IXOYE - Estudio del Libro de Génesis

Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

LOS PACTOS PRINCIPALES DE LAS ESCRITURAS​

El Pacto Edénico (Gn. 1:28–30; 2:16–17)
El Pacto Edénico hizo al hombre, en su inocencia, responsable de multiplicar, poblar la
tierra y dominarla. Se le dio autoridad sobre todos los animales. Debía cultivar el huerto y
comer de lo que producía a excepción del árbol de la ciencia del bien y del mal. La
desobediencia a este último mandamiento traería la muerte.
El Pacto Adámico (Gn. 3:14–19)
Después de la caída del hombre, Dios maldijo a la serpiente y predijo la enemistad
entre la serpiente y la mujer, y entre Satanás y Cristo. Satanás heriría a Cristo, pero Cristo
destruiría a Satanás. La mujer tendría dolor en el parto y estaría bajo la autoridad de su
esposo. La tierra fue maldecida. El hombre tendría que contender con espinas y cardos al
cultivarla. Su labor sería con sudor y cansancio, y al final regresaría al polvo, de donde
vino.
El Pacto con Noé (Gn. 8:20–9:27)
Dios prometió a Noé que no maldeciría la tierra otra vez ni destruiría el mundo entero
con un diluvio. Dio el arco iris como garantía de Su promesa. Pero el pacto también
incluye el establecimiento del gobierno humano, con el poder de la pena capital. Dios
garantizó la regularidad de los tiempos y las estaciones, mandó que el hombre poblara de
nuevo el mundo, y reafirmó su dominio sobre el resto de la creación. El hombre ahora
podría añadir carne a su dieta vegetariana. Con respecto a los descendientes de Noé,
Dios maldijo al hijo de Cam, Canaán, a ser siervo de Sem y Jafet. Dio a Sem el lugar
favorecido, lo cual sabemos incluye estar en el linaje del Mesías. Jafet podría regocijarse
en la gran expansión y habitaría en las tiendas de Sem.
El Pacto con Abraham (Gn. 12:1–3; 13:14–17; 15:1–8; 17:1–8)
El Pacto con Abraham no tiene condición. Sólo Dios, manifestándose como «un horno
humeando y una antorcha de fuego», pasó por entre las dos partes del animal sacrificado
en Génesis 15:12–21. Esto es bastante significativo. Cuando dos personas hacían (en
hebreo se dice «cortar») un pacto, ambos caminaban entre las dos partes para señalar
que cumplirían las condiciones del pacto. Dios no impuso ninguna condición a Abraham;
de manera que lo establecido aquí (y a continuación) se cumpliría no obstante con la fe, o
la falta de ella, de los descendientes de Abraham.
Aquellos que no ven un futuro para el antiguo pueblo de Dios tratan de hacer que este
pacto parezca condicional, por lo menos en cuanto al territorio. Es así como reclaman
todas las bendiciones para la Iglesia, dejando poco o nada para Israel.
El pacto incluye las siguientes promesas para Abraham y sus descendientes: una gran
nación (Israel); bendición personal para Abraham; un nombre bien establecido; ser la
fuente de bendición para otros (12:2); favor divino a sus amigos y maldición sobre sus
enemigos; bendición a todas las naciones, a través de Cristo (12:3); posesión eterna de
las tierras conocidas como Canaán y más tarde como Israel y Palestina (13:14–15, 17);
posteridad numerosa, tanto natural como espiritual (13:16; 15:5); el parentesco de
muchas naciones y reyes, a través de Ismael e Isaac (17:4, 6); una relación especial con
Dios (17:7b).
El Pacto Mosaico (Éx. 19:5; 20:1–31:18)
En su sentido más amplio, el Pacto Mosaico incluye los Diez Mandamientos, que
describen las obligaciones hacia Dios y el prójimo (Éx. 20:1–26); numerosos reglamentos
en cuanto a la vida social de Israel (Éx. 21:1–24:11) y ordenanzas detalladas para la vida
religiosa (Éx. 24:12–31:18). Fue dado a los israelitas, no a los gentiles. Era un pacto
condicional, el cual requería la obediencia del hombre, de manera que era «débil por la
carne» (Ro. 8:3a). Nunca fue el propósito del Decálogo proveer salvación, sino producir
convicción de pecado y fracaso. Nueve de los Diez Mandamientos se repiten en el Nuevo
Testamento (con la excepción del día de reposo), no como ley que lleva consigo una
pena, sino como comportamiento apropiado para aquellos que han sido salvados por
gracia. El cristiano está bajo la gracia, no bajo la ley, pero está sujeto a Cristo por amor,
una motivación más elevada.
El Pacto Palestino (Dt. 30:1–9)
Este pacto tiene que ver con la ocupación aún futura de las tierras prometidas por
Dios a Abraham «desde el río de Egipto [o sea, el Arroyo de Egipto, no el Nilo] hasta el río
grande, el río Éufrates» (Gn. 15:18). Israel nunca ha ocupado estas tierras
completamente. Durante el reino de Salomón, los países del oriente pagaban tributo (1 R.
4:21, 24), pero eso no vale como posesión u ocupación.
El Pacto Palestino prevé la dispersión de Israel entre las naciones por su
desobediencia, su regreso al Señor, la segunda venida del Señor, el retorno a la tierra
prometida, la prosperidad de la tierra, su cambio de corazón (para amar y obedecer al
Señor), y el castigo de sus enemigos.
El Pacto Davídico (2 S. 7:5–19)
Dios no sólo prometió a David que su reino sería para siempre, sino que también
tendría un descendiente directo sobre el trono. Era un pacto incondicional, que no
dependía en modo alguno de la obediencia o virtud de David. Cristo es el heredero legal
del trono de David por medio de Salomón, como se ve en la genealogía de José (Mt. 1).
Él es descendiente directo de David por Natán, como se ve en la genealogía de María (Lc.
3). Él vive para siempre, de manera que su reino será eterno. Su reino de mil años sobre
la tierra dará paso al reino eterno.
El Pacto con Salomón (2 S. 7:12–15; 1 R. 8:4–5; 2 Cr. 7:11–22)
El Pacto con Salomón era incondicional en cuanto al reino eterno, pero condicional en
lo referente a los descendientes de Salomón sentados en el trono (1 R. 8:4–5; 2 Cr. 7:17–
18). Uno de los descendientes de Salomón, Conías (también llamado Jeconías) fue
condenado a no tener descendiente sobre el trono de David (Jer. 22:30). Jesús no es
descendiente de Salomón, como se ha explicado arriba. De otro modo, hubiera estado
bajo la maldición de Conías.
El Nuevo Pacto (Jer. 31:31–34; He. 8:7–12; Lc. 22:20)
El Nuevo Pacto se hizo claramente con las casas de Israel y Judá (Jer. 31:31). Era
futuro cuando escribió Jeremías (Jer. 31:31a). No es pacto que lleva condiciones, como el
Pacto Moisáico, el cual quebrantó Israel (Jer. 31:32). En él Dios prometió
incondicionalmente (note los verbos «haré», «daré» y «seré»): la regeneración de Israel
(Ez. 36:25); la morada del Espíritu Santo dentro de ellos (Ez. 36:27); un corazón
favorablemente dispuesto a hacer la voluntad de Dios (Jer. 31:33a); una relación única
entre Dios y Su pueblo (Jer. 31:33b); conocimiento universal del Señor en Israel (Jer.
31:34a); pecados perdonados y olvidados (Jer. 31:34b); y la existencia de la nación para
siempre (Jer. 31:35–37).
Como nación, Israel no ha recibido todavía los beneficios del Nuevo Pacto, pero los
recibirá en la Segunda Venida del Señor. Mientras tanto, los verdaderos creyentes sí
comparten de las bendiciones del pacto. La Cena del Señor revela el hecho de que la
iglesia está relacionada con el Nuevo Pacto, en donde la copa representa el pacto y la
sangre por la cual fue ratificado (Lc. 22:20; 1 Co. 11:25). Además, Pablo se refirió a sí
mismo y a los otros apóstoles como ministros del nuevo pacto (2 Co. 3:6).
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 9​


F. Noé después del diluvio (Cap. 9)
9:1–7 El versículo 3 sugiere que por primera vez, después del Diluvio, estaba permitido
comer carne. Sin embargo, estaba prohibido comer de la sangre, porque la sangre era la
vida de toda c arne, y la vida pertenecía a Dios.
La institución de la pena capital presupone el establecimiento de la autoridad
gubernamental. Sería un caos si todo el mundo pudiera vengar cada homicidio. Sólo los
gobiernos debidamente designados tienen este derecho. El NT perpetúa la pena capital
cuando dice del gobierno que «…no en vano lleva la espada» (Ro. 13:4).
9:8–17 Fue dado el arco iris como señal del convenio de que nunca más se destruiría
de nuevo la tierra con un diluvio.
9:18–23 A pesar de la gracia de Dios hacia Noé, pecó, emborrachándose y luego
acostándose desnudo en su tienda. Cuando Cam lo vio, lo dijo a sus dos hermanos, los
cuales cubrieron la desnudez de su padre sin mirarlo.
9:24–25 Cuando despertó Noé pronunció una maldición sobre Canaán. Surge la
pregunta: «¿Por qué maldijo a Canaán en vez de a Cam?» Una posible explicación es la de
que la tendencia al mal manifestada en Cam era aún más pronunciada en Canaán. La
maldición era una profecía de la conducta inmoral y del juicio apropiado. Otra explicación
es que Canaán mismo cometió algún acto vulgar contra su abuelo, y que Noé más tarde se
enteró de esto. Noé supo lo que le había hecho su hijo más joven. Puede ser que el
versículo 24 se refiere a Canaán como el nieto más joven, en vez de a Cam como su hijo
más joven. En la Biblia, muchas veces «hijo» significa «nieto» u otro descendiente. Si fue
así, Canaán no fue maldecido por el pecado de su padre, sino por el suyo. Otra posibilidad
es que la gracia de Dios permitió a Noé maldecir sólo una pequeña porción de los
descendientes de Cam, y no un tercio de la raza humana.
9:26–29 La maldición de Canaán fue de servir a Sem y Jafet. La servidumbre de los
cananeos a los israelitas se ve en Josué 9:23 y Jueces 1:28. Estos pasajes se han usado para
sugerir la esclavitud de la gente negra, pero no hay absolutamente ningún apoyo para este
punto de vista. Canaán fue el antepasado de los cananeos, quienes habitaron en Palestina
antes de la llegada de los israelitas. No hay evidencia de que eran gente negra. Sem y Jafet
fueron bendecidos con el dominio. El v. 27 sugiere que Jafet compartió las bendiciones
espirituales por medio de los descendientes de Sem, los israelitas.
Hay alguna controversia sobre quién es el hijo mayor de Noé, Sem o Jafet. El versículo
10:21 puede ser traducido: «Sem… el hermano de Jafet el mayor» como lo dice una
traducción en inglés, o «Sem… hermano mayor de Jafet» como dice la traducción Reina-
Valera en castellano. Esta última es la preferida. Sem aparece primero en las genealogías de
Génesis 5:32 y 1 Crónicas 1:4.
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 10​


