Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

14 No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por
intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de
presbíteros.

Lor protestantes, Niegan los sacramentos como claros mandamientos de Dios para alcanzar la gracia que él ha dispuesto para nosotros que hemos creido en él, todos niegan la confesión, todos niegan la Eucaristía como el Cuerpo y Sangre de Cristo, y algunos hasta se atreven a negar el bautismo.

Los anglicanos no negamos la presencia real de Cristo en la Eucaristía, creemos que es un sacramento instituido por Cristo y un medio de gracia eficaz, realizamos liturgia eucarística y mantenemos la anamnesis, la epíclesis y las palabras de la institución, la celebramos con un presbítero u obispo debidamente ordenado por un obispo en sucesión apostólica etc...

Creemos en el carisma del que hablas y ordenamos presbíteros y obispos por obispos...

De las enseñanzas de la Iglesia niegan a María como la Teotokos, La Madre de Dios Hijo, Más aún aún cuando la Biblia afirma en no menos de 20 ocasiones a María como la Madre de Jesucristo, ellos la niega, aún cuando se dice creedores de la Biblia.la niegan como sagrada escritura, ocmo palabra de Dios.

La mayoría de la iglesias protestantes históricas como la anglicana o la luterana estamos en obediencia de los concilios ecuménicos de la iglesia y proclamamos a María Teotokos conscientes de que tal pronunciamiento se debe entender en el contexto de la correcta cristología, suscribimos el Credo de San Atanasio.

Muchos protestantes han caido en el emocionalismo, y algunos han apostatado de Cristo, ya no le creen como Dios de Dios, sino como un profeta judio, tal como los Testigos de Jeova, los Mormones, los Luz del Mundo. Algunos incluso le comparan con San Miguel Arcangel lo que si constituye una blasfemia y una apostasía.

Negar la trinidad, la divinidad y humanidad de Cristo etc... es suficiente para no considerar cristianos a quienes lo hacen. Así que los judaizantes, testigos de jehová no son protestantes aunque provengan históricamente de iglesias protestantes, del mismo modo que los arrianos no eran cristianos aunque proviniesen de la Iglesia Antigua.
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Me resulta patética esta discusión entre un ortodoxo y romanista.
El romanista pretende olvidar que su propia Institución religiosa afirma que fuera de ellas no hay salvación. Si esto es así las reliquias devueltas son de personas que no alcanzaron la salvación. Luego las han devuelto porque de nada les sirven.
Tambien el romanista se olvida como habla de los patriarcas y pregunta quien tiene el "primado" ignorando lo de "Primus interpares".
Luego acusa a los protestantes de no hacertar los sacrametos romanistas olvidado, una vez más, que dichos sacramentos fueron definidos por su secundo concilio de Lyón. Antes solo exitia un sacramento: El bautismo teniendo presente que en el primer credo ni siquiera fue nombrado. En cuanto a la eucaristía no es un sacramento sino una acción de gracias mediante los simbolos del pan y el vino. No olvidemos que el mismo Jesús cuando lo celebró con sus discípulos al final dijo que no volveria a beber del FRUTO DE LA VID. No dijo de su propia sangre.

La auténtica ortodoxia jamás aceptaran el primado del papa romano. Tampoco Roma aceptará el ser un patriarca como lo son los ortodoxos. Roma, falsamente, se atribuye jurisdicción sobre todas la iglesias occidentales y eso lo fundamente mediante las falsas decretales seudo isdo¡rianas en las que se afirma que el emperador Constantino regaló al obispo de Roma todo el Imperio Occidental. Además Roma no se conformó y desean tambien tenerla sobre el que fue imperio oriental.

Ambición de los papas romanos carece de límites pero el reesultado es que sus pueblos la estan abandonando en masa, tal como lo anunció Juan en su Apocalipsis.
Salid de ella pueblo mio

Si, caray que también de dolor se canta.

Anda niño ve a jugar con tus cuates para que entre ustedes se sigan contando cuentos, ya cuando maduren y puedan definir entre ustedes cual es la Identidad Reformada, entonces vienes y platicamos
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Los anglicanos no negamos la presencia real de Cristo en la Eucaristía, creemos que es un sacramento instituido por Cristo y un medio de gracia eficaz, realizamos liturgia eucarística y mantenemos la anamnesis, la epíclesis y las palabras de la institución, la celebramos con un presbítero u obispo debidamente ordenado por un obispo en sucesión apostólica etc...

Creemos en el carisma del que hablas y ordenamos presbíteros y obispos por obispos...

La mayoría de la iglesias protestantes históricas como la anglicana o la luterana estamos en obediencia de los concilios ecuménicos de la iglesia y proclamamos a María Teotokos conscientes de que tal pronunciamiento se debe entender en el contexto de la correcta cristología, suscribimos el Credo de San Atanasio.

Negar la trinidad, la divinidad y humanidad de Cristo etc... es suficiente para no considerar cristianos a quienes lo hacen. Así que los judaizantes, testigos de jehová no son protestantes aunque provengan históricamente de iglesias protestantes, del mismo modo que los arrianos no eran cristianos aunque proviniesen de la Iglesia Antigua.

Debemos distinguir a que anglicanismo te refieres, al reformado, al tradicionalista o al liberal. De entrada la Iglesia Católic ya les ha abbierto las puertas al catolicismo a los tradicionalistas,, no así a los reformados ni a los liberales.

Sobre el Carisma, creo que ese tema solo lo pueden manejar los jerarcas de la Iglesia, ya que yo caresco de los argumentos para afirmar la apostolicidad de las ordenaciones anglicanas.

El luteranismo niega la virginidad perpetua de María, hasta donde yo se, mientras que la Iglesia Católica y creo que tambien la Ortodoxa, afirman la virginidad perpetua de María.

Desgraciadamente muchos de los fundadores de las sectas judaisantes fueron masones protestantes que judaizados por la masonería yorkia y escocesa apostataron de la divinidad del Hijo. Masonería a la cual pertenecen muchos clérigos anglicanos.
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Si, caray que también de dolor se canta.

Anda niño ve a jugar con tus cuates para que entre ustedes se sigan contando cuentos, ya cuando maduren y puedan definir entre ustedes cual es la Identidad Reformada, entonces vienes y platicamos

Ni tu mismo sabes de que estas hablando. Desconoces incluso vuestro catecismo y lo que conoces del mismo lo entiendes mal.
Dinos, patetico romanista: ¿Se ha levantado la excomunión al Patriarca de Constantinopla decretada por el papa Leon IX? ¿Y la que determinó el Sínodo ortodoxo un año más tarde en contra del obispo romano? ¿Y la excomunión papal a las iglesias anglicanas y luteranas?

Estas excomuniones ahí están ¿de que pues hemos de placticar? ¿De tu supina ignorancia?

Lo que sigue te lo ganado a conciencia
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Debemos distinguir a que anglicanismo te refieres, al reformado, al tradicionalista o al liberal. De entrada la Iglesia Católic ya les ha abbierto las puertas al catolicismo a los tradicionalistas,, no así a los reformados ni a los liberales.
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Tobi
¿Les ha abierto las puertas? ¿Es que les ha levantado la excomunión? :llorando::llorando::llorando:
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Sobre el Carisma, creo que ese tema solo lo pueden manejar los jerarcas de la Iglesia, ya que yo caresco de los argumentos para afirmar la apostolicidad de las ordenaciones anglicanas.
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Tobi
Sera "carezco" ya que el caresco se debe referir a cáscaras. Las ordenaciones anglicanas, como tambien las luteranas son válidas puesto que se fundamentan en las tesis eclesiales anteriores a Gregorio VII e Inicencio III. Calro que de eso nuestro "canonista" Alonso del Igloo no tiene ni idea.
Claro que yo voy mucho más atrás donde se me informa como eran elegidos presbiteros y obispos.

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El luteranismo niega la virginidad perpetua de María, hasta donde yo se, mientras que la Iglesia Católica y creo que tambien la Ortodoxa, afirman la virginidad perpetua de María.
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Tobi
Ahora resulta que yo soy tan hereje como el evangelista Mateo ya que este nos informó de los hijos de Jose y Maria
Mat. 13:54-56
54.- Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?
<SUP> 55.- </SUP>¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?<SUP> </SUP>
<SUP>56.- </SUP>¿No están todas sus hermanas con nosotros?

Ya me contarás como es posible mantener esta virginidad perpétua pariendo tantos hijos. Esto si que es un misterio que no nos lo desvela la totalidad de vuestro magisterio, y claro no tengo más remedio que clamar :llorando::llorando::llorando::llorando::llorando::llorando:
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Desgraciadamente muchos de los fundadores de las sectas judaisantes fueron masones protestantes que judaizados por la masonería yorkia y escocesa apostataron de la divinidad del Hijo. Masonería a la cual pertenecen muchos clérigos anglicanos.
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Tobi
¿Sectas "judaisantes"? ¿Quienes son estos "judaisantes" Se que Pablo (fue un apóstol, no vaya a ser que lo confunda con Plablo Neruda) combatió a los JUDAIZANTES. Tampoco se que es esta masonería yorkiana y ecocesa que apostataron del divinidad del Hijo. Así, que, muchos clérigos anglicanos pertenecen a la masoneria. Por los visto el de la choza (perdon, castillo) ignora quew su infalible papa Pablo VI (no el Neruda) metió en el mismísimo Vaticano a la Logia P2. Claro que los negocios son los negocios. Lo malo es que su infalibilidad no le sirvió para evitar la quiebra de los Bancos Ior y el Ambrosiano. Y claro de nuevo estallo en un lacrimoso :llorando::llorando::llorando::llorando::llorando::llorando::llorando::llorando:

Ahora lo que si sabe hacer el Alonso de marras es que pegar fotos. En eso se lleva la palma. Claro algo es algo. :9::9::9:
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Ni tu mismo sabes de que estas hablando. Desconoces incluso vuestro catecismo y lo que conoces del mismo lo entiendes mal.
Dinos, patetico romanista: ¿Se ha levantado la excomunión al Patriarca de Constantinopla decretada por el papa Leon IX? ¿Y la que determinó el Sínodo ortodoxo un año más tarde en contra del obispo romano? ¿Y la excomunión papal a las iglesias anglicanas y luteranas?

Estas excomuniones ahí están ¿de que pues hemos de placticar? ¿De tu supina ignorancia?

Lo que sigue te lo ganado a conciencia

Mira niño, el anatema que se promulgaron los católicos y los ortodoxos se ha levantado con Paulo VI, y Atenagoras I. ahora bien, espero que aclarandote tu punto te puedas ir con tus amiguitos mentirosos a seguir echando mentiritas, claro que con sus buenas dosis de emocionalismo.

Declaración en común de S. S. Pablo VI y de S. B. el patriarca Atenágoras I

7 de diciembre de 1965

La declaración conjunta de Su Santidad Pablo VI y de Su Beatitud el patriarca Atenágoras I fue leída en francés en la sesión pública conciliar del 7 de diciembre y al mismo tiempo en el Fanar del Patriarcado de Constantinopla.

Llenos de agradecimiento hacia Dios por la gracia que, en su misericordia les otorgó de encontrarse fraternalmente en los sagrados lugares en los que, por la muerte y la resurrección de Cristo, se consumó el misterio de nuestra salvación y por la efusión del Espíritu Santo, nació la Iglesia, el Papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras I, no han olvidado el proyecto que cada uno por su parte concibió en aquella ocasión de no omitir en adelante gesto alguno de los que inspira la caridad y que sean capaces de facilitar el desarrollo de las relaciones fraternales entre la Iglesia católica romana y la Iglesia ortodoxa de Constantinopla, inauguradas en esa ocasión. Están persuadidos de que de esta forma responden al llamamiento de la gracia divina que mueve hoy a la Iglesia católica romana y a la Iglesia ortodoxa y a todos los cristianos a superar sus diferencias a fin de ser de nuevo "uno" como el Señor Jesús lo pidió para ellos a su Padre. Entre los obstáculos que entorpecen el desarrollo de estas relaciones fraternales de confianza y estima figura el recuerdo de las decisiones, actos e incidentes penosos que desembocaron en 1054, en la sentencia de excomunión pronunciada contra el patriarca Miguel Cerulario y otras dos personalidades por los legados de la sede romana, presididos por el cardenal Humberto, legados que fueron a su vez objeto de una sentencia análoga por parte del patriarca y el sínodo constantinopolitano.

No se puede hacer que estos acontecimientos no hayan sido lo que fueron en este período particularmente agitado de la historia. Pero hoy, cuando se ha emitido sobre ellos un juicio más sereno y justo, es importante reconocer los excesos con que han sido enturbiados y que han dado lugar ulteriormente a consecuencias que, en la medida en que nos es posible juzgar de ello, superaron las intenciones y previsiones de sus autores, cuyas censuras se referían a las personas en cuestión y no a las Iglesias y no pretendían romper la comunión eclesiástica entre las sedes de Roma y Constantinopla.

Por eso, el Papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras I y su Sínodo, seguros de expresar el deseo común de justicia y el sentimiento unánime de caridad de sus fieles y recordando el precepto del Señor: "Cuando presentas tu ofrenda en el altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt 5, 23-24), declaran de común acuerdo:

a) Lamentar las palabras ofensivas, los reproches infundados y los gestos condenables que de una y otra parte caracterizaron y acompañaron los tristes acontecimientos de aquella época.
b) Lamentar igualmente y borrar de la memoria y de la Iglesia las sentencias de excomunión que les siguieron y cuyo recuerdo actúa hasta nuestros días como un obstáculo al acercamiento en la caridad relegándolas al olvido.
c) Deplorar, finalmente, los lamentables precedentes y los acontecimientos ulteriores que, bajo la influencia de diferentes factores, entre los cuales han contado la incomprensión y la desconfianza mutua, llevaron finalmente a la ruptura efectiva de la comunión eclesiástica.
El Papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras I con su Sínodo son conscientes de que este gesto de justicia y perdón recíproco no puede bastar para poner fin a las diferencias antiguas o más recientes que subsisten entre la Iglesia católica romana y la Iglesia ortodoxa de Constantinopla y que, por la acción del Espíritu Santo, serán superadas gracias a la purificación de los corazones, al hecho de deplorar los errores históricos y una voluntad eficaz de llegar a una inteligencia y una expresión común de la fe apostólica y de sus exigencias.

