La caridad está por encima de la Ley.Discrepo. A los tres hebreos no se les pedía que adoraran a Nabucodonosor, sino a postrarse ante la estatua de él que es muy distinto, (Daniel 3:15). Les estaban pidiendo un solo acto de reverencia ante la estatua que transgredía la ley de Dios y sino lo hacían serían castigados con la muerte, de ahí que te hice el paralelo de que cuando a los TJ les piden que renieguen de su Dios o que cojan las armas, están dispuestos a morir con tal de serle fieles a Jehová. Era para ilustrarte de la mejor manera de que aunque no queramos morir, estamos dispuestos a hacerlo con tal de no ser infieles a Jehová. Ese es el punto.
Con la sangre ocurre lo mismo. Nos dicen que sino nos transfundimos moriremos, me parece algo fuera de lugar ya que nuestra vida realmente está en manos de Dios de sí viviremos ese día o moriremos por eso te cité de las palabras de los tres hebreos que es lo que solemos decir nosotros, puesto que no estamos dispuestos a transgredir un mandato de Dios dejamos los asuntos en manos de Jehová. Quiero que sepas esto querido compañero. Nosotros no tenemos miedo a decir lo que pensamos y estamos dispuestos a defender nuestra postura siempre desde el respeto, también lo hizo Esteban ¿lo recuerdas? Lo llevaron frente al tribunal del Sanedrín para condenarlo y no tuvo pelos en la lengua para defender su causa aún a pesar de que sabía que lo iban a matar.
(Hechos 7:1-53).
Es que no lo hacemos por eso. Lo hacemos porque una vez hemos comprendido el mandato de Dios, somos consecuentes con el voto que le hicimos a Jehová a saber: que nuestra vida le pertenece, es una decisión personal y muy meditada. El que existan múltiples casos de personas que han hecho rechazo es evidente, es una realidad y cuando hablo de ello es para constatar que no todos los consejos médicos son acertados y hacerles caso también conlleva cierta responsabilidad y cierto riesgo.
Vuelvo a repetir, eso no es así. Esto lo afirmo yo de esta manera a título personal porque a día de hoy lo veo así, nada más.
Sobre la sangre y sobre cualquier otra decisión no instigamos a nadie a que lo haga, ni le obligamos, es una decisión personal y única. ¿Quién puede hacer un avance premonitorio al decir que si no ponemos sangre, esa persona morirá? Muchas veces se equivocan porque esto no es una regla exacta ni mucho menos. Conozco a varias personas que no son religiosas que les da asco las transfusiones y no por ello me apresuro a decir que dejan morir, por Dios para mí es una auténtica aberración pensar así y juzgarlos de esa manera.
El respeto entre paciente y médico debe existir, igual que ciertos Hospitales niegan operar sin sangre porque no están capacitados y debemos acatar sus normas, por otro lado hay hoy día ya muchos que sí lo están y trabajan conjuntamente sin ningún tipo de problemas. ¿Te has leído los derechos del paciente? Porque eso hay que tenerlo en cuenta.
Además muchos profesionales agradecen el que los TJ hayan introducido esta cuestión como reto a los médicos e incluso valoran positivamente los resultados que se obtienen de dichos procedimientos, una vez que han sido probados. Te cito textualmente algunos artículos.
El número de primavera de 2013 de la revista Stanford Medicine Magazine, publicada por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), contenía un informe especial sobre el tema de la sangre. Uno de los artículos se titulaba “Against the Flow—What’s Behind the Decline in Blood Transfusions” (En contra de la corriente. Por qué ya no se hacen tantas transfusiones de sangre). La autora, Sarah C. P. Williams, señaló: “En los últimos diez años, un creciente número de estudios ha demostrado que en muchos hospitales de todo el mundo se administra sangre donada en mayor cantidad y con mayor frecuencia de la necesaria, tanto dentro como fuera del quirófano”.
El artículo cita a la doctora Patricia Ford, fundadora y directora del Centro de Medicina y Cirugía sin Sangre del Hospital de Pensilvania (Estados Unidos). Ella dijo: “La idea de que el paciente morirá si no tiene cierto volumen sanguíneo, de que la sangre es la salvación, está profundamente arraigada en la cultura médica. [...] Y aunque eso sí es cierto en algunos casos, no lo es en la mayoría”.
La doctora Ford, que atiende a alrededor de setecientos testigos de Jehová al año, afirmó también: “Gran parte de los médicos con los que hablé en un principio tenían el falso concepto de que sin una transfusión, muchos pacientes morirían. Yo misma lo creía hasta cierto grado. Pero pronto descubrí que con tan solo poner en práctica unas cuantas estrategias muy sencillas es posible atender con éxito a esos pacientes”.
En agosto de 2012, la revista Archives of Internal Medicine publicó los resultados de un estudio realizado en cierto hospital durante veintiocho años con pacientes sometidos a operaciones de corazón. Los pacientes Testigos se recuperaron más rápido que los que recibieron transfusiones de sangre. Además, tuvieron menos complicaciones durante su estancia en el hospital. Su tasa de supervivencia tras la operación fue mejor, y veinte años después era casi igual a la de los transfundidos.
Un artículo publicado en The Wall Street Journal el 8 de abril de 2013 informó: “La cirugía sin sangre —es decir, sin sangre donada— ha beneficiado por años a los pacientes que rechazan las transfusiones por motivos religiosos. Pero esta práctica es cada vez más común en los hospitales. [...] Los cirujanos que la defienden afirman que no solo contribuye a reducir los costos relacionados con la compra, almacenaje, procesamiento, análisis y transfusión de sangre, sino que también evita los riesgos de contraer infecciones provocadas por transfusiones de sangre, así como otras complicaciones que prolongan la estancia hospitalaria del paciente”.
No sorprende, por tanto, que Joaquín Casanova, director quirúrgico del Hospital de Manises (Valencia, España), declarara recientemente: “Las ventajas de [este tipo de] cirugía son evidentes. Por un lado, el paciente mejora más rápidamente gracias al empleo de técnicas mínimamente invasivas que favorecen la recuperación y [acortan] el tiempo de hospitalización y, por otro, se reducen las posibles complicaciones intrahospitalarias asociadas a las transfusiones”. Por su parte, Robert Lorenz, director médico de la Clínica de Cleveland (Estados Unidos), dijo: “Es verdad que cuando transfundimos a un paciente, sentimos que le estamos haciendo un favor [...]. Pero los resultados de las investigaciones indican que a la larga le hacemos un daño”.
Y si por salvar una vida, uso la sangre justamente considerando que "en la sangre está la vida" ¿soy condenado por eso?
Ve y aprende lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificio"
