ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Estimado herald. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo: Un estudio cuidadoso de la Palabra de Dios nos revela que hay cuatro tipos de leyes en las Escrituras, a saber: la ley moral, la ley ceremonial, la ley civil y las leyes de salud. Las escrituras enseñan que una de estas leyes fue abolida con la crucifixión de Cristo. Al leer los textos bíblicos siguientes descubriremos cuál de estas leyes fue abolida en la cruz. “Abolió en su carne la Ley de los mandatos y ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo la paz” (Efesios 2: 15). “Canceló la nota de nuestra deuda, que consistía en ordenanzas desfavorables a nosotros; la quitó, y la clavó en la cruz” (Colosenses 2: 14). Note que ambos versículos se están refiriendo a las leyes llamadas ordenanzas las cuales fueron abolidas, clavadas en la cruz y eliminadas. 2
La pregunta es: ¿Cuál de estos cuatro tipos de leyes tratan sobre ordenanzas? Dejemos que la Biblia nos dé la respuesta. Leemos sobre la Pascua: “Este día os será memorable. Lo celebraréis como fiesta al Eterno durante vuestras generaciones, por estatuto [ordenanza] perpetuo”. “El Señor dijo a Moisés y a Aarón: ‘Esta es la orden [ordenanza] de la Pascua. Ningún extraño comerá de ella’” (Éxodo 12:14, 43). En estos versículos, la fiesta de la pascua es designada, como una ordenanza, rito o estatuto. Por lo tanto, esta fiesta debía ser abolida. La fiesta que seguía a la pascua era la fiesta del pan sin levadura. “Guardaréis la fiesta del pan sin levadura, porque en este mismo día yo habré sacado vuestros ejércitos de Egipto. Por eso guardaréis este día en vuestras generaciones por costumbre [ordenanza] perpetua” (Éxodo 12: 17). “Por eso guardaréis este rito [ordenanza] a su tiempo, de año en año” (Éxodo 13: 10). Siendo que esta fiesta del pan sin levadura también se llama ordenanza, también esta fiesta debía ser abolida. Además leemos sobre otras ordenanzas que involucran ciertos sábados, luna nueva y fiestas solemnes de Jehová, que también se llaman ordenanzas: El rey Salomón dijo: “He aquí, yo tengo que edificar casa al nombre de Jehová mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático ante él, y para la colocación continua de los panes de la proposición, y para ofrecer holocaustos mañana y tarde, los sábados, nuevas lunas y fiestas de Jehová, nuestro Dios; lo que ha de ser [ordenanza] perpetuo en Israel” (2 Crónicas 2: 4). Leyendo un poco más adelante en 2 Crónicas se nos da los nombres de estos días de fiesta solemnes: “Entonces Salomón ofreció holocaustos al Señor sobre el altar del Eterno, que había él edificado delante del pórtico. Para ofrecer cada cosa en su día, conforme mandó Moisés, en los sábados, nuevas lunas y fiestas solemnes, tres veces al año: a saber, la fiesta del pan sin levadura, de las semanas y de las cabañas” (2 Crónicas 8:12, 13). Estos versículos identifican claramente que las fiestas solemnes se llamaban ordenanzas. Por lo tanto todas debían ser clavadas en la cruz al ser abolidas por la muerte de Cristo. No debemos dejar pasar el hecho, que estos días de fiestas no deben ser observados por los cristianos de hoy, porque los sacrificios de animales eran una parte compleja de estas ceremonias que señalaban al cordero de Dios que moriría en el calvario. Dios explicó claramente que los sacrificios de animales y las ordenanzas de los días de fiesta terminaron cuando en el servicio del santuario terrenal “el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo” (Mateo 27: 51). Ningún cristiano que esté en pleno uso de su razón observará las leyes ceremoniales de las fiestas y sacrificios en nuestros días.

Todo el plan del culto de los sacrificios era una predicción de la muerte del Salvador para redimir al mundo. No habría eficacia en estas ofrendas cuando el gran suceso al cual señalaran durante siglos fuese consumado.

Puesto que toda la economía ritual simbolizaba a Cristo, no tenía valor sin él. Cuando los judíos sellaron su decisión de rechazar a Cristo entregándole a la muerte, rechazaron todo lo que daba significado al templo y sus ceremonias. Su carácter sagrado desapareció. Quedó condenado a la destrucción. Desde ese día los sacrificios rituales y las ceremonias relacionadas con ellos dejaron de tener significado, como la ofrenda de Caín, no expresaban fe en el Salvador. Al dar muerte a Cristo, los judíos destruyeron virtualmente su templo. Cuando Cristo fue crucificado, el velo interior del templo se rasgó en dos de alto a bajo, indicando que el gran sacrificio final había sido hecho, y que el sistema de los sacrificios rituales había terminado para siempre.

Debemos entender entonces que las leyes ceremoniales y los sacrificios de los judíos habían cesado con la muerte de Cristo.

La circuncisión y observancia estricta a la ley ceremonial habían sido las condiciones por medio de las cuales los gentiles podían ser admitidos en la congregación de Israel pero esta separación había sido abolida por el evangelio.

Cristo barrió todas las ceremonias antiguas y no dio ninguna autoridad a nadie para restaurarlas” y nada puede ser más claro. Con razón Pablo nos dice que estas fiestas ceremoniales fueron clavadas en la cruz: “Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo” (Colosenses 2:14–17).

En las Escrituras Pablo amonesta a todos los cristianos a no celebrar estos días de fiesta de la antigüedad, llamados días santos: y en sus mismas palabras en el original griego, que se encuentran en la Concordancia Strong número 1859, la expresión día de festividad religiosa significa una fiesta aceptable o solemne y esto no se refiere al sábado del cuarto mandamiento sino a los sábados anuales fijados en diferentes días de la semana cada año. Pablo pasó mucho tiempo amonestando en contra de las enseñanzas judías que decían que las fiestas solemnes aún debían ser celebradas. Con razón Pablo habló en forma inconfundible: “Pero ahora que conocéis a Dios, o más bien, que él os conoce, ¿cómo os volvéis de nuevo a los débiles y pobres elementos, a los que queréis de nuevo esclavizaros? Guardáis los días y los meses, las estaciones y los años. Temo por vosotros, que haya trabajado en vano en vuestro favor” (Gálatas 4: 9–11).
¿Observó usted las palabras: días, meses, estaciones y años? Éstas se refieren a los sábados ceremoniales, la nueva luna, sus festivales y sus fiestas señaladas. Pablo realmente está cuestionando si había trabajado en vano para demostrarle a los cristianos que Cristo había cumplido todas estas ceremonias.