G. La Lista de las naciones (Cap. 10)
10:1–32 Sem, Cam y Jafet fueron los padres de las naciones.
Sem: Las poblaciones semitas: judíos, árabes, asirios, arameos, fenicios.
Cam: Los descendientes de Cam: babilonios, etíopes, egipcios, cananeos, filisteos,
posiblemente las poblaciones africanas y orientales, aunque muchos eruditos ven a los
orientales como jaféticos.
Jafet: Las poblaciones jaféticas: medos, griegos, chipriotas, etc. Probablemente la gente
caucásica de Europa y Asia del norte. Muchos eruditos incluirían a los orientales aquí.
El orden en este capítulo es: Los hijos de Jafet (vv. 2–5), los hijos de Cam (vv. 6–20) y
los hijos de Sem (vv. 21–31). El Espíritu de Dios va a enfocarse en Sem y sus
descendientes en el resto del Antiguo Testamento Las diferentes lenguas mencionadas en el
versículo 5 probablemente miraban al futuro, a la época posterior a la torre de Babel (11:1–
9).
Note tres referencias en este capítulo a la división de la humanidad. El versículo 5
describe la división de las tribus de Jafet en sus diferentes áreas. El versículo 25 nos
informa que la división de la tierra (en Babel) ocurrió en los días de Peleg. El versículo 32
sirve como introducción a la Torre de Babel en el capítulo 11, cuando las familias de los
hijos de Noé fueron divididas en diferentes naciones con diferentes lenguas.
Nimrod (vv. 8–10) significa rebelde. Aparece como «el primer poderoso en la tierra»
después del diluvio (v. 8) y el primero en establecer un reino (v. 10). Edificó Babel
(Babilonia) en rebeldía contra Dios, al igual que Nínive en Asiria (v. 11), otro inveterado
enemigo del pueblo de Dios.
Como ya hemos explicado, el versículo 21 menciona a Sem como el hermano mayor de
Jafet.
Es imposible identificar con certeza los lugares donde habitaron las diferentes
poblaciones, pero los siguientes serán de ayuda en estudios futuros.
Tarsis (v. 4) — España
Quitim (v. 4) — Chipre
Cus (v. 6) — Etiopía
Mizraim (v. 6) — Egipto
Fut (v. 6) — Libia
Canaán (v. 6) — Palestina
Asiria (v. 11) — Asiria
Elam (v. 22) — Persia
Aram (v. 22) — Siria y Mesopotamia
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 11​


H. La Torre de Babel (Cap. 11)
11:1–4 En el capítulo 10, que cronológicamente viene después del capítulo 11, la
humanidad es dividida según las lenguas (vv. 5, 20, 31). Ahora aprendemos la causa de las
divisiones. En vez de dispersarse por toda la tierra, como era la intención de Dios, los
hombres edificaron una ciudad y una torre en Sinar (Babilonia). Y dijeron: «Vamos…
edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un
nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra». De manera que era
una política de orgullo (en hagámonos un nombre) y desafío (en no ser esparcidos). La
torre nos muestra los esfuerzos continuos del hombre caído de alcanzar la entrada al cielo
por medio de sus obras, en vez de recibir la salvación como dádiva gratuita de gracia.
11:5–9 JEHOVÁ juzgó a las gentes confundiendo su lengua. Esto fue el inicio de
muchas lenguas diferentes que tenemos en el mundo actualmente. Pentecostés (Hch. 2:1–
11) fue lo contrario a Babel en el sentido de que cada hombre escuchó de las maravillosas
obras de Dios en su propia lengua. Babel significa confusión, el resultado inevitable de
cualquier unión que excluye a Dios o no está de acuerdo con Dios.
11:10–25 Estos versículos trazan el linaje de Sem hasta Abram. De manera que el
registro histórico reduce el enfoque de toda la raza humana, a una rama de dicha raza (los
semitas) y luego a un hombre (Abram), quien es la cabeza de la nación hebrea. El resto del
Antiguo Testamento es en su mayor parte la historia de esta nación.
11:26–32 Abram era un hombre poderoso en fe y uno de los hombres más importantes
en la historia. Tres religiones mundiales, judaísmo, cristianismo e islam, lo veneran. Es
mencionado en dieciséis libros del Antiguo Testamento y once libros del Nuevo
Testamento. Su nombre significa «padre exaltado» o, como fue cambiado a Abraham:
«padre de una multitud».
Existe un problema matemático en este pasaje. Derek Kidner explica:
«La edad de Taré cuando murió nos presenta una dificultad, puesto que hace que su hijo
mayor tuviera 135 años de edad siendo que Abram tenía sólo 75 (12:4, con Hch. 7:4). Una
posible solución es suponer que Abram era el hijo menor, nacido sesenta años después del
mayor pero puesto primero en la lista en 11:26–27 por su prominencia (como Efraín antes
de Manasés). Otra consiste en seguir el texto samaritano, el cual establece la edad de Taré
en 145 años cuando murió. Esta última parece ser la preferida, aunque fuera solamente
porque Abram difícilmente hubiera hecho la exclamación del 17:17 si su padre lo hubiera
engendrado a los 130 años de edad».
Ur de los caldeos (v. 31), en Mesopotamia, era el centro pagano de la idolatría. Taré y
su familia viajaron hacia el noroeste a Harán, en ruta a la tierra de Canaán.
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 12​


II. LOS PATRIARCAS DE ISRAEL (Caps. 12–50)
A. Abraham (12:1–25:18)
1. El Llamado de Abraham (12:1–9)
12:1–3 Abram aún estaba en Ur cuando JEHOVÁ lo llamó (comparar v. 1 con Hch.
7:1–2). Abram fue llamado a dejar su tierra, su parentela y la casa de su padre, para
emprender una vida de peregrinación (He. 11:9). Dios hizo un pacto maravilloso con
Abram el cual incluía las siguientes promesas importantes: una tierra, es decir, la tierra de
Canaán; una nación grande, esto es, el pueblo judío; prosperidad material y espiritual para
Abram y su simiente; un gran nombre para Abram y su posteridad; serían la fuente de
bendición para otros; serían bendecidos los amigos de Israel y los antisemitas serían
maldecidos; todas las familias de la tierra serían benditas en Abram, viendo hacia el
futuro al Señor Jesucristo, que sería descendiente de Abram. Este pacto fue renovado y
ampliado en 13:14–17; 15:4–6:17:10–14; y 22:15–18.
12:4–9 Después de los años que se han llamado: «los años perdidos en Harán», es decir,
los años sin progreso, Abram se mudó a Canaán con Sarai su mujer, su sobrino Lot, otros
parientes, y sus bienes. Llegaron primeramente a Siquem, donde Abram edificó un altar a
JEHOVÁ. La presencia de los cananeos hostiles no era obstáculo para un hombre que
caminaba por fe. De allí pasó a un lugar entre Betel (casa de Dios) y Hai. Fiel a su
costumbre, no sólo plantó su tienda, sino también edificó allí un altar a JEHOVÁ. Esto
nos dice mucho acerca de las prioridades de este hombre de Dios. En el versículo 9
encontramos a Abram mudándose hacia el sur (al Neguev).
2. Salida a Egipto y regreso (12:10–13:4)
12:10–20 La fe, sin embargo, tiene sus descensos. Durante un tiempo de hambre
severo, Abram dejó el lugar escogido por Dios y se fue a Egipto, símbolo del mundo. El
cambio trajo consigo problemas. Abram se obsesionó con el temor de que Faraón lo
mataría para tomar su hermosa mujer, Sarai, para su harén. De forma que Abram
convenció a Sarai que mintiera diciendo que era su hermana. En realidad, era su media
hermana (20:12); de todos modos era mentira, ya que su propósito era engañar. Tuvo éxito
en esta artimaña (Abram fue bien recompensado) pero le fue mal a Sarai (tuvo que entrar al
harén del Faraón). Y le fue mal a Faraón (él y su casa contrajeron plagas). Faraón actuó
con más rectitud que Abram al enterarse del engaño. Después de reprender a Abram, le
mandó regresar a Canaán.
Este incidente nos recuerda que no debemos hacer guerra espiritual con armas carnales,
y que el fin no justifica el medio, y que no podemos pecar y salir ilesos.
Dios no abandonó a Abram, pero sí dejó que el pecado hiciera su mal. Abram fue
humillado públicamente por Faraón y deportado en desgracia.
La palabra «Faraón» no es nombre propio sino título, como rey, emperador, presidente,
etc.
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 13​


13:1–4 Detrás del regreso de Abram a Betel… de Egipto vemos el retorno a la
comunión con Dios. «Volver a Betel» debería ser el lema de cada uno que se ha extraviado
del Señor.
3. Experiencias con Lot y Melquisedec (13:5–14:24)
13:5–13 Hubo contienda entre los pastores de Lot y Abram porque no había suficiente
pasto para todo el ganado de ambos. Con verdadera cortesía, bondad y generosidad, Abram
ofreció a Lot que eligiera su parte de toda la tierra. En toda humildad, se estimó inferior al
otro (Fil. 2:3). Lot escogió las llanuras lozanas del valle del Jordán, próximas a las
ciudades pecaminosas de Sodoma y Gomorra. Aunque era un verdadero creyente (2 P.
2:7–8), Lot se ubicó demasiado cerca del mundo. Como alguien ha dicho: «encontró pasto
para su ganado mientras Abram encontró gracia para sus hijos» (vv. 16–17).
El hecho de que los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra JEHOVÁ en
gran manera, no influenció la preferencia de Lot. Note los pasos en su descenso al mundo:
hubo contienda (v. 7); vio (v. 10); escogió (v. 11); fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma
(v. 12); habitó fuera del lugar donde estaba el sacerdote de Dios (14:12); se sentaba a la
puerta, el lugar de poder político (19:1). Llegó a ser un funcionario local en Sodoma.
13:14–18 Abram renunció a las mejores llanuras, pero Dios le dio toda la tierra de
Canaán, a él y a su descendencia para siempre. Además, el Señor le prometió una
descendencia innumerable. Al morar en Hebrón, Abram edificó su tercer altar a JEHOVÁ,
¡siempre un altar para Dios, pero nunca una casa para sí!
Note que Dios mandó a Abram que anduviera por la tierra y viera su posesión.
Asimismo nosotros debemos apropiarnos por la fe de las promesas de Dios.
 

Génesis - Capítulo 14​

Abram liberta a Lot​

14 Aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Quedorlaomer rey de Elam, y Tidal rey de Goim, 2 que estos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, contra Birsa rey de Gomorra, contra Sinab rey de Adma, contra Semeber rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es Zoar. 3 Todos estos se juntaron en el valle de Sidim, que es el Mar Salado. 4 Doce años habían servido a Quedorlaomer, y en el decimotercero se rebelaron. 5 Y en el año decimocuarto vino Quedorlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y derrotaron a los refaítas en Astarot Karnaim, a los zuzitas en Ham, a los emitas en Save-quiriataim, 6 y a los horeos en el monte de Seir, hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto. 7 Y volvieron y vinieron a En-mispat, que es Cades, y devastaron todo el país de los amalecitas, y también al amorreo que habitaba en Hazezontamar. 8 Y salieron el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y el rey de Bela, que es Zoar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle de Sidim; 9 esto es, contra Quedorlaomer rey de Elam, Tidal rey de Goim, Amrafel rey de Sinar, y Arioc rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco. 10 Y el valle de Sidim estaba lleno de pozos de asfalto; y cuando huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, algunos cayeron allí; y los demás huyeron al monte. 11 Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron. 12 Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron.
13 Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram. 14 Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan. 15 Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco. 16 Y recobró todos los bienes, y también a Lot su pariente y sus bienes, y a las mujeres y demás gente.

Melquisedec bendice a Abram​

17 Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey. 18 Entonces Melquisedec,(A) rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; 19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. 21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. 22 Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23 que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram; 24 excepto solamente lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales tomarán su parte.

Cross references​

  1. Génesis 14:18 : He. 7.1-10.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible
 
Biblia de Estudio Mundo Hispano
Editorial Mundo Hispano

Génesis - Capítulo 14​


Notas Hermenéuticas

14:1 Amrafel es un rey babilónico no identificado, algunos creen que es Hammurabi, rey de Babilonia; pero esta identificación es dudosa. Arioc al parecer es un rey hurrita, mencionado en las Tabletas de Mari. Elasar puede ser la región situada entre Carquemis y Mari. Quedarlaomer, rey elamita del cual no hay más datos. Elam, región ubicada al este de Mesopotamia (actualmente Irán). Tidal, rey hitita, que algunos identifican con Tudhalia. Goyim es un plural hebreo que significa “naciones” y se usa para referirse a pueblos extranjeros; por eso, se considera que no es referencia a ningún país en particular.

14:2 No es posible identificar a estos reyes de la Pentápolis. Dos de ellos, al parecer, tienen nombres simbólicos: Bera significa “en el mal” o “con el mal”; y Birsa, “en la maldad” o “con la maldad”. Tal vez sea una interpretación teológica de la maldad creciente de estos pueblos. No se menciona el nombre del quinto rey.

14:5 Los refaítas eran una raza de gigantes, de quienes los exploradores hebreos sintieron mucho temor (Deut. 2:11; 3:11; Núm. 13:27-33). Los zuzitas y emitas, junto con los refaítas, vivían en la región de la Transjordania, esto es, al este del Jordán.