Sin embargo, al realizar este gesto, esperan sea grato a Dios, pronto a perdonarnos cuando nos perdonamos los unos a los otros y esperan igualmente que sea apreciado por todo el mundo cristiano, pero sobre todo por el conjunto de la Iglesia católica romana y la Iglesia ortodoxa, como la expresión de una sincera voluntad común de reconciliación y como una invitación a proseguir con espíritu de confianza, de estima y de caridad mutuas, el diálogo que no lleve con la ayuda de Dios a vivir de nuevo para el mayor bien de las almas y el advenimiento del Reino de Dios, en la plena comunión de fe, de concordia fraterna y de vida sacramental que existió entre ellas a lo largo del primer milenio de la vida de la Iglesia.

Este texto es una traducción del que apareció en la versión francesa de «L'Osservatore Romano» el 8 de diciembre de 1965.
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Tobi
¿Les ha abierto las puertas? ¿Es que les ha levantado la excomunión?

Tobi
Sera "carezco" ya que el caresco se debe referir a cáscaras. Las ordenaciones anglicanas, como tambien las luteranas son válidas puesto que se fundamentan en las tesis eclesiales anteriores a Gregorio VII e Inicencio III. Calro que de eso nuestro "canonista" Alonso del Igloo no tiene ni idea.
Claro que yo voy mucho más atrás donde se me informa como eran elegidos presbiteros y obispos.

Tobi
Ahora resulta que yo soy tan hereje como el evangelista Mateo ya que este nos informó de los hijos de Jose y Maria
Mat. 13:54-56
54.- Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros?
55.- ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas?
56.- ¿No están todas sus hermanas con nosotros?

Ya me contarás como es posible mantener esta virginidad perpétua pariendo tantos hijos. Esto si que es un misterio que no nos lo desvela la totalidad de vuestro magisterio, y claro no tengo más remedio que clamar

Tobi
¿Sectas "judaisantes"? ¿Quienes son estos "judaisantes" Se que Pablo (fue un apóstol, no vaya a ser que lo confunda con Plablo Neruda) combatió a los JUDAIZANTES. Tampoco se que es esta masonería yorkiana y ecocesa que apostataron del divinidad del Hijo. Así, que, muchos clérigos anglicanos pertenecen a la masoneria. Por los visto el de la choza (perdon, castillo) ignora quew su infalible papa Pablo VI (no el Neruda) metió en el mismísimo Vaticano a la Logia P2. Claro que los negocios son los negocios. Lo malo es que su infalibilidad no le sirvió para evitar la quiebra de los Bancos Ior y el Ambrosiano. Y claro de nuevo estallo en un lacrimoso

Ahora lo que si sabe hacer el Alonso de marras es que pegar fotos. En eso se lleva la palma. Claro algo es algo.

Porque tú lo pediste, la Anglicanorum Coetibus

APOSTOLIC CONSTITUTION ANGLICANORUM COETIBUS

PROVIDING FOR PERSONAL ORDINARIATES FOR ANGLICANS
ENTERING INTO FULL COMMUNION
WITH THE CATHOLIC CHURCH



In recent times the Holy Spirit has moved groups of Anglicans to petition repeatedly and insistently to be received into full Catholic communion individually as well as corporately. The Apostolic See has responded favorably to such petitions. Indeed, the successor of Peter, mandated by the Lord Jesus to guarantee the unity of the episcopate and to preside over and safeguard the universal communion of all the Churches,[1] could not fail to make available the means necessary to bring this holy desire to realization.

The Church, a people gathered into the unity of the Father, the Son and the Holy Spirit,[2] was instituted by our Lord Jesus Christ, as “a sacrament – a sign and instrument, that is, of communion with God and of unity among all people.”[3] Every division among the baptized in Jesus Christ wounds that which the Church is and that for which the Church exists; in fact, “such division openly contradicts the will of Christ, scandalizes the world, and damages that most holy cause, the preaching the Gospel to every creature.”[4] Precisely for this reason, before shedding his blood for the salvation of the world, the Lord Jesus prayed to the Father for the unity of his disciples.[5]

It is the Holy Spirit, the principle of unity, which establishes the Church as a communion.[6] He is the principle of the unity of the faithful in the teaching of the Apostles, in the breaking of the bread and in prayer.[7] The Church, however, analogous to the mystery of the Incarnate Word, is not only an invisible spiritual communion, but is also visible;[8] in fact, “the society structured with hierarchical organs and the Mystical Body of Christ, the visible society and the spiritual community, the earthly Church and the Church endowed with heavenly riches, are not to be thought of as two realities. On the contrary, they form one complex reality formed from a two-fold element, human and divine.”[9] The communion of the baptized in the teaching of the Apostles and in the breaking of the eucharistic bread is visibly manifested in the bonds of the profession of the faith in its entirety, of the celebration of all of the sacraments instituted by Christ, and of the governance of the College of Bishops united with its head, the Roman Pontiff.[10]

This single Church of Christ, which we profess in the Creed as one, holy, catholic and apostolic “subsists in the Catholic Church, which is governed by the successor of Peter and by the Bishops in communion with him. Nevertheless, many elements of sanctification and of truth are found outside her visible confines. Since these are gifts properly belonging to the Church of Christ, they are forces impelling towards Catholic unity.”[11]

In the light of these ecclesiological principles, this Apostolic Constitution provides the general normative structure for regulating the institution and life of Personal Ordinariates for those Anglican faithful who desire to enter into the full communion of the Catholic Church in a corporate manner. This Constitution is completed by Complementary Norms issued by the Apostolic See.

I. §1 Personal Ordinariates for Anglicans entering into full communion with the Catholic Church are erected by the Congregation for the Doctrine of the Faith within the confines of the territorial boundaries of a particular Conference of Bishops in consultation with that same Conference.

§2 Within the territory of a particular Conference of Bishops, one or more Ordinariates may be erected as needed.

§3 Each Ordinariate possesses public juridic personality by the law itself (ipso iure); it is juridically comparable to a diocese.[12]

§4 The Ordinariate is composed of lay faithful, clerics and members of Institutes of Consecrated Life and Societies of Apostolic Life, originally belonging to the Anglican Communion and now in full communion with the Catholic Church, or those who receive the Sacraments of Initiation within the jurisdiction of the Ordinariate.

§5 The Catechism of the Catholic Church is the authoritative expression of the Catholic faith professed by members of the Ordinariate.

II. The Personal Ordinariate is governed according to the norms of universal law and the present Apostolic Constitution and is subject to the Congregation for the Doctrine of the Faith, and the other Dicasteries of the Roman Curia in accordance with their competencies. It is also governed by the Complementary Norms as well as any other specific Norms given for each Ordinariate.

III. Without excluding liturgical celebrations according to the Roman Rite, the Ordinariate has the faculty to celebrate the Holy Eucharist and the other Sacraments, the Liturgy of the Hours and other liturgical celebrations according to the liturgical books proper to the Anglican tradition, which have been approved by the Holy See, so as to maintain the liturgical, spiritual and pastoral traditions of the Anglican Communion within the Catholic Church, as a precious gift nourishing the faith of the members of the Ordinariate and as a treasure to be shared.

IV. IV. A Personal Ordinariate is entrusted to the pastoral care of an Ordinary appointed by the Roman Pontiff.

V. V. The power (potestas) of the Ordinary is:

a. ordinary: connected by the law itself to the office entrusted to him by the Roman Pontiff, for both the internal forum and external forum;

b. vicarious: exercised in the name of the Roman Pontiff;

c. personal: exercised over all who belong to the Ordinariate;

This power is to be exercised jointly with that of the local Diocesan Bishop, in those cases provided for in the Complementary Norms.

VI. § 1. Those who ministered as Anglican deacons, priests, or bishops, and who fulfill the requisites established by canon law[13] and are not impeded by irregularities or other impediments[14] may be accepted by the Ordinary as candidates for Holy Orders in the Catholic Church. In the case of married ministers, the norms established in the Encyclical Letter of Pope Paul VI Sacerdotalis coelibatus, n. 42[15] and in the Statement In June[16] are to be observed. Unmarried ministers must submit to the norm of clerical celibacy of CIC can. 277, §1.

§ 2. The Ordinary, in full observance of the discipline of celibate clergy in the Latin Church, as a rule (pro regula) will admit only celibate men to the order of presbyter. He may also petition the Roman Pontiff, as a derogation from can. 277, §1, for the admission of married men to the order of presbyter on a case by case basis, according to objective criteria approved by the Holy See.

§ 3. Incardination of clerics will be regulated according to the norms of canon law.

§ 4. Priests incardinated into an Ordinariate, who constitute the presbyterate of the Ordinariate, are also to cultivate bonds of unity with the presbyterate of the Diocese in which they exercise their ministry. They should promote common pastoral and charitable initiatives and activities, which can be the object of agreements between the Ordinary and the local Diocesan Bishop.

§ 5. Candidates for Holy Orders in an Ordinariate should be prepared alongside other seminarians, especially in the areas of doctrinal and pastoral formation. In order to address the particular needs of seminarians of the Ordinariate and formation in Anglican patrimony, the Ordinary may also establish seminary programs or houses of formation which would relate to existing Catholic faculties of theology.

VII. The Ordinary, with the approval of the Holy See, can erect new Institutes of Consecrated Life and Societies of Apostolic Life, with the right to call their members to Holy Orders, according to the norms of canon law. Institutes of Consecrated Life originating in the Anglican Communion and entering into full communion with the Catholic Church may also be placed under his jurisdiction by mutual consent.

VIII. § 1. The Ordinary, according to the norm of law, after having heard the opinion of the Diocesan Bishop of the place, may erect, with the consent of the Holy See, personal parishes for the faithful who belong to the Ordinariate.

§ 2. Pastors of the Ordinariate enjoy all the rights and are held to all the obligations established in the Code of Canon Law and, in cases established by the Complementary Norms, such rights and obligations are to be exercised in mutual pastoral assistance together with the pastors of the local Diocese where the personal parish of the Ordinariate has been established.

IX. Both the lay faithful as well as members of Institutes of Consecrated Life and Societies of Apostolic Life, originally part of the Anglican Communion, who wish to enter the Personal Ordinariate, must manifest this desire in writing.

X. § 1. The Ordinary is aided in his governance by a Governing Council with its own statutes approved by the Ordinary and confirmed by the Holy See.[17]

§ 2. The Governing Council, presided over by the Ordinary, is composed of at least six priests. It exercises the functions specified in the Code of Canon Law for the Presbyteral Council and the College of Consultors, as well as those areas specified in the Complementary Norms.

§ 3. The Ordinary is to establish a Finance Council according to the norms established by the Code of Canon Law which will exercise the duties specified therein.[18]

§ 4. In order to provide for the consultation of the faithful, a Pastoral Council is to be constituted in the Ordinariate.[19]

XI. Every five years the Ordinary is required to come to Rome for an ad limina Apostolorum visit and present to the Roman Pontiff, through the Congregation for the Doctrine of the Faith and in consultation with the Congregation for Bishops and the Congregation for the Evangelization of Peoples, a report on the status of the Ordinariate.

XII. For judicial cases, the competent tribunal is that of the Diocese in which one of the parties is domiciled, unless the Ordinariate has constituted its own tribunal, in which case the tribunal of second instance is the one designated by the Ordinariate and approved by the Holy See.

XIII. The Decree establishing an Ordinariate will determine the location of the See and, if appropriate, the principal church.

We desire that our dispositions and norms be valid and effective now and in the future, notwithstanding, should it be necessary, the Apostolic Constitutions and ordinances issued by our predecessors, or any other prescriptions, even those requiring special mention or derogation.



Given in Rome, at St. Peter’s, on November 4, 2009, the Memorial of St. Charles Borromeo.



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[1] Cf. Second Vatican Council, Dogmatic Constitution Lumen gentium, 23; Congregation for the Doctrine of the Faith, Letter Communionis notio, 12; 13.

[2] Cf. Dogmatic Constitution Lumen gentium, 4; Decree Unitatis redintegratio, 2.

[3] Dogmatic Constitution Lumen gentium, 1.

[4] Decree Unitatis redintegratio, 1.

[5] Cf. Jn 17:20-21; Decree Unitatis redintegratio, 2.

[6] Cf. Dogmatic Constitution Lumen gentium, 13.

[7] Cf. ibid; Acts 2:42.

[8] Cf. Dogmatic Constitution Lumen gentium, 8; Letter Communionis notio, 4.

[9] Dogmatic Constitution Lumen gentium, 8.

[10] Cf. CIC, can. 205; Dogmatic Constitution Lumen gentium, 13; 14; 21; 22; Decree Unitatis redintegratio, 2; 3; 4; 15; 20; Decree Christus Dominus, 4; Decree Ad gentes, 22.

[11] Dogmatic Constitution Lumen gentium, 8.

[12] Cf. John Paul II, Ap. Const. Spirituali militium curae, 21 April 1986, I § 1.

[13] Cf. CIC, cann. 1026-1032.

[14] Cf. CIC, cann. 1040-1049.

[15] Cf. AAS 59 (1967) 674.

[16] Cf. Congregation for the Doctrine of the Faith, Statement of 1 April 1981, in Enchiridion Vaticanum 7, 1213.

[17] Cf. CIC, cann. 495-502.

[18] Cf. CIC, cann. 492-494.

[19] Cf. CIC, can. 511.


© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana

Sobre las órdenes de anglicanos y luteranos, he dicho lo que he tenido que decir, si en tu particular secta creen que ellos tienen un orden válido pues adelante, ¿cual es tu punto?, pero si por creer que en tu secta que el órden es valido, piensas que todos lo debemos aceptar de esa manera, pues nada hombre que solo nos demuestras tu criterio infantil.

Sobre lo de la Virginidad Perpetua de María, pues es algo que la Iglesia ha creido como verdadero desde mucho antes que naciera Lutero, más aún, ¿puedes por favor mostrarnos los familiaares de Jesús, los decendientes de sus hermanos?, de perdida algún escrito de 2000 años de antigüedad escrito por alguien que confirme su hermandad con Cristo, y que nos confirme su vida de infancia.

