Varón, no es conocimiento lo que se requiere para ser salvo.
Todo un maestro de Israel era Nicodemo, sin embargo, no era salvo.
El tuvo que aprender lo que significa "nacer de nuevo".
Jua 3:14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,
Jua 3:15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Uno nace muerto espiritualmente, condenado, directo al infierno (Ro:5:18).
El veneno de la serpiente antigua, condeno inexorablemente la descendencia de Adán, no hay justo ni aún uno, así como por la transgresión de Adán vino la condenación a todos los hombres, sin excepción, de la misma manera, estos hombres que fueron mordidos en el desierto, a pocos minutos de morir, ya el veneno había hecho su efecto, agonizantes, postrados en el desierto, solo necesitaron mirar la serpiente de bronce izada por Moisés, y fueron salvos.
Nicodemo conocía esta experiencia, porque era maestro de Israel.
Sabía lo que significaba el "Día de la Expiación" conocía los sacrificios Levíticos, las escrituras de los profetas, conocía que Isaías hablaba de un Cordero humano, sobre el cual Jehová cargó el pecado (Is.53:6) de la tierra para quitarlo en un día (Zac.3:9),
Y cuando el Señor le cita el versículo 14, aludiendo al Hijo del Hombre izado sobre el cielo y la tierra, sus ojos esprituales fueron abiertos...
Entendió que el Señor era el Cordero de Isaías 53 y pudo asociarlo a la declaración de Juan el bautista cuando lo vio por vez primera:
"He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn.1:29).
Entendió que de nada le servía el conocimiento adquirido, sino colocaba toda su esperanza en Aquel Cordero, donde sus pecados serían puestos como Isaías dijo, para ser Justicia de Dios en Jesús (2Cor.5:19-20).
La prohibición del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, fue dada antes de formar a Eva de una parte de su cuerpo, aquí está el texto:
Gén 2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
Gén 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Es desobediencia a la voluntad de Dios lo que se contempla aquí.
Nuestra raza no ha surgido de de Adán en la inocencia de Edén, sino del Adán caído y pecador proscrito.
De modo que la naturaleza humana se encuentra envenenada desde su misma fuente por la ignorancia y desconfianza hacia Dios.
Es una naturaleza caída.
Adán sabía que traía Eva en su mano, pero jamás la había visto sin el resplandor refulgente de la gloria de Dios que cubría su desnudez, la cual pierde instantáneamente en el momento de obedecer la voz del diablo y hacer lo contrario de la voluntad de Dios (Gén 2:25).
Adán no fue engañado, su concupiscencia fue activada en el mismo momento que la contempla desnuda, entonces decide darle la espalda a Dios e irse con su mujer compartiendo su propio destino.
Apartarse de la Sabiduría de Cristo para buscarla en otras fuentes distintas, es clara evidencia de incredulidad y confianza en Aquel de quién está escrito:
Col 2:3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
Col 2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
Col 2:10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
NOSOTROS ESTAMOS COMPLETOS EN CRISTO, NO NECESITAMOS DE OTRAS FUENTES DEL CONOCIMIENTO.
Así como Nicodemo tuvo que aprender lo que significa nacer de nuevo, así también nosotros.
Y esto solo se logra entendiendo la expresión:
"Con Cristo estoy juntamente crucificado"
Lo que signficia muerto para el mundo y vivo para Dios.