Re: Elena G. de White y su Doctrina de la Amalgama
Estimado valdense. Saludos cordiales.
No sé si has leido sobre la bestia amalgamada de Apocalipsis 13.
"13:1 Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.
13:2 Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad.
13:3 Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia,
13:4 y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella?"
las declaraciones del "espíritu de profecía" abarcan mucho más que lo concerniente al campo físico. Se relacionan con el ámbito espíritual.
"Observemos primero la amalgama de razas de hombres. Lea nuevamente el texto de la primera declaración citada (Spiritual Gifts, vol. 3, p. 64), y observe las características de la amalgama:
1. Fue el “pecado por encima de los demás que clamaba por la destrucción de la raza por el diluvio”.
2. Éste “desfiguró la imagen de Dios, y causó confusión por todas partes”.
3. “Esta raza poderosa y longeva que había corrompido sus caminos delante de él”.
Dos grupos distintivos de seres humanos se presentan al comienzo del capítulo de Spiritual Gifts, vol. 3, titulado “Crimen antes del diluvio”:
(1) “Los descendientes de Set”, y (2) “los descendientes de Caín”. Los dos grupos eran diferentes en dos formas destacadas: (1) El primer grupo “sufrió la maldición sólo levemente”. (2) El segundo grupo, “que se separó de Dios y negó su autoridad, cayó bajo los efectos de la maldición más destacada, especialmente en estatura y nobleza de forma”. “Los descendientes de Set era llamados los hijos de Dios –los descendientes de Caín, los hijos de los hombres”. Aquí se presentan dos razas que difieren tanto en características morales como físicas.
Entonces, siguen inmediatamente estas palabras: “Al mezclarse los hijos de Dios con los hijos de los hombres, se corrompieron, y por casarse con ellos, perdieron, mediante la influencia de sus esposas, su carácter peculiar y santo, y se unieron con los hijos de Caín en su idolatría”. –pp. 60, 61. Luego sigue una descripción de su curso malvado de idolatría, particularmente su prostitución con fines pecaminosos con sus pertenencias de oro y plata y otras posesiones materiales. La Sra. White declara: “Se corrompieron con aquellas cosas que Dios había puesto sobre la tierra para beneficio del hombre”. –p. 63. Después de tratar sobre la idolatría, ella continúa con la poligamia y declara: “Cuantas más esposas los hombres tuvieran, más aumentaban en debilidad e infelicidad”. –p. 63.
Incluso, en este breve capítulo, hallamos suficiente apoyo a la posición de que los juicios de un diluvio sobre los hombres se debieron a la amalgama de razas de hombres. Se presentan dos razas. La amalgama de las dos resulta en corrupción e idolatría, y la poligamia sólo aumenta la corrupción y la debilidad. El pasaje controvertido dice que Dios trajo un diluvio porque la humanidad “había corrompido sus caminos delante de él”.
Corrupción de la imagen divina
Veamos pasajes paralelos en los escritos de Elena G. de White. En Patriarcas y Profetas, donde amplía mucho más sobre el tema, al hablar sobre los descendientes de Set y Caín, dice:
Durante algún tiempo las dos clases permanecieron separadas. Esparciéndose del lugar en que se establecieron primeramente, los descendientes [en el original aparece la palabra “race” que se puede traducir también como “raza”] de Caín se dispersaron por todos los llanos y valles donde habían habitado los hijos Set. Éstos, para escapar a la influencia contaminadora de aquéllos, se retiraron a las montañas, y allí establecieron sus hogares. Mientras duró esta separación, los hijos de Set mantuvieron el culto a Dios en toda su pureza. Pero con el transcurso del tiempo, se aventuraron poco a poco a mezclarse con los habitantes de los valles. Esta asociación produjo los peores resultados. Vieron "los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas." (Gen. 6: 2.) Atraídos por la hermosura de las hijas de los descendientes de Caín, los hijos de Set desagradaron al Señor aliándose con ellas en matrimonio. Muchos de los que adoraban a Dios fueron inducidos a pecar mediante los halagos que ahora estaban constantemente ante ellos, y perdieron su carácter peculiar y santo. Al mezclarse con los depravados, llegaron a ser semejantes a ellos en espíritu y en obras; menospreciaron las restricciones del séptimo mandamiento, y “tomáronse mujeres escogiendo entre todas." Los hijos de Set siguieron “el camino de Caín" (Judas 11), fijaron su atención en la prosperidad y el gozo terrenales y descuidaron los mandamientos del Señor. (pp. 67, 68)
Aquí la Sra. White describe una situación de impiedad acumulativa, que tuvo su clímax en el diluvio, y se había iniciado en la amalgama de la “raza de Caín” y los “hijos de Set”. Usamos la palabra “amalgama” con el uso apropiado de su significado en el diccionario, y conforme al uso acostumbrado en el tiempo en que la Sra. White escribió –la alianza matrimonial de diferentes razas.
