Re: Eucaristía.
Y esta mejor se las pego completita pues no tiene desperdicio:
http://www.apologeticacatolica.org/Ecumenis/Ecume23.html
Con todo el respeto a estas decisiones de ambas iglesias, voy a comentar tu aporte porque tiene calado y da para mejorar y ahondar en este tema:
El documento tal como la traes, confío en la fuente dice:
DECLARACION LUTERANO CATOLICA SOBRE LA EUCARISTIA
Después de haber declarado conjuntamente que “el Bautismo de adultos e infantes, y la fe trinitaria y cristológica crea entre los miembros de las distintas comuniones eclesiales un vínculo que tiende a la unidad, don del Espíritu Santo (1), luteranos y católicos creemos que en ese camino a la unidad, la celebración de la Eucaristía en nuestras respectivas comunidades es principio de renovación para lograr más plenamente la hermandad que se inició en el Bautismo.
Católicos y luteranos, tratando de ser discípulos atentos, al celebrar nuestras Eucaristías lo hacemos en cumplimiento del mandado de nuestro Salvador Jesucristo: “Hagan esto en memoria mía” (Lucas 22:19). Sabemos que la Cena celebrada por El fue el gesto anticipado de su entrega como Redentor: “Estos es mi Cuerpo que se entrega por ustedes...porque el Hijo del Hombre va por el camino que le ha sido señalado” (Lucas 22:19-22). Por ello, católicos y luteranos confesamos que la Eucaristía es el sacramento de la presencia de Cristo crucificado y resucitado
,
Hasta aquí genial. Veamos la siguiente parte:
y el medio para que el sacrificio de la cruz se haga operante hoy en la Iglesia. Nos sentimos insertos en la Tradición apostólica, en la cual resuena la palabra de Pablo: “Siempre que coman de este Pan de beban de esta Copa proclamarán la muerte del Señor hasta que El vuelva” (1ª Corintios 11:26).
Esta bien la cita, pero no dice nada de lo que he puesto en rojo. ¿Qué es eso de que el sacrificio es medio para que el sacrificio de la cruz se haga operante? Yo me pregunto. ¿No se hace operante el sacrificio en la cruz en el sacramento de la penitencia? O dicho de otra forma en la contricción perfecta, o el debido arrepentimiento y fe del creyente (obra de Dios). Esto yo no lo entiendo y me sorprende de los luteranos. Yo espero a que con
"medio" no sean exclusivistas, es decir, reconozcan otros medios. Yo sí creo que la Eucaristía es un medio de gracia que nos hace partícipes POR LA FE de este misterio, en los que son creyentes. De modo que en nada les sirve a los que no creen o indispuestos reciben el sacramento. Pero es un medio más en los muchos canales por los que la misericordia de Dios, en el Verbo, se hace patente en los hombres; es decir, es un medio más de la gracia santificante.
Sabemos que la fraternidad eucarística, reunión de hermanos en la que debemos poner los bienes en común, compartiendo la cena con el peregrino, y dando de comer al hambriento (Hechos 6:1), en cuanto “fracción del Pan” (Lucas 24:30), revela la peculiar presencia de Jesús, ya que igual que los discípulos de Emaús, por la fe ahora podemos reconocerlo nuevamente “al partir el Pan” (Lucas 22:35). Católicos y luteranos, reconocemos la existencia de varias explicaciones de esta presencia de Cristo, en cada una de las comunidades y comparadas entre si, y afirmamos la realidad de la presencia de Jesús muerto y resucitado en la Eucaristía. Hacemos esta afirmación no sólo por fidelidad a nuestras respectivas tradiciones que así lo mantienen, sino además porque en la presencia eucarística se cumple de manera eficaz la promesa de Jesús: “Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20)
Así es. Pero hay explicaciones mejores y otras peores...
Luteranos y católicos sabemos, además, que la Eucaristía es alimento, comida, comunión, que se nos da para nuestro peregrinar, como el nuevo maná a la espera de la promesa de Dios Padre. Creemos que el Pan eucarístico es el “pan vivo bajado del cielo” (Juan 6:50-51), y que es el mismo Jesús (ver Juan 6:48). Debemos comer este Pan para renovar la vida y la esperanza, las fuerzas de peregrinos, por la fe en las palabras de Jesús que nos advierten: “separados de mi nada pueden hacer” (Juan 15:5)
Si. Pero participamos de Cristo de otros modos. Por la fe y el bautismo, por ejemplo, somos injertados en su cuerpo místico, y ya no vivimos nosotros sino Cristo. Por lo que igual que no es falso decir que alguien sólo buatizado que nunca comulgó ha participado del cuerpo y la sangre de Cristo y por ende tiene vida eterna, es igualmente válido decir que no tiene más vida eterna quien no lo ha recibido en la Eucaristía. Y es la vida eterna la promesa ligada a este alimento.
