Estimado Celeste
Estimado Celeste
Todavía no me estrené admitiendo o no admitiendo, ya que el debate está aún por empezar; así que mejor espera a que lo haga.
Menos todavía distinguí entre lo que no se cumple y lo que en cambio sí se cumple, pues surge desde mi infantil lectura que todo se cumplió tal como el Señor Jesucristo lo predijo.
Variantes textuales que responden a la memoria e interés de los narradores no mengua la asombrosa coincidencia de los cuatro relatos.
Siempre convendrá que cuestiones lo que digo y no tu propia traducción de lo que expreso, pues eso ya no sería un diálogo conmigo sino un soliloquio contigo mismo.
Para el lector de los evangelios resulta tan maravilloso como convincente que aquella misma noche Pedro negara al Señor tres veces, antes del canto del gallo. Información adicional brindada por Marcos permite conocer que hubo un primer canto del gallo tras la primera negativa y un segundo canto tras la tercera. Esto no constituye una contradicción o divergencia con los demás relatos sino una ampliación de la información aportada por Mateo y Lucas.
No tendría sentido alguno si Jesús hubiera predicho algo tan vago como un espacio de tiempo indefinido, así como un impreciso número de negaciones, gallos y cantos. Seguramente tal versión no ameritaba que los evangelistas la incluyeran, por su falta de credibilidad. Además, Jesús nunca fue difuso o disperso al expresarse.
Estos pasajes no nos exigen el trabajo de la interpretación, pues son tan claros y sencillos que el menor esfuerzo por interpretarlos comienza por complicarlos y acaba por confundirlos.
Desde chiquito sólo escuché cantar a un gallo, y aunque lo hiciera dos veces, lo importante era que antes del canto final ya Pedro lo hubiera negado tres veces.
No entiendo como en tu Mensaje # 3557 niegas lo que está claro en Mr 14:72: que el gallo que cantó por segunda vez lo había hecho por primera vez en el v. 68.
Dado que tú no escribiste ningún evangelio con anterioridad a los cuatro, no son los sinópticos los que te dan la razón a ti de que Pedro lloró, sino que tú simplemente esta vez no les niegas lo que tienen escrito en cuanto al lloro de Pedro.
Los evangelios son armoniosos para el niño que los lee y se embelesa por su armonía. Pero si un Director de la Orquesta Sinfónica me pasara a mí su batuta ¡entonces lo filarmónico pasaría a ser “fobiarmónico” por la disonancia que provocaría.
La señal que tomas de que no he aprendido mucho desde mis primeras lecturas, a lo menos promete que vas en bote en este debate y no te ofreceré mucha resistencia.
Bueno, me voy a descansar, pues la tristeza que tengo no se remediaría siquiera con una cuarta docena de empanadas mendocinas para compensar los goles en nuestro arco. Es que a la celeste hoy la hicieron jugar de blanco.
Estimado Celeste
Señal de que no has aprendido mucho desde entonces.
Todavía no me estrené admitiendo o no admitiendo, ya que el debate está aún por empezar; así que mejor espera a que lo haga.
Menos todavía distinguí entre lo que no se cumple y lo que en cambio sí se cumple, pues surge desde mi infantil lectura que todo se cumplió tal como el Señor Jesucristo lo predijo.
Variantes textuales que responden a la memoria e interés de los narradores no mengua la asombrosa coincidencia de los cuatro relatos.
Siempre convendrá que cuestiones lo que digo y no tu propia traducción de lo que expreso, pues eso ya no sería un diálogo conmigo sino un soliloquio contigo mismo.
Para el lector de los evangelios resulta tan maravilloso como convincente que aquella misma noche Pedro negara al Señor tres veces, antes del canto del gallo. Información adicional brindada por Marcos permite conocer que hubo un primer canto del gallo tras la primera negativa y un segundo canto tras la tercera. Esto no constituye una contradicción o divergencia con los demás relatos sino una ampliación de la información aportada por Mateo y Lucas.
No tendría sentido alguno si Jesús hubiera predicho algo tan vago como un espacio de tiempo indefinido, así como un impreciso número de negaciones, gallos y cantos. Seguramente tal versión no ameritaba que los evangelistas la incluyeran, por su falta de credibilidad. Además, Jesús nunca fue difuso o disperso al expresarse.
Estos pasajes no nos exigen el trabajo de la interpretación, pues son tan claros y sencillos que el menor esfuerzo por interpretarlos comienza por complicarlos y acaba por confundirlos.
Desde chiquito sólo escuché cantar a un gallo, y aunque lo hiciera dos veces, lo importante era que antes del canto final ya Pedro lo hubiera negado tres veces.
No entiendo como en tu Mensaje # 3557 niegas lo que está claro en Mr 14:72: que el gallo que cantó por segunda vez lo había hecho por primera vez en el v. 68.
Dado que tú no escribiste ningún evangelio con anterioridad a los cuatro, no son los sinópticos los que te dan la razón a ti de que Pedro lloró, sino que tú simplemente esta vez no les niegas lo que tienen escrito en cuanto al lloro de Pedro.
Los evangelios son armoniosos para el niño que los lee y se embelesa por su armonía. Pero si un Director de la Orquesta Sinfónica me pasara a mí su batuta ¡entonces lo filarmónico pasaría a ser “fobiarmónico” por la disonancia que provocaría.
La señal que tomas de que no he aprendido mucho desde mis primeras lecturas, a lo menos promete que vas en bote en este debate y no te ofreceré mucha resistencia.
Bueno, me voy a descansar, pues la tristeza que tengo no se remediaría siquiera con una cuarta docena de empanadas mendocinas para compensar los goles en nuestro arco. Es que a la celeste hoy la hicieron jugar de blanco.