Ahora observemos otro versículo: “Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas” (Efesios 2: 15).

“Hay una ley que fue abolida la cual Cristo la quitó de en medio y la clavó en la cruz. Pablo la llama la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas. Esta ley ceremonial que Dios dio por medio de Moisés con sus sacrificios y ordenanzas debía ser observada por los hebreos hasta que el tipo se encontrara con el antitipo, en la muerte de Cristo como el cordero de Dios para quitar los pecados del mundo, entonces todos los sacrificios y oblaciones del sistema ceremonial debían cesar."


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

Entonces, ¿no le crees a Cristo?, El dijo:

5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará
de la ley, hasta que todo se haya cumplido.


Eso que dijo Cristo, ¿para ti es mentira?

Lo que explica Pablo a los Efesios, es que el pide en oración para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os de espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de El. Que sean alumbrados los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis como sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. “LA CUAL ES SU CUERPO” porque “SOMOS HECHURA SUYA”, “CREADOS EN CRISTO JESUS”.

Y les explica como los gentiles estaban sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa. Pero ahora en Cristo de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación. Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella (en la cruz) las enemistades. Para crear en si mismo (en Cristo) de los dos un solo y nuevo hombre.

El “nuevo hombre” aquí mencionado, no es el creyente como individuo, sino la iglesia, considerada como el cuerpo de Cristo.

Judíos y gentiles, pueden allegarse a El en la cruz y ahí son transformados en un nuevo hombre, la iglesia, el cuerpo de Cristo, el cual abolió (para la iglesia, no para el mundo) en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresado en ordenanzas, para crear en si mismo “la iglesia”.

Así que Cristo no vino a abolir la ley o los profetas, El vino a cumplirla para formar su Iglesia, pero su iglesia “su cuerpo” ya murió por la ley misma, porque somos el cuerpo de Cristo y el cuerpo de Cristo está libre de la ley.

7:4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7:4,6.

No somos ni judíos ni gentiles, somos un espíritu con El. 1Corintios 6:17.

“La ley está vigente en el mundo”, “pero la iglesia no es del mundo”, “el cuerpo de Cristo no es del mundo”:

Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Juan 17:14-16
.

Todos los que conformamos la iglesia “el cuerpo de Cristo”.

Por la ley, somos muertos para la ley, a fin de vivir para Dios.

Con Cristo estamos juntamente crucificados, y ya no vivimos nosotros, mas vive Cristo en nosotros; y lo que ahora vivimos en la carne, lo vivimos en la fe del Hijo de Dios.

La ley esta vigente en el mundo, pero nosotros “su iglesia”, “el cuerpo de Cristo”, no pertenecemos mas al mundo.

A eso vino Cristo a este mundo a fundar su iglesia, Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16.

Y refiriéndose a la manera en que fundó su iglesia, dice Pablo:
2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
2:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Efesios 2:14-16.

Pablo esta hablando de que la iglesia se está formando con gente muerta a la ley juntamente con Cristo, no que Cristo haya abolido alguna jota, o alguna tilde de la ley. La ley tiene vigencia total en este mundo, nadie le ha abolido nada. Pero nosotros no somos del mundo Gabrielito, y no tenemos la culpa de que tú vivas en el mundo con la ley grabada en tu corazón. Pero si quieres pertenecer también al cuerpo de Cristo, todavía hay lugar para ti.

Bendiciones.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Ahora ustedes respondan, ¿a cuáles mandamientos se refieren específicamente este s versículo aplicado a cristianos judíos y cristianos gentiles?:

"Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan
los mandamientos de Dios y la fe de Jesús" Apocalipsis 14:12


Saludos.

En la biblia, cuando dice mandamientos se refiere a los mandamientos que dio Dios por medio de Moisés: ¿no os dio Moisés la ley? Juan 7:19.

También se puede referir a lo que Dios mando por medio de su Hijo.

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo. Hebreos 1:1-2.

Y también, por medio de El nos dio mandamientos:

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; Mateo 28:19-20.

Si me amáis, guardad mis mandamientos. Juan 14:15.

Y un caso especial, cuando Cristo dice que el guarda los mandamientos que el Padre le dio a El específicamente:

Este mandamiento recibí de mi Padre. Juan 10:18.

Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar.
Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho. Juan 12:49-50.

Si guardareis mis mandamientos (los que yo les di, no Moisés), permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre (los que el Padre le dio a Cristo), y permanezco en su amor. Juan 15:10.


Los santos a los que se refiere el versículo Apocalipsis 14:12. Guardan mandamientos

¿Cuáles?

Si esos santos guardaran los mandamientos que dio Moisés ¿no tendrían justicia propia? La ley dice:

Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado. Deuteronomio 6:25.

Y nadie con justicia propia puede estar delante de Dios.

Esos mandamientos se deben de referir a los mandamientos que Dios nos dio por medio de su Hijo.

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; Mateo 28:19-20.

Bendiciones.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Sólo, la ley ceremonial fue sustituida o abolida por el sacrificio de Cristo.

Entonces tú crees que Cristo mintió cuando dijo:

5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará
de la ley, hasta que todo se haya cumplido. Mateo 5:17-18.



¿Tú crees, que con su muerte no cumplió la ley, sino que la abolió?

Porque El dijo lo contrario, que no vino a abolirla, sino a cumplirla.

Cumplir es pagar el precio que demandaba la ley.

Y abolirla, es anularla.

¿Pago el precio? ¿Nos redimió? ¿Nos compró?

¿O, la anuló?

¿Mintió? O ¿tú eres el que mientes al decir:

Sólo, la ley ceremonial fue sustituida o abolida por el sacrificio de Cristo.


Cristo dijo: no he venido para abrogar.

Y tú dices: que la ley fue abrogada.

¿Quién miente?

¿Tú, o Cristo?

Saludos.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Estimado E. Land.

Cristo dijo: no he venido para abrogar.