El último pariente de Jesús que vivió fue decendiente de un primo de él que vivió como diácono en la casa de María en Nazareth, donde predicaba a Jesús y custodiaba la casa como un lugar de Peregrinación.

tpod.html


Finalmente por sectas judaizantes podemos entender todas aquellas que:

  • Prohiben comer cerdo
  • Prohiben tomar café
  • Aientan a su feligreses a comer alimentos Kosher
  • Ponen una bandera del Estado de Israel junto al púlpito
  • Cambian el día del Señor del Domingo al Sabado
  • Predican la prosperidad temporal como signo de la bendición y la sanidad
  • Piden diesmos a sus feligreses aún cuando sus pastores no son hijos de la casa de Aarón.
  • Hacen que sus feligreses vistan atuendos "judíos" y bailen como lo hacen los "judíos"
  • Tienen un antiguo testamento cuyo canon es del Judío establecido después de Pentecostés.

y así le puedo seguir. ¿Te queda claro a que me refiero con judaisante?

ahor niño, ve con compañeritos de mentiritas y cuentense más cuentitos hasta que se fastidien, luego entonces cuando hayan definido lo que significa una Identidad Reformada, entonces vienes y platicamos de ecumenismo. Antes no.
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Algo que es importante considerar es que mientras los católicos creen que los ortodoxos forman parte de alguna manera de la Iglesia de Cristo, los ortodoxos no creemos lo mismo respecto de los católicos, si bien es cierto que Dios da su gracia a quien quiera y esto tal vez pueda hacer que un católico, protestante o gentil pueda alcanzar la salvación por algún camino que desconocemos no creemos que por el hecho "coorporativo" de ser católico se pueda considerar miembro de la Iglesia.

¿Y por que se puede practicar la intercomunión entonces, si los católicos no pertenecemos al Cuerpo de Cristo?
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Debemos orar para finalmente encontrar la unidad

patriarcaecumnicoenguad.png
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Debemos distinguir a que anglicanismo te refieres, al reformado, al tradicionalista o al liberal. De entrada la Iglesia Católic ya les ha abbierto las puertas al catolicismo a los tradicionalistas,, no así a los reformados ni a los liberales.

Sobre el Carisma, creo que ese tema solo lo pueden manejar los jerarcas de la Iglesia, ya que yo caresco de los argumentos para afirmar la apostolicidad de las ordenaciones anglicanas.

El luteranismo niega la virginidad perpetua de María, hasta donde yo se, mientras que la Iglesia Católica y creo que tambien la Ortodoxa, afirman la virginidad perpetua de María.

Desgraciadamente muchos de los fundadores de las sectas judaisantes fueron masones protestantes que judaizados por la masonería yorkia y escocesa apostataron de la divinidad del Hijo. Masonería a la cual pertenecen muchos clérigos anglicanos.

Creo que tienes unas ideas un poco caóticas entorno a estas cuestiones, te lo digo con todo el amor y el respeto.

Los anglo-católicos que ya no estaban en comunión con el arzobispo de Canterbury y algunos otros románticos de la iglesia romana etc... que constituyen un grupo minoritario en el clero anglicano no se los puede considerar tradicionalistas anglicanos. Esta afirmación no tiene propiedad, existen muchos anglicanos tradicionalistas que por ser lo que son jamás se unirían a la iglesia romana. Ser un verdadero tradicionalista anglicano implica ser un defensor de la ortodoxía anglicana: los 39 puntos de religión, el libro de oración común, la forma episcopal de la iglesia (no la papista) y la liturgia anglicana con toda la riqueza que ésta tiene, heredada desde antiguo y propia de cada iglesia en comunión.

Los que llamas liberales anglicanos supongo que te refieres a los que aceptan la práctica homosexual, cambian la liturgia, no creen en la inerrabilidad de la Biblia etc... bueno este movimiento que no es ajeno a ninguna iglesia cristiana, los católicos tenéis vuestros teólogos liberales también, existe en la iglesia anglicana desde antiguo ya (siglo XIX) no es una cosa moderna aunque los medios le dan mucha tinta ahora. Sólo podemos decir que estas iglesias y personajes han roto la catolicidad con la iglesia y han incurrido en herejías notables que en algunos casos les privan de la comunión en la Iglesia.

En lo que te refieres a los reformados... ésto no tiene sentido en la iglesia anglicana. La iglesia anglicana es por definición y por su historia una iglesia anglicana. No somos una iglesia católica-romana escindida de la obediencia a Roma. Somos una iglesia reformada sustancialmente, aceptar los 39 artículos de religión supone aceptar lo fundamental de la Reforma protestante y éste es nuestro credo constitucional.

Por último las acusaciones de iglesia judaizante o masónica no tienen ningún sentido. La iglesia anglicana tiene muy claros sus orígenes históricos y el cuerpo doctrinal y no es ni judaizante ni masónico, si hay elementos que lo son allá ellos.
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

María para los anglicanos es aceptada como Madre de Dios, en cuanto a su perpetua virginidad éste es un tema del cual no se discute y en el que hay disparidad de opiniones, pero en todo caso, no se rechaza. En cuanto a su inmaculada concepción y su asunción a los cielos en cuerpo, pues se rechaza como creencia cristiana al no conocer ejemplo bíblico que lo sustente y parecer más bien contraria a la Escritura.

Aún así y con todo la iglesia anglicana sí mantiene un diálogo ecuménico entorno a María incidiendo por nuestra parte en la importancia de María como ejemplo de obediencia, sencillez y humildad. Es un personaje muy importante y se condena el silencio con respecto a ella, que es un autocensura absurda que los protestantes no deberían realizar, para no caer en el extremo contrario al católico-romano.

Como dato de color, el Arzobispo de Canterbury visitó Lourdes y predicó allí públicamente en una ceremonia conjunta. ¿A qué parece increíble que el mismísimo representante de la iglesia anglicana y mayor autoridad de honor de esta iglesia fuese a un centro de peregrinaciones mariano? je je je. Obviamente con su presencia y en su discurso es muy comedido y no se aventura a pronunciar nada contrario a la fe ni la iglesia anglicana, porque no puede como obispo que es. Les dejo un vídeo de aquel evento:

 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

nseigi:

Yo como simple feligrés católico solo te puedo responder que desde la perspectiva de quien está fuera del anglicanismo, lo que se puede ver son tres distintos grupos de anglicanos, la Alta Iglesia, muy similar a la católica, a la que también le llaman tradicionalista o ritualista, cualquiera de los dos términos, la Baja Iglesia, que se refiere a la iglesia anglicana de carácter tipo evangélico calvinista, en la cual no necesariamente se celebra la eucaristía, y finalmente existe la Amplia Iglesia a la que pertenece el mayor número de feligreses anglicanos y que no tiene un ritual definido, sino más bien ecléctico determinado por cada comunidad. A este último grupo pertenecen, Rowan Williams, las mujeres obispo, las mujeres sacerdotisas y el obispo gay.

En lo que se refiere a la eclesiología de los anglicanos es necesario destacar que dentro del anglicanismo, se dio un movimiento contrarreformista que apeló en gran medida a una iglesia anglicana más católica, más apostólica, y que regresó el ritual de la alta misa católica a la iglesia anglicana, el movimiento de Oxford, cuyos seguidores son en la actualidad la Alta Iglesia Anglicana y del cual se desprendió el Cardenal John Newman Esta alta iglesia no acepta el obispado ni el sacerdocio de la mujeres, ni de los gay.


El anglicanismo se asume así mismo como la unión de iglesias de tradición anglicana, no sujeta al comando del obispo de Canterbury al que solo se considera como el de más honor dentro de la comunidad, pero que carece de cualquier potestad ejecutiva para disciplinar y ordenar la vida de las iglesias particulares, por lo demás autónomas.

Hasta este punto al obispo de Canterbury le considera cabeza la Iglesia episcopaliana de los Estados Unidos, mientras que el resto de los anglicanos ingleses tienen por cabeza a la Reina Isabel II.

La Iglesia Católica no solo es la heredera de las cátedras de los santos apóstoles Pedro y Pablo sino de la Iglesia en Jerusalén existente antes de la diáspora de los habitantes de Israel llevados a Roma cautivos como esclavos por Tito.

La apostolicidad de la Iglesia Católica es roca firme, aún y con todos los problemas que a lo largo de la historia ha confrontado, los católicos estamos seguros que el Espíritu Santo no nos abandona, sino que nos va depurando y nos va pasando por fuego como metal precioso que se purifica retirando la escoria del metal fundido.

La Iglesia Católica no deja de pensar en todos los creyentes en Cristo, a quienes desea incorporar al único cuerpo de Cristo, pero para esto es necesario que haya la apertura al Espíritu de Dios que nos llama a la unidad. Si en el fondo del corazón alguien cree que lo mejor para la Iglesia es la división, entonces téngase por seguro que el Espíritu de Dios no está en él. Haga examen de conciencia, ¿soy humilde a la voluntad de Dios?, ¿Mi corazón está abierto a su palabra?, ¿Realmente quiero agradarle cumpliendo su deseo de unidad?, ¿Valoro más mi propia concepción de las cosas que la verdad revelada?, ¿Cuándo católico, viví como católico o viví como creí que vive un católico?.

La Iglesia es a imagen de Cristo y por orden suya, misericordiosa, y acoge en su seno a quienes le han ofendido y a quienes la han acusado falsamente de ramera de babilonia, si estos en humildad y sinceridad con el corazón contrito se acercan a la Iglesia. La Iglesia va al ecumenismo no para dejar como permanente la dolorosa división eclesiológica existente, son para encontrar maneras que permitan la comunión válida de los cristianos de origen apostólico. La Iglesia busca la Comunión de los cristianos. Pero tampoco puede buscar una situación que la ponga en riesgo de más divisiones y desencuentros porque esa no es la finalidad del movimiento ecuménico visto desde la Iglesia, sino que se forme un solo rebaño visible, en espera de su supremo pastor Jesucristo apacentado por Pedro hasta su venida.
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Es mi primera vez en el foro y tienes mucha razon con lo que usted dice como dijo San Marcos de Efeso en falso concilio de Florecia :
<DL><DD>"It is impossible to recall peace without dissolving the cause of the schism— the primacy of the Pope exalting himself equal to God." [1] </DD></DL><DL><DD>"The Latins are not only schismatics but heretics... we did not separate from them for any other reason other than the fact that they are heretics. This is precisely why we must not unite with them unless they dismiss the addition from the Creed filioque and confess the Creed as we do." [2] </DD></DL><DL><DD>"Our Head, Christ our God... does not tolerate that the bond of love be taken from us entirely." [3] </DD></DL><DL><DD>"We seek and we pray for our return to that time when, being united, we spoke the same things and there was no schism between us." [4] </DD></DL> traducion al espanol(nota esta sujeto a errores):
"Es imposible recordar la paz sin disolver la causa del cisma, el primado del Papa exalta a sí mismo igual a Dios." [1]
"Los latinos no son cismáticos, pero sólo los herejes ... no nos separamos de ellos por cualquier otro motivo que no sea el hecho de que son herejes. Es precisamente por eso no debemos unirnos con ellos a menos que despidiera la adición del Filioque Creed y el Credo confesamos que nosotros. " [2]
"Nuestro jefe, Cristo nuestro Dios ... no tolera que el vínculo de amor que nos quitaron por completo." [3]
"Buscamos y oramos por nuestro regreso a esa época cuando, estando unidos, hablamos las mismas cosas y no había división entre nosotros." [4]
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

NOTA: EL MENSAJE ANTERIOR SOBRE LO QUE DIJO SAN MARCOS DE EFESO FUE ENVIADO A HERMAN OF ALASKA..... Hermano es tiempo que los Cristianos de Occidente salgan de la oscuridad de la Herejia y regresen a la luz de Cristo que esta en la Cristiandad Ortodoxa.
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

"Es imposible recordar la paz sin disolver la causa del cisma, el primado del Papa exalta a sí mismo igual a Dios." [1]
"Los latinos no son cismáticos, pero sólo los herejes ... no nos separamos de ellos por cualquier otro motivo que no sea el hecho de que son herejes. Es precisamente por eso no debemos unirnos con ellos a menos que despidiera la adición del Filioque Creed y el Credo confesamos que nosotros. " [2]
"Nuestro jefe, Cristo nuestro Dios ... no tolera que el vínculo de amor que nos quitaron por completo." [3]
"Buscamos y oramos por nuestro regreso a esa época cuando, estando unidos, hablamos las mismas cosas y no había división entre nosotros." [4]
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

"Es imposible recordar la paz sin disolver la causa del cisma, el primado del Papa exalta a sí mismo igual a Dios." [1]
"Los latinos no son cismáticos, pero sólo los herejes ... no nos separamos de ellos por cualquier otro motivo que no sea el hecho de que son herejes. Es precisamente por eso no debemos unirnos con ellos a menos que despidiera la adición del Filioque Creed y el Credo confesamos que nosotros. " [2]
"Nuestro jefe, Cristo nuestro Dios ... no tolera que el vínculo de amor que nos quitaron por completo." [3]
"Buscamos y oramos por nuestro regreso a esa época cuando, estando unidos, hablamos las mismas cosas y no había división entre nosotros." [4]

¡Crsito ha resucitado!

Mjuarbe32

Vaya, casualmente andaba por aquí y veo tu respuesta, tengo algo de tiempo que no participaba y de pronto veo tus mensajes, ¿a que iglesia ortodoxa perteneces?

Saludos
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

¿Y por que se puede practicar la intercomunión entonces, si los católicos no pertenecemos al Cuerpo de Cristo?

Los ortodoxos solo pueden recibir los ssacramentos de la Iglesia Ortodoxa y no los pueden administrar a nadie que no sea miembro de la Iglesia Ortodoxa, los católicos por otra parte tienen permitido recibir los sacramentos de otras iglesias siempre y cuando, no tengan una iglesia católica cerca o estando en peligro de muerte y que el ministro no católico esté dispuesto a dar el sacramento.

Saludos
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

"Es imposible recordar la paz sin disolver la causa del cisma, el primado del Papa exalta a sí mismo igual a Dios." [1]
"Los latinos no son cismáticos, pero sólo los herejes ... no nos separamos de ellos por cualquier otro motivo que no sea el hecho de que son herejes. Es precisamente por eso no debemos unirnos con ellos a menos que despidiera la adición del Filioque Creed y el Credo confesamos que nosotros. " [2]
"Nuestro jefe, Cristo nuestro Dios ... no tolera que el vínculo de amor que nos quitaron por completo." [3]
"Buscamos y oramos por nuestro regreso a esa época cuando, estando unidos, hablamos las mismas cosas y no había división entre nosotros." [4]

No,

El papa no es exaltado Igual a Dios NUNCA, el llamarlo santo padre, no es confundirlo con el Padre Infinito y Misericordios, jamás la Iglesia a proclamado tal aberración, El Papa posee un ministerio único que Cristo estableció en Pedro y no así en el resto de los apóstoles, como mal intentan interpretar los Cismáticos, Dicho ministerio está muy claro y evidente en las Sagradas Escrituras y en los escritos de los Santos Padres Griegos de la Iglesia, mire:

La Sagrada Escritura

Mateo 10,2-4

2 Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón,
llamado Pedro
, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano
Juan;
3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de
Alfeo y Tadeo;
4 Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó.


