Genesis 5:21-24 relata la vida de un hombre que caminò con Dios...y le llevòDios.
Era adamico, de naturaleza caìda, pudo haber vivido más que su padre Jared (962 años), pero solo 365 años
caminò en este mundo, pero no conformado al mundo. Dios dijo: "me lo llevo, es un garbanzo de a tonelada"
La diferencia con este hombre mortal, es que obedeciò a Dios y no a su carne. No al pecado, aunque quizà mas de alguna vez lo hizo.
No sabìa de la Ley, lo que si sabìa, era que existìa el Dios de Adàn, de Abel y de Seth, a quièn seguro conocìa.
La existencia misma de este hombre nos prueba que es posible vivir en un estuche defectuoso y vendido al pecado,
nuestra carne, pero no necesariamente vivir para si, sino para aquel que es toda gloria y majestuoso en el cielo.
Fue un tipo de Cristo, un prototipo, una sombra de aquel humano que años mas tarde habrìa de venir al madero a probar que al 100%
al pecado se le puede vencer como a la muerte. Nuestro maestro sublime!
Buena información.
Jesús no vino en carne, vino del cielo en Espíritu y entró en la carne.
Lucas 1:35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.
Si creyéramos que Jesús no vino de Adán, quien vino del polvo, la escritura dice que Jesús vino de los patriarcas al mundo, según la carne:
Romanos 9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne,
vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
Según Pablo, Jesús SE DESPOJÓ DE SU ATAVÍO DIVINO, y tomó atavío humano:
Filipenses 2:7 sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Jesús no solamente adquirió forma de siervo, se hizo siervo, adquirió un cuerpo de pecado.
2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo
hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Es claro que Jesús no cometió pecado; pero se hizo pecado al nacer. Ninguna criatura es eterna al nacer de mujer.
Para ser eterno es necesario ser nueva criatura tanto en la vida espiritual como en la física. Jesús murió para vivir eternamente. Resucitó y su cuerpo fue transformado a inmortal; aunque por su Espíritu vive para siempre. Esa es también nuestra esperanza; que según este procedimiento ganado por Cristo, todos recibamos inmortalidad.
Hechos 2:27 Porque no
dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.
El cuerpo de Jesús no se corrompió y fue transformado a inmortal, por haber resucitado para ser eterno. Jesús en Espíritu siempre fue eterno; pero en su nueva naturaleza adquirida, es uno de nosotros aún en los cielos:
Hebreos 4:14. Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios.
Hebreos 4:15. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado, retengamos nuestra profesión.
El es uno de nosotros y es Rey de Reyes y Señor de señores.
Hebreos 7:26. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
28. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Jesús es HECHO EL HIJO PERFECTO DE DIOS, e intercede por los de su misma creación. Se despojó de su divinidad y adquirió mejor nombre, para ser Señor nuestro. Alabado sea su nombre.
Paz y seguridad solamente por medio de Cristo. No hay otro nombre dado a los hombres en quien podamos tener salvación.