"La Ley o los profetas." Es por eso que como pueblo sostenemos que la Biblia es un todo, tanto al A.T. como el N.T.

Además a diferencia de muchos que sostienen que los diez mandamientos están abrogados (clavados en la cruz), nosotros no.

¿Tú nos apoyas en esto?

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Estimado E. Land.



"La Ley o los profetas." Es por eso que como pueblo sostenemos que la Biblia es un todo, tanto al A.T. como el N.T.

Además a diferencia de muchos que sostienen que los diez mandamientos están abrogados (clavados en la cruz), nosotros no.

¿Tú nos apoyas en esto?

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

No seas mentiroso Gabriel, ustedes no toman la ley como un todo, ustedes la dividen en ley moral y ley ceremonial.

Y afirman que la muerte de Cristo abrogó la ley ceremonial, diciendo que Cristo es un mentiroso, pues Cristo dijo que el no vino a abolir nada. El dijo que El vino a cumplirla.

Y pides el apoyo a sus mentiras.

Bendiciones.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Estimado e. land. Saludos cordiales.

Tú dices:

No seas mentiroso Gabriel, ustedes no toman la ley como un todo, ustedes la dividen en ley moral y ley ceremonial.

Respondo. Al parecer te confundiste, pues esto es lo que escribí: "La Ley o los profetas." Es por eso que como pueblo sostenemos que la Biblia es un todo, tanto al A.T. como el N.T. "la ley y los profetas" era una expresión que designaba todo lo que nosotros conocemos por Antiguo Testamento. "La ley" incluye los cinco libros de Moisés; y "los profetas", los escritos de los profetas.

En consecuencia no es mentira que como adventistas tomamos "toda la Biblia" como un conjunto indivisible y auto sustentable, a diferencia de algunas creencias que sólo se basan en el N.T. y otros como los judíos en el A.T.


Y afirman que la muerte de Cristo abrogó la ley ceremonial, diciendo que Cristo es un mentiroso, pues Cristo dijo que el no vino a abolir nada. El dijo que El vino a cumplirla.

Respondo: Los protestantes en sus comienzos señalaban que la doctrina bíblica presenta una clara diferencia entre una ley eterna y otra ley transitoria.

Martín Lutero, padre de la reforma protestante, asegura una clara diferencia entre las "disposiciones referentes a ceremonias o «ley ceremonial»", y "la ley que rige el comportamiento moral o «ley moral»", es decir, "el santísimo Decálogo, los Diez Mandamientos eternos de Dios".

Juan Calvino, al explicar la ley abolida que Pablo refiere en Efesios 2:14 y Colosenses 2:13, expone: "No puede haber duda de que él trata allí de las ceremonias, cuando habla del muro de división que separaba a Judíos y Gentiles", y aclara que en ese pasaje "la razón asignada por el Apóstol no se aplica a la Ley Moral, sino a las observancias ceremoniales solamente".

La Segunda Confesión Helvética (1566) define lo que entiende por la "Ley de Moisés": "La dividimos en razón de la perspicuidad en la ley moral, comprendida en las dos tablas de la ley o el Decálogo (Éxodo 20; Deuteronomio 5); la ley ceremonial, relativa a la adoración y los ritos sagrados; y la judicial, relativa a la política y la economía".

La diferencia entre la moral y la ceremonial la expresa de esta manera: "la ley es útil para mostrarnos todas las virtudes y los vicios, y para regular la vida de la nueva obediencia. Cristo no vino para destruir, sino para cumplir (Mat 5:17). Por lo tanto condenamos el Antinomianismo antiguo y moderno". En cambio, "la ley ceremonial de los Judíos fue un ayo y guardián para llevarlos a Cristo, el verdadero Libertador, quien la abrogó para que los creyentes no estuvieran más bajo la ley, sino bajo el evangelio de libertad".

La Geneva Bible Translation Notes (1575), al comentar Éxodo 25:2, establece que Dios, "después de la ley moral y judicial, les da la ley ceremonial, para que nada quedara a la invención del hombre", advirtiendo que " la ley moral es una ley perpetua de la justicia de Dios", y que en cambio en Hebreos 7:18, donde se declara abolida la ley por su debilidad e ineficiencia, se refiere exclusivamente a la ley ceremonial. Así, varios de los más conspicuos eruditos del protestantismo del siglo XVI (Miles Coverdale, Juan Foxe, Thomas Sampson, Christopher Goodman, Anthony Gilby, William Whittingham, y William Cole) quienes fueron los encargados de redactar los comentarios de esa edición, ya tenían clara la diferencia entre la ley ritual y la ley moral.

La Confesión de Westminster (1646), contempla en su capítulo XIX que Dios dio a Adán una ley, "comúnmente llamada moral… con la que lo limitó a él y a toda su posteridad a la obediencia personal, entera, exacta y perpetua". Para que no queden dudas sobre a cuál ley se refiere, nos aclara: "Esta ley, después de la caída, continuó siendo una perfecta regla de justicia; y así, fue entregada por Dios en el monte Sinaí en diez mandamientos, escritos en dos tablas; los primero cuatro mandamientos conteniendo nuestro deber hacia Dios, y los otros seis nuestro deber hacia el hombre".

La Declaración de Fe y Orden de Saboya (1658) suscribe al pie de la letra el artículo anterior, añadiendo que:

Además de esta ley, comúnmente llamada moral, Dios se complació en dar al pueblo de Israel leyes ceremoniales, conteniendo varias ordenanzas tópicas; en parte de adoración, prefigurando a Cristo, sus gracias, sufrimientos y beneficios, y en parte dando instrucciones de deberes morales. Todas estas leyes ceremoniales designadas para el tiempo de la reforma, han sido abrogadas por Jesucristo el verdadero Mesías y único legislador, quien ha sido ordenado por el Padre para tal fin.

En contraste con la transitoriedad de estas leyes ceremoniales, la Confesión de Saboya asegura que: "La ley moral obliga a todos, tanto a las personas justificadas como a las demás, a la obediencia; y eso no sólo en relación con lo que ella contiene, sino también con respecto a la autoridad del Creador, quien la dio: Cristo nunca la disuelve en su evangelio, sino que fortalece esta obligación".