Mateo 16,15-19

15 Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»
16 Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.»
17 Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de
Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que
está en los cielos.
18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la
tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará
desatado en los cielos.»


Lucas 22, 31-32

31 «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros
como trigo;
32 pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú,
cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.»


Juan 1,42

42 Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú
eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» - que quiere decir,
“Piedra”.


Juan 21, 15-17

15 Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de
Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te
quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.»
16 Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le
dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis
ovejas.»
17 Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se
entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le
dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús:
«Apacienta mis ovejas.


San Pedro se fue a la apacentar de primera mano la Iglesia de Roma:

1 Pedro 5,13

13 Os saluda la que está en Babilonia, elegida como vosotros, así
como mi hijo Marcos.


La Sagrada Escritura clarifica a que se refiere el término Llaves del Reino:

Isaías 22, 22-25

22 Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y
nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá.
23 Le hincaré como clavija en lugar seguro, y será trono de gloria para
la casa de su padre.
24 Colgarán allí todo lo de valor de la casa de su padre - sus
descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas y
cántaros.
25 Aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - se removerá la clavija
hincada en sitio seguro, cederá y caerá, y se hará añicos el peso que
sostenía, porque Yahveh ha hablado.


El Ministerio de San Pedro es el ministerio de quien tiene a su cargo la casa del dueño para velar por ella, el tiene la responsabilidad máxima al cuidado de las ovejas del Señor. Su misión es apacentarlas y confirmarlas en la fe en Jesucristo Nuestro Señor.

Los Padres Griegos de la Iglesia Católica



1) St. John Chrysostom:

1) And why, then, passing by the others, does He converse with Peter on these things? (John 21:15). He was the chosen one of the Apostles, and the mouth of the disciples, and the leader of the choir. On this account, Paul also went up on a time to see him rather than the others (Galatians 1:18). And withal, to show him that he must thenceforward have confidence, as the denial was done away with, He puts into his hands the presidency over the brethren. And He brings not forward the denial, nor reproches him with what had past, but says, 'If you love me, preside over the brethren ...and the third time He gives him the same injunction, showing what a price He sets the presidency over His own sheep. And if one should say, 'How then did James receive the throne of Jerusalem?,' this I would answer that He appointed this man (Peter) teacher, not of that throne, but of the whole world. (Chrysostom, In Joan. Hom. 1xxxviii. n. 1, tom. viii)


San Juan Crisóstomo (347 -407), Patriarca de Constantinopla, Padre de la Iglesia.

1)¿Y porqué, entonces, pasando a otros, conversó Él con Pedro sobre estas cosas? (Juan 21,15). El fue el Escogido de los Apóstoles, y la boca de los discípulos, y el líder del coro. A cuenta de esto, Pablo también fue arriba una ocasión a verlo antes que a otros (Gal 1,18). Y con ello, mostrarle que él desde entonces debía tenerle confianza, tal como la negación fue hecha lejos, Él puso en sus manos la presidencia sobre el rebaño. Y Él (Jesús) no le recordó la negación, ni lo reprochó con lo que había pasado, mas dice " Si tu me amas, apacienta mi rebaño...y la tercera vez que Él le da el mismo mandato, mostrando a que precio Él establecería la presidencia sobre su propio rebaño. Y si uno dijera, "¿Como entonces Santiago recibió el trono de Jerusalén?" Esto contestaría yo que él apuntó a este hombre (Pedro) maestro, no de ese trono, sino de el mundo entero. (San Juan Crisóstomo, Sobre Juan. Homilía 1 xxxviii n. 1, tomo viii)


2) John Cassian, Monk (c. 430)

That great man, the disciple of disciples, that master among masters, who wielding the government of the Roman Church possessed the principle authority in faith and in priesthood. Tell us, therefore, we beg of you, Peter, prince of Apostles, tell us how the Churches must believe in God (Cassian, Contra Nestorium, III, 12, CSEL, vol. 17, p. 276).



San Juan Casiano monje

Aquel gran hombre , el discípulo de discípulos, que enseñó entre los maestros, quien ejerció el gobierno de la Iglesia de Roma poseyó la autoridad principales fe y en sacerdocio. Dinos, entonces, nosotros te suplicamos, Pedro, Príncipe de los Apóstoles, dinos como las Iglesias deben creer en Dios (Casiano, Contra Nestorio, III, 12, CSEL, vol 17, p 276).



3) Emperor Justinian (520-533)

Writing to the Pope:
Yielding honor to the Apostolic See and to Your Holiness, and honoring your Holiness, as one ought to honor a father, we have hastened to subject all the priests of the whole Eastern district, and to unite them to the See of your Holiness, for we do not allow of any point, however manifest and indisputable it be, which relates to the state of the Churches, not being brought to the cognizance of your Holiness, since you are the Head of all the holy Churches. (Justinian Epist. ad. Pap. Joan. ii. Cod. Justin. lib. I. tit. 1).


Emperador Justiniano (520 – 533) (emperador del Imperio Bizantino con sede en Constantinopla)

Escribiendo al Papa:

Rindiendo honor a la Sede Apostólica y a Su Santidad, y honrando sus Santidades, como uno debe honrar un padre, nosotros hemos adelantado a sujetar todos los presbíteros de todo el distrito Este, y a unirlos a la sede de su santidad, porque nosotros no permitimos en cualquier punto, sin embargo sea manifiesto o indisputable, que se relacione al estado de las Iglesias, no siendo traído al conocimiento de Su Santidad, porque usted es la cabeza de todas las santas Iglesias. (Justiniano Epistola al Papa Juan II. Cod. Justin. Lib. I. tit. 1)


4) St. Nicephorus, Patriarch of Constantinople (758-828)

Without whom (the Romans presiding in the seventh Council) a doctrine brought forward in the Church could not, even though confirmed by canonical decrees and by ecclesiastical usuage, ever obtain full approval or currency. For it is they (the Popes of Rome) who have had assigned to them the rule in sacred things, and who have received into their hands the dignity of headship among the Apostles. (Nicephorus, Niceph. Cpl. pro. s. imag. c 25 [Mai N. Bibl. pp. ii. 30]).


San Nicéforo, Patriarca de Constantinopla (758-828)

Sin quienes (los Romanos presidiendo en el séptimo concilio) un doctrina traída adelante en la Iglesia no puede, aún cuando confirmada por decretos canónicos y por uso eclesial, en cualquier caso obtener completa aprobación o uso. Porque esto es de ellos (los Papas de Roma) quienes han tenido asignada para ellos la regla en cosas sagradas, y quienes han recibido en sus manos la dignidad de encabezar entre los Apóstoles. (Nicéforo, Nicef. Cpl. Pro. S. imag. C 25 [Mai N. Bibli. pp. ii. 30])


5) St. Maximus the Confessor (c. 650)

A celebrated theologian and a native of Constantinople

The extremities of the earth, and everyone in every part of it who purely and rightly confess the Lord, look directly towards the Most Holy Roman Church and her confession and faith, as to a sun of unfailing light awaiting from her the brilliant radiance of the sacred dogmas of our Fathers, according to that which the inspired and holy Councils have stainlessly and piously decreed. For, from the descent of the Incarnate Word amongst us, all the churches in every part of the world have held the greatest Church alone to be their base and foundation, seeing that, according to the promise of Christ Our Savior, the gates of hell will never prevail against her, that she has the keys of the orthodox confession and right faith in Him, that she opens the true and exclusive religion to such men as approach with piety, and she shuts up and locks every heretical mouth which speaks against the Most High. (Maximus, Opuscula theologica et polemica, Migne, Patr. Graec. vol. 90)


San Máximo el Confesor (c 650)
Un celebre teólogo y nativo de Constantinopla.

Las extremidades del mundo, y todos en cada parte de este quien puramente y rectamente confiesa al Señor, mire directamente hacia la Más Santa Iglesia Romana y su confesión y fe, como a un sol de luz infalible esperando de ella la radiación brillante de los dogmas sagrados de nuestro Padres, de acuerdo a esa que los inspirados y santos concilios han impecablemente y piadosamente decretado. Porque, de la descendencia de la Palabra encarnada entre nosotros, todas las Iglesias en todas partes de el mundo han sostenido la máxima Iglesia sola para ser su base y fundamento, viendo eso, de acuerdo a la promesa de Cristo Nuestro Salvador, las Puertas del Infierno nunca prevalecerán contra ella, que ella tiene las llaves de la Confesión Ortodoxa y fe recta en Él, que ella abre la verdadera y exclusiva religión a tales hombres como se aproximen con piedad, y ella calla y cierra toda boca herética que hable contra el Altísimo. (Maximus, Opuscula theologica et polemica, migne, Patr. Graec. Vol. 90)


How much more in the case of the clergy and Church of the Romans, which from old until now presides over all the churches which are under the sun? Having surely received this canonically, as well as from councils and the apostles, as from the princes of the latter (Peter and Paul), and being numbered in their company, she is subject to no writings or issues in synodical documents, on account of the eminence of her pontificate .....even as in all these things all are equally subject to her (the Church of Rome) according to sacerodotal law. And so when, without fear, but with all holy and becoming confidence, those ministers (the popes) are of the truly firm and immovable rock, that is of the most great and Apostolic Church of Rome. (Maximus, in J.B. Mansi, ed. Amplissima Collectio Conciliorum, vol. 10)


¿Cuanto más en el caso del clero y la Iglesia de los Romanos, que desde antiguo hasta hoy preside sobre todas las Iglesias que están bajo el sol? Habiendo recibido seguramente esta canónicamente, tanto de concilios y de los Apóstoles, como de los príncipes más recientes (Pedro y Pablo), y siendo numerada en su compañía, ella esta sujeta a ningún escrito o caso en documentos sinodales, por cuenta de la enminencia de su pontificado… incluso como en todas estas cosas todos son igualmente sujetos a ella (la Iglesia de Roma) según la ley sacerdotal. Y si cuando, sin miedo, pero con todo santa y venida confidencia, esos ministros (los papas) son de la verdadera firme e inmovible roca, que es de la más grande y Apostólica Iglesia de Roma. (Maximo, en J.B. Mansi, ed. Amplissima Collectio Conciliorum, vol. 10)


If the Roman See recognizes Pyrrhus to be not only a reprobate but a heretic, it is certainly plain that everyone who anathematizes those who have rejected Pyrrhus also anathematizes the See of Rome, that is, he anathematizes the Catholic Church. I need hardly add that he excommunicates himself also, if indeed he is in communion with the Roman See and the Catholic Church of God ...Let him hasten before all things to satisfy the Roman See, for if it is satisfied, all will agree in calling him pious and orthodox. For he only speaks in vain who thinks he ought to pursuade or entrap persons like myself, and does not satisfy and implore the blessed Pope of the most holy Catholic Church of the Romans, that is, the Apostolic See, which is from the incarnate of the Son of God Himself, and also all the holy synods, according to the holy canons and definitions has received universal and surpreme dominion, authority, and power of binding and loosing over all the holy churches of God throughout the whole world. (Maximus, Letter to Peter, in Mansi x, 692).


Si la Sede Romana reconoce a Pyrrhus para ser no solo reprobable sino herético, esto es ciertamente claro que todo quien anatemiza a esos que han rechazado a Pyrrus también anatemiza a la Sede de Roma, esto es, ese anatemiza la Iglesia Católica. Yo fuertemente necesito adicionar que ese también se anatemiza así mismo, se en efecto ese esta en comunión con la Sede Romanay la Iglesia Católica de Dios … Déjenlo apresurarse ante todas las cosas para satisfacer la Sede Romana, porque si esta es satisfecha, todos estarán de acuerdo en llamarlo piadoso y ortodoxo. Porque ese solo habla en vano a quien piensa que el debería persuadir o entrampar personas como a mi mismo, y no satisface e implora al Bentito Papa de la más Santa Iglesia Católica de los Romanos, esto es, la Sede Apostólica, la cual procede del mismo Hijo de Dios encarnado, y tambien todos los santos sínodos, de acuerdo a los santos canones y definiciones ha recibido dominio universal y supremo, autoridad, y poder de atar y desatar sobre todas las santas Iglesias de Dios alo ancho del mundo entero. (Maximus, Letter to Peter, in Mansi x, 692).

Como puedes comprobar, la Iglesia Católica es la que tiene su Sede en Roma. y solo a ella se refiere la potestad que ha sido entregada a San Pedro por Dios en persona. San Juan Crisóstomo uno de los padres de la Iglesia de Grecia, escribió muchas cartas y homilías, y aún en el exilio de su sede patriarcal, el reconoce al patriarca de Roma como el que tiene la recta fe.

También podemos decir respecto al filioque, que El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo en tanto que es el Hijo quien nos manda el Espíritu Santo del Padre. No se trata pues de hacer del Espíritu Santo una persona falsamente inferior al Padre y al Hijo, sino de entender que el Hijo, Hombre verdadero es también Dios verdadero con el Padre y el Santo Espíritu.

El Papa Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI ya han recitado el Creo Niceno Constantinopolitano en su texto griego sin el Filioque acompañados del Patriarca Bartolomé I, de manera que no se pueden escudar en esa clausula para impedir que el Espíritu Santo reúna lo que jamás debió dividirse.

A la luz de la actualidad, es muy triste ver que Moscú está reclamando el derecho a la Primacía sobre los patriarcados de Constantinopla, Antioquia y Jerusalén, basándose en el mismo falso argumento que se basó la Iglesia de Constantinopla para denostar a Roma. El poder mundano.

Esperemos que las Iglesia camine con pasos firmes para que ortodoxos y católicos nos reencontremos. Y nos comprendamos y nos unamos nuevamente, dejando de lado patriotismos falsos, divisivos y dolorosos.
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Estimado sr castillo:

He leido su respuesta y le invito que lea un articulo sobre el punto de vista ortodoxo sobre la primacia del papa de Roma y se dara cuenta de muchas cosahttp://www.fatheralexander.org/booklets/spanish/el_papa.htms. Recuerde que Roma fue Ortodoxa en el primer milenio de la cristiandad.
 
