Re: Es biblico ser pastora??
Primeramente saludo a todos, pues este es mi primer post en esta comunidad.
Deseo que Dios nos bendiga a todos y que la luz de Cristo se abra paso entre nosotros desasiendo todo malestar y uniéndonos en paz y amor en Cristo Jesús.
Deseo así mismo que la Verdad, SU Verdad, sea la que ilumine nuestros corazones; librándonos del orgullo y la vanidad que nos asedian, estorbándonos en el deseo, que El puso en nosotros, de agradarle.
Hace muchos años tuve una desalentadora experiencia participando en una comunidad similar a esta. Desalentadora digo, porque vi resultados similares, a los descritos por la hermana “King’s daughter” es sus segundo y tercer posteos de este tema.
Me desilusioné no solo de las posturas agresivas y de la impotencia al no conseguir como grupo el llegar a una única conclusión; sino también me desilusioné de mi mismo.
El diablo consiguió acallar mi participación no solo en esos foros sino también a mí alrededor, entre mis amigos, familiares y personas que iba conociendo.
Pero mi deseo de agradar a Dios tiene como consecuencia directa el buscar Su Verdad en Su Palabra, y obtenida muchas veces a través de la meditación y muchas más veces, a través de las meditaciones de otros. He aprendido que Dios, para adiestrarnos en la humildad y alejarnos de la vanidad nos enseña a través de la luz dada a otras personas.
Pero también he aprendido, que mas allá de que en la intimidad exhortemos a algún hermano, no es nuestra función el acorralar su orgullo y exponerlos avergonzándolos frente a otros; sino el atraerlos con el amor de Dios a una excelencia mayor.
Buscando luz acerca de algunos temas llegue a este foro. Y me plantee el participar.
No encontraba la manera de acotar algo sin provocar animadversión y que a la vez sea de provecho para todos. Y de hecho no la encontré. Así que copio textualmente la manera que encontró otro.
No somos los primeros en analizar doctrinas y encontrarnos que llegamos a conclusiones diferentes… Si miramos hacia atrás descubriremos a grandes hombres de Dios sumergidos en estos aparentes dilemas. Recuerdo hace muchos años haber leído gran parte de la biografía de Wesley. En una de las universidades de Inglaterra, por allá en el siglo XVIII, se reunían metódicamente todos los días orar y leer la biblia un pequeño grupo de estudiantes. Lo hacían varias veces al día y siempre a la misma hora. Esta regularidad es lo que dio origen al apodo despectivo con que los llamaban sus demás compañeros: “los metodistas”. Wesley y Whitefield fueron dos de estos jóvenes. Y los cito, porque ellos dieron origen a dos de las ramas más importantes de este movimiento. Ellos también buscaban agradar a Dios y como consecuencia buscaban Luz. Uno de ellos, en uno de sus viajes al continente Americano, acertó a conocer a una persona que compartiría con él un mensaje que cambiaría su vida. También Dios puso en su camino el conocer una comunidad muy particular que terminó cautivando aun más su atención sobre este mensaje.
Al reunirse nuevamente con sus antiguos compañeros les dio a conocer esto, hubo diferencia de pareceres y surgió la división. Las doctrinas en cuestión eran: que significa predestinación y si la salvación se pierde o no. Para el que quiera profundizar estas se conocen como Calvinismo y Arminianismo. Si bien Dios no sufre este dilema, nosotros los hombres aun hoy día no hemos conseguido conciliarlo(al dilema) y definir o ponernos de acuerdo en cuál es la Verdad. Es una doctrina tan profunda, compleja, delicada e importante que ha dividido en dos a la cristiandad. A pesar de ello nos encontramos con tantos grandes hombres de Dios, de un lado, como del otro. Entonces, quién de nosotros se atribuiría la arrogancia de tener la solución a esta diferencia?
Con esto no quiero decir que no haya una solución. Pero de seguro que alguien al que Dios le revele un argumento contundente que zanje esta cuestión, no la expondrá de la manera en que solemos hacerlo nosotros en estos foros. La humildad caracterizaría a esa persona y su mensaje. Humildad, y no falsa modestia. Y humildad no es aquella que se distingue por las palabras o expresiones poco pretenciosas. La humildad se distingue por los resultados que da el mensaje. El mensajero desaparece de la escena para dar lugar al verdadero protagonista. Y por consecuencia casi sin darnos cuenta nos encontramos mirando a Cristo. Eso provoca la verdadera humildad; que donde antes había tres, ahora solo hay dos. Tú, y Cristo.
Y quien podrá resistirse a esa mirada quien podrá resistirse al amor de Dios? Y que tiniebla no dará lugar a la luz que de Él emana? Librándonos de toda duda y eliminando el error.
Lamentablemente, no soy yo este humilde siervo de Dios. Así que para aportar algo al tema recurro a otros que ya lo han tratado.
Encontré este texto en internet, y me di cuenta trata este tema mucho mejor de lo que lo podría haber hecho yo.
Es una traducción, y si bien me parece hay alguna fallita en ella, igualmente se entiende el mensaje.