La Confesión Bautista de Fe (1689) ratifica que Dios escribió los Diez Mandamientos en el corazón de Adán:

La misma ley que al principio fue escrita en el corazón del hombre continuó siendo una regla perfecta de justicia tras la caída, y fue entregada por Dios en el Monte Sinaí, en diez mandamientos, y escrita en dos tablas, los cuatro primeros conteniendo nuestro deber con Dios, y los otros seis, nuestro deber con el hombre.

De esto se desprende que según la fe bautista original, el hombre conocía el decálogo desde la creación, y que este código siguió vigente después de la caída.

Thomas Watson expone:

"Todas estas palabras" [Éx. 19:7]. Esto es, todas las palabras de la ley moral que usualmente se llama decálogo, o los diez mandamientos. Se le llama ley moral porque es la regla de vida y conducta… La ley moral es inalterable; todavía permanece en su fuerza . Aunque las leyes ceremoniales y judiciales están abrogadas, la ley moral dada por la propia boca de Dios es de uso perpetuo en la iglesia. Fue escrita en tablas de piedra, para mostrar su perpetuidad.

John Wesley observa que la ley moral sirve para "descubrir y refrenar las transgresiones, para convencer a los hombres de su culpa, y de la necesidad de la promesa, y darles una prueba para el pecado. Y esta ley nunca pasa; pero la ley ceremonial sólo fue introducida hasta que viniera Cristo, la simiente por la que se hizo la promesa".

John Gill declara que la "ordenanza de la ley" mencionada en Números 19:2 "no es la ley moral, sino la de tipo ceremonial". Del mismo modo, para él "la palabra de Jehová" mencionada en Deu. 5:5 "no es el decálogo…, sino las otras leyes que fueron dadas después, las de tipo ceremonial y judicial". La diferencia entre la ley moral y la ceremonial la explica Gill así: "la ley ceremonial está abolida absolutamente, y la ley moral dejó de ser un pacto de obras, aunque continúa como regla para caminar y conversar".

Matthew Henry, al comentar Levítico 27:26-34, también llega a la conclusión de que no hay una sola ley: "Muchos de estos mandamientos son morales, y de perpetua obligación; otros eran ceremoniales y peculiares de la economía Judía". Por eso es que Henry declara por un lado que "la Ley ceremonial de Moisés está muerta y sepultada en la tumba de Cristo", mientras que de la ley moral dice:

La ley todavía es útil para convencernos de lo que ha pasado, y nos dirija al futuro; aunque no podemos salvarnos por ella como un pacto, todavía la tenemos, y nos sometemos a ella, como una regla en la mano del Mediador, subordinada a la ley de la gracia; así que lejos de deshacer la ley, establecemos la ley. Que consideren esto aquellos que niegan la obligación de la ley moral en los creyentes.

Adam Clarke, comentando 1 Timoteo 1:9, distingue: "Hay una ley moral así como una ley ceremonial". Al comentar Gálatas 5:13, aclara: "El Evangelio proclama la libertad con respecto a la ley ceremonial: pero todavía te obliga aun más a la ley moral. Ser libertados de la ley ceremonial es la libertad del Evangelio; pretender libertad de la ley moral es Antinomianismo".

A. R. Fausset, al definir el término veterotestamentario de la "ley" observa la siguiente diferencia: "el Decálogo dio el tono moral a todo el resto de la ley, mientras que la parte ceremonial enseñó simbólicamente la pureza, como se les pide a los verdaderos hijos del reino de Dios", y establece que "los preceptos morales son eternamente obligatorios, porque se basan en el carácter inmutable de Dios... Su preeminencia se marca por ser la primera parte revelada; no como el resto del código dado por medio de Moisés, sino por Jehová Mismo, acompañado de ángeles; escrito por el dedo de Dios, y en tablas de piedra para marcar su permanencia ".

M. G. Easton define una parte de la ley como "La Ley ceremonial", la cual "prescribe bajo el Antiguo Testamento los ritos y ceremonias de adoración"; en tanto "La Ley Moral, es la voluntad de Dios revelada como conducta humana, obligatoria a todos los hombres hasta el fin del tiempo".

W. E. Vine asegura por su parte que "la ley de Moisés se puede dividir entre lo ceremonial y lo moral".

El autor congregacionalista Reuben Aarcher Torrey divide la ley en "Moral, expresada en los diez mandamientos", y "Ceremonial, relacionada con la manera de adorar a Dios". Añade además otras leyes, como las civiles, usadas para la administración de la nación de Israel.

El Nuevo Diccionario Bíblico Certeza señala que, "para Israel, las estipulaciones básicas de su pacto fueron los Diez Mandamientos, en realidad una ley moral como expresión de la voluntad de Dios; y las obligaciones pactuales detalladas adquirieron la forma de un estatuto «civil» arraigado en la ley moral de los Diez Mandamientos". Esta obra establece una diferencia fundamental entre la ley moral y la ceremonial, entendiendo por la primera los Diez Mandamientos, y la segunda el sistema de ritos y sacrificios.

Arthur Walkington Pink, por su parte, asegura:

Está claro lejos de toda duda que los Diez Mandamientos, la ley moral de Dios, fueron nítidamente distinguidos de la "ley de Moisés". La "Ley de Moisés," exceptuando la Ley moral incorporada en ella, no atañía a nadie más que a los Israelitas, o Gentiles prosélitos. Pero la ley moral de Dios, a diferencia de la Mosaica, atañe a todos los hombres.

La International Standard Bible Encyclopedia, al presentar los capítulos 17-26 de Levítico como una sección dedicada a la santidad, señala: "…ésta trata mucho con los deberes morales: Lev 19 y 20 son prácticamente una expansión del Decálogo; pero también trata más que ellos con lo ceremonial. Con respecto a ambos se establece el motivo de regla de obediencia, "Sed santos, porque yo soy santo".

Por su parte, Ernest C. Reisinger expone:

La ley moral fue escrita en el corazón de Adán en la creación… En el Monte Sinaí, Dios graciosamente dio un registro explícito de esa perfecta ley moral en la forma de los Diez Mandamientos. Estos fueron escritos por Dios mismo (Ex. 32:15, 16), a diferencia de las leyes civiles y ceremoniales que Moisés escribió bajo su dirección. Aunque dados a los hijos de Israel después de su liberación de Egipto, ellos encierran lo que se esperaba que observaran Adán y Eva. Por lo tanto, proceden de la creación y son obligatorios para todas las personas en todo tiempo y lugar. Son fijos, modelos objetivos de justicia, y así todo el mundo debería interesarse en su deber con el Dios Altísimo, el Creador y juez de toda la tierra, quien requiere una obediencia perpetua y perfecta a su voluntad.