Re: Ecumenismo Católico - Ortodoxo

Sobre la supremacia del Papa * Contenido: La Igualdad de los Obispos. ¿Tiene Cristo un Vicario en la Iglesia? Sobre la Sucesión y la Infalibilidad del Papa. Explicación del Evangelio sobre la confesión de Pedro. * * * La Igualdad de los Obispos. La Dogmática de la Iglesia Ortodoxa Católica, de P. N. Trembelas, Tomo II, páginas 423-427 Si consideramos las relaciones de los obispos entre si, son todos iguales y se distinguen solamente por títulos de honor y de precedencia; los metropolitanos y los arzobispos son los primeros entre iguales. Solo el obispo de Roma ha pretendido "poseer un poder supremo y universal de jurisdicción sobre toda la Iglesia, no solamente en cuestiones de fe y moral, sino también en la disciplina y en el gobierno de la Iglesia" (Ott, Louis, Grundíss der Dogmatik, 1954, p. 402). Conforme a esta definición, que tiene el valor de dogma en la Iglesia católica-romana, cada obispo recibe su autoridad de pastor directamente del papa, pero, sin embargo, según enseña Pío XII en su encíclica mystici Corporis (1943), "cada obispo conduce y gobierna su propia diócesis en nombre de Cristo y como verdadero pastor del rebaño confiado a él." Aún en esta actividad, los obispos no son totalmente sui juris, "quedando sometidos a la autoridad del Pontífice romano, puesto que ellos gozan de un poder ordinario de jurisdicción que se deriva inmediatamente del papa." El papa apoya sus pretensiones sobre la primacía de Pedro transmitida hereditariamente después de é1 a todos los que le han sucedido en la sede de Roma. Así, según este ensañamiento presuntuoso y sin fundamento de los obispos de Roma, Cristo estableció a San Pedro como jefe de todos los apóstoles y cabeza de toda la Iglesia, confiriéndole inmediata y personalmente la primacía de autoridad. Conforme a este mandato, Pedro debe tener continuamente sucesores en su primacía sobre la Iglesia entera y los sucesores de Pedro en la primacía son los obispos de Roma. Sin embargo, un examen imparcial de los textos del Nuevo Testamento en los que se apoyan los católicos-romanos, como otros testimonios históricos de los Hechos de los Apóstoles y de las Epístolas de San Pablo, demuestran con evidencia que el Apóstol Pedro no recibió del Señor ni ejerció jamás ninguna primacía sobre los otros apóstoles. Las palabras del Señor, "tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mateo 16:18), no predicen que Pedro sea el fundamento sobre el cual será fundada la Iglesia, como sobre una roca sólida. Esto se hace evidente de la afirmación formal de San Pablo, "porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo" (I Corintios 3:11) La frase, "sobre esta piedra" significa "sobre la fe de la confesión" (San Juan Crisóstomo, Sobre Mateo, Homilía 54). Teofilacto expone muy claramente su sentido: "Esta confesión que formula Pedro puede ser el fundamento de los que creen, de modo que todo el que debe construir el edificio de la fe puede presumirla como fundamento" (Sobre Mateo, 16:18). Con esta interpretación concuerda perfectamente el sentido de I Corintios arriba citado. Pero aunque admitamos que Pedro sea indicado así como piedra de base, que "la Iglesia esté edificada sobre el," y "que el Señor haya construido la Iglesia sobre uno solo" (Tertuliano, De Monog., 8), no se debe olvidar que los otros apóstoles y todos los profetas juntos eran llamados "fundamentos," puesto que los fieles están establecidos sobre Cristo como piedra del ángulo y que la Jerusalén celestial está descrita como una muralla "con doce fundamentos y sobre ellos los doce nombres de los apóstoles del Cordero" (Efesios 2:20; Apocalipsis 21:14). Sin embargo, Pedro podría ser considerado como fundamento, no en el sentido en que lo entienden los católicos-romanos, sino como el primer confesor de la verdadera fe y los confesores de la misma fe que le han seguido serán añadidos a é1 como otras piedras vivas, a fin de que sea construido el edificio de la Iglesia. Como lo nota Orígenes, nosotros mismos confesando como Pedro, "'tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo,' nos hacemos otros Pedros, y la palabra de Dios, 'tú eres Pedro', etc., podría sernos dirigida a nosotros. En efecto, todo imitador de Cristo es piedra y sobre toda piedra semejante está basado todo juicio eclesiástico y la sociedad que éste expresa" (Sobre Mateo). La misma observación puede hacerse con relación a la promesa hecha ulteriormente por el Señor a Pedro: "a ti daré las llaves del reino de los cielos," promesa que El generalizó un poco después a favor de todos los apóstoles. "El a ti daré," observa con razón Teofilacto, "indica un tiempo futuro; el momento del don era la hora de la resurrección, cuando El dirá, tomad el Espíritu Santo, a los que remitiereis los pecados, les son remitidos; a quienes los retuviereis, serán retenidos" (Juan 20:22-23) y, por consiguiente "este don fue hecho, fue concedido también a los otros apóstoles" (Sobre Mateo, 16:19). Además, la triple interrogación del Señor a Pedro, en el momento de Su manifestación en el mar de Tiberiades después de la resurrección, "¿me amas más que estos?" y la afirmación reiterada del Señor después de su triple contestación: "apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas," no tiene la significación de transmitir a Pedro alguna primacía, con poder de jurisdicción sobre todo el rebaño de Cristo, hasta el fin del mundo, como lo entienden los católicos-romanos. Para Cirilo de Alejandría, puesto que Pedro, "sobrecogido de un invencible espanto, había negado tres veces al Señor en la corte del sumo sacerdote, el Señor curó al que se había caído y diversamente reclama tres veces la confesión, a fin de que la falta cometida en su triple negación fuera borrada." Y el Señor, por la palabra, 'apacienta mis ovejas,' quiere indicar una renovación de la misión ya dada, liberándole de la vergüenza de las faltas y borrando la bajeza del sentimiento nacido de la debilidad humana." "Era necesario decir todavía más que a los otros, 'me amas tu,' porque más que los otros él debía conciliarse la remisión." "Según la palabra del Señor, El ha perdonado mucho al que mucho amará." Isidoro de Pelusa confirma esta interpretación: "La triple interrogación del Señor a Pedro sobre su amor no se debe a la ignorancia del Maestro, sino que el buen Sanador anuló la triplicidad de la negación por la triplicidad de la sumisión" (Juan 21:15-17; Cirilo de Alejandría, P. G. 1xxiv, 749; Isidoro de Pelusa, Epist. 103, libro 1, P. G. lxxviii, 253). Según la narración de los Hechos, Pedro aparece como jefe durante la elección de Matías y él mismo toma la palabra a nombre de los otros apóstoles, lo mismo el día de Pentecostés como ante el Sanedrín. Estos casos testifican más bien una primacía de honor, y no una primacía de jurisdicción. Es notable que para elegir al que reemplazaría a Judas que había transgredido, "lo puso en manos de la multitud;" él mismo no propuso "los dos nombres," sino que todos lo hicieron. E1 solamente había introducido el asunto, mostrando que no era de él, sino que venía de lo alto, de acuerdo con la profecía citada en el mismo capítulo. El se muestra entonces como intérprete y no como jefe" (Hechos 1:15; 2:14; 4:8; San Juan Crisóstomo, Sobre Hechos, Homilía 3). En el momento de la elección de los siete diáconos, "los doce convocaron a la multitud de discípulos," éstos propusieron su elección y una vez completada ésta, presentaron a los elegidos "delante de los apóstoles," y no delante de Pedro solo, y todos, "orando, les pusieron las manos encima." Más tarde, cuando oyeron "que Samaria había recibido la palabra de Dios," "todos los apóstoles enviaron" no solamente a Pedro sino también a Juan (Hechos 6:2, 6 y 8:14). Si Pedro hubiera sido jefe de los apóstoles, ¿habría aceptado órdenes de parte de ellos, o habría enviado él más bien a uno de ellos? Cuando el bautismo fue conferido al pagano Cornelio, "los de la circuncisión contendían contra él, y le acusaron porque había entrado a hombres incircuncisos y había comido con ellos" (Hechos 11:1-2) Luego Pedro no se comportó como jefe; é1 no pretendía estar sobre toda contradicción de parte de sus colegas y de todos los fieles, sino que dio explicaciones, como si se defendiera delante de ellos. Además, en el concilio apostólico, "habiendo habido grande contienda, Pedro se levantó." El mismo no habló primero; él no presidía la asamblea; y parece que é1 mismo no proclamó la abertura del concilio y é1 no decidió la conclusión, resumiendo la marcha de la discusión y recogiendo los votos de los miembros. Parece que es Jacobo (Santiago) quien lo hace: "entonces los apóstoles y ancianos, con toda la Iglesia" decidieron "elegir y enviar a Antioquía varones que comunicaran a la Iglesia local lo que había decidido el concilio." Los apóstoles y los ancianos y los hermanos escribieron la carta que comunicaba sus decisiones (Hechos 15:7-23). Finalmente, en la Epístola a los Gálatas, "los que parecían ser las columnas eran Jacobo, Cefas y Juan," y no Cefas sólo; Pablo demuestra además que él es su igual en honor, porque no solamente "nada le dieron" al evangelio de Pablo, sino que, en las palabras de Pablo, "nos dieron las diestras de compañía a mí y a Bernabé," reconociendo que estos dos apóstoles iban a predicar el Evangelio a los gentiles, y ellos a la circuncisión. Además, "viniendo Pedro a Antioquía... se retraía y apartaba" evitando el comer con los cristianos venidos de entre los gentiles, pues tenía miedo de escandalizar a los cristianos venidos de Jerusalén, Pablo "le resistió en la cara, porque era de condenar" (Gálatas 2:8, 6, 9, 11-12, 14). En ninguna parte, entonces, del Nuevo Testamento, hay evidencia de la primacía de Pedro sobre los otros apóstoles. Por otra parte, no está probado que la Iglesia de Roma fuera fundada por Pedro; antes de que Pablo la visitara en la época de su primer encarcelamiento, parece que ya estaba organizada y que florecía. Esto es evidente de la Epístola que Pablo le dirigió hacia el año, carta que demuestra además que los cristianos de Roma estaban suficientemente evolucionados para estar en condiciones de seguir los pensamientos tan elevados y profundos que en ella se encuentran desarrollados. Se ve también que ellos estaban ligados por unos lazos estrechos con Pablo, el que evitaba con cuidado "edificar sobre fundamento ajeno" (Romanos 15:20), y por consiguiente consideraba la Iglesia de Roma como perteneciente al campo de su propia jurisdicción apostólica. Pedro no fue el primer obispo de Roma, porque antes de é1 Pablo había visitado Roma y permaneció dos años enteros como prisionero y predicando el reino de Dios, para volver otra vez a la misma ciudad cuando fue martirizado. Pedro, por otra parte, hasta la segunda Epístola de Pablo a Timoteo, enviada un poco antes de su martirio, parece que no había ido todavía a Roma. ¿Dónde está pues el fundamento de la argumentación de los de Roma que Pedro se estableció allí como el primer obispo? ¿Según qué indicación del Nuevo Testamento ha transmitido Pedro a los obispos de Roma los derechos y poderes de su dignidad apostólica enteramente personal y atribuida por el único Salvador igualmente a los doce discípulos que le habían seguido desde el principio? * ¿Tiene Cristo un Vicario en la Iglesia? (Por el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, su Santidad Sergio). EN VISPERAS DE SU PASION, nuestro Señor Jesucristo había dado de los Apóstoles, en su oración al Padre, este testimonio: "Mientras estaba yo con ellos, yo los defendía en tu Nombre. He guardado los que Tú me diste, y ninguno de ellos se ha perdido, sino el hijo de la perdición, para que se cumpla la Escritura. Mas ahora vengo a Ti: Yo ya no estoy más en el mundo" (Juan 17:12, 13:11). ¿Qué va a hacer ahora este ínfimo puñado de hombres armados solamente con "tu Palabra" (véase 14). En consideración precisamente a esta palabra, el mundo y su príncipe los odiará y los atacará con todas sus fuerzas con el fin de apagar la luz de la Verdad de Cristo que apenas llega a encenderse sobre la tierra. Empero el Salvador no busca para los Apóstoles una existencia terrenal al abrigo de la miseria, en la paz y el bienestar. Al contrario: "Santifícalos en la Verdad" (véase 17), ha dicho El, esto es, conságralos para la causa de la Verdad, dales la fuerza de dedicarse enteramente a la causa de la Verdad, de padecer todo para esta causa, de sacrificarle su vida, así como Cristo le había sacrificado la suya. Por consiguiente, los mayores peligros que el Señor ruega a fin de que los Apóstoles se preserven de ellos, no son los crueles sufrimientos que les prepare el mundo hostil, sino las tentaciones de este mundo que podrían seducirlos y llevarlos a traicionar la Verdad. El Apóstol Pablo, despidiéndose de los presbíteros de Efeso, les previene explícitamente; respecto de los disturbios y la traición que sobrevendrán entre los pastores de la Iglesia, exhortándolos a mantenerse en guardia, "a ellos mismos y en pro de todo el rebaño." "Yo sé" ha dicho El, "que después de mi partida os han de asaltar lobos voraces, que destrocen el rebaño. Y de entre vosotros mismos se levantarán hombres que sembrarán doctrinas perversas con el fin de atraerse discípulos" (Hech. 20:29-30). De esta manera, el mundo hostil a Cristo no procurará solamente apagar la luz de Cristo con persecuciones u otros medios exteriores. El mundo sabrá penetrar al interior mismo del Redil de Cristo: él sabrá hallar a servidores entre los guardianes de la Iglesia colocados por Cristo, a fin de que destruyan por sus propias manos la obra divina. ¿Cómo y por cuáles medios, el pequeño rebaño de Cristo, tras haberse separado de su Señor y Maestro, quien "los había guardado en el Nombre del Padre" (Juan 17:12), tan largo tiempo como El moraba con ellos, saldrá vencedor de una lucha tan peligrosa? ¿Dónde está la garantía de que las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia de Cristo? (Ma. 16:18). Los Católicos romanos dan a esta pregunta una contestación clásicamente clara y nítida. Nuestro Señor Jesucristo, partiendo hacia su Padre, habría confiado la Iglesia terrenal, es decir los Apóstoles y todos los que creían en El "en virtud de sus palabras," a su Vicario el Apóstol Pedro, devenido obispo de la ciudad de Roma, capital del universo, y habría conferido al apóstol una gracia extraordinaria de infalibilidad en el arreglo de los asuntos de fe y de orden eclesiástico en el