“El Fundamento de la Virtud Femenina”
La Antorcha de la Verdad (mayo-junio)
“¿Qué es una mujer virtuosa? ¿Quién la puede hallar? Desde los tiempos antiguos la mente humana ha estado vacilando ante estas preguntas.
¿Por qué es de tan alta estima la mujer virtuosa? Ciertamente no es por su feminidad, ni por su atracción física, ni por ser una buena esposa y amiga. Muchas son las mujeres que tienen estas cualidades. La alta estima de la mujer virtuosa consiste en que es tan escasa, casi extinta.
Lamentablemente, muchas mujeres hoy se consideran virtuosas, pero en verdad no lo son. Nuestra sociedad se ha desviado muchísimo de la virtud bíblica y ha producido varias generaciones de mujeres con muy poco deseo de recobrar o enseñar las virtudes bíblicas. Por lo tanto, existen hoy muy pocas mujeres que sirven de ejemplo para las jovencitas.
Aunque Proverbios 31 describe muy bien la mujer virtuosa, su base se encuentra en otros principios bíblicos. ¿Cuál es el fundamento de la verdadera virtud? Primero tenemos que entender el propósito de Dios en crear a la mujer.
En Génesis 2:18 el Señor dijo: "No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él". "Ayuda idónea" significa una ayuda adecuada para el hombre. El hombre fue creado para los propósitos de Dios, pero la mujer fue creada para el hombre, cumpliendo así el propósito de Dios para ella. "Y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón" (1 Corintios 11:9).
Cualquier "virtud" que no nace de este fundamento, no es virtud. Cualquier obra o ministerio de la mujer que no sea basado sobre este principio, distorsiona el propósito de Dios para ella. La mujer verdaderamente virtuosa hallará su cumplimiento en ayudar al hombre a cumplir con la responsabilidad que Dios le ha dado. El le dio al hombre la responsabilidad de enseñorear sobre los animales y toda bestia (Génesis 1:26); después de la caída le dio la responsabilidad de enseñorear sobre su esposa: "tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti" (Génesis 3:16). También le dio al hombre la responsabilidad de gobernar bien su casa: "Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción" (1 Timoteo 3:4).
Dios le ha encomendado al hombre una gran responsabilidad al darle la autoridad sobre la familia, en el trabajo, y en la iglesia. Los cambios del orden que se produjo en el siglo 20 con su énfasis en los derechos de la mujer, los derechos de los niños, y hasta los derechos de los animales, han dado un sentido muy negativo a la palabra autoridad, pero en el principio no era un término negativo. El hombre fue formado del polvo de la tierra, a la imagen y semejanza de Dios. Pero, como dice la Biblia, la mujer fue tomada del hombre; fue creada de la costilla del hombre, lo que también verifica su posición junto al hombre. Los propósitos de Dios para Eva en ser la ayuda idónea de Adán fueron una parte tan íntegra de su vida, que Adán dijo de ella: "Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne " (Génesis 2:23). Dios dio al hombre la responsabilidad de autoridad y dio la responsabilidad a la mujer de ser una ayuda adecuada para él.
¿Cómo puede ayudar la mujer? Otra vez volvamos a la base: "No es bueno que el hombre esté solo" (Génesis 2:18). Dios vio que el hombre necesitaba algo para completar su estado y creó a la mujer. Ella complementa al varón. "Complementar" quiere decir agregar lo necesario a una cosa para completarla. El hombre solo no puede ser fructífero y multiplicarse (Génesis 1:28). El hombre no puede dar a luz hijos, ni tiene por naturaleza el don de desempeñar oficios domésticos. La mujer es el complemento adecuado para el hombre. Las Escrituras nos indican que la mujer debe ser cuidadosa de su casa (Tito 2:5), criar hijos, y gobernar su casa (1 Timoteo 5:14). Es su deber añadirle a la vida del hombre aquellos campos de la vida que el hombre no puede cumplir por sí solo. Pero no es su deber dirigir en los campos donde el hombre debiera dirigir pero que falla en su liderazgo.
La mujer también debe embellecer y mejorar el valor y la eficacia del hombre. Este es un aspecto en que muchas mujeres fallan, o bien rechazan. Ella debe fortalecer al hombre, no hacerlo sentirse cómodo en sus debilidades; aumentar la eficacia del hombre, no menospreciar sus esfuerzos; echar leña a su fuego, no encender otro a un lado; mejorar su canto, no cantar un canto propio; fortalecerlo, no llevar su carga; honrarlo, no desempeñar su propio ministerio, porque "la mujer es gloria del varón" (1 Corintios 11:7).