Todos estos autores protestantes atestiguan fehacientemente que fue el protestantismo el que distinguió la ley moral –los Diez Mandamientos– de la ley ceremonial, y que históricamente el protestantismo genuino defendió la vigencia del decálogo ante las corrientes antinomianistas.

Fue precisamente del protestantismo que el adventismo aprendió esta distinción entre la ley moral y la ceremonial. Fue de allí que los adventistas aprendieron a diferenciar el carácter permanente de los Diez Mandamientos del carácter transitorio de la ley ceremonial. Si el protestantismo evangélico de la actualidad se ha alejado de esta enseñanza bíblica, ello sólo significa que no retuvo la doctrina que había recibido (2 Tes. 2:15). Esto no es sino el pleno cumplimiento de la profecía: "vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias pasiones, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas". (2 Tim. 4:3, 4).

A mediados del siglo XIX, para los adventistas no había duda de que la ley de Dios era eterna y seguía vigente, tal como la más connotada erudición protestante enseñaba. Pero había un detalle: allí donde la Biblia decía "sábado" los protestantes entendían "domingo". Era un pequeño pero importantísimo detalle, ya que el cuarto mandamiento no ordena "un día de la semana será de reposo", sino "el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios" (Reina Valera, 1909).

Fue entonces evidente que debía volverse a la palabra escrita, y guardar el día que Dios con tanto énfasis ha indicado en las Escrituras, en lugar de observar el día que impone Roma. Así que fue de la teología protestante que los adventistas aprendieron de la eternidad de la ley moral, y la vigencia del sábado de Jehová, lo cual les resultó muy fácil de comprobar con las Escrituras." (Aporte de Giovanni Cabrera)

Ningún adventista pone en duda que nuestro Señor cumplió 100 % con ambas leyes, la eterna y la transitoria.


Y pides el apoyo a sus mentiras.

Debiste decir: ¡Los 10 mandamientos no están abrogados pues son eternos.!

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Estimado e. land. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo. Al parecer te confundiste, pues esto es lo que escribí: "La Ley o los profetas." Es por eso que como pueblo sostenemos que la Biblia es un todo, tanto al A.T. como el N.T. "la ley y los profetas" era una expresión que designaba todo lo que nosotros conocemos por Antiguo Testamento. "La ley" incluye los cinco libros de Moisés; y "los profetas", los escritos de los profetas.

En consecuencia no es mentira que como adventistas tomamos "toda la Biblia" como un conjunto indivisible y auto sustentable, a diferencia de algunas creencias que sólo se basan en el N.T. y otros como los judíos en el A.T.




Respondo: Los protestantes en sus comienzos señalaban que la doctrina bíblica presenta una clara diferencia entre una ley eterna y otra ley transitoria.

Martín Lutero, padre de la reforma protestante, asegura una clara diferencia entre las "disposiciones referentes a ceremonias o «ley ceremonial»", y "la ley que rige el comportamiento moral o «ley moral»", es decir, "el santísimo Decálogo, los Diez Mandamientos eternos de Dios".

Juan Calvino, al explicar la ley abolida que Pablo refiere en Efesios 2:14 y Colosenses 2:13, expone: "No puede haber duda de que él trata allí de las ceremonias, cuando habla del muro de división que separaba a Judíos y Gentiles", y aclara que en ese pasaje "la razón asignada por el Apóstol no se aplica a la Ley Moral, sino a las observancias ceremoniales solamente".

La Segunda Confesión Helvética (1566) define lo que entiende por la "Ley de Moisés": "La dividimos en razón de la perspicuidad en la ley moral, comprendida en las dos tablas de la ley o el Decálogo (Éxodo 20; Deuteronomio 5); la ley ceremonial, relativa a la adoración y los ritos sagrados; y la judicial, relativa a la política y la economía".

La diferencia entre la moral y la ceremonial la expresa de esta manera: "la ley es útil para mostrarnos todas las virtudes y los vicios, y para regular la vida de la nueva obediencia. Cristo no vino para destruir, sino para cumplir (Mat 5:17). Por lo tanto condenamos el Antinomianismo antiguo y moderno". En cambio, "la ley ceremonial de los Judíos fue un ayo y guardián para llevarlos a Cristo, el verdadero Libertador, quien la abrogó para que los creyentes no estuvieran más bajo la ley, sino bajo el evangelio de libertad".

La Geneva Bible Translation Notes (1575), al comentar Éxodo 25:2, establece que Dios, "después de la ley moral y judicial, les da la ley ceremonial, para que nada quedara a la invención del hombre", advirtiendo que " la ley moral es una ley perpetua de la justicia de Dios", y que en cambio en Hebreos 7:18, donde se declara abolida la ley por su debilidad e ineficiencia, se refiere exclusivamente a la ley ceremonial. Así, varios de los más conspicuos eruditos del protestantismo del siglo XVI (Miles Coverdale, Juan Foxe, Thomas Sampson, Christopher Goodman, Anthony Gilby, William Whittingham, y William Cole) quienes fueron los encargados de redactar los comentarios de esa edición, ya tenían clara la diferencia entre la ley ritual y la ley moral.

La Confesión de Westminster (1646), contempla en su capítulo XIX que Dios dio a Adán una ley, "comúnmente llamada moral… con la que lo limitó a él y a toda su posteridad a la obediencia personal, entera, exacta y perpetua". Para que no queden dudas sobre a cuál ley se refiere, nos aclara: "Esta ley, después de la caída, continuó siendo una perfecta regla de justicia; y así, fue entregada por Dios en el monte Sinaí en diez mandamientos, escritos en dos tablas; los primero cuatro mandamientos conteniendo nuestro deber hacia Dios, y los otros seis nuestro deber hacia el hombre".

