"Habita", es la palabra correcta Ricardo.
El espíritu y alma humana habitan temporalmente en el cuerpo del hombre, pero abandonando ese cuerpo, habitan en otro lugar, no desaparecen.
Es absurdo que los aniquilacionistas quieran desaparecer lo que evidentemente no se puede desaparecer.
Veamos:
En Jesucristo "habita la plenitud d el deidad"; es decir, Dios mismo se hizo hombre, todo Él contenido en Jesucristo hombre. En otras palabras, Dios se encarnó.
Por otro lado, cuando aquellos espíritus inmundos al salir del hábitat de aquel pobre hombre poseído por ello, rogaban a Jesús por un lugar donde habitar y fueron a donde un hato de cerdos.
Pues bien, al morir, el espíritu y alma del otrora malhechor irían a algún lado, no siglos después, sino inmediatamente (hoy); pues bien, ese lugar era en aquel entonces el Paraíso, y es ahí y no a otro lugar a donde descendían los espíritus y almas de los justos, precisamente.
Esto conforme a las escrituras, la fe de la iglesia y la enseñanza cristiana.
Surgirían luego, en el devenir de los siglos, un sinfín de sectas norteamericanas de origen masón, cada una de ellas ofertando sus propias ideas para hacer prosélitos, pero que definitivamente no tienen que ver con el cristianismo.
Uno de los graves problemas de la innoble doctrina desaparicionista, es que precisamente en esa falsa enseñanza desaparecen el alma y el espírtu a partir de la descontextualización de algunos textos del libro de Eclesiastés, fundamentalmente; pero luego, curiosamente no sabiendo explicar los desaparicionistas a donde se fueron a dar el espírtu y alma, simplemente dejan todo en estand-by para reaparecer espíritu y alma de la nada (a donde según ellos fueron, pues todo les resulta en vanidad) este reaparecer de la anda sucedería entonces en la resurrección de los muertos, ¡como si los espírtus se desaparecieran y se reinventaran!
Bendiciones.