14:10 El fondo y los bordes del mar Muerto contienen brea o asfalto. Los griegos le daban al mar Muerto el nombre de Lago Asfaltites. Los egipcios compraban a los nabateos la brea para embalsamar a sus muertos.

14:18 Este personaje es enigmático que provoca muchas inquietudes. Melquisedec es un nombre cananeo que significa “mi rey es justicia” o “Sedec es mi rey”. Sedec era uno de los dioses adorado por los fenicios y jebuseos. Salem es el nombre de otro dios fenicio. En las cartas de Tell-el-amarna se menciona a Urusalim, identificada con Jerusalén, antigua ciudad de Jebús, conquistada por David. En el Salmo 76:2, aparece como sinónimo de Sion. Dios Altísimo, en hebreo El Elyon , era también una divinidad fenicia. El es término genérico común entre los semitas para referirse a la divinidad. Al identificar al Dios Altísimo como el SEÑOR, el escritor sagrado parece indicar que Abram y Melquisedec adoraban al mismo Dios, aunque con nombres diferentes.
 
Comentario Bíblico Mundo Hispano
Tomo I - Génesis
Editorial Mundo Hispano

Génesis - Capítulo 14​


(5) Abram y la guerra en Canaán, 14:1–16. Además del hambre, Abram también enfrenta la realidad de los conflictos armados en la tierra de Canaán. Esta vez es una guerra de característica internacional (una guerra mundial) que no afecta directamen-te a Abram, pero sí a Lot su sobrino que estaba establecido en Sodoma. Una liga de reyes de territorios de Mesopotamia se unen en guerra contra una liga de reyes de te-rritorios del valle del Jordán. Aparentemente esta guerra era en represalia por el cese de tributación de los reyes de Canaán y un esfuerzo de los de Mesopotamia por resta-blecer su dominio político. La liga mesopotámica que escoge una ruta por el transjor-dán, derrota a todos por el camino devastando grandemente todo el territorio. Final-mente enfrentan a la liga de reyes cananeos. En la batalla final en el valle de Sidim, cerca del mar Muerto, los reyes del valle del Jordán son derrotados. Muchos al huir caen en los pozos de brea, abundantes en dicho lugar y los sobrevivientes huyen a las regiones montañosas. Particularmente, la ciudad de Sodoma queda expuesta al ene-migo que la saquea y lleva a la gente prisionera. Lot es también llevado cautivo.

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Abram recibe la noticia de la cautividad de Lot e inmediatamente decide ir a resca-tarlo. Nuevamente se destaca la bondad de Abram, aplicada hacia Lot. Varios datos en cuanto a Abram resaltan en este acontecimiento. Primero, Abram es identificado étni-camente como el hebreo (v. 13). Esto implica que Abram había ganado una identidad sociopolítica en medio de la población de Canaán. Esto era un progreso hacia la con-solidación del plan de Dios con la descendencia de Abram. Hebreo deriva del nombre del patriarca Heber, descendiente de Sem, quien diera identidad étnica específica a un grupo humano (10:21). Segundo, Abram estaba en alianza con ciertos grupos de amo-rreos, pobladores de ese lugar, identificados como Aner, Escol y Mamre (14:24). Esto implica que Abram habitaba pacíficamente entre ellos y que bien podía obtener la tie-rra en base a alianzas y asimilación con grupos ya establecidos. Tercero, Abram de-muestra gran habilidad militar y determinación firme de conseguir su logro. Abram recluta a sus siervos, a sus aliados Aner, Escol y Mamre y sin dar tregua persigue al enemigo hasta el extremo norte del territorio de Canaán. La mención de Dan es una identidad posterior que significa el extremo norte de la tierra prometida. Abram los ataca estratégicamente y los persigue hasta más allá de Damasco con el fin de resca-tar a Lot. Juntamente con Lot, Abram recupera todo el botín humano y material.
Esta victoria militar de Abram le presenta la posibilidad de poseer la tierra a través de alianzas y conflictos bélicos sin esperar en Jehovah quien se tardaba con su pro-mesa. Literalmente esta situación de Abram es paralela a la de Jesús cuando el diablo le ofrece la “posesión” de todos los reinos de la tierra a cambio de la renuncia al plan redentor de Dios (Luc. 4:5–8). Al igual que Jesús, Abram no escoge esta posibilidad de posesión de la tierra. Decide esperar en Dios y aceptar las condiciones de Dios.
(6) Abram y los reyes de Salem y Sodoma, 14:17–24. A su regreso victorioso, Abram tiene dos encuentros significativos en los cuales expresa decisiones determi-nantes en fidelidad a Dios. Primero, se encuentra con Melquisedec, rey de Salem. Esta ciudad era la antigua Jerusalén que luego viene a tener un papel tan importante en el plan redentor de Dios y en la historia de la humanidad, aún hasta nuestros días. Este rey es identificado como el sacerdote del Dios Altísimo (v. 18; en hebreo El ‘eliom 410) que era un título del dios jefe o patrón de los cananeos. En este encuentro es usado e identificado como designación del Dios verdadero, el Dios de Abram, creador de los cielos y la tierra. Más tarde Abram identifica a su Dios como Jehovah, el Dios Altísimo (v. 22). El sacerdote Melquisedec bendice a Abram y atribuye la victoria militar de [Pa-ge 101] Abram al Dios Altísimo. La orden sacerdotal de Melquisedec se menciona en el Salmo 110:4, un pasaje mesiánico. En Hebreos 7 la orden de Melquisedec, que co-mo sacerdote servía a los cananeos (gentiles) y a Abram, es comparada con el sacer-docio de Jesucristo. El hecho de que se menciona pan y vino indica que hubo un acto ceremonial o ritual de adoración a Dios y de reconocimiento o alianza mutua.
En respuesta Abram dedica a Melquisedec el diezmo del botín de guerra que traía. Con este acto Abram reconoce tres cosas: Primera, acepta que la victoria militar se debe a la intervención del Dios Altísimo y no tanto a su habilidad o alianza militar. Segunda, reconoce la autoridad sacerdotal de Melquisedec y la validez religiosa de Sa-
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lem. Tercera, Abram reconoce su responsabilidad de sostener con el diezmo de sus posesiones al sacerdote y al lugar de adoración. Esta práctica religiosa del diezmo es universal y es una expresión de gratitud y reconocimiento a Dios.

En su segundo encuentro Abram devuelve al rey de Sodoma toda la gente rescata-da y los bienes materiales, aunque el rey sólo reclama la gente. Pero sí permite que los gastos de guerra y la recompensa a sus aliados sea sacada del botín de guerra. Abram explica que eso se debe a una decisión solemne que él hiciera con Jehovah, el Dios Al-tísimo, creador de los cielos y la tierra (v. 22). Esta identificación de Dios es una pro-clamación de un sólo Dios verdadero en medio del politeísmo [Page 102] cananeo. Además es un acto de atribución de títulos y honores divinos reconocidos por los po-bladores locales al Dios personal de Abram. Una vez más se nota la fidelidad de Abram para con Dios en no depender de ganancias que le pudieran comprometer con su llamado. Afirma así la aceptación de las condiciones de Dios en el logro de las pro-
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mesas. El rescatado Lot y familia regresan nuevamente a Sodoma, donde más tarde encuentra un final trágico.

En rescate del sobrino
Lot, el hijo del hermano de Abram, fue llevado cautivo (14:11, 12, 16). Sodoma y Gomorra fueron atacadas, derrota-das y saqueadas por una liga de reyes del norte de Canaán. Entre los cautivos tomaron a Lot y a su familia. Cuando Abra-ham se entera de que su sobrino Lot ha sido prisionero, acude a rescatarlo. Abraham no sólo recobra a Lot, sino también a toda la gente y los bienes de Sodoma. La estrategia que usó Abraham, la facilidad con la cual reunió un ejército y la habili-dad guerrera que demostró bien pudieron animarlo para con-quistar Canaán por su propia mano, pero decidió esperar en Dios y en sus promesas para recibir la tierra de Canaán a su debido tiempo. La fe no es tomar por asalto las promesas de Dios, sino esperar a recibirlas de su mano bondadosa.
Abraham demostró que era un hombre valiente, listo para actuar según lo demandaran las circunstancias. También era alguien que estaba dispuesto a sacrificar su propia comodidad
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para someterse a la voluntad de Dios para su vida. Estas son algunas importantes cualidades que nosotros haríamos bien en tratar de imitar.

El diezmo
Y Abram le dio a él el diezmo de todo (14:20). De este versí-culo se desprenden varios principios importantes en cuanto al diezmo los cuales debemos aplicar:
Debemos dar en el lugar adecuado. Abram dio su diezmo al sacerdote del lugar. En nuestro caso debemos darlo en la con-gregación de nuestra iglesia.
Debemos dar la cantidad adecuada. El diezmo es lo estable-cido por el Señor como el mínimo.
Debemos dar con el motivo adecuado. Abram lo hizo por gratitud a todo lo recibido de la mano del Señor.
Debemos dar en el momento adecuado. Inmediatamente que Abram obtuvo la victoria entrega sus diezmos. Inmediatamente que recibimos los recursos que Dios nos da, es el momento pa-ra dar al Señor nuestro diezmo de gratitud.
¿Quién era Melquisedec?
La Epístola a los Hebreos menciona a Melquisedec como un rey parecido a Cristo. En verdad sabemos muy poco de este rey. Aparece en esta ocasión, y después desaparece de las pá-ginas del A. T. No sabemos nada de su familia, excepto que era rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo. Evidentemente era rey prominente en el mundo de aquel lugar, de tanto prestigio que Abram se inclinó y le dio el diezmo.
Cristo es mencionado en Hebreos como sacerdote según el orden de Melquisedec, puesto que no tiene linaje mencionado en las Sagradas Escrituras. Fue inmortalizado por el autor de esta epístola; de otra manera hubiera sido personaje de menor importancia.

Las contribuciones de Abraham
14:1–24
1. La vida de Abraham nos enseña que Dios es soberano de todo y autor de un pacto por el cual los hebreos llegan a ser una nación especial. Esa relación fue tan estrecha que Dios mismo llega a ser conocido como "el Dios de Abraham" (Exo. 3:6).
2. Por medio de Abraham Dios revela su plan de salvación (Exo. 2:24).
3. Las promesas que Dios le dio a Abraham llegan a ser rea-lidad en las generaciones siguientes (Exo. 32:13; 33:1).
4. Abraham ilustra que por la fe es posible llegar a ser co-nocido como amigo de Dios (2 Crón. 20:7).
 
