Me estoy refiriendo a esto: Que dentro de los mismos mandamientos de Dios, unos tienen jerarquía sobre otros. Unos son más importantes que otros.
Gracias amigo por expresar tus ideas.
Te entendí perfectamente. Como hay principios y mandamientos por encima de otros, precisamente te cité Hechos 5:29 que dice: “
Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”
Podemos amar a nuestro prójimo sin anteponer sus deseos por encima de los de Dios (Mateo 16: 22-26).
Haremos cualquier cosa por nuestro prójimo ya sea por ayudarlo o por salvarle la vida pero siempre y cuando no pasemos por alto un mandamiento directo y explícito de nuestro Creador, no un precepto pasado o código escrito caducado.
Sino fuera así ¿para qué nos da entonces esos mandamientos? ¿Crees de verdad que Dios no lo hace por nuestro propio beneficio, ya sea físico, moral y espiritual? (Isaías 48:17, 18) ¿Dónde queda nuestra confianza en Dios al ayudar a nuestro prójimo en una situación difícil? (Salmo 145:19) ¿Para que está la oración y la súplica? (Santiago 5:14, 15) ¿Le restamos tanto poder a Dios como para no obrar milagros hoy día? (Salmo 62:8) Y si tenemos que morir porque Dios no intervenga en ese momento para salvarnos la vida, ¿dónde queda la esperanza de la resurrección? (Hechos 24:15, 16).
El mandamiento de bautizarse es super explícito, pero se refiere a un acto simbólico. ¿Estás de acuerdo?
El bautismo es un requisito para la salvación, hasta Jesús puso el ejemplo y se dejó bautizar por Juan el bautista y piensa que no tenía necesidad al ser el propio Hijo de Dios, pues era perfecto. Pero nos puso el ejemplo para que siguiéramos sus pasos, (Mateo 3:13-15) (1 Pedro 2:21).
No confundas el acto simbólico de sumergirse en agua con obedecer o abstenerse o dejar de hacer algo incorrecto, son cosas distintas. El bautizarse no indica ya ser puros ante Dios, sino que es un compromiso que uno adquiere para con Dios, es un voto una promesa como símbolo de arrepentimiento por los pecados y emprender el derrotero de seguir a Cristo, pero aún así, hay que cumplirlo (Hebreos 10:22). ¿Está vigente hoy día el bautismo? Claro que sí. Tenemos la Escritura que nos lo confirma.
“El bautismo, que es a lo que esto corresponde, ahora también los está salvando a ustedes (no al quitar la suciedad del cuerpo, sino al pedirle a Dios una buena conciencia) mediante la resurrección de Jesucristo”
(1 Pedro 3:21)
“Él les dijo: “Entonces, ¿qué bautismo recibieron?”. “El bautismo de Juan”, le respondieron. Pablo dijo: “Juan bautizó con el bautismo en señal de arrepentimiento y le decía al pueblo que creyera en el que vendría después de él, es decir, en Jesús”. Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús”
(Hechos 19:3-5)
“Pero, cuando Felipe les declaró las buenas noticias del Reino de Dios y del nombre de Jesucristo, le creyeron y tanto hombres como mujeres se bautizaron”
(Hechos 8:12)
Cuando Jesús presentó el ejemplo de los panes de la proposición o el ejemplo de la oveja que cae en el pozo en sábado, la Torá estaba vigente, con todas sus prescripciones. ¿Por qué entonces puso Jesús esos ejemplos de aparente “violación” al mandato?
Esos ejemplos que puso Jesús, ¿verdad que no tenemos duda en que los pronunció para enseñarnos una lección?
¿Verdad que hemos captado, que los fariseos utilizaban esos preceptos por encima de otros, y por lo tanto no captaban el sentido de la ley ya que eran esas cosas TEMPORALES? ¿Verdad que hemos comprendido que Jesús les estaba dando una lección de misericordia? Así que los panes, la circuncisión y el guardar el sábado cumplieron un propósito hasta que llegó el Mesías. ¿Por qué lo sabemos? Porque Jesús lo explicó y dio detalles sobre muchas cosas de la ley y porque también la congregación del primer siglo se pronunció sobre lo que estaba vigente y lo que no. Para eso tenemos la Escritura, para asegurarnos de las cosas, (1 Tesalonicenses 5:21).