universo entero. La función de vicario de Cristo con todos sus poderes y sus gracias especiales pasarían por Vía de Sucesión del Apóstol Pedro, primer titular de la cátedra de Roma, a los papas romanos quienes gobernarían la Iglesia terrenal manteniendo infaliblemente la Verdad de Cristo y rechazando, gracias a su autoridad infalible, todas las tentativas de las puertas del infierno que procuraren desfigurar esta Verdad. Convengamos que la doctrina de la Iglesia terrenal desarrollada por los Católicos Romanos posee un ordenamiento impresionante. Ellos conciben a la Iglesia como una organización muy sabia, admirablemente adaptada a sus fines terrenales. Sin embargo, al discutir el Reino de Dios y en particular, de los destinos de la Iglesia de Cristo en la tierra, no se podría olvidar las palabras del Señor: "Los pensamientos míos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son los caminos míos. Sino que cuanto se eleva el cielo sobre la tierra, así se elevan mis caminos sobre los caminos vuestros y mis pensamientos sobre los pensamientos vuestros" (Is. 55:8-9); o aún las palabras del Apóstol "Porque la locura de Dios es más sabia que los hombres; y lo que parece debilidad en Dios es mas fuerte que los hombres" (1 Cor. 1:25). Vemos en el Evangelio que nuestro Señor Jesucristo al dejar corporalmente el mundo terrenal no pensaba en desistir de toda solicitud para con su Iglesia. Por el contrario, El ha dado a los Apóstoles una formal promesa: "Yo estaré continuamente con vosotros hasta la consumación de los siglos," y ello para ayudarles a conservar sus mandamientos en la Iglesia (Mat. 18:20). Nuestra Iglesia interpreta en este sentido las palabras del Señor y ve en esta permanente presencia del Señor la garantía de la resistencia invencible contra las puertas del infierno. "Yo estoy con vosotros," canta la antífona de la Ascensión y, por consiguiente, "ninguno prevalecerá contra vosotros," El Señor vela siempre por la Iglesia, según el Apóstol, "a fin de hacerla comparecer delante de El llena de gloria, sin mácula, ni arruga, ni cosa semejante, sino siendo santa, santa e inmaculada" (Ef. 5:27). Sumergiéndose en la contemplación del "gran misterio" de la cohabitación de Cristo con la Iglesia, el Apóstol reconoce en esta "coexistencia" el prototipo espiritual, la imagen espiritual de la unión conyugal. Así como en la unión conyugal ambos cónyuges no forman más que una carne y viven una vida inseparable, del mismo modo, Cristo — EI Jefe y la Iglesia — y Su Cuerpo forman un solo ser, viviendo una vida única, de tal suerte que las dos partes se completan mutuamente y quedan inseparables hasta el final de los siglos. Cristo nutre y recalienta a la Iglesia por su gracia y salva así dentro de Ella a los hombres, entretanto, al obedecer a Cristo, la Iglesia participa activamente con eso en la salvación de los hombres. Consciente de su unidad esencial con Cristo, la Iglesia se atreve a proclamarse la única depositaria de la pura doctrina de Cristo, el único recipiente de todas las gracias, la única puerta que conduce hacia la Salvación. Su orden canónico exterior, el celo y la sabiduría de sus dirigentes terrenales tienen por cierto una gran importancia para la Iglesia. No es en vano que el espíritu Santo les "ha instituido obispos, para apacentar la Iglesia" (Hech. 20:28). No obstante, todo eso no es válido sino tan largo tiempo como Quien ha dicho: "Estoy con vosotros" permanezca con ellos. Desde el instante que El se aleja, no queda sino la forma de la Iglesia, vacía, sin gracias, sin virtud de salvación. La historia de la Iglesia suministra de ello no pocos ejemplos. A la luz de la doctrina apostólica de la unidad esencial de Cristo — el Jefe, con su Cuerpo — y la Iglesia; todas las discusiones sobre una vicaría en la Iglesia devienen, en suma, imposibles. No se podría hablar de ello sino tan largo tiempo como se considera a la Iglesia cual una institución terrenal, humana, aunque teniendo fines celestiales. En tal caso, es la administración que ocupa el primer plano e importa poco para la administración de quien dimana el orden, con tal que la persona de quien se trata posea los poderes requeridos. Mas en presencia de la doctrina apostólica mencionada, no se puede aceptar, no solamente una substitución de Cristo por algún otro, sino que, para una conciencia cristiana sensible, tal substitución no se haría sin una dosis considerable de blasfemia. Se recuerda por analogía que ciertos sabios son propensos a considerar como no obligatoria la doctrina de la virginidad permanente de la Madre de Dios. Importa para nosotros, ellos afirman, que la Santísima Virgen haya sido virgen al nacimiento del Dios-Hombre, nuestro Salvador, pero nos sería indiferente, a lo que les parece, que Ella haya permanecido Virgen pare siempre o que haya vivido luego la vida de una mujer ordinaria y haya tenido otros niños después de Cristo. Llevados por la lógica dogmática, esos hombres se olvidan de preguntarse si la Santísima Virgen María hubiera sido digna de llegar a ser la Madre de Dios, si le hubiera sido indiferente quedarse totalmente y para siempre con el Señor o de dar su amor a otro. La inverosimilitud moral es suficiente para probar el error dogmático. Lo propio sucede en lo que concierne a la doctrina de la vicaria en la Iglesia. Si hablando de la Iglesia Cristo dice: "una sola es la paloma mía, la perfecta mía" (Cant. de Cant. 6:9) y en sacrificio le ofrece su vida. La Iglesia se recuerda siempre que "Yo soy toda de mi amado, y mi amado es todo mío" (Cant de. Cant. 6:3). Ella no podría compararlo con ninguno, "está escogido entré diez mil" (Cant. de Cant. 5:10). Incluso teóricamente la Iglesia no podría figurarse a cualquier otro ocupando el lugar del Hermano: eso sería una negación, una traición para con el único Novio y Salvador. Los Santos Mártires y las Heroínas de la fe expresan indudablemente del modo más evidente la abnegación de la Iglesia para con Cristo. Se sabe que ciertas heroicas almas católicas han llegado hasta el éxtasis al adorar el corazón de Jesús; incluso hasta recibir estigmas al revivir la pasión de Cristo. ¿Lo habrían alcanzado si hubiesen dividido su corazón y su atención entre Jesús y su vicario terrenal? Es una imposibilidad psicológica. Por otra parte, independientemente de una carencia de principio, de una carencia moral de la doctrina de la vicaría, ningún ángel y con mayor motivo, ningún hombre no podría reemplazar, aún cuando no fuera que desde el punto de vista práctico, el Jefe Divino de la Iglesia. La Iglesia no pertenece solamente a la tierra, sino también al cielo, siendo llamada a "manifestar" en el cielo "las múltiples facetas de la sabiduría de Dios" (Ef. 3:10). En cuanto al hombre, no es sino "polvo y ceniza" (Gén. 18:27) y hasta sobre la tierra no es sino un huésped de paso, sujeto a cambios continuos. Tanto como brilla en él su "primera caridad" (Ap. 11:4), él se mantiene a la altura, pero tan luego como esta caridad comienza a no más recalentarlo, él baja de nuevo y se confunde con la multitud. Y si no se recuerda a tiempo "de dónde ha caido y no se arrepiente" (Ap. 2:5), él podrá ser vomitado de la boca de Cristo (Ap. 3:15-I7). Ni su dignidad eclesiástica, ni la antigua gloria de la cátedra que ocupaba, ni la celebridad (en el sentido eclesiástico) de la ciudad en que moraba no podrían preservar al pecador de tal suerte. "Entonces alegaréis a favor nuestro: Nosotros hemos comido y bebido Contigo y Tú predicaste en nuestras plazas." Mas El os repetirá: "No sé de donde sois, apartaos de mí todos vosotros, obradores de iniquidad" (Luc. 13:26-7). Y el mismo destino castiga a veces a pueblos enteros y ciudades. Los Judíos tenían su templo y Jerusalén a mucha honra, pero vino el tiempo en que oyeron: "Pues bien, nuestra casa va a quedar desierta" (Mat. 23:38) y donde no les quedará más que llorar su gloria pasada junto al "muro de lamentaciones." Pues en la práctica, todo grupo de hombres reunido, para servir eficazmente una causa común es habitualmente dirigido por una sola persona. Parece que la organización exterior de la Iglesia se ha desarrollado en ese sentido. Sus núcleos primordiales — los obispados — pequeños, por cierto, sin embargo plenamente independientes en el principio, se unieron poco a poco en diócesis, metrópolis, exarcados, etc. y constituyeron finalmente los cinco patriarcados al lado de los cuales se crearon otras organizaciones: las iglesias nacionales. A la cabeza de cada grupo de iglesias se halla obligatoriamente un obispo que los otros obispos del grupo "deben honrar como su jefe" y están obligados a no traer nada sin consultarle en todo lo que va más allá que su competencia (R. Ap.34). A lo que parece, no habría pues nada de inadmisible y nada de contrario a esta evolución histórica de la Iglesia en el hecho de que una sola persona presidiría algún día los destinos de la Iglesia ecuménica terrenal en calidad, supongámoslo, de Presidente del Concilio Ecuménico, de jefe de la jerarquía eclesiástica y no por supuesto, de vicario de Cristo. Ese Jefe podría ser eventualmente el obispo de una capital mundial. No sabemos si la evolución de la Iglesia concluirá por el establecimiento de una dirección personal. No insistiremos, tampoco, sobre el peligro que habría en concentrar el poder universal entre las manos de un solo hombre expuesto a toda suerte de tentaciones. Admitamos incluso que una dirección personal sea útil pare la Iglesia desde el punto de vista administrativo, pero no olvidemos las palabras divinas ya citadas: "Los pensamientos míos no son vuestros pensamientos, " etc. Dios conduce la Iglesia en una vía conocida y querida por El solo y esta vía no concuerda siempre con los razonamientos de la sabiduría humana. Sin haber entregado la Iglesia en manos de quienquiera que sea, el mismo Señor permanece a su cabeza hasta el final de los siglos. El ha enviado al mundo a los Apóstoles y luego a sus sucesores, Episcopado Ortodoxo, para predicar el Evangelio y dirigir a la feligresía. Los Apóstoles han ido para "anunciar la buena Nueva al mundo entero" sujetados, no por las relaciones jerárquicas donde la dominación que uno solo de entre ellos ejercería sobre los demás, sino por "la unión en el amor y el don unánime de ellos mismos a Cristo, Señor de todos" (Himno del Jueves Santo). Asimismo, mientras que ocupan cátedra de desigual importancia, los obispos reciben las mismas gracias y son sujetados con igualdad por "la unión en el amor" donde "la presunción del poder secular," no podría "introducirse" (3. R. Ecum. 8). La historia de la Iglesia ha encontrado una expresión admirable de ese principio fundamental de la organización eclesiástica (libertad de las iglesias y su colaboración en la concordia y la conservación de los mandamientos de Cristo), en un sistema armonioso de la administración eclesiástica: que los grupos de iglesias estuviesen presididas cada una por un jefe. Pero esta historia eclesiástica misma nos proporciona severas advertencias a fin de que no contemos demasiado con un sistema exterior. Basta con recordar los nombres de Nestorio, de Dióscoro y de sus semejantes que se encontraban bien a la cabeza de los patriarcados, o aún los papas romanos de la época posterior. Pueblos enteros, célebres antaño por su ortodoxia, glorificados por sus santos y sus mártires, y hoy día separados de la Iglesia, quedan como unos tristes monumentos de la imperfección humana del sistema, cualquiera que sea su sabiduría. Como institución divina y teniendo fines que son sublimes, la Iglesia no puede existir basándose únicamente sobre medios humanos y sobre la sabiduría humana. Es por ello que el Jefe Divino no priva a la Iglesia de su inmediata intervención. Así como enviaba en otros tiempos a Jueces y a Profetas para el antiguo Israel, asimismo envía a su Iglesia en momentos cruciales a hombres previstos de gracias excepcionales, podríase decir profetas, llenos de fe y de fuerza espiritual. Estos hombres, sin estar encargados de misión oficial, salen espontáneamente de la multitud y devienen los dirigentes de los otros. No obstante su papel de dirigentes no tiene ningún carácter oficial, no corresponde a ninguna función instituida por la Iglesia y su actividad no respeta siempre el marco administrativo. Como toda vocación de profeta, su acción es un empeño personal acondicionado por su propia iniciativa, por su celo para con Dios y la Iglesia de Dios. Siendo provisional y, para decirlo así, fortuito, esta actividad no implica ningún derecho administrativo y no da acceso a ninguna cátedra episcopal. Un sorprendente ejemplo a este respecto lo ha dado San Gregorio el Teólogo, uno de los principales adversarios de Macedonio y el restaurador de la Iglesia de Constantinopla, quien, empero, no había guardado la cátedra de Constantinopla una vez terminada la lucha. Al albor mismo de la historia eclesiástica cuando era preciso "confirmar a los hermanos" y asentar los fundamentos de las iglesias en varios países, fueron los Santos Apóstoles Pedro y Pablo quienes asumieron el papel preponderante: Pedro entre los Cristianos circuncisos y Pablo entre los incircuncisos (Gál. 2:7-8). Tal como nos lo enseñan los Hechos de los Apóstoles. San Pedro actuaba con el espíritu de iniciativa de un verdadero jefe. Sin embargo, eso no le había abierto el acceso al único puesto oficial que existía en la Iglesia a la sazón: la función de obispo de Jerusalén. Esta cátedra le cayó a Santiago, hermano del Señor. Y ello, notémoslo bien, entre los cristianos circuncisos. Asimismo, San Pablo nombraba a obispos y encargaba a sus discípulos de traer lo mismo sin haber ocupado él mismo una cátedra cualquiera de un modo permanente. Por el hecho de haber ocupado la cátedra de Jerusalén, Santiago, uno de los Setenta, había adquirido una cierta primacía de honor, o derecho de precedencia, incluso respecto de los Doce Apóstoles, este hecho está confirmado de una parte por la presidencia del Consejo Apostólico de la cual se encarga Santiago en presencia de los supremos Apóstoles San Pedro y San Pablo (Hech. 15:13-22) y de otra parte y con tanta más razón, por el reconocimiento de esta precedencia (incluso respecto de San Pedro) por toda la iglesia Ecuménica Primitiva. En la lista de las Epístolas Apostólicas, la epístola de Santiago es la que ocupa todo tiempo el primer lugar, mientras que las epístolas de San Pedro no vienen sino en segundo lugar. Un semejante orden de precedencia no habría podido