Comentario Biblico Mattew Henry
Editorial UNILIT

CAPÍTULO XIV
Versículos 1—12. La batalla de los reyes—Lot llevado prisionero. 13—16. Abram rescata a Lot.
17—20. Melquisedec bendice a Abram. 21—24. Abram devuelve el botín.
Vv. 1—12. Las guerras de las naciones forman gran parte de la historia pero no hubiésemos tenido el
relato de esta guerra si Abram y Lot no hubieran sido parte de ella. Por codicia Lot se había instalado
en la fértil pero malvada Sodoma. Sus habitantes estaban completamente maduros para la venganza
contra todos los descendientes de Canaán. Los invasores eran de Caldea y Persia en aquel entonces
reinos pequeños. Tomaron a Lot y sus bienes entre los demás. Era justo e hijo del hermano de
Abram, sin embargo, estaba con los demás en este problema. Ni nuestra propia piedad ni nuestra
relación con los favoritos del cielo nos pueden dar seguridad cuando se inicien los juicios de Dios.
Más de un hombre honesto sufre lo peor debido a sus malos vecinos: es sabiduría nuestra separarnos
o, por lo menos, distinguirnos de ellos, 2 Corintios, vi, 17. Un pariente tan cercano de Abram debiera
haber sido compañero y discípulo de Abram. Si prefirió morar en Sodoma fue gracias a sí mismo
que participó de las pérdidas de Sodoma. Cuando nos salimos del camino de nuestro deber, nos
salimos de la protección de Dios y no podemos esperar que la opción tomada por nuestra lujuria
termine en nuestro provecho. Ellos se llevaron el patrimonio de Lot; justo para Dios es quitarnos los
deleites, por los cuales nos vemos privados de su gozo.
Vv. 13—16. Abram aprovecha esta oportunidad para dar una prueba real de que es
verdaderamente amigo de Lot. Nosotros debemos estar listos para socorrer a los que están en
problemas, especialmente parientes y amistades. Aunque el prójimo haya faltado a sus deberes para
con nosotros, aun así no debemos descuidar nuestro deber para con ellos. Abram rescató a los
cautivos. Al tener la oportunidad debemos hacer el bien a todos.
Vv. 17—20. A Melquisedec se le llama rey de Salem, que se supone es el lugar que después se
llamó Jerusalén y, generalmente, se piensa que era simplemente un hombre. Las palabras del apóstol,
Hebreos vii, 3, sólo dicen que la historia sagrada nada menciona de sus antepasados. El silencio de
las Escrituras sobre esto es para que elevemos nuestros pensamientos a Cristo, cuya generación no
puede ser declarada.—Pan y vino fue un buen refrigerio para los cansados seguidores de Abram;
notable es que Cristo designara los mismos elementos como recordatorio de su cuerpo y sangre que,
indudablemente, son carne y bebida para el alma. —Melquisedec bendijo a Abram de parte de Dios.
Bendijo a Dios de parte de Abram. Nosotros tenemos que agradecer las misericordias para con el
prójimo como por las que nosotros recibimos. Jesucristo, nuestro gran Sumo Sacerdote, es el
Mediador de nuestras oraciones y alabanzas y no sólo eleva las nuestras sino eleva las suyas propias
por nosotros.—Abram le dio el diezmo del botín, Hebreos, vii, 4. Cuando hemos recibido una
misericordia grande de Dios, es muy apropiado que expresemos nuestra gratitud por un acto especial
de piadosa caridad. Jesucristo, nuestro gran Melquisedec, está para que se le rinda homenaje y para
reconocerle humildemente como nuestro Rey y Sacerdote; debemos darle no solamente el diezmo de
todo, sino todo lo que tenemos.
Vv. 21—24. Observe la oferta de gratitud del rey de Sodoma a Abram: “Dame las personas y
toma para ti los bienes”. La gratitud nos enseña a recompensar lo más que podamos, a quienes han
soportado fatigas, han corrido riesgos y han gastado para nuestro servicio y provecho. Abram rehusó
generosamente esta oferta. Acompaña su rechazo con una buena razón: “Para que no digas: Yo
enriquecí a Abram”, lo cual se reflejaría en la promesa y pacto de Dios, como si el Señor no hubiera
enriquecido a Abram sin los despojos de Sodoma. El pueblo de Dios, en aras de su propio crédito,
debe tener cuidado de hacer algo que parezca mezquino o mercenario o que tenga resabios de
codicia e interés propio. Abram puede confiar en el Dueño del cielo y la tierra que le proveerá.
 
Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia. Tomo I
Editorial Mundo Hispano

CAPITULO 14​


CAPITULO 14
Vers. 24. UNA GUERRA. 1. Y aconteció—Este capítulo presenta a Abram en el carácter imprevisto de guerrero.
La ocasión fué ésta: El rey de Sodoma y los reyes de las ciudades vecinas, después de haber sido tributarios del rey de
Elam, se unieron para arrojar su yugo. Para castigar su rebelión, como él lo consideraba, Chedorlaomer, con la ayuda
de tres aliados, invadió el territorio de los príncipes rebeldes, los derrotó en una batalla campal, donde la naturaleza
del terreno favoreció a su ejército (v. 10), y se apresuró a volver en triunfo, con una gran cantidad de cautivos y botín.
12. Tomaron también a Lot … y su hacienda, y se fueron—¡Cómo le reprocharía ahora su conciencia a aquel joven su
egoísmo e ingratitud de separarse de su pariente tan bondadoso y pío! Siempre que nos desviamos de la senda del
deber, nos alejamos de la protección de Dios, y no podemos esperar que la elección que hacemos, sea para nuestro
bien permanente. 13. vino uno de los que escaparon—Abram habría podido excusarse de hacer algo a favor de su
“hermano”, o sea, sobrino, quien poco merecía que su tío corriera dificultades y peligros por causa de él. Pero Abram,
lejos de volver mal por mal, resolvió tomar medidas inmediatas para el rescate de Lot. 14. oyó Abram que su
hermano estaba prisionero, y armó sus criados—esclavos domésticos, que son comunes en países orientales todavía,
y son considerados y tratados como miembros de la familia. Si Abram pudo llevar trescientos diez y ocho esclavos y
dejar número suficiente para cuidar los rebaños, ¡qué gran campamento tendría! 15, 16. derramóse sobre ellos de
noche—Esta guerra entre los pequeños príncipes del Canaán antiguo, es exactamente igual a las refriegas y
escaramuzas entre los jeques árabes de hoy día. Cuando la parte derrotada se resuelve a perseguir al enemigo, espera
hasta que todos estén dormidos, entonces, como no ponen centinelas, se lanzan encima desde todas partes, y derriban
las tiendas. [PAG. 31] Si hay pelea, es una contienda desordenada. Comúnmente sigue un desorden, y toda la
contienda termina con pocas pérdidas o ningunas de ambas partes. 18. Melchisedec—Esta victoria confirió un
beneficio público para aquella parte del país; y Abram, a su regreso, fué tratado con alto respeto y consideración,
especialmente por el rey de Sodoma y Melquisedec, quien parece haber sido uno de los pocos príncipes nativos, si no
el único, que conocía y adoraba al “Dios alto”, a quien servía Abram. Este rey, que era un tipo del Salvador (Hebreos
7:1), vino a bendecir a Dios por la victoria que había sido ganada, y en el nombre de Dios a bendecir a Abram, por
cuyas armas fué lograda—un reconocimiento piadoso que nosotros deberíamos imitar al tener éxito en cualquier
empresa legítima. 20. dióle diezmos de todo—Aquí hay una evidencia de la piedad de Abram como también de su
valor; porque fué a un sacerdote o mediador oficial entre Dios y él, a quien Abram dió la décima parte de los despojos,
señal de su gratitud y en honor de la divina ordenanza (Proverbios 3:9). 21. el rey de Sodoma dijo … Dame las
personas—Según las costumbres de guerra todavía existentes entre las tribus árabes. Abram habría podido retener
todos los bienes rescatados, y este derecho fué reconocido por el rey de Sodoma. Pero con sincera dignidad y
generosidad desconocida en aquella parte del mundo, él contestó con frases comunes en Oriente: “He alzado mi mano
a Jehová (es decir he hecho juramento a Jehová), que desde un hilo hasta la correa de un calzado, nada tomaré de lo
que es tuyo, porque no digas: Yo enriquecí a Abram.”
 
Comentario Bíblico de William MacDonald.
Antiguo Testamento y Nuevo Testamento

Génesis - Capítulo 14​


14:1–12 Trece años antes de los acontecimientos principales de este capítulo,
Quedorlaomer rey de Elam (Persia), había conquistado a varios reyes en los llanos
próximos al Mar Muerto (Salado). En el año decimotercero, los cinco reyes cautivos se
rebelaron contra Quedorlaomer. De manera que se confederó con otros tres reyes de la
región de Babilonia, marchó hacia el sur por el lado oriental del Mar Muerto, luego hacia el
norte por el lado occidental hacia Sodoma, Gomorra y las otras ciudades del llano. La
batalla se llevó a cabo en el Valle de Sidim, el cual estaba lleno de pozos de asfalto. Los
invasores derrotaron a los rebeldes y marcharon hacia el norte con su botín y sus cautivos,
incluyendo a Lot, el sobrino de Abram que se había alejado del Señor.
14:13–16 Cuando Abram recibió las noticias, reunió a una fuerza de trescientos
dieciocho hombres entrenados y persiguieron a los vencedores hasta Dan, en el norte. Por
fin los derrotó cerca de Damasco, en Siria y rescató a Lot y todas la riquezas tomadas. Los
que se alejan del Señor traen no sólo miseria sobre ellos mismos, sino también problemas
para otros. Aquí Abram liberó a Lot con la espada. Más tarde lo rescataría en oración
intercesora (caps. 18, 19).
14:17–18 Al regresar Abram a su casa, salió el rey de Sodoma a recibirlo, así como
Satanás tienta al creyente después de una gran victoria espiritual. Pero Melquisedec, rey de
Salem y sacerdote del Dios Altísimo intervino con pan y vino para fortalecer a Abram.
No podemos leer esta primera mención de pan y vino sin pensar en los símbolos de la
pasión de nuestro Salvador. Cuando consideramos el precio que pagó para redimirnos del
pecado, somos fortalecidos para resistir toda tentación del pecado.
Los nombres en las Escrituras tienen un significado. Melquisedec significa rey de
justicia y Salem (nombre abreviado de Jerusalén) significa paz. Así que era rey de justicia
y rey de paz. Es símbolo de Cristo, nuestro Gran Pontífice. Cuando dice en Hebreos 7:3 que
Melquisedec era: «sin padre, sin madre, sin linaje; que ni tiene principio de días, ni fin de
vida», esto debe entenderse solamente en relación con su sacerdocio. La mayoría de los
sacerdotes heredaban su oficio y servían por un tiempo limitado. Pero el sacerdocio de
Melquisedec fue único, puesto que, de acuerdo a lo registrado, no lo heredó de sus padres, y
no tuvo principio ni fin. El sacerdocio de Cristo es «según el orden de Melquisedec» (Sal.
110:4; He. 7:17).
14:19–20 Melquisedec bendijo a Abram, y Abram le dio el diezmo de todas las
riquezas tomadas. En Hebreos 7 aprendemos que hubo un profundo significado espiritual
en estas acciones. Abram, al ser el progenitor de Aarón, es visto como representante del
sacerdocio de Aarón. El hecho de que Melquisedec bendijera a Abram quiere decir que el
sacerdocio de Melquisedec era mayor al de Aarón, porque el que bendice es superior al que
es bendecido. El hecho de que Abram pagó el diezmo a Melquisedec puede verse como el
sacerdocio de Aarón reconociendo la superioridad del sacerdocio de Melquisedec, porque
el menor paga diezmo al mayor.
14:21–24 El rey de Sodoma dijo: «Dame las personas y toma para ti las cosas
materiales». Así como Satanás aún nos tienta a estar ocupados con los juguetes de polvo
mientras la gente en derredor perece. Abram respondió que no tomaría nada, desde un hilo
hasta una correa de calzado.
 

Génesis Capítulo 14​

Comparación de Versiones de la Biblia​



Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible

Nueva Versión Internacional (NVI)
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. Used by permission. All rights reserved worldwide.

