Bueno, y este es tema peliagudo, nosotros no le damos el sentido a la resurrección que el común de los cristianos tiene. Nuestra percepción, dada por nuestro fundador, incide en la versión espiritual de la mayoría de alusiones sobrenaturales y alegóricas que la más propia de los dioses paganos, en concreto, de la mitología griega. La materalización literal de dichos mensajes ha traido conflictos con la ciencia y separado la fe de la razón, la consecuencia es el dogmatismo irracional y el fanatismo y la separación de la personas juiciosas y sensatas de los senderos de la Fe.
Ello es debido a que gran parte del mensaje revelado es incomprensible para ser humano y, además, están las limitaciones del lenguaje humano. Por ello, los enviados de Dios, recurren a las figuras literarias con los riesgos consiguientes. Ello, sirvió, no obstante, para estimular la indagación sin generar orgullo intelectual… bueno es otro tema.
Desde nuestro punto de vista la resurrección no tiene que ver con Jesús, su ser, sino con su misión en las vicisitudes iniciales y tambaleantes, aparentemente, de su dispensación durante los intensos días de la pasión. Jesús, dechado de perfecciones y emblema de Dios, no le atañe la resurrección ya que él es luz, camino y vida. Por lo que yo sé, Él ingreso en el mundo espiritual a ocupar su “trono” dejando atrás su lacerado y ultrajado cuerpo físico, el templo del espíritu, que finalizó su tarea. Por lo que, un alma pura e Inmaculada, no puede caer en un supuesto infierno por tres días (del jueves al domingo), como sí ocurrió metafóricamente con su magisterio o su legado. En el momento de su apresamiento, sus seguidores y apósteles, fueron presas de mar de dudas y de confusión. La realidad de Cristo cayó la oscuridad del pavor y en la ignominia de la cobardía. Sus allegados y amados lo negaron y se dispersaron. Esos fueron realmente los tres días de tinieblas y de postración de su fe. Al tercer día, la luz de la fe volvió al corazón de la Magdalena y al resto. Ese fue el verdadero comienzo de la era cristiana, la resurrección de su revelación.
Por lo que es posible que Jesús adopte el cuerpo que desee en las cisrstancias diversas pero es algo, creo, que escapa a nuestra comprensión. Asimismo, aunque no creamos en la resurrección Física no significa que Jesús no se apareciese a voluntad.
Sobre las realidades del otro mundo poco se sabe y poco se ha dicho, normalmente puras especulaciones y apenas certezas derivadas de fuentes exógenas o esotéricas poco fidedignas. Por lo que la mayor parte de informaciones son de dudosa procedencia y cuestionable veracidad. De hecho, los enviados de DIOS, aquellos que tienen omnisciencia y sapiencia suprema otorgada por Dios, poco han dicho al respecto más allá de insistir en aplicarnos para alcanzar la mayor pureza, santidad y el mayor esplendor posible antes de ingresar en el mundo espiritual. Creemos que las razones principales son dos, una, por ser inefable, y otra, por es peligroso. Han velado el conocimiento del otro mundo por ser prematuro y peligroso para nuestro propósito en esta vida, y por la incapacidad de explicar cabalmente las realidades otro mundo. ¿Cómo se puede explicar al niño en el universo del vientre de su madre la realidad del mundo exterior al que va a nacer después de cumplir su vida en esa fase? ¿Cómo le explicas lo que es el campo, el cielo, las flores, los árboles,… con al herramientas y experiencias que dispone en su mundo fetal?
Asimismo es peligroso. El alma conecta con el mundo espiritual pero su acceso, en el mundo material, está velado. La razón es obvia, la conciencia de la realidad del mundo espiritual haría que está vida perdiera su sentido;
Los misterios de la muerte física del hombre y de su restitución no han sido divulgados y aún permanecerán sin ser leídos. ¡Por la rectitud de Dios! Si fuesen revelados, evocarían tal miedo y tristeza que algunos perecerían, mientras que otros se llenarían tanto de alegría que ansiarían la muerte, e implorarían con anhelo incesante al Dios único y verdadero – exaltada sea Su Gloria – que apresurase su fin. Bahá'u'lláh
El alma perdurará tanto como el Reino de Dios, Su Soberanía, Su Dominio y Fuerza perduren. Manifestará los signos de Dios y Sus atributos y revelará Su amorosa bondad y generosidad. El movimiento de mi Pluma se detiene cuando intenta describir apropiadamente la grandeza y gloria de tan exaltada posición. El honor con el cual la Mano de Misericordia investirá al alma es tal, que ninguna lengua puede revelarlo adecuadamente, ni ningún otro medio terrenal puede describirlo. Bendita es el alma que en la hora de su separación del cuerpo esté purificada de las vanas imaginaciones de los pueblos del mundo. Tal alma vive y se mueve de acuerdo con la Voluntad de su Creador y entra en el más elevado Paraíso. Las Doncellas del Cielo, habitantes de las más sublimes mansiones, la rodearán y los profetas de Dios y Sus escogidos buscarán su compañía. Esta alma conversará con ellos libremente y les contará lo que ha tenido que soportar en el Sendero de Dios, el Señor de todos los mundos. Si se dijera a cualquier hombre lo que ha sido ordenado para tal alma en los mundos de Dios, el Señor del Trono en lo Alto y de aquí en la tierra, todo su ser se inflamaría instantáneamente en su gran anhelo por alcanzar aquella exaltada, santificada y resplandeciente posición. Bahá'u'lláh
De hecho un indicio lo tienes en la ECM. La mayoría de personas vuelven desoladas y transformadas de experiencia tan inefable y maravillosa. Muchos aseguran que el verdadero infierno es la vida en el mundo físico. Por prudencia y para no alterar el orden establecido, cuanto menos se sepa, mejor.
Un saludo.