La Declaración de Fe y Orden de Saboya (1658) suscribe al pie de la letra el artículo anterior, añadiendo que:

Además de esta ley, comúnmente llamada moral, Dios se complació en dar al pueblo de Israel leyes ceremoniales, conteniendo varias ordenanzas tópicas; en parte de adoración, prefigurando a Cristo, sus gracias, sufrimientos y beneficios, y en parte dando instrucciones de deberes morales. Todas estas leyes ceremoniales designadas para el tiempo de la reforma, han sido abrogadas por Jesucristo el verdadero Mesías y único legislador, quien ha sido ordenado por el Padre para tal fin.

En contraste con la transitoriedad de estas leyes ceremoniales, la Confesión de Saboya asegura que: "La ley moral obliga a todos, tanto a las personas justificadas como a las demás, a la obediencia; y eso no sólo en relación con lo que ella contiene, sino también con respecto a la autoridad del Creador, quien la dio: Cristo nunca la disuelve en su evangelio, sino que fortalece esta obligación".

La Confesión Bautista de Fe (1689) ratifica que Dios escribió los Diez Mandamientos en el corazón de Adán:

La misma ley que al principio fue escrita en el corazón del hombre continuó siendo una regla perfecta de justicia tras la caída, y fue entregada por Dios en el Monte Sinaí, en diez mandamientos, y escrita en dos tablas, los cuatro primeros conteniendo nuestro deber con Dios, y los otros seis, nuestro deber con el hombre.

De esto se desprende que según la fe bautista original, el hombre conocía el decálogo desde la creación, y que este código siguió vigente después de la caída.

Thomas Watson expone:

"Todas estas palabras" [Éx. 19:7]. Esto es, todas las palabras de la ley moral que usualmente se llama decálogo, o los diez mandamientos. Se le llama ley moral porque es la regla de vida y conducta… La ley moral es inalterable; todavía permanece en su fuerza . Aunque las leyes ceremoniales y judiciales están abrogadas, la ley moral dada por la propia boca de Dios es de uso perpetuo en la iglesia. Fue escrita en tablas de piedra, para mostrar su perpetuidad.

John Wesley observa que la ley moral sirve para "descubrir y refrenar las transgresiones, para convencer a los hombres de su culpa, y de la necesidad de la promesa, y darles una prueba para el pecado. Y esta ley nunca pasa; pero la ley ceremonial sólo fue introducida hasta que viniera Cristo, la simiente por la que se hizo la promesa".

John Gill declara que la "ordenanza de la ley" mencionada en Números 19:2 "no es la ley moral, sino la de tipo ceremonial". Del mismo modo, para él "la palabra de Jehová" mencionada en Deu. 5:5 "no es el decálogo…, sino las otras leyes que fueron dadas después, las de tipo ceremonial y judicial". La diferencia entre la ley moral y la ceremonial la explica Gill así: "la ley ceremonial está abolida absolutamente, y la ley moral dejó de ser un pacto de obras, aunque continúa como regla para caminar y conversar".

Matthew Henry, al comentar Levítico 27:26-34, también llega a la conclusión de que no hay una sola ley: "Muchos de estos mandamientos son morales, y de perpetua obligación; otros eran ceremoniales y peculiares de la economía Judía". Por eso es que Henry declara por un lado que "la Ley ceremonial de Moisés está muerta y sepultada en la tumba de Cristo", mientras que de la ley moral dice:

La ley todavía es útil para convencernos de lo que ha pasado, y nos dirija al futuro; aunque no podemos salvarnos por ella como un pacto, todavía la tenemos, y nos sometemos a ella, como una regla en la mano del Mediador, subordinada a la ley de la gracia; así que lejos de deshacer la ley, establecemos la ley. Que consideren esto aquellos que niegan la obligación de la ley moral en los creyentes.

Adam Clarke, comentando 1 Timoteo 1:9, distingue: "Hay una ley moral así como una ley ceremonial". Al comentar Gálatas 5:13, aclara: "El Evangelio proclama la libertad con respecto a la ley ceremonial: pero todavía te obliga aun más a la ley moral. Ser libertados de la ley ceremonial es la libertad del Evangelio; pretender libertad de la ley moral es Antinomianismo".

A. R. Fausset, al definir el término veterotestamentario de la "ley" observa la siguiente diferencia: "el Decálogo dio el tono moral a todo el resto de la ley, mientras que la parte ceremonial enseñó simbólicamente la pureza, como se les pide a los verdaderos hijos del reino de Dios", y establece que "los preceptos morales son eternamente obligatorios, porque se basan en el carácter inmutable de Dios... Su preeminencia se marca por ser la primera parte revelada; no como el resto del código dado por medio de Moisés, sino por Jehová Mismo, acompañado de ángeles; escrito por el dedo de Dios, y en tablas de piedra para marcar su permanencia ".

M. G. Easton define una parte de la ley como "La Ley ceremonial", la cual "prescribe bajo el Antiguo Testamento los ritos y ceremonias de adoración"; en tanto "La Ley Moral, es la voluntad de Dios revelada como conducta humana, obligatoria a todos los hombres hasta el fin del tiempo".

W. E. Vine asegura por su parte que "la ley de Moisés se puede dividir entre lo ceremonial y lo moral".

El autor congregacionalista Reuben Aarcher Torrey divide la ley en "Moral, expresada en los diez mandamientos", y "Ceremonial, relacionada con la manera de adorar a Dios". Añade además otras leyes, como las civiles, usadas para la administración de la nación de Israel.

El Nuevo Diccionario Bíblico Certeza señala que, "para Israel, las estipulaciones básicas de su pacto fueron los Diez Mandamientos, en realidad una ley moral como expresión de la voluntad de Dios; y las obligaciones pactuales detalladas adquirieron la forma de un estatuto «civil» arraigado en la ley moral de los Diez Mandamientos". Esta obra establece una diferencia fundamental entre la ley moral y la ceremonial, entendiendo por la primera los Diez Mandamientos, y la segunda el sistema de ritos y sacrificios.

Arthur Walkington Pink, por su parte, asegura:

Está claro lejos de toda duda que los Diez Mandamientos, la ley moral de Dios, fueron nítidamente distinguidos de la "ley de Moisés". La "Ley de Moisés," exceptuando la Ley moral incorporada en ella, no atañía a nadie más que a los Israelitas, o Gentiles prosélitos. Pero la ley moral de Dios, a diferencia de la Mosaica, atañe a todos los hombres.