Dios Habla Hoy (DHH)
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Biblia Textual IV​



Biblia Peshitta​

La guerra entre los reyes del valle
Aconteció en los días de Amrafel, rey de Sinar, Arioc, rey de Elasar,
Quedarlaomer, rey de Elam, y Tidal, rey de los guilaítas,
2 que éstos hicieron guerra contra Bera, rey de Sodoma, contra Birsa, rey de Gomorra,
y Sinab, rey de Adma, contra Semeber, rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es
Zoar.
3 Se reunieron todos éstos en el valle de Sidim, que es el mar de la Sal.
4 Habían servido a Quedarlaomer por doce años, pero se rebelaron en el año trece.
5 Luego, en el año catorce, Quedarlaomer y los reyes que estaban con él, vinieron e
hirieron a los guerreros que estaban en Astarot-carnaim, a los poderosos que estaban en
ella, a los emitasa que estaban en Save-quiriataim;
6 también a los horeos que estaban en el monte Seir, hasta la encina de Parán, que se
encuentra en el desierto.
7 Luego regresaron, y llegando a En-dina, la cual es Raquim, hirieron a espada a todos
los príncipes de los amalequitas; así mismo a los amorreos que habitaban en En-gad.
8 Y saliendo el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y
el rey de Bela, que es Zoar, todos ellos hicieron guerra en el valle de Sidim
9 contra Quedarlaomer, rey de Elam, contra Tidal, rey de los guilaítas, contra Amrafel,
rey de Sinar, y contra Arioc, rey de Elasar. Lucharon cuatro reyes contra cinco.
10 El valle de Sidim estaba lleno de pozos de breaa; y al huir el rey de Sodoma y el rey
de Gomorra cayeron allí, pero huyeron hacia el monte los que sobrevivieron.
11 Y ellos tomaron todos los bienes de Sodoma y Gomorra y todas sus provisiones, y se
marcharon.
12 También llevaron consigo a Lot, el sobrino de Abram, con sus posesiones, pues él
habitaba en Sodoma, y partieron.
Rescate de Lot
13 Pero uno que escapó vino y dio aviso a Abram el hebreoa21, quien habitaba en el
encinar de Mamre el amorreo, hermano de Aner y hermano de Escol, los cuales eran
aliados de Abram.
14 Cuando se enteró Abram de que su sobrino había sido llevado prisionero, armó a los
trescientos dieciocho jóvenes nacidos en su casa, y los persiguieron hasta Dan.
15 Por la noche, distribuyéndose él y sus siervos para ir contra ellos, los atacaron y los
persiguieron hasta Hoba, que se encuentra a la izquierda de Damasco.
16 Así recuperó todos los bienes; también a su sobrino Lot con sus bienes, y también a
las mujeres y a la gente.
Abram diezma ante Melquisedec
17 aLuego de haber vuelto de derrotar a Quedarlaomer y a los reyes que estaban con él
en el valle de Savé, que es el valle del rey, salió a su encuentro el rey de Sodoma.
18 Entonces Melquisedec, rey de Salem, que era sacerdotea del Dios Altísimob, sacó
pan y vino,
52
19 y lo bendijoa, diciendo:
Bendito es Abram del Dios Altísimob, poseedor de los cielos y de la tierra;
20 y bendito es el Dios Altísimo, que ha entregado a tus enemigos en tus manos.
Entonces Abram le dio los diezmos de todo.a
21 Después el rey de Sodoma dijo a Abram: Entrégame las personas y toma para ti los
bienes.
22 Pero Abram contestó al rey de Sodoma: He jurado al Dios Altísimo, poseedor a de
los cielos y de la tierra,
23 que ninguna cosa tuya tomaré, ni un hilo ni una correa de sandalia, para que no
vayas a decir: “Enriquecí a Abram”;
24 salvo lo que hayan comido los jóvenes y lo que corresponde a los hombres que
fueron conmigo: Aner, Escol y Mamre. Ellos tomarán su parte.
 
Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI
Editorial Mundo Hispano.

Génesis - Capítulo 1​


1:1—2:3 PROLOGO ¾ DIOS CREA EL UNIVERSO
Esta sección inicial de Génesis permanece fuera del marco principal del libro
identificado por los diez encabezados: “Estos son los orígenes de” (<010204>Génesis
2:4 etc.). Esto demuestra que esta porción bíblica es el prólogo para el resto
del libro, destacando quién es Dios y cómo se relaciona con el mundo. Así, en
éste se provee una clave para la interpretación de Génesis, si no para toda la
Biblia. Pero este prólogo es algo más que una simple afirmación teológica, es
un himno de alabanza al Creador a través de quien y por quien todas las cosas
existen.
El prólogo en sí está cuidadosamente confeccionado. Diez órdenes divinas
resultan en ocho actos creativos, los que se distribuyen en seis días, existiendo
una correspondencia entre el día primero y el tercero y entre los días cuarto y
sexto. En el día primero, Dios creó “la luz” y en día cuarto, “las lumbreras” (el
sol, la luna y las estrellas); en el día segundo, él creó los cielos y el mar y en el
día quinto, los moradores de los cielos y del mar (aves y peces); en el día
tercero, él creó la tierra y la vegetación y en el día sexto, los moradores de la
tierra (los animales y la humanidad), dándoles plantas para comer; finalmente,
en el séptimo día (el Sabbath), él descansó.
Las obras de la creación llegaron a su clímax en el día sexto cuando la
humanidad fue creada en dos sexos. Que esto es visto como el acto creador
máximo de Dios es enfatizado por el extenso comentario que se hace de ellos y
su papel (<010126>Génesis 1:26-29), el cual es mucho más completo que cualquiera
de los otros actos creativos de Dios. En verdad, las obras de los cinco días
previos parecen estar enfocadas en la creación de un hogar para la humanidad.
Aquellos aspectos de la creación que más afectan la existencia humana (p. ej.
plantas, la vida animal, el sol y la luna) son descritos con más detalle que
cuando se refieren a la creación de la luz, la tierra, o los mares, los cuales son
menos significativos. La preocupación de Dios por la humanidad se hace
explícita en la provisión de plantas para comer.
También pareciera probable que el énfasis que se hace en el hecho de que Dios
trabajó seis días y que el séptimo día descansó sea intencional. El modo de
trabajar de Dios fue hecho con el propósito de ser un modelo para la actividad
humana. La humanidad, creada a la imagen de Dios, se espera a través de toda
la Biblia que imite a Dios. Así como Dios trabajó durante seis días y luego
descansó el día séptimo, los seres humanos deben trabajar seis días y
descansar el séptimo día (<022008>Exodo 20:8-11).
El interés en la vida humana sobre la tierra, el cual es aparente en esta narrativa
leída sola, es más obvio cuando se compara con otros antiguos relatos
orientales acerca de la creación. Implícitamente Génesis rechaza otros puntos
de vista que hablan de los dioses y su relación con el mundo. Aquí no tenemos
historias de cómo los dioses lucharon, se casaron y tuvieron hijos; aquí sólo hay
un Dios que trasciende el tiempo y el sexo, que ya estaba en el principio de la
creación. El creó todas las cosas, aun el sol, la luna y las estrellas, elementos
que otros pueblos con frecuencia han sostenido ser dioses por derecho propio.
El no requirió de magia alguna para crearlos; su palabra fue suficiente. Según el
relato de Génesis, hay un solo Dios, el soberano Creador, a quien todo el
universo le debe su razón de ser, al cual también se debe obedecer. En este
universo creado, hombres y mujeres tienen un lugar de honor, habiendo sido
creados a la imagen de Dios. Nosotros reflejamos la naturaleza de Dios y le
representamos en la tierra.
1:1, 2 El principio de la creación
La RVA acepta el entendimiento tradicional de estos versículos, en el sentido
de que describen que el primer acto creador, cuando Dios creó toda la materia
(los cielos y la tierra) de la nada. Y la tierra inmediatamente después de la
creación estaba sin orden y vacía, eso es, improductiva e inhabitada. De esta
manera la narrativa procede a relacionar cómo en seis días Dios organizó este
caos en un mundo bien ordenado como lo vemos hoy.
Algunas traducciones y comentaristas modernos entienden el v. 1 en forma
diferente. Algunos lo consideran simplemente como definiendo la situación
cuando Dios comenzó a crear: “En el principio cuando Dios creó... la tierra
estaba sin forma...” Otros simplemente consideran el v. 1 como un título
resumen del capítulo 1. Pero ninguno de estos puntos de vista es como el que
ha adoptado la RVA. “Crear” es algo que sólo Dios puede hacer (este verbo
es usado sólo en relación con Dios en el AT). El demuestra su poder para crear
cosas inesperadas y maravillosas (<041630>Números 16:30), p. ej. grandes criaturas
(21), hombres y mujeres (27) y montañas (<300413>Amós 4:13).
El v. 2 describe el mundo en tinieblas y desolación, cubierto por aguas y con el
misterioso Espíritu (o viento) de Dios moviéndose sobre el océano. La
propuesta de un poder existente en la deidad es desarrollada más adelante en
<200822>Proverbios 8:22-31 y en <430101>Juan 1:1-3, en donde se habla de la
“sabiduría” y “el Verbo” asistiendo en la creación.
1:3-23 La creación continúa
1:3-5 La creación de la luz. El oscuro mundo fue iluminado cuando Dios dijo:
Sea la luz. Más precisamente, el día fue distinguido de la noche al crearse la luz.
La luz es una forma de energía y puede ser producida en diferentes maneras, no
sólo por el sol y las estrellas (los cuales no habían sido creados sino hasta el día
cuarto). Cosmólogos contemporáneos dicen que el universo comenzó con un
gran estallido ardiente, el cual debió producir una luz muy brillante. El orden
comienza a aparecer y a reemplazar el oscuro caos. El refrán Dios vio que
(esto) era bueno (cf. vv. 10, 12, 18, 21, 25, 31) afirma la bondad intrínseca de
la creación y de su Creador.
Nota. Es posible que el orden de tarde-mañana en la frase Y fue la tarde y la
mañana del primer día (cf. vv. 8, 13, 19, 23, 31) refleje el concepto hebreo del
día comenzando con el atardecer y terminando con el amanecer siguiente. Lo
que más importa en Génesis es que Dios trabajó durante seis “días” y
descansó. Al ser estos los días de la actividad de Dios y no de la actividad
humana, no es probable que deban ser considerados como días de 24 horas.
Además, la palabra hebrea para “día” cubre una variedad de períodos, que van
desde las horas de luz en el día (<012907>Génesis 29:7), a un día de 24 horas
(<010704>Génesis 7:4), o a un período indefinido (<013503>Génesis 35:3). Que ellos
fueron diferentes de los días ordinarios se muestra por el hecho de la no
existencia del sol hasta el día cuarto. Otra insinuación de que la creación no
tomó seis días literales es la mención de la creación de los cielos y la tierra, eso
es, el universo desorganizado (1) antes que los seis días fuesen contados.
Finalmente, se debe notar que <010101>Génesis 1:1—2:3, diferente a todas las otras
secciones de Génesis, no está encabezada por el título: “Estos son los
orígenes”, que es lo que une la protohistoria (<010204>Génesis 2:4—11:26) con la
historia patriarcal (<011127>Génesis 11:27-50:26). Todas estas diferencias indican
que <010101>Génesis 1:1—2:3 sirve como una obertura para el resto del libro y que
no debe ser tomada lit. como aquello que continúa. No obstante, que Dios
trabajó seis días y que descansó el día séptimo (sea cual fuere el largo de sus
días por medidas humanas) es un modelo para ser seguido por la humanidad.
1:6-8 La separación de las aguas. Dios mostró su poder nuevamente al
ponerle límites a las aguas que hasta ese momento cubrían el globo (cf. <183808>Job
38:8-11). Algunas fueron confinadas a los mares, el resto a los cielos. Las
aguas de arriba fueron conservadas allí por la “bóveda” o el “firmamento” (BJ).
Desde la tierra, el cielo (firmamento) parece ser una especie de cúpula que
previene que las aguas caigan en forma descontrolada sobre la tierra (cf.
<010711>Génesis 7:11).
1:9-13 La creación de la tierra y las plantas. Aun más importante para la
humanidad fue la provisión, en el tercer día, de tierra seca, en la cual ella podía
vivir, y plantas para sustentar la vida (cf. <010129>Génesis 1:29-30). La variedad de
plantas (11, 12) da testimonio del poder organizador de Dios, y estas
distinciones no debieran ser entremezcladas (ver las normativas en contra de
ciertas mezclas en <031919>Levítico 19:19; <052209>Deuteronomio 22:9-11).
1:14-19 La creación de las lumbreras celestiales. Una prueba aun más
poderosa del poder creativo de Dios, y siempre pertinente para la existencia
humana, son el sol, la luna y las estrellas. Contemporáneos paganos del Génesis
reconocieron en estos cuerpos celestes dioses por derecho propio. Para evitar
el levantamiento de cualquier sospecha en relación con el sol y la luna en el
sentido de que no son otra cosa que creación de Dios, Génesis las llama
simplemente lumbreras. Fueron establecidas para regular los ritmos esenciales
de la vida humana sean estos la definición del día y la noche, sean estos las
estaciones del año.
1:20-23 La creación de los pájaros y los peces. El paralelo en la obra
creadora de Dios entre los primeros tres días y los segundos tres días llega a
ser más claro. En el primer día, fue creada la luz, en el día cuarto, las lumbreras
celestiales; en el día segundo, el cielo y los océanos, en el día quinto, las aves y
los peces. Una vez más, Génesis está enfatizando la preocupación de Dios por
el orden. “Los grandes animales acuáticos” fueron reconocidos como divinos
en alguno de los mitos antiguos; Génesis insiste en que ellos fueron solamente
criaturas de Dios. Además, Dios quiso que tanto las aguas como el aire
estuvieran llenos de criaturas, y su decreto y bendición garantizó la fertilidad de
estos. Ningún rito mágico o de fertilidad fueron necesarios para asegurarla.
1:24-31 La creación de los animales y la humanidad
El relato de la creación alcanza su clímax en el día sexto. Nótese cuánto más
completa es la descripción del trabajo de Dios de este día que en cualquiera de
los días anteriores y los paralelos con las palabras del día tercero (la tierra).
Aquí Génesis define el propósito de la humanidad y su lugar en el plan de Dios.
Dios dice que el hombre ha de ser creado a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza. Esto significa que la humanidad, tanto el varón como la mujer, es
representante de Dios en la tierra. Los reyes del antiguo Oriente fueron a
menudo vistos como portadores de la imagen de sus dioses, pero Génesis
afirma que cada ser humano está hecho a la imagen de Dios. El NT afirma que
Cristo es “la imagen del Dios invisible” (<510115>Colosenses 1:15), “el resplandor
de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza” (<580103>Hebreos 1:3).
Semejante entendimiento de la imagen divina estaba más allá del alcance del
autor humano de Génesis, pero él alude a otra dimensión de ésta al comentar
Hagamos al hombre a nuestra imagen (26). Aquí Dios se presenta como
hablando con los ángeles, la única alusión hecha a otros seres sobrenaturales en
este capítulo. Esta observación implica que el hombre es como Dios y los
ángeles. (Tradicionalmente, los cristianos han visto el nosotros y el nuestro
como aludiendo a las otras personas de la Trinidad. Aunque esta es una
legítima y más amplia interpretación, no es el significado primario de las
palabras usadas aquí.)
En segundo lugar, dado que los seres humanos son creados a la imagen de
Dios ellos son sus representantes en la tierra y deben tener dominio... sobre la
tierra (26). El <190804>Salmo 8:4-8 ofrece un maravilloso comentario poético sobre
el tema. Dominio implica señorío pero no explotación. El hombre, como
representante de Dios, debe dominar a los que le están subordinados, como
Dios lo hace, para el propio beneficio de ellos. Mientras se legitimiza el uso
humano de los recursos naturales, Dios no da licencia para nuestro abuso de su
creación.
En tercer lugar, Dios deliberadamente creó la humanidad en dos sexos y dijo:
sed fecundos y multiplicaos. En relación con esto él bendijo la actividad sexual
e indicó su importancia en su plan. Otras historias antiguas, surgiendo de la
Mesopotamia urbana (cuya preocupación estaba en la explosión demográfica)
cuentan de los dioses dando pasos para frenar la fertilidad humana a través del
envío de plagas, hambre, inundaciones y abortos. El Dios del Génesis exhorta
reiteradas veces a la primera pareja el ser fructíferos (<010128>Génesis 1:28; 8:17;
9:1, 7) y le prometió a los patriarcas que llegarían a ser padres de una
innumerable cantidad de hijos. Por lo tanto, la sexualidad es vista como una
parte importante de la creación misma de Dios (31).
En cuarto lugar, Dios proveyó comida para la humanidad en la forma de planta
que da semilla y todo árbol cuyo fruto lleva semilla (29). No fue sino hasta
después del diluvio que el comer carne fue sancionado (<010901>Génesis 9:1-3). Sin
embargo, Génesis no está interesado en mostrar si los primeros habitantes
fueron vegetarianos o no, sino más bien en el hecho que Dios les proveyó
comida. En la mitología mesopotámica los dioses crearon al hombre para
proveerse a sí mismos de comida; Génesis afirma precisamente lo contrario,
que Dios alimenta a la humanidad (cf. Salmo 65; 50:7-15).
 