Más adelante, en Patriarcas y Profetas, la Sra. White declara:
La poligamia se practicó desde tiempos muy antiguos. Fue uno de los pecados que trajo la ira de Dios sobre el mundo antediluviano y sin embargo, después del diluvio esa práctica volvió a extenderse. Hizo Satanás un premeditado esfuerzo para corromper la institución del matrimonio, debilitar sus obligaciones, y disminuir su santidad; pues no hay forma más segura de borrar la imagen de Dios en el hombre, y abrir la puerta a la desgracia y al vicio. (p. 350)
En un comentario sobre la historia de Israel, hace la siguiente observación:
Llegó a ser una práctica común la alianza matrimonial con los paganos…. El enemigo se regocijó en su éxito para borrar la imagen divina de las mentes del pueblo que Dios había escogido como su representante. (Fundamentals of Christian Education [Fundamentos de la educación cristiana], p. 499)
Tomemos este pasaje de otro de los escritos de Elena G. de White:
Los matrimonios profanos de los hijos de Dios con las hijas de los hombres resultaron en una apostasía que llevó a la destrucción del mundo por el diluvio. (Joyas de los testimonios, vol. 1, p. 605)
Resumiendo: El resultado de quebrantar la institución matrimonial, y particularmente de las alianzas matrimoniales entre los hijos de Dios y los paganos, fue “borrar la imagen de Dios en el hombre”. Además, “los matrimonios profanos de los hijos de Dios con las hijas de los hombres” guiaron a la humanidad irresistiblemente en el aumento de la iniquidad “que llevó a la destrucción del mundo por el diluvio”. Al sustituir la palabra “amalgama” por “matrimonio” en las citas anteriores, note el estrecho paralelismo con las siguientes declaraciones controvertidas: “el crimen básico de la amalgama… desfiguró la imagen de Dios”; y “Dios se propuso destruir por un diluvio esta raza poderosa y longeva que había corrompido sus caminos delante de él”.
En ninguno de estos pasajes paralelos que hemos citado, o en ningún otro que pueda citarse, la Sra. White habla sobre la cohabitación de hombre con bestia como una grotesca y horrenda imagen descriptiva de la impiedad antediluviana que precipitó el diluvio. Por el contrario, parecería que ella habla de la alianza matrimonial de la raza de Caín y la raza de Set, con su inevitable carga de idolatría, poligamia, y parentesco impío, como la causa del diluvio. Y todo esto armoniza con la declaración citada en el párrafo inicial del capítulo que contiene el pasaje en cuestión.
“Al mezclarse los hijos de Dios con los hijos de los hombres, se corrompieron, y por casarse con ellos, perdieron, mediante la influencia de sus esposas, su carácter peculiar y santo, y se unieron con los hijos de Caín en su idolatría”. (Spiritual Gifts [Dones espirituales], pp. 60, 61)
Como ya se dijo, a esta introducción al capítulo “Crimen antes del diluvio” le sigue una descripción de la idolatría que creció en forma galopante, la negación de Dios, el robo, la poligamia, el asesinato de hombres y la destrucción de la vida animal. Le sigue inmediatamente el pasaje en discusión, como si resumiera; “Pero si hubo un pecado por encima de los demás que clamaba por la destrucción de la raza por el diluvio fue el crimen básico de la amalgama de hombre y bestia que desfiguró la imagen de Dios, y causó confusión por todas partes”.[2]
Una piedra de tropiezo en el camino para aceptar esta interpretación del pasaje (la alianza matrimonial de razas de hombres y una cruza de especies de animales diferentes) es la construcción de la declaración: “amalgama de hombre y bestia que desfiguró la imagen de Dios”. ¿Cómo puede el cruzamiento de especies de animales lograr esto?
Pero, observemos más de cerca lo que ella dice. Dos resultados siguieron a “amalgama de [1] hombre y [2] bestia”: Esto (1) “desfiguró la imagen de Dios”, y (2) “causó confusión por todas partes”. Hemos visto cómo el matrimonio, la amalgama de las razas de hombres, produjo el primero de los resultados. ¿Por qué no podríamos considerar como apropiado que la amalgama de razas o especies de animales produjera lo segundo, es decir, “causó confusión por todas partes”? Cuando dos cosas relacionadas se describen en una oración, lo que sigue no debemos entenderlo como que todo resultado que se mencione se relaciona con cada una de las dos.
Segundo pasaje examinado
Esto nos conduce a considerar el segundo de los pasajes relacionados con la amalgama:
Todas las especies de animales que Dios había creado fueron preservadas en el arca. Las especies confusas que Dios no creó, que fueron el resultado de la amalgama, fueron destruidas por el diluvio. Después del diluvio ha habido amalgama de hombres y de bestias, como se puede ver en la casi infinita variedad de especies de animales, y en ciertas razas de hombres. –Spiritual Gifts, vol. 3, p. 75.
Este párrafo se encuentra separado del anterior sólo por unas pocas páginas. Las páginas intermedias cuentan sobre el diluvio.
Ella habla aquí de “todas las especies de animales que Dios había creado” en contraste con “las especies confusas que Dios no creó”. ¿“Especies confusas” de qué? La construcción sólo permite una respuesta: especies de animales. Pero una amalgama de hombre con bestia produciría, no una especie de animal, sino una especie híbrida de hombre-bestia, cualquiera que fuere. La Sra. White está hablando por cierto aquí mayormente de “especies confusas” de animales. Y ella dice simplemente que tales “especies confusas” “fueron el resultado de la amalgama”.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.