La International Standard Bible Encyclopedia, al presentar los capítulos 17-26 de Levítico como una sección dedicada a la santidad, señala: "…ésta trata mucho con los deberes morales: Lev 19 y 20 son prácticamente una expansión del Decálogo; pero también trata más que ellos con lo ceremonial. Con respecto a ambos se establece el motivo de regla de obediencia, "Sed santos, porque yo soy santo".

Por su parte, Ernest C. Reisinger expone:

La ley moral fue escrita en el corazón de Adán en la creación… En el Monte Sinaí, Dios graciosamente dio un registro explícito de esa perfecta ley moral en la forma de los Diez Mandamientos. Estos fueron escritos por Dios mismo (Ex. 32:15, 16), a diferencia de las leyes civiles y ceremoniales que Moisés escribió bajo su dirección. Aunque dados a los hijos de Israel después de su liberación de Egipto, ellos encierran lo que se esperaba que observaran Adán y Eva. Por lo tanto, proceden de la creación y son obligatorios para todas las personas en todo tiempo y lugar. Son fijos, modelos objetivos de justicia, y así todo el mundo debería interesarse en su deber con el Dios Altísimo, el Creador y juez de toda la tierra, quien requiere una obediencia perpetua y perfecta a su voluntad.

Todos estos autores protestantes atestiguan fehacientemente que fue el protestantismo el que distinguió la ley moral –los Diez Mandamientos– de la ley ceremonial, y que históricamente el protestantismo genuino defendió la vigencia del decálogo ante las corrientes antinomianistas.

Fue precisamente del protestantismo que el adventismo aprendió esta distinción entre la ley moral y la ceremonial. Fue de allí que los adventistas aprendieron a diferenciar el carácter permanente de los Diez Mandamientos del carácter transitorio de la ley ceremonial. Si el protestantismo evangélico de la actualidad se ha alejado de esta enseñanza bíblica, ello sólo significa que no retuvo la doctrina que había recibido (2 Tes. 2:15). Esto no es sino el pleno cumplimiento de la profecía: "vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias pasiones, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas". (2 Tim. 4:3, 4).

A mediados del siglo XIX, para los adventistas no había duda de que la ley de Dios era eterna y seguía vigente, tal como la más connotada erudición protestante enseñaba. Pero había un detalle: allí donde la Biblia decía "sábado" los protestantes entendían "domingo". Era un pequeño pero importantísimo detalle, ya que el cuarto mandamiento no ordena "un día de la semana será de reposo", sino "el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios" (Reina Valera, 1909).

Fue entonces evidente que debía volverse a la palabra escrita, y guardar el día que Dios con tanto énfasis ha indicado en las Escrituras, en lugar de observar el día que impone Roma. Así que fue de la teología protestante que los adventistas aprendieron de la eternidad de la ley moral, y la vigencia del sábado de Jehová, lo cual les resultó muy fácil de comprobar con las Escrituras." (Aporte de Giovanni Cabrera)

Ningún adventista pone en duda que nuestro Señor cumplió 100 % con ambas leyes, la eterna y la transitoria.




Debiste decir: ¡Los 10 mandamientos no están abrogados pues son eternos.!

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

Sabes Gabriel, porque citas a tantos hombres falibles solo cita textos infalibles de la Palabra de Dios , solo asi habra verdader autoridad confiable.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Estimado e. land. Saludos cordiales.

Respondo. Al parecer te confundiste, pues esto es lo que escribí: "La Ley o los profetas." Es por eso que como pueblo sostenemos que la Biblia es un todo, tanto al A.T. como el N.T. "la ley y los profetas" era una expresión que designaba todo lo que nosotros conocemos por Antiguo Testamento. "La ley" incluye los cinco libros de Moisés; y "los profetas", los escritos de los profetas.

No Gabriel, no hay ninguna confusión, o miente Cristo, o mientes tú.

Gabriel, Jesús dijo: No penséis que he venido para abrogar “la ley o los profetas”; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. Mateo 5:17-18.

Pero tú le llamas mentiroso a Cristo, porque dices que si está abolida una parte de la “ley o los profetas”, y a esa parte le llamas ley ceremonial.

En consecuencia no es mentira que como adventistas tomamos "toda la Biblia" como un conjunto indivisible

Dices que es indivisible, pero si se puede abolir una parte de ella y otra no, ¿Cómo está eso que es indivisible, y tu la divides, y dices que está abrogada una parte?

También es mentira que algo indivisible se pueda dividir, deberas que traes un enredo tremendo Gabriel.

Parece que en todos tus aportes hay mentiras, así te la vives, de mentira en mentira. Como eso de que los santos de Apocalipsis 14:12 guardan el decálogo.

Respondo: Los protestantes en sus comienzos señalaban que la doctrina bíblica presenta una clara diferencia entre una ley eterna y otra ley transitoria.

Martín Lutero, padre de la reforma protestante, asegura una clara diferencia entre las "disposiciones referentes a ceremonias o «ley ceremonial»", y "la ley que rige el comportamiento moral o «ley moral»", es decir, "el santísimo Decálogo, los Diez Mandamientos eternos de Dios".

Juan Calvino, al explicar la ley abolida que Pablo refiere en Efesios 2:14 y Colosenses 2:13, expone: "No puede haber duda de que él trata allí de las ceremonias, cuando habla del muro de división que separaba a Judíos y Gentiles", y aclara que en ese pasaje "la razón asignada por el Apóstol no se aplica a la Ley Moral, sino a las observancias ceremoniales solamente".

La Segunda Confesión Helvética (1566) define lo que entiende por la "Ley de Moisés": "La dividimos en razón de la perspicuidad en la ley moral, comprendida en las dos tablas de la ley o el Decálogo (Éxodo 20; Deuteronomio 5); la ley ceremonial, relativa a la adoración y los ritos sagrados; y la judicial, relativa a la política y la economía".

La diferencia entre la moral y la ceremonial la expresa de esta manera: "la ley es útil para mostrarnos todas las virtudes y los vicios, y para regular la vida de la nueva obediencia. Cristo no vino para destruir, sino para cumplir (Mat 5:17). Por lo tanto condenamos el Antinomianismo antiguo y moderno". En cambio, "la ley ceremonial de los Judíos fue un ayo y guardián para llevarlos a Cristo, el verdadero Libertador, quien la abrogó para que los creyentes no estuvieran más bajo la ley, sino bajo el evangelio de libertad".