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Génesis - Capítulo 2​


2:1-3 El santo día séptimo
Un cambio dramático en la marcha y en el estilo sobresale como lo distintivo
del sábado. El séptimo día no es llamado aquí sábado, pero así es referido,
desde que en él reposó puede ser parafraseado como “en el sabático”. Por
otro lado, la importancia del séptimo día es destacada por el hecho de que
Dios lo bendice y lo hace santo. El sábado generalmente es declarado “santo”,
pero sólo en <160809>Nehemías 8:9, 11 es considerado como entre las demás
festividades del pueblo y es llamado “santo”. Aquí se nos dice que Dios reposó
en el séptimo día, y el escritor claramente sugiere que toda la humanidad, que
ha sido hecha a la imagen de Dios, siga el ejemplo de su Creador. En verdad,
el contexto sugiere que un día a la semana para descansar es tan necesario
como la sexualidad (<010127>Génesis 1:27, 28) o la comida (<010129>Génesis 1:29)
para la sobrevivencia humana. Este es un énfasis que parece haber sido
olvidado en el día de hoy, aun entre los cristianos.
Nota. Génesis 1 y la ciencia. Génesis y la ciencia moderna están respondiendo
a muchas preguntas. Génesis explica quién es Dios y cómo se relaciona con la
creación. La ciencia clarifica que las leyes dadas por Dios explican los
fenómenos naturales; y a partir de estas leyes los científicos pueden trabajar
hacia el pasado con el propósito de trazar el curso del desarrollo del universo.
La ciencia nos hace conscientes del poder infinito y de la sabiduría del Creador,
pero no explica el propósito de Dios al crear el universo, o su carácter. Génesis
no está interesado en tratar los asuntos que levantan los científicos del siglo XX
sino más bien está relacionado con las ideas contemporáneas del antiguo
Oriente de hace 3.000 años. En contra de la visión politeísta del mundo que
sostenía que había muchos dioses y diosas de variada sabiduría y poder,
Génesis declara que hay un solo Dios de absoluto poder y santidad.
Rechazando esos puntos de vista antiguos que postulaban que la humanidad fue
simplemente creada como consecuencia de un pensamiento tardío que los
dioses más tarde lamentaron, Génesis afirma que el hombre fue la meta de la
creación y que su bienestar es la preocupación suprema de Dios. Estos
principios son reafirmados con reiteración a través de toda la Escritura, pero
están destacados con ejemplar claridad en Génesis 1 y son clave en lo que el
autor estaba tratando de decir. Los lectores modernos debieran centrarse en
estas intenciones originales de Génesis y no traer al texto temas científicos que
son ajenos a su propósito.
2:4—4:26 LA NARRATIVA DE LOS CIELOS Y LA TIERRA
Esta sección describe tres etapas en la degeneración de la sociedad humana de
su perfección registrada en <010131>Génesis 1:31. El primer desafío al decreto de
Dios (<010306>Génesis 3:6) es seguido por el primer asesinato (<010408>Génesis 4:8), y
finalmente por el hecho que Lamec sería vengado setenta y siete veces
(<010424>Génesis 4:24). Los pecados son vistos como típicos y únicos. Son típicos
en que cada acto pecaminoso tiene similares ingredientes y consecuencias; son
únicos en que, ocurriendo al principio de la historia, han tenido consecuencias
fatales para toda la raza humana.
2:4—3:24 El huerto del Edén
¿Por qué, si todo el mundo fue creado muy bueno (<010131>Génesis 1:31), hay
tanto dolor y sufrimiento, hambre y odio en él? Esta historia explica el origen y
los efectos del pecado en una manera simple pero a su vez profunda. Comienza
describiendo la existencia idílica de la primera pareja humana, bosquejando de
esta manera el modelo de Dios para la relación entre los sexos. Entonces dice
cómo un aparente acto pequeño de desobediencia trastorna todo y conduce a
la expulsión de ellos del paraíso.
El Señor Dios (2:4) es una expresión común en los caps. 2 y 3, no siendo
usada nuevamente en el resto del AT. Esta expresión resume dos ideas que son
importantes en estos capítulos: que Dios es tanto el Creador de la humanidad
(“Dios” es el término usado en el cap. 1) como también su amigo o socio en el
pacto (el Señor, o Jehovah, es el nombre personal de Dios revelado sólo a
Israel; <020314>Exodo 3:14; 6:3).
2:4-7 La creación del primer hombre. El escritor mira hacia atrás al momento
previo en que fue creada la humanidad en el día sexto (<010126>Génesis 1:26-28) y
describe un desierto típico del Medio Oriente, el cual requiere de esfuerzos
humanos para regarlo y hacerlo germinar. Fue del polvo de esa área que Dios,
el gran Alfarero, moldeó al primer hombre y sopló en él aliento de vida. A
través de esta imagen Génesis establece que la gente es por naturaleza más que
materia; también tienen composición espiritual, dada por Dios.
2:8-17 El huerto de Dios para la humanidad. La preocupación de Dios por la
necesidad humana, ya mencionada en 1:29, es nuevamente destacada aquí. Un
hermoso huerto lleno de árboles frutales, ríos, oro y piedras preciosas es
preparado para morada del hombre en el área llamada Edén (eso es,
“hermoso”). Arboles, agua, oro y piedras preciosas y querubines también
adornarían más tarde el tabernáculo (<022527>Exodo 25:27) y el templo (1 Reyes 7;
Ezequiel 41—47), y estos símbolos sugieren que lo más importante en el huerto
era la presencia de Dios. El acostumbraba a pasearse allí en lo fresco del día
teniendo conversaciones íntimas con Adán y Eva (<010308>Génesis 3:8). El árbol de
la vida da vida eterna y el árbol del conocimiento del bien y del mal da
sabiduría. De este último le fue prohibido al hombre su consumo porque la
sabiduría adquirida a través del comer conduce a la independencia del hombre
con respecto a Dios, mientras que la verdadera sabiduría comienza con “el
temor del Señor” (<200107>Proverbios 1:7).
Nota. 10-14. Dos de los ríos del Edén son bien conocidos: el Tigris y el
Eufrates corren a través del Iraq moderno para desembocar en el golfo
Pérsico. El Guijón y el Pisón son imposibles de identificar, por ende el intento
de ubicar el Edén está condenado al fracaso. La mitología mesopotámica ubica
una isla paradisíaca en el inicio del golfo Pérsico y, por lo tanto, la explicación
más probable es que el Edén estuviera allí. Esto sería así si consideramos la
historia lit., porque en <010323>Génesis 3:23, 24 se deja muy claro que los hombres
no pueden regresar al Edén.
2:18-24 La creación de la mujer. A pesar del ambiente idílico algo no estaba
bien. Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo (18), y después de
reiterar su observación en el sentido de que todo lo que él había creado era
bueno (p. ej. <010110>Génesis 1:10, 31) este comentario es una sorpresa y sirve
para destacar el siguiente acto creador.
En primer lugar, los animales fueron creados como compañeros del hombre.
Estaban sujetos a la autoridad humana (según el v. 20, el hombre les puso
nombres), pero la intención de Dios excluía la explotación de ellos (cf.
<010124>Génesis 1:24-31). Desafortunadamente, los animales no fueron la
compañía perfecta para el hombre. Sólo la creación de la mujer fue totalmente
satisfactoria para él.
El encantador relato de Dios creando a Eva de una costilla de Adán y luego
presentándosela como en una escena de bodas resume en una manera hermosa
muchas de las claves bíblicas acerca del matrimonio. Aquí como en
<010127>Génesis 1:27, 28 tenemos la norma de Dios para la relación que debe
existir entre los sexos. Mientras que en <010128>Génesis 1:28 se enfatiza la
importancia de la procreación, <010220>Génesis 2:20-24 explora la naturaleza del
compañerismo dentro del matrimonio. Primero, el marido y la mujer se
complementan el uno al otro. Ayuda idónea sería mejor traducido como
“ayudante que armoniza con él”, eso es, supliendo lo que le falta. Ella es “su
costilla perdida”. Matthew Henry comentó sobre la elección que Dios hizo de
una costilla para crear a Eva: “No la hizo de su cabeza para que estuviera
encima de él, tampoco la hizo de sus pies para que fuese pisoteada, la hizo de
su costado para que fuese igual a él, de debajo de su brazo para que fuese
protegida, y cerca de su corazón para que fuese amada.” Es posible que esto
sea demasiada lectura para una sola costilla, pero expresa muy bien el ideal
bíblico para el matrimonio.
Segundo, la unión entre el hombre y la mujer debe ser permanente: el hombre
se unirá (lit. “pegado”) a su mujer, y serán una sola carne. Jesús (<401905>Mateo
19:5) y Pablo (<490531>Efesios 5:31) citan este pasaje al referirse al tema del
divorcio.
Tercero, el hombre debe dar prioridad a su esposa por sobre todas las cosas,
aun de sus padres. El dejará a su padre y a su madre, no por ir a vivir a otro
lugar sino poniendo este importante deber de cuidar por ellos (<022012>Exodo
20:12) en segundo lugar en relación con su deber con su cónyuge (cf.
<490525>Efesios 5:25-29).
Cuarto, la mujer está bajo la autoridad de su marido: el la llama Mujer (23) y
más tarde Eva (<010320>Génesis 3:20), en la misma forma como anteriormente él le
puso nombre a los animales (19). Este concepto del hombre como cabeza de la
mujer se da por sentado en el resto de la Biblia (p. ej. <461103>1 Corintios 11:3;
<600301>1 Pedro 3:1-6).
Finalmente, se debe destacar que Dios creó una sola Eva para Adán, no
muchas Evas como tampoco otro Adán. Esto indica la desaprobación de Dios
de la poligamia (cf. <031818>Levítico 18:18; <051717>Deuteronomio 17:17) y de la
práctica de la homosexualidad (<031822>Levítico 18:22; <450126>Romanos 1:26, 27).
 
