La predestinación en estricto rigor al sentido que nosotros le damos a esta expresión, no existe.
Predestinar, significa dar un destino de antemano. Más que entender la predestinación como generalmente la entienden algunos hombres; como una elección especial solo sobre algunos; ella, la predestinación, nos enseña más bien que la obra redentora de Dios a favor del hombre no es producto de una acción improvisada o tardía; sino que la salvación Dios ya la determinó antes de la fundación del mundo; no es un hecho fortuito, sino pre-concebido (predestinado) con profunda sabiduría de Dios. Quiere decir que es una obra determinada de antemano por Dios, sin intervención del hombre en cuanto a sus obras, méritos o esfuerzo alguno;… solo Dios ha determinado (predestinado) escogernos.
La predestinación como una acción electiva de Dios, puede alcanzar a cualquier ser humano y podemos apropiarnos de ella todos sin excepción; según Efesios 1:11, dice: “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados (todos los hombres)conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad”. A través de éste versículo podemos ver más claramente lo ya expuesto, que más que otra cosa, que raye en la acepción de personas; se nos enseña que la salvación que Dios a provisto para el género humano, ha sido solo conforme a una decisión soberana de Dios: “CONFORME AL PROPÓSITO del que hace todas las cosas según el designio DE SU VOLUNTAD” De acuerdo a su Palabra, todo aquel que creyendo en Cristo llega a ser partícipe de la “herencia de Cristo”, se encuentra incluido en la predestinación.
De modo que la predestinación no es sino llamarle así a la acción de la obra redentora o salvadora de Dios a favor de todos los hombres; concebida (predestinada), preparada (predestinada), planeada (predestinada); con un especial cuidado y dedicación, por Dios y solo por él.
Obviamente cuando su Palabra nos dice que hemos sido predestinados “antes de la fundación del mundo”, no es sino un claro indicio que lo que Dios había determinado a favor de la humanidad, no estuvo influenciada por hombre alguno, pues esto lo concibió “antes de la fundación del mundo”, cuando todavía el hombre no estaba en el mundo. Por tanto fue una acción exclusiva y soberana de Dios.
“Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Efe. 1:4,5)
Dios les bendiga