Por lo dicho, afirmamos que celebrando la Eucaristía, luteranos y católicos nos sometemos a la voluntad soberana de Cristo, el Señor de su Iglesia, a la cual dejó el gesto y las palabras del memorial de su entrega. Nuestra celebración de la Eucaristía es el testimonio reiterado de la lealtad que la Iglesia le debe a su Esposo, Cristo, por la cual El “se entregó”, “para purificarla”, queriendo para si una Iglesia “santa e inmaculada” (Efesios 5: 25-27). En cada Eucaristía nos sumergimos en esa voluntad santa, purificadora y fiel de Cristo al Padre, para crecer en la santidad y comunión con Aquel que nos purificó. En el amor atento con que celebramos así la voluntad soberana de Cristo, creemos que no sólo sentimos la necesidad de la unidad que debemos alcanzar, sino que asimismo, en el misterio, se realizará la fraternidad que el Bautismo ya generó en nosotros. Somos más dóciles al Espíritu Santo para que juntos como Esposa – Iglesia – clamemos al unísono a Cristo: “Ven” (Apocalipsis 22:17)
Esto está muy bien, es una explicación muy bella con una dimensión pneumaológica y mística muy correcta.
Al celebrar la Eucaristía en la fiel repetición de lo que hizo y dijo Jesús, y con verdadera fe, sabemos que ella es su presencia que nos consigue ahora la eficacia del Misterio Pascual.
Fundamental y es una pena que algunas comunidades ya no celebren la Cena del Señor por querer innovar o hacer cosas distintas por razones que en lugar de ser bíblicas y piadosas, responden más al pragmatismo o la comodidad de los fieles. Repetir la Cena del Señor, o hacerla en su nombre, es hacerla como Él la ha dejado instituída. Y yo concedo que, aunque pienso que lo mejor es seguir una liturgia bien arreglada y cuidada para no dejar nada al error de la improvisación, no es malo improvisar, pero hay elementos mínimos. Celebrar la Cena del Señor solo para bendecir una comida y comerla, sin recordar el memorial de la pasión y resurrección no es Cena del Señor, o cambiar los elementos del pan y vino por cocacola y panchitos es hacer burla del mandato. ¿No quemó Dios a los hijos de Arón que se atrevieron a tomar del incienso y el fuego equivocado ante el santísimo?
Por otra parte, reconocemos que muchas cosas deben aclararse aún entre nosotros, de modo especial la doctrina y realidad del ministerio, así como el de la sucesión apostólica; y la permanencia de la presencia en los elementos que quedan después de la celebración.
Bueno, cae de cajón, son diferencias importantes para los católico-romanos.
En cuanto a la práctica litúrgica o celebratoria, es preciso ponernos de acuerdo respecto de varios temas fundamentales que según las tradiciones podemos y debemos fraternalmente reclamar (2)
“Según la convicción luterana, del lado católico se debe tender a:
1. Evitar celebrar la Misa sin la participación del pueblo.
2. Asegurar mejor la predicación de la Palabra de Dios en el curso de la celebración eucarística.
3. Distribuir la Comunión bajo las dos especies.
Estamos esperando por 2 los días de feria no dominicales (ya que les gusta tanto hacer misas y se hechan de menos homilías) ¿Será por hacer rápida la misa? Y el punto 3, al que el CVII aconsejó encarecidamente, es una asignatura pendiente todavía.
Según la convicción católica del lado luterano se debe tender a:
1. Una celebración más frecuente de la Santa Cena. “La Eucaristía es la celebración litúrgica nueva que Cristo ha dado a su Iglesia: parece pues normal que sea celebrada cada domingo, o al menos una vez por semana” (ACCRA, nº 33)
2. Una mayor participación de la comunidad, en particular de los niños.
3. Una relación más estrecha entre el servicio de la Palabra de Dios y el Sacramento.
Del punto 1, No sabía que los luteranos ya no celebraban una vez por semana, pero sí que algunas evangélicas han caído en el extremo de celebrar de muy de vez en cuando. Sé que otras lo hacen todos los domingos y los anglicanos también. Yo entiendo que la eucaristía está bien en domingos, solmenidades y algunas fiestas de importancia, incluso podría hacerse más veces.
El punto 2 no lo entiendo, la verdad.
El punto 3 está poco desarrollado y no sé por donde va.
No debe perderse de vista que las distintas prácticas así evocadas dependen, en parte, de diferencias aún no superadas en la inteligencia de la fe. Esclarecerlas y superarlas se nos impone como tarea común”.
Bueno. No estarán esclarecidas en conjunto algunas, pero otras parece que sí por separado. Pero es encomiable y muy saludable que los teólogos de ambas iglesias lo intenten y avancen.
Como compromiso y deseo de superar las diferencias y para hacernos dignos de una unidad que el Señor nos da por su Espíritu, sugerimos que, en lo posible, sobre todo en las celebraciones dominicales o en las grandes fiestas del Señor, haya un intercambio del “saludo de la paz” entre las comunidades por medio de algún ministro o delegado. Paz que, pese a la duda de los discípulos, Cristo les ofreció como trofeo de su victoria. (Ver Lucas 24: 36-38; Juan 20: 26-28). La Eucaristía nos conduce a dar testimonio común, y a obrar en el mundo impulsado por el mandato de Jesús y animados por su Espíritu Santo.+
El saludo de paz este ¿A qué se refiere? A la costumbre en la liturgia de hacer el saludo de paz o entre estas dos iglesias... No entiendo bien.