mantenerse para siempre si la Iglesia Primitiva hubiese reconocido a San Pedro como su jefe terrenal y, con tanta más razón, como el vicario de Cristo. Jefes-Profetas han igualmente aparecido en la Iglesia en épocas posteriores: por ejemplo San Ireneo de Lyon y San Cipriano de Cartago. Durante los disturbios arrianos, fue San Atanasio Magno y los Dos Gregorios. San Cirilo de Alejandría dirigió la lucha contra los nestorianos; San León, papa de Roma, la lucha contra los monofisitas; y otros más en otras ocasiones. Es de señalar además que esos jefes no fueron necesariamente obispos de ciudades centrales importantes. Se cuenta entre ellos, por ejemplo, a Gregorio el Taumaturgo de Neocesarea, a Espiridón de Trymitonte, a Gregorio el Teólogo, obispo de la miserable Sasime, o también a Teodoro el Estudita y a Juan Damasceno quien no era obispo siquiera. Así pues, nuestra Santa Iglesia Ortodoxa, "implantada en el Oriente," dispersada en el mundo entero entre todos los pueblos, y alabando a la Santa Trinidad en todos los idiomas bajo la protección de su supremo y celestial Obispo y jefe, dirigida y amada por El gracias a los trabajos y labores de la santa cohorte de Apóstoles, Padres y Doctores iluminados por Dios, ha mantenido durante numerosos siglos hasta nuestros días, y mantendrá sin jefe ni director terrenal la Santa Fe Ortodoxa, legada por Cristo, y guía sin desfallecimiento a sus hijos hacia la eterna salvación. Tengamos fe que Cristo no privará a su Iglesia hasta el final de los siglos de su presencia divina y que en los días de sufrimiento mandará así como en el pasado para su viña a "unos dignos obreros y guardianes de la Casa de Dios" a fin de que ellos también, habiendo cumplido su obra, resplandezcan como astros en el coro luminoso de los Santos Padres, para los cuales la Iglesia glorifica a Cristo cuando canta: "Bendito sea Cristo nuestro Dios quien ha establecido a nuestros Padres como astros sobre la tierra y quien nos ha guiado por ellos hacia la verdadera fe." Sobre la Sucesión y la Infalibilidad del Papa. Monseñor Josef Schtrosmayer, Obispo de la Iglesia Católica Apostólica Romana Discurso que pronunció en el Concilio Ecuménico I de 1870 Nota: Monseñor Josef Schtrosmayer nació en 1815 en Croacia (Austria-Hungrla). Hijo de campesinos, terminó sus estudios en el seminario de Diakovo y los completó en la facultad de teología de Budapest, recibiendo el doctorado en filosofía a los 21 años. Luego de su consagración sacerdotal, ofició durante dos años en Petro-Vazadin. En 1840 marchó a Viena y se desempeñó allí en el máximo instituto de teología católica, "Augustinum," como docente, al igual que en el seminario de Diakovo. En 1841 pasa a ocupar las funciones de capellán de la corte imperial de Viena y prefecto del "Augustinum," simultáneamente con la cátedra de derecho canónico en la universidad de la metrópoli imperial austríaca. En 1849 monseñor Schtrosmayer fue designado obispo de Diakovo, donde sirvió durante 55 años, hasta su fallecimiento en 1905. Dominaba varios idiomas y era perfecto orador en latín clásico. El texto que sigue es el discurso que pronunció en el Concilio Ecuménico I, de 1870, bajo el pontificado de Pío IX. El obispo Dupanloup, de la diócesis de Orleáns, lo calificó "el mejor del Concilio." Monseñor Melhers, arzobispo de Colonia (Alemania), lo llamó "espléndido orador, que no tiene igual." En 1870 había en todo el mundo 917 obispos católicos romanos y solamente 443 votaron en favor del dogma de la infalibilidad papal. Esta minoría, inferior al 48 por ciento, estaba constituida principalmente por italianos. Desde el principio, en que recibí el derecho de coparticipar junto con Uds. en este Concilio, seguí atentamente todos los discursos pronunciados aquí, esperando con gran deseo que con el tiempo y sobre mí vendría del cielo el rayo de la luz divina, permitiéndome estar de acuerdo con la resolución de este Santo Concilio, en absoluta comprensión del problema. Con el hondo sentido de responsabilidad que estaré obligado a rendir ante Dios, empecé a estudiar las Sagradas Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento y con la más seria dedicación buscaba en este preciocísimo tratado de la verdad si es cierto que quien aquí nos preside es el sucesor de San Pedro, Vicario de Jesucristo e infalible preceptor de la Iglesia. Para resolver estos importantísimos problemas he debido, con la luz del Evangelio, volver a los días cuando no existían ni ultramontanos ni galicanos, y cuando los preceptores de la Iglesia eran San Pablo, San Pedro, San Santiago (Jacobo) y San Juan, los guías a quienes nadie puede negar autoridad divina. De este modo, abrí la Santa Biblia, ¿y qué? ¿Qué es lo que me atrevo a decir? Que en las Escrituras no encontré nada, ni el más mínimo indicio de un Papa como sucesor de San Pedro y Vicario de Jesucristo, así como no encontré tampoco indicio de Mahoma, quien no existía aún en aquel tiempo. Así, después de la lectura de los Testamentos, que recibí de Dios con la máxima atención, no hallé ni un artículo ni una frase en la que Jesucristo otorgaba a San Pedro la primacía sobre otros apóstoles. Si Simón (hijo de Jonás) era lo que es, según nuestra creencia, ahora Su Santidad Pío IX, entonces es curioso cómo Dios no dijo "Cuando suba al trono de Mi Padre todos los apóstoles deberán obedecerte como a Mí me obedecen; Yo te entronizaré como Mi sucesor." Jesucristo no dijo nada de eso; por el contrario, cuando El prometía las cátedras o asientos a sus apóstoles, para juzgar a las doce tribus de Israel, nunca manifestó que la cátedra o el asiento de San Pedro sería superior a las de los demás (Mateo 19:28). Probablemente, si tal hubiera sido su deseo, lo habría dicho, pero Jesucristo calló. ¿Qué significa esto? Esto significa que Jesucristo no quería poner a San Pedro como su sucesor. Cuando El enviaba a sus apóstoles a propagar el Evangelio, a todos les dio igual poder de perdonar o atar los pecados y a todos por igual les prometió el Espíritu Santo (Juan 22:21- 23). Permitidme repetirlo: si Jesucristo hubiera querido hacer de San Pedro su sucesor, le hubiera entregado la superioridad sobre todos. Jesucristo, como rezan las Sagradas Escrituras, prohibió a San Pedro y a los demás apóstoles gobernar y tratar de hacerse superiores los unos sobre los otros, o imponerse sobre los fieles como hacen con su poder los monarcas paganos (Lucas 22:25). Si San Pedro fue elegido por Jesucristo como Papa, entonces hubiese dicho que éste tiene dos espadas, símbolo del poder religioso y del poder civil. Pensando en esto me extrañó lo siguiente: Si San Pedro fue elegido por Jesucristo como Papa, ¿de qué forma podrían los demás apóstoles ordenarle ir junto con San Juan a Samaría para propagar el Evangelio del Hijo de Dios (Hechos 8:14)? ¿Qué pensaríais, venerables hermanos, si en este momento nos fuese permitido enviar a Su Santidad Pío IX y a monseñor Plantic al Patriarca de Constantinopla para pedir que termine el cisma de Oriente? Esto es muy importante: en Jerusalén se reúne el primer Concilio (llamado apostólico) en el año 51; para resolver esta cuestión: ¿quién podía convocarlo? ¿Acaso San Pedro, si era el Papa? ¿Quién habría de presidirlo, San Pedro o su representante? ¿Quién debería redactar y transmitir al pueblo las resoluciones del Concilio? ¿San Pedro, tal vez? De hecho, no era así. San Pedro asistió al Concilio igual que los demás apóstoles, la reunión fue convocada por San Santiago (Jacobo) y las resoluciones se adoptaron en nombre de los Hermanos Mayores (Hechos 15). Ahora bien, ¿cómo actuamos nosotros en nuestra Iglesia? Cuanto más leemos las Sagradas Escrituras, venerables hermanos, tanto más nos aseguraremos de que el hijo de Jonás no se presenta como el primero entre todos. Pues bien, cuando nosotros enseñamos que la Iglesia está fundada sobre San Pedro, ignoramos que San Pablo, de cuya autoridad no podemos dudar, dice en su epístola a los Efesios que la Iglesia está fundada sobre los apóstoles y los profetas, teniendo como piedra fundamental a Jesucristo. Aquél mismo apóstol tampoco cree en la supremacía de San Pedro y critica a quienes dicen "nosotros somos de Pablo, nosotros de Apolo," del mismo modo que hoy se afirma "nosotros somos de Pedro." Si San Pedro hubiese sido el Vicario de Jesucristo, San Pablo no hubiera podido criticar a los discípulos del mismo San Pedro. Al nombrar a los miembros de la Iglesia, San Pablo menciona a los profetas, a los apóstoles, a los evangelistas, a los preceptores y a los sacerdotes. No podemos pensar, venerables hermanos, que San Pablo, el gran apóstol de las lenguas, se olvidó de mencionar como primero entre todos al Papa, si es que el patriarcado del Papa era de institución divina. Posiblemente hubiera escrito una larga epístola sobre este importantísimo asunto. No he encontrado ningún indicio sobre el poder del Papa en las epístolas de San Pablo, San Juan o San Santiago (Jacobo). San Lucas, historiador de los actos misioneros de los apóstoles, también calló sobre este importante asunto, y a mí este mutismo de los Santos Padres siempre me pareció incomprensible si de verdad San Pedro fue el primer Papa. Pero lo que me extrañó muchísimo más es que ni el mismo San Pedro dice nada sobre el particular. Si el apóstol era lo que nosotros afirmamos ahora, es decir el Vicario de Jesucristo en la tierra, probablemente lo hubiese sabido. Pero si lo sabía, ¿por qué no actuaba jamás como Papa? Pudo haberlo hecho en el día de Pentecostés, cuando pronunció su primer discurso, pero no actuó de esa manera. No se menciona así mismo como Papa ni en la primera ni en la segunda epístola dirigida a la Iglesia. Volvamos al principio. Dije que cuando vivían los apóstoles la Iglesia nunca pensó que debía tener un Papa. Si nosotros demostrásemos lo contrario, deberemos arrojar al fuego las Sagradas Escrituras e ignorarlas para siempre. Sin embargo, escucho que se dice: ¿no estuvo San Pedro en Roma? ¿No fue crucificado en Roma con la cabeza para abajo? ¿No es en esta Ciudad Eterna donde se encuentra la Cátedra de Pedro y donde se oficia la misa divina? Venerables hermanos, la presencia de San Pedro en Roma se basa en la Sagrada Tradición, pero aun siendo obispo de Roma, ello no resuelve la cuestión de su primacía sobre los apóstoles. Más todavía: no pudiendo hallar ningún indicio del Papado en tiempo de los apóstoles, decidí procurarlo en la historia de la Iglesia. Sinceramente, busqué al Papa en los primeros cuatro siglos y no lo encontré. Confío en que nadie dude sobre la gran autoridad del santo obispo de Hipona, el grande y bienaventurado Agustín. Este beatífico preceptor, honor y gloria de la Iglesia Católica Romana, era secretario del Concilio de Hipona. Entre las resoluciones de esta estimable reunión encontramos las siguientes palabras: "Quien quiere apelar a los que se encuentran del otro lado del mar no será admitido en las parroquias de África." Resulta obvio que los obispos de África tampoco reconocían al obispo de Roma como primero entre sus pares, e incluso amenazaban con excomunión a quienes apelaban a él como autoridad suprema. También los obispos, en el sexto concilio de Cartago, presidido por San Aurelio, dictaminaron que Celestino, obispo de Roma, no debía recibir apelaciones de obispos africanos ni de sus secretarios ni de laicos, así como que tampoco debía enviar a sus legados y plenipotenciarios... El hecho de que el patriarca de Roma intentaba desde los primeros siglos acumular un poder totalitario, es una realidad indiscutible, pero carecía del primado que le dan los ultramontanos. Si tenía un poder totalitario, ¿cómo entonces los obispos de África y el bienaventurado Agustín, el primero entre ellos, podían prohibir las apelaciones a su alto tribunal? Sin dificultad reconozco que el Papa romano ocupó el primer puesto entre todos. En una ley de Justiniano se expresa: "según las resoluciones de cuatro concilios, nosotros ordenamos que el Santo Padre de la antigua Roma sea el primero, y que el Santo Obispo de Constantinopla, Nueva Roma, sea el segundo." Entonces, dirán Uds., inclínate ante la supremacía del Papa. No seáis tan veloces, venerables hermanos, en interpretar que las resoluciones de la ley de Justiniano favorecen al Papa: primacía es una cosa, y poder de jurisdicción es otra muy distinta. Imaginemos, por ejemplo, que en Florencia se convoca a un concilio de todos los obispos romanos. La primacía sería acordada, naturalmente, al obispo de Florencia, del mismo modo que entre los orientales se le da al patriarca de Constantinopla y en Inglaterra al arzobispo de Canterbury. Pero ni uno ni otro, ni el tercero según su posición, ejercerán la primacía sobre sus hermanos. La importancia del obispo de Roma no procede de un poder divino sino por la importancia de Roma como capital del Imperio de Occidente. Ya he dicho que desde los primeros siglos el patriarca de Roma trataba de reunir el dominio ecuménico sobre la Iglesia. Desgraciadamente, casi lo alcanzó pero no llegó a completarlo porque el emperador Teodosio II impuso por ley que el patriarca de Constantinopla tendría el mismo poder que el de Roma. Los Padres del concilio de Calcedonia resolvieron que los obispos de la Nueva Roma (Constantinopla) y de la antigua Roma tuvieran los mismos poderes en todo sobre las Iglesias. El cuarto concilio de Cártago prohibió a todos los obispos recibir el título de Príncipe de los Obispos u Obispo Supremo. Acerca del título de "obispo ecuménico" con que más tarde se designarían a si mismos los Papas, dijo San Gregorio I, admonizando a sus sucesores, que ninguno de ellos desease recibir este "deshonesto nombre, porque cuando un patriarca se titula ecuménico, entonces su título no merece ser creído; así pues, absténganse los cristianos de este título que siembra la desconfianza entre sus hermanos." Podría presentar centenares de testimonios tan autorizados como estos, mostrándonos, más claramente que la luz del sol en el mediodía, que los primeros obispos de Roma nunca fueron reconocidos como obispos ecuménicos y cabezas de todas las Iglesias. De otro lado, ¿quién no sabe que desde el año 325 (primer concilio de Nícea) hasta el año 580 (segundo concilio de Constantinopla) sobre más de 1109 obispos presentes no más de 19 eran de Occidente? Los concilios eran convocados por los emperadores, sin conocimiento y a veces contra la voluntad del obispo de Roma. Seguidamente voy a pasar a la prueba fuerte que vosotros aceptái












