–4 describe el casamiento entre estas dos familias. La palabra
ángeles no se encuentra en el contexto. Los versículos 3 y 5 hablan de la iniquidad de los
hombres. ¿Si hubieran sido los ángeles quienes habían pecado, por qué sería la raza humana
la que fuera destruida? Los hombres piadosos son llamados «hijos de Dios», aunque no
exactamente con las mismas palabras hebreas que en Génesis 6:2 (ver Dt. 14:1; Sal. 82:6;
Os. 1:10; Mt. 5:9).
Hay ciertos problemas con este punto de vista. ¿Por qué es que todos los hombres
descendientes de Set eran piadosos y ninguna de las mujeres descendientes de Caín era
piadosa? Además, no hay ninguna indicación de que el linaje de Set se mantuvo piadoso. Si
hubieran seguido siendo piadosos, ¿por qué fue necesario destruirlos? También, ¿por qué
produjo gigantes esta unión entre hombres piadosos y mujeres no piadosas?
6:3 JEHOVÁ advirtió que no contendería Su Espíritu con el hombre para siempre,
pero que habría una demora de ciento veinte años antes de que ocurriera el juicio del
diluvio. Dios es paciente, no queriendo que ninguno perezca, pero hay un límite. Pedro nos
dice que fue Cristo quien estuvo predicando por medio de Noé a los antidiluvianos a través
del Espíritu Santo (1 P. 3:18–20; 2 P. 2:5). Rechazaron el mensaje y ahora están
encarcelados.
6:4–5 Acerca de los gigantes (nefilim, «caídos» en hebreo) Unger explica:
«Muchos consideran a los nefilim como semidioses gigantes, la simiente no natural de
las ―hijas de los hombres‖ (mujeres mortales) en cohabitación con los ―hijos de Dios‖
(ángeles). Esta unión totalmente anormal, violando el orden de la creación de Dios, fue una
anormalidad tan escandalosa como para requerir el juicio universal del Diluvio».
6:6–7 El arrepentimiento del Señor no indica un cambio arbitrario de mentalidad,
aunque así nos parezca. Sino indica una diferencia de actitud de parte de Dios en respuesta
al cambio de comportamiento del hombre. Es necesario que reaccione Dios contra el
pecado porque Él es santo.
6:8–22 Noé halló gracia ante los ojos de JEHOVÁ y se le advirtió de antemano que
construyera un arca. Las medidas fueron dadas en codos (1 codo = 45 cm). De manera que
el arca tenía 135 m de largo, 22.5 m de ancho, y 13.5 m de alto. Tenía tres cubiertas. La
ventana en el v. 16 es, literal, «un lugar de luz», probablemente una abertura para que
entraran la luz y el aire, que se extendía a lo largo del arca.
Noé fue salvado por gracia, un acto de soberanía divina. En respuesta hizo todo lo que
Dios le había mandado (v. 22), un acto de responsabilidad humana. Noé construyó el arca
para salvar a su familia, pero fue Dios quien cerró y selló la puerta. La soberanía divina y la
responsabilidad humana no son mutuamente exclusivas, sino que son complementarias.
Noé (v. 9) y Enoc (5:22) son los únicos hombres en las Escrituras de quienes se dice
que caminaron con Dios. Si Enoc representa el símbolo del arrebatamiento de la Iglesia al
cielo, Noé simboliza el remanente fiel de judíos preservados a través de la Tribulación para
vivir sobre la tierra milenial.
La primera mención de pacto se da en el versículo 18. Scofield enumera ocho pactos:
El Edénico (Gn. 2:16); el Adámico (Gn. 3:15); el pacto con Noé (Gn. 9:16); el pacto con
Abraham (Gn. 12:2); el Mosaico (Éx. 19:5); el Palestino (Dt. 30:3); el Davídico (2 S. 7:16);
y el Nuevo Pacto (He. 8:8). Estos ocho, más el pacto con Salomón, se explican a
continuación.
Por supuesto, un tema tan complejo como los pactos ha sido interpretado de diferentes
maneras por distintas escuelas de teología. La enseñanza aquí dada es de acuerdo a la
tradición premilenial y dispensacional.

Debían entrar en el arca dos animales de cada especie, además del alimento. Los
críticos afirman que el arca no era suficientemente grande para contener todas las especies
de animales y suficiente alimento para un año y diecisiete días. Pero es probable que el arca
contuviese sólo los tipos básicos de vida animal y de aves, y que muchas variaciones
aparecieron después. El arca era más que suficiente en tamaño.