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Génesis - Capítulo 3​


3:1-8 La caída. La prístina inocencia del Edén fue abruptamente arruinada por
la entrada del pecado. Los errores de Adán y Eva son típicos de todos los
pecados, pero siendo ellos los padres de la humanidad sus hechos tuvieron
graves consecuencias. La tentación fue comunicada por una serpiente, que en
<031131>Levítico 11:31 se describe como una criatura inmunda y, por lo tanto, un
símbolo apropiado para el mal. La serpiente comienza sobreenfatizando lo
estricto de la ley (Dios había puesto sólo un árbol en prohibición) y poniendo
en duda la buena voluntad de Dios para con los seres humanos (algo que la
narrativa del cap. 2 había puesto más allá de toda duda). Eva refuta sus
insinuaciones, si bien en términos inexactos (ni lo toquéis no fue parte de la
prohibición original <010217>Génesis 2:17). Luego la serpiente desafió la sentencia
de Dios cuando dice ciertamente no moriréis y a cambio promete sofisticado
avance (vuestros ojos serán abiertos) y también progreso espiritual (y seréis
como Dios).
Atraída por la perspectiva de placer instantáneo (vio que el árbol era bueno
para comer) y de una supuesta madurez, súbitamente sucumbió y persuadió a
su marido para que también comiese. Al hacer esto él prefirió la sugerencia de
la serpiente que el mandato de Dios. (A través de la Escritura, la esencia del
pecado es poner el juicio humano por encima del mandamiento de Dios.) En
forma inmediata tanto la culpabilidad como la vergüenza hicieron presa de ellos.
Lo único que vieron con sus ojos abiertos fue su propia desnudez, la que
pretendieron esconder el uno del otro y de Dios.
3:9-20 Juicio y sentencia. El hombre, la mujer y la serpiente fueron
interrogados y sentenciados por el inquisidor divino. Las preguntas de Dios
estaban diseñadas con el propósito de sacar una confesión, no información; él
sabía perfectamente lo que ellos habían hecho.
Los efectos a largo plazo del pecado comenzaron a aparecer. La serpiente fue
condenada a arrastrarse sobre su vientre y tener una constante guerra con la
humanidad, la descendencia de la mujer (15). La descendencia de ella herirá en
la cabeza a la serpiente, y ésta saldrá peor en la gran batalla. Si bien esto fue el
juicio sobre la serpiente, se transformó a la vez en una promesa para el hombre.
Esto ha sido visto tradicionalmente por los judíos y los cristianos como el
primer anuncio de un salvador para la humanidad, y <010315>Génesis 3:15 siempre
ha sido llamado el protoevangelio o el “primer evangelio”. Las alusiones a esto
en el NT incluyen <451620>Romanos 16:20; <580214>Hebreos 2:14; Apocalipsis 12. En
Génesis la promesa a Abraham que “en tu descendencia serán benditas todas
las naciones de la tierra” (<012218>Génesis 22:18) comienza a hacer más específica
la tenue promesa del <010315>Génesis 3:15. También es notable que este primer
juicio sobre el pecado esté matizado con esperanza, algo que es recurrente a
través de las Escrituras (cf. 6:5-8), así como la misericordia de Dios excede a
su ira (cf. <022005>Exodo 20:5, 6).
La sentencia sobre Eva arruinó su vocación de madre. Ser la madre jubilosa de
muchos hijos era la esperanza de cada mujer del AT (<013001>Génesis 30:1;
<19B309>Salmo 113:9), pero el dolor al dar a luz se transformó en un recordatorio
constante del pecado de la primera madre. Además, el matrimonio, en vez de
ser una relación de cuidado mutuo, a menudo tuvo la tensión como su
característica. Tu deseo puede ser o el deseo sexual o el deseo de
independencia, pero a la larga prevalecerá el señorío de su marido. Y él se
enseñoreará de ti puede indicar el ejercicio de dominio duro, o simplemente
puede ser una reafirmación de la cadena de autoridad (Dios-hombre-mujer)
establecida en la creación, pero revertida en la caída (6). Esta última pareciera
ser la interpretación más apropiada, especialmente si se tiene en cuenta la forma
en que es introducida la sentencia a Adán porque obedeciste la voz de tu mujer
(17). Entonces Dios decretó que el hombre sufriría frustración en su trabajo
(hortelanos y agricultores enfrentan una continua batalla con las malezas en la
producción de sus tierras). Con trabajo duro viviría, pero finalmente moriría.
Esto era un indicio de que él sería expulsado del Edén y privado de acceso al
árbol de la vida.
3:21-24 El juicio. La expulsión del huerto probó la falsedad de la promesa de
la serpiente en el sentido de que no morirían (4). Porque si bien Adán y Eva
siguieron viviendo fuera del huerto, esto era una simple sombra de la vida plena
que vivieron dentro del huerto, en donde disfrutaron de una íntima relación con
Dios. A estas alturas es evidente el costo total del pecado. No es sólo una
conciencia inquieta (7, 8), disputas con la amada esposa (12), dolor (16) o el
afán por las cosas diarias (17-19), sino que además es separación de la
presencia de Dios y finalmente la muerte física (<450623>Romanos 6:23). Los
querubines más tarde adornarían el arca, el tabernáculo y el templo (<022518>Exodo
25:18-22; 26:31; <110623>1 Reyes 6:23-28), eran seres alados con dos rostros,
uno de hombre y el otro de león (<264118>Ezequiel 41:18).
 
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Génesis - Capítulo 4​


4:1-26 La primera familia humana
Al bosquejar la historia de Caín y su descendencia, Génesis ilustra el
conmovedor aumento del pecado en la raza humana.
4:1-16 Caín y Abel. En el cap. 3 se nos mostró cómo el pecado interrumpe la
relación entre Dios y los seres humanos y entre el hombre y su mujer. En el
cap. 4 se nos muestra al pecado destruyendo los lazos de hermandad. En
verdad, Caín es presentado como un pecador más endurecido que Adán.
Matar a su propio hermano es más vil que comer del fruto prohibido. Adán
había sido persuadido hacia el pecado; Caín no pudo ser disuadido de su
pecado, ni siquiera por Dios mismo (6, 7). El pecado es personificado como un
animal esperando para atacar (7; cf. <600508>1 Pedro 5:8). Interrogado por Dios
sobre su pecado, Adán, aun bastante petulante, a lo menos dijo la verdad; Caín
mintió y luego hizo una broma de ésta (<010309>Génesis 3:9-11; cf. 4:9). Adán
aceptó el juicio de Dios en silencio, pero Caín protestó con vehemencia (13,
14) y fue enviado aun más lejos del Edén (16).
Nota. 5 La razón del rechazo del sacrificio de Caín no es obvia en forma
inmediata. El contraste entre trajo, del fruto de la tierra, de Caín, y el trajo una
ofrenda de los primerizos de sus ovejas, lo mejor de ellas, de Abel,
probablemente nos da la clave. Puede ser que Abel trajo lo mejor de su rebaño
y que Caín no fue tan cuidadoso. Pero el sacrificio es sólo aceptable ante Dios
si es perfecto y costoso (<032220>Levítico 22:20-22; <102424>2 Samuel 24:24); él no
estará satisfecho con sacrificios de segunda clase (<390106>Malaquías 1:6-14;
<451201>Romanos 12:1). 15 Ya sea que la señal sobre Caín fuera un tatuaje, su
nombre Caín, un perro u otra cosa, es algo oscuro. Como la vestimenta dada a
Adán y Eva en <010321>Génesis 3:21, la marca tuvo una doble finalidad. Esta le
recordó a Caín su pecado y le aseguró la protección de Dios contra enemigos
potenciales. De modo que su oración-protesta (13, 14) no fue desatendida, lo
que nos indicaría que pecadores endurecidos como Caín pueden orar por
misericordia y recibirla.
4:17-26 Los descendientes de Caín. Muchos de los descendientes de Caín
(su esposa presumiblemente era una de las hijas de Adán y Eva) son
acreditados con avances culturales y tecnológicos significativos: edificación de
ciudades (17), vida beduina (20), música (21) y trabajos en metales (22). Que
estos logros sean acreditados a los descendientes de Caín, en vez de la línea
más santa de Set (cap. 5), sugiere que todo el progreso humano está en alguna
manera afectado por el pecado.
Se da mayor atención a Lamec, quien es presentado con sanguinario detalle.
Un esclavo de la pasión, se casó con dos hermosas mujeres, Ada (“joya”) y
Zila (“melodía”). La bigamia representa otra forma de alejamiento de la
monogamia establecida por Dios en el Edén. Sin embargo, es más significativa
la sed de sangre que tenía Lamec, el deseo vehemente de ser vengado 77
veces, lo que muestra a un hombre que menospreció la justicia y estaba
preparado para aplastar a cualquiera que se le interpusiera en su camino. La
sociedad se estaba desintegrando y estaba madura para el juicio.
Los vv. 25, 26 anticipan la genealogía de Set en el cap. 5. Siempre al final de
una sección en Génesis hay una clave para lo que vendrá más adelante (cf.
<010605>Génesis 6:5-8 anticipando 6:9—9:17; 9:18-27 anticipando el cap. 10).
Invocar el nombre del Señor significa que la adoración a Dios también comenzó
en esta era.
 
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Génesis - Capítulo 5​


5:1—6:8 LA NARRATIVA DE LA LINEA DE ADAN
Esta consiste en dos partes. La primera (<010501>Génesis 5:1-32) registra las diez
generaciones desde Adán, a través de su tercer hijo Set, hasta Noé. Este fue el
comienzo de la línea escogida en Génesis, por medio de la cual vendría la
salvación para la humanidad (la familia de Noé fue la única en sobrevivir al
diluvio). La segunda parte (<010601>Génesis 6:1-8) enfoca uno de los peores
pecados del periodo prediluviano; el matrimonio entre los hijos de Dios (ver en
<010601>Génesis 6:1-8) y las hijas de los hombres, lo que motivó a Dios a enviar el
diluvio. Sin embargo, esta parte concluye con una insinuación de que Noé sería
salvo (<010608>Génesis 6:8).
5:1-32 El árbol genealógico de Adán
Esta genealogía repetitiva destaca cuatro asuntos relacionados con los
patriarcas: La edad que tenían cuando les nació su primer hijo; su subsecuente
tiempo de vida, el hecho de que él tuvo otros hijos e hijas y su edad al
momento de morir. La mención de otros hijos implica que estos patriarcas
cumplieron el mandato de “sed fecundos y multiplicaos” (<010128>Génesis 1:28) y
muestra cómo la humanidad gradualmente comenzó a poblar la tierra. La
cantidad de años de estos hombres sugiere que vivieron hace muchísimos años,
y que la degeneración causada por el pecado conducente a acortar el tiempo
de vida tuvo un efecto gradual.
Es difícil saber cómo entender las largas vidas de estos hombres que vivieron
antes del diluvio. Un texto paralelo, la Lista Real Sumeria, registra ocho reyes
que reinaron antes del diluvio por un total de 241.000 años. Esto hace que los
1.500 años que cubre el cap. 5 parezcan muy modestos; sin embargo, no
explica, p. ej. cómo Adán pudo vivir 930 años. Se han ofrecido varias
sugerencias. Primera, que “sus” años fueron mucho más cortos que los
nuestros. Sin embargo, la cronología del diluvio (<010711>Génesis 7:11—8:14)
revela que Génesis asume 360 días en un año. Segunda, que los años de vida
de los patriarcas no representan la longevidad de sus vidas sino el tiempo de
vida del clan que cada uno fundó. En otras palabras, muchas generaciones han
sido omitidas. Esto es difícil de probar puesto que, al principio de la lista, Set es
claramente el hijo inmediato de Adán y, al final de la misma, Lamec-Noé-Sem,
Cam y Jafet forman una secuencia consecutiva. Tercera, que los años son
simbólicos y representan períodos de tiempo conocidos en la astronomía, p. ej.
los 365 años de Enoc corresponden a los días de un año solar. Cuarto, que los
números son simbólicos y generados por el sistema numérico basado en 60
usado en Mesopotamia. Las tablas matemáticas de Babilonia daban mucha
importancia a los factores de 60 (30, 20, 15, etc.) y a sus cuadrados y
múltiplos. Así muchos de los números en el cap. 5 y en la Lista Real Sumeria
habrían resultado familiares a los entrenados en ese sistema, p. ej. 930 (la edad
de Adán) es 302 + 30. Sin embargo, no todas las cifras son aplicables en esta
forma, tampoco podemos explicar por qué ciertas cifras fueron añadidas a
gente particular si ellas eran simbólicas. Al presente, lo mejor que se puede
decir es que el tamaño de los números sugiere que esos hombres vivieron hace
muchos años. Su precisión sugiere que fueron gente real que vivió y murió. Para
una discusión adicional ver Genesis 1—15, de G. J. Wenham (Word Books,
1987) pp. 130-134.
Debido a su piedad, Enoc (caminó con Dios) probablemente no experimentó la
muerte sino que fue transportado a los cielos (Dios lo llevó consigo; cf. Elías,
<120211>2 Reyes 2:11, 12).
 