Estos pensamientos pueden ser causa de conflicto en algunas circunstancias. Si el esposo no es consecuente en dirigir el culto familiar, ¿qué debe hacer ella? Si no sabe dirigir bien sus finanzas, es poco dado a dar dirección, o es negligente en la disciplina de los niños, ¿cuál es el deber de la mujer? Tales circunstancias exigen un buen discernimiento de parte de la mujer. Exponerse ella y cumplir con los deberes del hombre muchas veces resulta en una "super mujer", supuestamente virtuosa, que puede dirigir el hogar, disciplinar a los niños, ordeñar las vacas, manejar los detalles financieros, planear las actividades de la familia, economizar en sus compras, y posiblemente tener un pequeño negocio para ayudar con los ingresos de la familia. Mientras esta "mujer virtuosa" ejerce sus habilidades, su esposo se vuelve pasivo, incapaz de dirigir su hogar y cumplir con su responsabilidad dada por Dios, el de señorear.
Esto no quiere decir que la mujer nunca debe hacer los trabajos anteriormente mencionados. Es posible que ella tenga que hacerlos por un tiempo, mientras otras responsabilidades o debilidades impidan al hombre en cumplirlos, o si él lo exige de ella. Pero su meta y deseo principal es de tener un esposo cumplido. Ella cela la fuerza de su esposo y es pronta en dejar cualquier aspecto de liderazgo en preferencia por el suyo. Ella le ayuda a ser un líder con propósito y unción, un hombre que establece el orden, gobierna el ambiente, y provee dirección física y espiritual para su esposa e hijos; un hombre conocido en las puertas (Proverbios 31:23). La mujer firme y enérgica muchas veces hallará que su esposo es más tranquilo. Cuando ella insiste en su manera, debilita la fuerza de su esposo. En tal caso es muy fácil desanimar a su esposo en lugar de ayudarlo. Con el corazón de Cristo, debe animar a su esposo con sumisión, apoyo, y honra. Una mujer de virtud piadosa hallará su mayor contentamiento y recompensa eterna en guardar su casa y en complementar al hombre. ¡Ciertamente ella será alabada!”
Por Lee Rufner
Tomado de Keepers at Home
No permitan que el Diablo cree rivalidad o revanchismo entre nosotros… No hay nada que igualar. Ante la justicia de Dios somos iguales y nuestros roles son hermosos en sus diferencias y uno tan indispensable e importante como el otro. No despreciemos lo que Dios nos ha dado valóremelos atesorémoslo y disfrutémoslo. El dilema de las mujeres que creen esto es producto del hombre que trata de relegarla a un plano inferior y menos participativo; es el mismo al que se enfrenta el cristiano que está aprendiendo el valor de la guerra en oración. El ministerio oculto, que nadie ve sino solo Dios, pero es el que en verdad conquista al mundo para Cristo. Estos hombres a los que Dios les pide se dediquen solo a este ministerio anónimo, son los que en verdad sufren muchas veces desprecios y humillaciones de parte de sus iguales.
Mira a tu alrededor, y quizás en ese hombre o esa mujer por la que nadie daría nada, esa persona tan callada o de perfil tan bajo que nadie recuerda invitar a las reuniones, quizás en esa persona se esconde el guerrero que Dios está usando en tu ciudad para ganarla para Cristo… y quizás ni el mismo lo sepa y sufra las humillaciones y los desprecios y la indiferencia en silencio y humildad, pues en el cielo es que se le reconocerá y se le dará la paga.
Mujer, si no das a luz, que hombre podría hacerlo en tu lugar? Debemos sentirnos celosos, envidiosos, llamar a Dios injusto, porque no podemos experimentar esa única experiencia de que se geste otra vida dentro de nuestro y llevar esa personita y sentirla como se forma y crece… y… y…?
Pero esta es solo una de las cosas que el hombre nunca podrá experimentar. Si no desprecias lo que Dios te dio, encontraras las otras. Así como el guerrero anónimo aprende a valorar su labor a pesar de que nadie se lo reconoce, mucho más fácil le debería ser a la mujer aprender a valorar el suyo.
Un dicho dice que detrás de todo gran hombre hay una gran mujer.
Dios nos creo con diferencias, y no solo físicas pues a diferencia del hombre la mujer fue creada para gloria del hombre, y el hombre para gloria de Dios y como instrumentos diferentes cumplimos funciones diferentes. A Dios no le importa si tú das a luz niños y yo pastoreo una iglesia. Lo que Dios valora es que lo que El te haya mandado a hacer lo hagas bien. Porque todos estaban allí sentados hablando, quizás de cosas espirituales, pero quien estaba haciendo lo más hermoso, lo más dulce, lo que captaba la atención del Salvador, y de seguro la también era la persona que mas estaba disfrutando el momento?
María la hermana de Lázaro. (Lucas 7:38) “…y estando detrás de Él a sus pies, llorando comenzó a regar con lagrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.”
Les aseguro que lo que hizo esta mujer valió y vale más que la labor de mil pastores… pues cuantos habrán entendido con ese ejemplo lo que es la humildad, o cuantos se habrán convertido solo leyendo esa historia? A cuantos habrá cambiado la vida este pasaje. Y cuantos y cuantas desearían no solo el reconocimiento que ella recibió allí, sino, más que eso, el estar en su lugar!!!
María de Betania, NO TE ATREVAS a renegar del rol que Dios te ha dado.