No,

El papa no es exaltado Igual a Dios NUNCA, el llamarlo santo padre, no es confundirlo con el Padre Infinito y Misericordios, jamás la Iglesia a proclamado tal aberración, El Papa posee un ministerio único que Cristo estableció en Pedro y no así en el resto de los apóstoles, como mal intentan interpretar los Cismáticos, Dicho ministerio está muy claro y evidente en las Sagradas Escrituras y en los escritos de los Santos Padres Griegos de la Iglesia, mire:

La Sagrada Escritura

Mateo 10,2-4

2 Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón,
llamado Pedro
, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano
Juan;
3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de
Alfeo y Tadeo;
4 Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó.


Mateo 16,15-19

15 Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?»
16 Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.»
17 Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de
Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que
está en los cielos.
18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la
tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará
desatado en los cielos.»


Lucas 22, 31-32

31 «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros
como trigo;
32 pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú,
cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.»


Juan 1,42

42 Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú
eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» - que quiere decir,
“Piedra”.


Juan 21, 15-17

15 Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de
Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te
quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.»
16 Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?» Le
dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis
ovejas.»
17 Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se
entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le
dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús:
«Apacienta mis ovejas.


San Pedro se fue a la apacentar de primera mano la Iglesia de Roma:

1 Pedro 5,13

13 Os saluda la que está en Babilonia, elegida como vosotros, así
como mi hijo Marcos.


La Sagrada Escritura clarifica a que se refiere el término Llaves del Reino:

Isaías 22, 22-25

22 Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y
nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá.
23 Le hincaré como clavija en lugar seguro, y será trono de gloria para
la casa de su padre.
24 Colgarán allí todo lo de valor de la casa de su padre - sus
descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas y
cántaros.
25 Aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - se removerá la clavija
hincada en sitio seguro, cederá y caerá, y se hará añicos el peso que
sostenía, porque Yahveh ha hablado.


El Ministerio de San Pedro es el ministerio de quien tiene a su cargo la casa del dueño para velar por ella, el tiene la responsabilidad máxima al cuidado de las ovejas del Señor. Su misión es apacentarlas y confirmarlas en la fe en Jesucristo Nuestro Señor.

Los Padres Griegos de la Iglesia Católica



1) St. John Chrysostom:

1) And why, then, passing by the others, does He converse with Peter on these things? (John 21:15). He was the chosen one of the Apostles, and the mouth of the disciples, and the leader of the choir. On this account, Paul also went up on a time to see him rather than the others (Galatians 1:18). And withal, to show him that he must thenceforward have confidence, as the denial was done away with, He puts into his hands the presidency over the brethren. And He brings not forward the denial, nor reproches him with what had past, but says, 'If you love me, preside over the brethren ...and the third time He gives him the same injunction, showing what a price He sets the presidency over His own sheep. And if one should say, 'How then did James receive the throne of Jerusalem?,' this I would answer that He appointed this man (Peter) teacher, not of that throne, but of the whole world. (Chrysostom, In Joan. Hom. 1xxxviii. n. 1, tom. viii)


San Juan Crisóstomo (347 -407), Patriarca de Constantinopla, Padre de la Iglesia.

1)¿Y porqué, entonces, pasando a otros, conversó Él con Pedro sobre estas cosas? (Juan 21,15). El fue el Escogido de los Apóstoles, y la boca de los discípulos, y el líder del coro. A cuenta de esto, Pablo también fue arriba una ocasión a verlo antes que a otros (Gal 1,18). Y con ello, mostrarle que él desde entonces debía tenerle confianza, tal como la negación fue hecha lejos, Él puso en sus manos la presidencia sobre el rebaño. Y Él (Jesús) no le recordó la negación, ni lo reprochó con lo que había pasado, mas dice " Si tu me amas, apacienta mi rebaño...y la tercera vez que Él le da el mismo mandato, mostrando a que precio Él establecería la presidencia sobre su propio rebaño. Y si uno dijera, "¿Como entonces Santiago recibió el trono de Jerusalén?" Esto contestaría yo que él apuntó a este hombre (Pedro) maestro, no de ese trono, sino de el mundo entero. (San Juan Crisóstomo, Sobre Juan. Homilía 1 xxxviii n. 1, tomo viii)


2) John Cassian, Monk (c. 430)

That great man, the disciple of disciples, that master among masters, who wielding the government of the Roman Church possessed the principle authority in faith and in priesthood. Tell us, therefore, we beg of you, Peter, prince of Apostles, tell us how the Churches must believe in God (Cassian, Contra Nestorium, III, 12, CSEL, vol. 17, p. 276).



San Juan Casiano monje

Aquel gran hombre , el discípulo de discípulos, que enseñó entre los maestros, quien ejerció el gobierno de la Iglesia de Roma poseyó la autoridad principales fe y en sacerdocio. Dinos, entonces, nosotros te suplicamos, Pedro, Príncipe de los Apóstoles, dinos como las Iglesias deben creer en Dios (Casiano, Contra Nestorio, III, 12, CSEL, vol 17, p 276).



3) Emperor Justinian (520-533)

Writing to the Pope:
Yielding honor to the Apostolic See and to Your Holiness, and honoring your Holiness, as one ought to honor a father, we have hastened to subject all the priests of the whole Eastern district, and to unite them to the See of your Holiness, for we do not allow of any point, however manifest and indisputable it be, which relates to the state of the Churches, not being brought to the cognizance of your Holiness, since you are the Head of all the holy Churches. (Justinian Epist. ad. Pap. Joan. ii. Cod. Justin. lib. I. tit. 1).


Emperador Justiniano (520 – 533) (emperador del Imperio Bizantino con sede en Constantinopla)

Escribiendo al Papa:

Rindiendo honor a la Sede Apostólica y a Su Santidad, y honrando sus Santidades, como uno debe honrar un padre, nosotros hemos adelantado a sujetar todos los presbíteros de todo el distrito Este, y a unirlos a la sede de su santidad, porque nosotros no permitimos en cualquier punto, sin embargo sea manifiesto o indisputable, que se relacione al estado de las Iglesias, no siendo traído al conocimiento de Su Santidad, porque usted es la cabeza de todas las santas Iglesias. (Justiniano Epistola al Papa Juan II. Cod. Justin. Lib. I. tit. 1)


4) St. Nicephorus, Patriarch of Constantinople (758-828)

Without whom (the Romans presiding in the seventh Council) a doctrine brought forward in the Church could not, even though confirmed by canonical decrees and by ecclesiastical usuage, ever obtain full approval or currency. For it is they (the Popes of Rome) who have had assigned to them the rule in sacred things, and who have received into their hands the dignity of headship among the Apostles. (Nicephorus, Niceph. Cpl. pro. s. imag. c 25 [Mai N. Bibl. pp. ii. 30]).


San Nicéforo, Patriarca de Constantinopla (758-828)

Sin quienes (los Romanos presidiendo en el séptimo concilio) un doctrina traída adelante en la Iglesia no puede, aún cuando confirmada por decretos canónicos y por uso eclesial, en cualquier caso obtener completa aprobación o uso. Porque esto es de ellos (los Papas de Roma) quienes han tenido asignada para ellos la regla en cosas sagradas, y quienes han recibido en sus manos la dignidad de encabezar entre los Apóstoles. (Nicéforo, Nicef. Cpl. Pro. S. imag. C 25 [Mai N. Bibli. pp. ii. 30])


5) St. Maximus the Confessor (c. 650)

A celebrated theologian and a native of Constantinople

The extremities of the earth, and everyone in every part of it who purely and rightly confess the Lord, look directly towards the Most Holy Roman Church and her confession and faith, as to a sun of unfailing light awaiting from her the brilliant radiance of the sacred dogmas of our Fathers, according to that which the inspired and holy Councils have stainlessly and piously decreed. For, from the descent of the Incarnate Word amongst us, all the churches in every part of the world have held the greatest Church alone to be their base and foundation, seeing that, according to the promise of Christ Our Savior, the gates of hell will never prevail against her, that she has the keys of the orthodox confession and right faith in Him, that she opens the true and exclusive religion to such men as approach with piety, and she shuts up and locks every heretical mouth which speaks against the Most High. (Maximus, Opuscula theologica et polemica, Migne, Patr. Graec. vol. 90)


San Máximo el Confesor (c 650)
Un celebre teólogo y nativo de Constantinopla.

Las extremidades del mundo, y todos en cada parte de este quien puramente y rectamente confiesa al Señor, mire directamente hacia la Más Santa Iglesia Romana y su confesión y fe, como a un sol de luz infalible esperando de ella la radiación brillante de los dogmas sagrados de nuestro Padres, de acuerdo a esa que los inspirados y santos concilios han impecablemente y piadosamente decretado. Porque, de la descendencia de la Palabra encarnada entre nosotros, todas las Iglesias en todas partes de el mundo han sostenido la máxima Iglesia sola para ser su base y fundamento, viendo eso, de acuerdo a la promesa de Cristo Nuestro Salvador, las Puertas del Infierno nunca prevalecerán contra ella, que ella tiene las llaves de la Confesión Ortodoxa y fe recta en Él, que ella abre la verdadera y exclusiva religión a tales hombres como se aproximen con piedad, y ella calla y cierra toda boca herética que hable contra el Altísimo. (Maximus, Opuscula theologica et polemica, migne, Patr. Graec. Vol. 90)


How much more in the case of the clergy and Church of the Romans, which from old until now presides over all the churches which are under the sun? Having surely received this canonically, as well as from councils and the apostles, as from the princes of the latter (Peter and Paul), and being numbered in their company, she is subject to no writings or issues in synodical documents, on account of the eminence of her pontificate .....even as in all these things all are equally subject to her (the Church of Rome) according to sacerodotal law. And so when, without fear, but with all holy and becoming confidence, those ministers (the popes) are of the truly firm and immovable rock, that is of the most great and Apostolic Church of Rome. (Maximus, in J.B. Mansi, ed. Amplissima Collectio Conciliorum, vol. 10)


¿Cuanto más en el caso del clero y la Iglesia de los Romanos, que desde antiguo hasta hoy preside sobre todas las Iglesias que están bajo el sol? Habiendo recibido seguramente esta canónicamente, tanto de concilios y de los Apóstoles, como de los príncipes más recientes (Pedro y Pablo), y siendo numerada en su compañía, ella esta sujeta a ningún escrito o caso en documentos sinodales, por cuenta de la enminencia de su pontificado… incluso como en todas estas cosas todos son igualmente sujetos a ella (la Iglesia de Roma) según la ley sacerdotal. Y si cuando, sin miedo, pero con todo santa y venida confidencia, esos ministros (los papas) son de la verdadera firme e inmovible roca, que es de la más grande y Apostólica Iglesia de Roma. (Maximo, en J.B. Mansi, ed. Amplissima Collectio Conciliorum, vol. 10)


If the Roman See recognizes Pyrrhus to be not only a reprobate but a heretic, it is certainly plain that everyone who anathematizes those who have rejected Pyrrhus also anathematizes the See of Rome, that is, he anathematizes the Catholic Church. I need hardly add that he excommunicates himself also, if indeed he is in communion with the Roman See and the Catholic Church of God ...Let him hasten before all things to satisfy the Roman See, for if it is satisfied, all will agree in calling him pious and orthodox. For he only speaks in vain who thinks he ought to pursuade or entrap persons like myself, and does not satisfy and implore the blessed Pope of the most holy Catholic Church of the Romans, that is, the Apostolic See, which is from the incarnate of the Son of God Himself, and also all the holy synods, according to the holy canons and definitions has received universal and surpreme dominion, authority, and power of binding and loosing over all the holy churches of God throughout the whole world. (Maximus, Letter to Peter, in Mansi x, 692).


Si la Sede Romana reconoce a Pyrrhus para ser no solo reprobable sino herético, esto es ciertamente claro que todo quien anatemiza a esos que han rechazado a Pyrrus también anatemiza a la Sede de Roma, esto es, ese anatemiza la Iglesia Católica. Yo fuertemente necesito adicionar que ese también se anatemiza así mismo, se en efecto ese esta en comunión con la Sede Romanay la Iglesia Católica de Dios … Déjenlo apresurarse ante todas las cosas para satisfacer la Sede Romana, porque si esta es satisfecha, todos estarán de acuerdo en llamarlo piadoso y ortodoxo. Porque ese solo habla en vano a quien piensa que el debería persuadir o entrampar personas como a mi mismo, y no satisface e implora al Bentito Papa de la más Santa Iglesia Católica de los Romanos, esto es, la Sede Apostólica, la cual procede del mismo Hijo de Dios encarnado, y tambien todos los santos sínodos, de acuerdo a los santos canones y definiciones ha recibido dominio universal y supremo, autoridad, y poder de atar y desatar sobre todas las santas Iglesias de Dios alo ancho del mundo entero. (Maximus, Letter to Peter, in Mansi x, 692).

Como puedes comprobar, la Iglesia Católica es la que tiene su Sede en Roma. y solo a ella se refiere la potestad que ha sido entregada a San Pedro por Dios en persona. San Juan Crisóstomo uno de los padres de la Iglesia de Grecia, escribió muchas cartas y homilías, y aún en el exilio de su sede patriarcal, el reconoce al patriarca de Roma como el que tiene la recta fe.

También podemos decir respecto al filioque, que El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo en tanto que es el Hijo quien nos manda el Espíritu Santo del Padre. No se trata pues de hacer del Espíritu Santo una persona falsamente inferior al Padre y al Hijo, sino de entender que el Hijo, Hombre verdadero es también Dios verdadero con el Padre y el Santo Espíritu.

El Papa Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI ya han recitado el Creo Niceno Constantinopolitano en su texto griego sin el Filioque acompañados del Patriarca Bartolomé I, de manera que no se pueden escudar en esa clausula para impedir que el Espíritu Santo reúna lo que jamás debió dividirse.

A la luz de la actualidad, es muy triste ver que Moscú está reclamando el derecho a la Primacía sobre los patriarcados de Constantinopla, Antioquia y Jerusalén, basándose en el mismo falso argumento que se basó la Iglesia de Constantinopla para denostar a Roma. El poder mundano.

Esperemos que las Iglesia camine con pasos firmes para que ortodoxos y católicos nos reencontremos. Y nos comprendamos y nos unamos nuevamente, dejando de lado patriotismos falsos, divisivos y dolorosos.