Nuevo Comentario Bíblico Siglo XXI
Editorial Mundo Hispano.

Génesis - Capítulo 6​


6:1-8 Matrimonios hombre-espíritu y sus consecuencias
En el mundo antiguo se contaban con frecuencia historias de relaciones sexuales
entre los dioses y seres humanos; y se sostenía que la descendencia semidivina
resultante poseía una energía anormal y otros poderes. En Mesopotamia y en
Canaán, el matrimonio divino-humano era celebrado en los ritos sagrados del
matrimonio que se realizaban en los templos. Estos ritos, se suponía,
aseguraban la fertilidad del suelo y de los matrimonios comunes. Involucraban
padres dedicando sus hijas solteras para el servicio en el templo. En la práctica,
estas muchachas servían como prostitutas sagradas dando placer a los
sacerdotes y a los adoradores ricos.
Los vv. 1, 2 y 4 describen estas prácticas. Los hijos de Dios es una expresión
que se refiere a seres espirituales (traducido como “ángeles” en <180106>Job 1:6;
2:1, aun cuando no son benévolos ni aquí ni en Job). En ocasiones en el AT,
Israel (<051401>Deuteronomio 14:1) o los reyes (<100714>2 Samuel 7:14) son llamados
“hijos de Dios”; sin embargo, aquí no se aplica ninguno de estos significados.
Las hijas de los hombres se refiere al género femenino de los seres humanos.
Los nefilim son los antiguos gigantes, supuestos descendientes de estas
uniones. Algunos nefilim estaban en Canaán cuando Israel la invadió
(<041333>Números 13:33).
Esta práctica de prostitución sagrada es, según Génesis, por un lado innecesaria
(los hombres ya se estaban multiplicando, v. 1) y por otro lado es una
abominación para Dios (5). Consecuentemente, el período normal de vida fue
reducido a 120 años (3) y el Señor anunció un plan para terminar con la
humanidad y las otras criaturas vivientes (7).
La prostitución sagrada es vista aquí como el pecado que culmina una serie que
comenzó con Adán comiendo del fruto prohibido y continuó con el asesinato
de Abel en manos de su hermano Caín y la desenfrenada venganza de Lamec.
Al ver a los seres humanos Dios concluyó que eran incorregiblemente
perversos y que cada pensamiento humano de continuo se inclinaba hacia el
mal. El v. 5 declara la doctrina de la depravación humana con espantosa
franqueza, pero conceptos similares fueron expresados por los salmistas, los
profetas, Jesús y Pablo (<195103>Salmo 51:3-6; <241709>Jeremías 17:9, 10; <410715>Marcos
7:15; <450118>Romanos 1:18—3:20). Más aun, la pecaminosidad humana provoca
una furiosa reacción en Dios, una amarga indignación (y le dolió en su
corazón) similar a lo que sintieron los hermanos por la violación de su hermana
(<013407>Génesis 34:7), o el dolor sentido por el padre al saber que su hijo había
muerto en la batalla (<101902>2 Samuel 19:2) Por eso, Dios tomó la decisión de
destruir su creación. No obstante, así como en los anteriores decretos de juicio
(<010315>Génesis 3:15; 4:15), hubo una luz de esperanza: Noé halló gracia ante
los ojos de Jehovah (8).
6:9—9:29 LA NARRATIVA DE NOE
Muchos pueblos antiguos de todo el mundo hablan de un gran diluvio del cual
sólo un hombre y su familia escapó al construir un arca. Sin embargo, como se
hubiera esperado, los paralelos más cercanos a la narrativa bíblica proceden de
Mesopotamia, en las epopeyas de Atrahasis y Gilgamesh. Ambos textos datan
de c. 1600 a. de J.C. Al igual que la historia bíblica, ellos mencionan a un
hombre (Atrahasis o Utnapishtim) a quien su dios le indicó que construyera un
arca para escapar del diluvio. El lo hizo así, provisto de bienes y animales, flotó
sobre las aguas del diluvio por un período breve, y envió pájaros para saber si
las aguas estaban bajando. Finalmente el arca recaló en la cima de una
montaña, apareció el sobreviviente del diluvio y ofreció sacrificios que
agradaron grandemente a los dioses, quienes le recompensaron con vida
eterna. La similitud entre la narrativa bíblica y la babilónica revela que ésta era
una historia bien conocida en el antiguo Cercano Oriente.
Sin embargo, hay varias diferencias entre estos relatos, lo que simplemente
demuestra que no se han copiado la una de la otra. Hay diferencias de detalles,
p. ej. sobre el tamaño y la forma del arca, la duración del diluvio y los tipos de
pájaros que fueron enviados para inspeccionar las aguas del diluvio. Pero éstas
son diferencias relativamente triviales. Mucho más importante son las
diferencias teológicas entre ambas narraciones. Estas son tan considerables que
pareciera que el autor de la narrativa bíblica estuviese tratando en forma
deliberada de corregir o de refutar la visión común que en el Oriente se tiene
del diluvio. En particular, Génesis está tratando de explicar cómo es Dios y
cómo se relaciona con el mundo.
En las versiones babilonias, los dioses acuerdan un diluvio para detener el
crecimiento de la población humana, pero uno no estuvo de acuerdo y advirtió
a Atrahasis (el equivalente a Noé), su adorador. Cuando el diluvio se desató,
los dioses se acobardaron como perros incapaces de controlarlo. Después del
diluvio los dioses corrieron hacia los sacrificios por estar hambrientos, ya que
los sacrificios se habían detenido durante el período del diluvio. Uno de los
principales dioses se sorprendió al encontrar que un hombre había sobrevivido
al diluvio (evidentemente este dios no era ni omnipotente ni omnisciente).
La perspectiva teológica y ética del Génesis es totalmente diferente. Primero, el
diluvio no fue enviado para frenar el ruido o la fertilidad humanos sino por
causa de la corrupción y la pecaminosidad de los hombres (<010611>Génesis 6:11,
12). Segundo, Noé no fue salvo porque se arriesgó a adorar al dios que no
estuvo de acuerdo con la decisión de enviar el diluvio, sino porque él fue justo
y cabal en su generación (<010609>Génesis 6:9). A través de toda la historia del
diluvio Noé es presentado como haciendo exactamente lo que Dios le mandó
(p. ej. <010622>Génesis 6:22; 7:9; 8:18). Tercero, el Dios de Génesis es
omnipotente y omnisciente. Siempre está en control del diluvio y sabe
exactamente lo que está ocurriendo. Fue cuando Dios se acordó de Noé que
las aguas comenzaron a disminuir (<010801>Génesis 8:1, 2). El sacrificio después del
diluvio no vino a apagar el apetito de Dios (a diferencia de los dioses
mesopotámicos, él no tenía necesidad de comida humana) sino que aplacó su
ira. A pesar de la continua acción pecaminosa del hombre (cf. <010821>Génesis
8:21 con 6:5), Dios prometió que nunca la tierra volvería a ser destruida por un
diluvio. El arco iris fue la promesa de Dios en el sentido de que él mantendría y
protegería toda la tierra (<010822>Génesis 8:22—9:16). Finalmente, mientras que la
epopeya de Atrahasis termina con los dioses inventando abortos e infertilidad
femenina para detener el crecimiento de la población de la tierra, Noé en tres
ocasiones es exhortado: sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra
(<010901>Génesis 9:1; cf. 8:17; 9:7). A pesar del pecado, Dios básicamente está de
nuestra parte y preocupado por el bienestar de la raza humana. Esta buena
voluntad fue asegurada después del sacrificio de Noé y por el más grande
sacrificio en la historia, el de Cristo.
6:9—8:22 La historia del diluvio
Génesis considera el diluvio como el gran punto divisorio de la historia
universal. El diluvio fue un gran acto de anticreación. Este hizo que la tierra
regresara a aquel primitivo estado de caos en que se encontraba, antes que
Dios comenzara a hablar en <010103>Génesis 1:3. La vida fue destruida. Las aguas
lo cubrieron todo, aun hasta la cima de las montañas mismas, de modo que el
planeta se asemejaba a su pasado cuando Dios primero comenzó a crearlo
(<010102>Génesis 1:2). En esa instancia, cuando Dios se acordó de Noé, envió un
viento sobre la tierra (cf. el espíritu, o viento de Dios que se movía en
<010102>Génesis 1:2) para iniciar nuevamente el proceso de creación. El mundo
nació nuevamente. La tierra seca y las aguas fueron separadas, y Noé, la nueva
cabeza de la humanidad, salió del arca y, al igual que Adán, le fue dicho Sed
fecundos, multiplicaos y llenad la tierra (<010901>Génesis 9:1, cf. 1:28). De
modo que Noé es visto como la figura de un segundo Adán.
Este paralelismo entre el diluvio como el gran acto de anticreación y la recreación
después del diluvio es subrayado en Génesis por el diseño literario de
la historia. Está escrito en un modo de imagen reflejada (“chiasmo extendido” o
“palístrofe”) que enfatiza la simetría de la historia. Aquí se destacan algunos de
los hechos más obvios de esta estructura.
A Lod hijos de Noé (6:10) ¾ A1 Los hijos de Noé (9:18-27)
B Entrada al arca (7:1) ¾ B1 Abandono del arca (8:16)
C Seite días (7:4) ¾ C1Siete días (8:12)
D Siete días (7:10) ¾ D1 Siete días (8:10)
E Cuarenta días (7:17) ¾ E1 Cuarenta días (8:6)
F Montañas cubiertas (7:20) ¾ F1 Montañ cubiertas (8:5)
G Innudación de 150 días (7:24) ¾ Retiro de las aguas en 150 días (8:3)
H Dios se acordó de Noé (8:1)
Esta estructura no sólo llama la atención al paralelismo entre la obra destructiva
de Dios al enviar el diluvio y su tarea de re-creación, sino que además muestra
que el momento clave fue cuando se acordó de Noé. El Dios del Génesis no
fue impotente ante el diluvio, como los dioses babilonios, sino que estuvo en
total control, soberano en el juicio y en la misericordia.
6:9-22 La orden de construir el arca. Aquellos que hacen cuadros o
modelos del arca tienen que agregar detalles de construcción que no están en
Génesis, y cuyo valor puede ser cuestionado. Particularmente oscuro es el
diseño del techo en el v. 16. (Ver comentarios más extensos para esto.) Lo que
más le interesa a Génesis es el propósito del arca, para mantener…vivas
todas las especies de criaturas vivientes. De aquí que hubo que llevar parejas a
bordo para asegurar la continuidad de la especie.