7:1 La palabra «entra» aparece por primera vez en el versículo 1, —una invitación de
gracia del evangelio: «Entra… en el arca de seguridad».
7:2–18 No se da ninguna razón por la cual se le mandó a Noé a llevar siete parejas de
animales limpios en el arca, pero sólo una pareja de los no limpios. Tal vez haya sido para
alimento y anticipando la necesidad de animales limpios para los sacrificios (vea 8:20).
Todos permanecieron en el arca durante siete días antes de que empezara a llover y las
fuentes del gran abismo fueran abiertas. El torrente continuó por cuarenta días y cuarenta
noches; cuarenta es el número en la Biblia que habla de prueba.
7:19–24 ¿Fue este un diluvio local, como algunos alegan? Consideremos lo siguiente:
Todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos (v. 19).
Dios no hubiera tenido que decirle a Noé que construyera un arca del equivalente de un
campo y medio de fútbol y con un volumen de 800 vagones de ferrocarril para escapar de
un diluvio local. Sólo hubiera sido necesario trasladar ocho personas y a los animales a un
lugar diferente. Las tradiciones acerca de un diluvio universal vienen de todas partes del
mundo. Las montañas del Ararat alcanzan los 5.200 metros. El diluvio fue quince codos
más alto (vv. 19–20).
¿Con qué tipo de milagro se hubiera podido contener el agua en un lugar limitado? En
Génesis 9:15 Dios prometió que las aguas nunca más llegarían a ser un diluvio para destruir
toda carne. Ha habido muchos diluvios locales desde aquel entonces, pero nunca otro
diluvio universal. Si el diluvio fue local, entonces la promesa de Dios no se cumplió: una
conclusión imposible. Pedro usa la destrucción del mundo por el diluvio como símbolo de
la destrucción aún futura de la tierra por fuego (2 P. 3:6).
El arca es una ilustración de Cristo. Las aguas representan el juicio de Dios. El Señor
Jesús se sumergió bajo las aguas de la ira divina en el Calvario. Aquellos que se encuentran
en Cristo son salvos y los que están fuera son condenados (ver 1 P. 3:21).
8:1–19 La cronología del Diluvio es como sigue:
1. 7 días: desde el tiempo en que Noé entró al arca hasta que empezó el Diluvio (7:10).
2. 40 días y 40 noches: la duración de la lluvia (7:12).
3. 150 días: desde el tiempo en que empezó a llover hasta que las aguas decrecían (8:3)
y reposó el arca sobre el Monte Ararat (comparar 7:11 y 8:4).
4. 224 días: desde el comienzo del Diluvio hasta que reaparecieron las cimas de las
montañas (comparar 7:11 y 8:5).
5. 40 días: desde que aparecieron las cimas de las montañas hasta que Noé envió un
cuervo (8:7).
6. 7 días: desde que mandó al cuervo hasta el primer envío de una paloma (8:6–10; v.
10, «aún otros siete días»).
7. 7 días más: hasta que se envió por segunda vez la paloma (8:10).
8. 7 días más: hasta el último envío de la paloma (8:12).
9. 314 días: desde el comienzo del Diluvio hasta que quitó Noé la cubierta del arca
(comparar 7:11 y 8:13).
10. 371 días: desde el comienzo del Diluvio hasta que se secó la tierra (comparar 7:11 y
8:14). En este día se le mandó a Noé que saliera del arca (v. 16).
El cuervo, un ave no limpia (v. 7), y la paloma, un ave limpia (v. 8), son buenas
ilustraciones de la vieja y nueva naturaleza del creyente. A la vieja naturaleza le gusta
comer de la inmundicia y la carroña, mientras la nueva naturaleza no puede estar satisfecha
en un sitio de muerte y juicio. No encuentra reposo hasta poner sus pies sobre la tierra de la
resurrección.
8:20–22 Noé edificó un altar en respuesta a la salvación de Dios. Los que hemos
hallado la salvación de la ira que vendrá, deberíamos de igual manera traer nuestra
adoración sincera a Dios. Es tan aceptable y agradable hoy como lo fue en los días de Noé.
JEHOVÁ hizo un pacto que no volvería más a maldecir la tierra o destruir a todo ser
viviente, como lo había hecho. Además, dijo que las estaciones del año seguirían mientras
permanezca la tierra.
En 6:5 y aquí, en el versículo 21, Dios habla de la intensa maldad en el corazón del
hombre. En el primer caso, no hubo sacrificio y vino el juicio. Aquí hay sacrificio, y Dios
responde con misericordia.