“¿No leyeron en el relato acerca del sacerdote principal Abiatar lo que hizo David cuando entró en la casa de Dios? Él comió de los panes de la presentación y también los compartió con sus hombres. Y a nadie le está permitido comer de ese pan excepto a los sacerdotes”. Entonces les dijo: “El sábado se hizo para la gente, y no la gente para el sábado” (Marcos 2:26, 27)
“Más bien, es judío el que lo es interiormente y su circuncisión es la del corazón, que se hace por el espíritu, y no por un código escrito. Esa persona no recibe alabanzas de los hombres, sino de Dios”
(Romanos 2:29)
Hay que saber diferenciar entre decretos y preceptos de ley que se dieron al pueblo judío, que cumplían un propósito para cierto tiempo y los mandamientos explícitos de cumplimiento de la ley que aún siguen vigentes.
Pero vamos a profundizar un poco más sobre el tema de la sangre, para que notes la importancia que tiene para Dios este asunto. ¿Por qué se incluyó esta ley sobre la sangre entre los mandatos dados a los cristianos?
Los cristianos no están bajo la Ley mosaica, pero son conscientes de que el mandato de no comer sangre precede a la Ley como otras leyes de
“no matarás, no robarás”, etcétera,.. ; esta ley también se dio con anterioridad a Noé, después del Diluvio. (Génesis 9:3, 4; Ese mandato obligaba a toda la prole de Noé, de la que han descendido todas las naciones de la Tierra. (Génesis 10:32.) Además, la Ley mosaica nos ayuda a entender por qué Dios dice que la sangre es sagrada. Cuando prohibió a los israelitas que comieran cualquier clase de sangre, Dios dijo: “
El alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación en virtud del alma en ella”. (Levítico 17:11.) Dios se reservaba la sangre para uso de sacrificio sobre el altar. La ley sobre la santidad de la sangre pone de manifiesto su autoridad sobre toda la vida en la Tierra. (Ezequiel 18:4) Cuando vemos nuestra vida desde el punto de vista de Jehová, nos damos cuenta de que no nos pertenece, sino que Dios solo nos la ha confiado.
¿Quién conoce mejor el cuerpo humano, los médicos o Dios que es nuestro Creador? Dios sabe lo que es mejor para nosotros,
Te pongo un ejemplo: Tal como el operario de la ilustración era responsable de la máquina, a nosotros se nos ha confiado nuestra vida actual. ¿Qué haría tú si tuvieras que reparar la máquina y un mecánico te recomienda arreglarla utilizando piezas prohibidas específicamente en el libro de instrucciones? ¿No consultarías a otros mecánicos para ver si se podía reparar la maquina según las instrucciones del manual? La vida humana es mucho más importante y compleja que una máquina. En las Escrituras, el manual para mantener la vida del ser humano, nuestro Dios Jehová prohíbe recurrir a la sangre para sostener la vida. Pero voy a ir más allá, para que veas como Dios considera la sangre.
La sangre derramada limpiaba del pecado. Se hacían sacrificios animales por los pecados del pueblo judío y era la sangre que cubría el error. ¿Se tenían que seguir haciendo sacrificios? No, pues cumplieron un determinado tiempo hasta que llegara el Mesías que iba a derramar su sangre perfecta para los pecados una vez y para siempre.
“Él entró una vez y para siempre en el lugar santo, pero no con la sangre de cabras y de toros jóvenes, sino con su propia sangre, y consiguió una liberación eterna para nosotros. Porque, si la sangre de las cabras y de los toros y las cenizas de una ternera salpicadas sobre los que se han contaminado santifican purificando el cuerpo, con mucha más razón la sangre del Cristo, quien mediante un espíritu eterno se ofreció sin ningún defecto a Dios, limpiará de obras muertas nuestra conciencia para que le demos servicio sagrado al Dios vivo”
(Hebreos 9:12-14).
“Así es, según la Ley, casi todas las cosas se purifican con sangre, y, si no se derrama sangre, no hay perdón”
(Hebreos 9:22)
¿Crees que Dios no sabía que en el futuro iban a utilizar la sangre como mercancía? ¿Crees de verdad que Dios, tal y como ve la sangre, aprueba que se trate la sangre muchas veces como un negocio? Porque lo es para los Hospitales y sabes muy bien que no en todos los casos recurren a ella por máxima urgencia, muchas veces a la mínima meten sangre porque les es más fácil. Así que preferimos trabajar con mejores profesionales médicos, que los hay y que respetan este asunto con más cautela. Algo tan sagrado para Dios como para nosotros no es para tratarlo a la ligera, por eso buscamos alternativas para obedecer su mandato y estamos dispuestos a evaluar cada situación con prudencia, y según cada conciencia permitirá fracciones mínimas que no implique sangre total y otros componentes de las mismas. Somos razonables pero máximo respeto por la sangre.