La Geneva Bible Translation Notes (1575), al comentar Éxodo 25:2, establece que Dios, "después de la ley moral y judicial, les da la ley ceremonial, para que nada quedara a la invención del hombre", advirtiendo que " la ley moral es una ley perpetua de la justicia de Dios", y que en cambio en Hebreos 7:18, donde se declara abolida la ley por su debilidad e ineficiencia, se refiere exclusivamente a la ley ceremonial. Así, varios de los más conspicuos eruditos del protestantismo del siglo XVI (Miles Coverdale, Juan Foxe, Thomas Sampson, Christopher Goodman, Anthony Gilby, William Whittingham, y William Cole) quienes fueron los encargados de redactar los comentarios de esa edición, ya tenían clara la diferencia entre la ley ritual y la ley moral.

La Confesión de Westminster (1646), contempla en su capítulo XIX que Dios dio a Adán una ley, "comúnmente llamada moral… con la que lo limitó a él y a toda su posteridad a la obediencia personal, entera, exacta y perpetua". Para que no queden dudas sobre a cuál ley se refiere, nos aclara: "Esta ley, después de la caída, continuó siendo una perfecta regla de justicia; y así, fue entregada por Dios en el monte Sinaí en diez mandamientos, escritos en dos tablas; los primero cuatro mandamientos conteniendo nuestro deber hacia Dios, y los otros seis nuestro deber hacia el hombre".

La Declaración de Fe y Orden de Saboya (1658) suscribe al pie de la letra el artículo anterior, añadiendo que:

Además de esta ley, comúnmente llamada moral, Dios se complació en dar al pueblo de Israel leyes ceremoniales, conteniendo varias ordenanzas tópicas; en parte de adoración, prefigurando a Cristo, sus gracias, sufrimientos y beneficios, y en parte dando instrucciones de deberes morales. Todas estas leyes ceremoniales designadas para el tiempo de la reforma, han sido abrogadas por Jesucristo el verdadero Mesías y único legislador, quien ha sido ordenado por el Padre para tal fin.

En contraste con la transitoriedad de estas leyes ceremoniales, la Confesión de Saboya asegura que: "La ley moral obliga a todos, tanto a las personas justificadas como a las demás, a la obediencia; y eso no sólo en relación con lo que ella contiene, sino también con respecto a la autoridad del Creador, quien la dio: Cristo nunca la disuelve en su evangelio, sino que fortalece esta obligación".

La Confesión Bautista de Fe (1689) ratifica que Dios escribió los Diez Mandamientos en el corazón de Adán:

La misma ley que al principio fue escrita en el corazón del hombre continuó siendo una regla perfecta de justicia tras la caída, y fue entregada por Dios en el Monte Sinaí, en diez mandamientos, y escrita en dos tablas, los cuatro primeros conteniendo nuestro deber con Dios, y los otros seis, nuestro deber con el hombre.

De esto se desprende que según la fe bautista original, el hombre conocía el decálogo desde la creación, y que este código siguió vigente después de la caída.

Thomas Watson expone:

"Todas estas palabras" [Éx. 19:7]. Esto es, todas las palabras de la ley moral que usualmente se llama decálogo, o los diez mandamientos. Se le llama ley moral porque es la regla de vida y conducta… La ley moral es inalterable; todavía permanece en su fuerza . Aunque las leyes ceremoniales y judiciales están abrogadas, la ley moral dada por la propia boca de Dios es de uso perpetuo en la iglesia. Fue escrita en tablas de piedra, para mostrar su perpetuidad.

John Wesley observa que la ley moral sirve para "descubrir y refrenar las transgresiones, para convencer a los hombres de su culpa, y de la necesidad de la promesa, y darles una prueba para el pecado. Y esta ley nunca pasa; pero la ley ceremonial sólo fue introducida hasta que viniera Cristo, la simiente por la que se hizo la promesa".

John Gill declara que la "ordenanza de la ley" mencionada en Números 19:2 "no es la ley moral, sino la de tipo ceremonial". Del mismo modo, para él "la palabra de Jehová" mencionada en Deu. 5:5 "no es el decálogo…, sino las otras leyes que fueron dadas después, las de tipo ceremonial y judicial". La diferencia entre la ley moral y la ceremonial la explica Gill así: "la ley ceremonial está abolida absolutamente, y la ley moral dejó de ser un pacto de obras, aunque continúa como regla para caminar y conversar".

Matthew Henry, al comentar Levítico 27:26-34, también llega a la conclusión de que no hay una sola ley: "Muchos de estos mandamientos son morales, y de perpetua obligación; otros eran ceremoniales y peculiares de la economía Judía". Por eso es que Henry declara por un lado que "la Ley ceremonial de Moisés está muerta y sepultada en la tumba de Cristo", mientras que de la ley moral dice:

La ley todavía es útil para convencernos de lo que ha pasado, y nos dirija al futuro; aunque no podemos salvarnos por ella como un pacto, todavía la tenemos, y nos sometemos a ella, como una regla en la mano del Mediador, subordinada a la ley de la gracia; así que lejos de deshacer la ley, establecemos la ley. Que consideren esto aquellos que niegan la obligación de la ley moral en los creyentes.

Adam Clarke, comentando 1 Timoteo 1:9, distingue: "Hay una ley moral así como una ley ceremonial". Al comentar Gálatas 5:13, aclara: "El Evangelio proclama la libertad con respecto a la ley ceremonial: pero todavía te obliga aun más a la ley moral. Ser libertados de la ley ceremonial es la libertad del Evangelio; pretender libertad de la ley moral es Antinomianismo".

A. R. Fausset, al definir el término veterotestamentario de la "ley" observa la siguiente diferencia: "el Decálogo dio el tono moral a todo el resto de la ley, mientras que la parte ceremonial enseñó simbólicamente la pureza, como se les pide a los verdaderos hijos del reino de Dios", y establece que "los preceptos morales son eternamente obligatorios, porque se basan en el carácter inmutable de Dios... Su preeminencia se marca por ser la primera parte revelada; no como el resto del código dado por medio de Moisés, sino por Jehová Mismo, acompañado de ángeles; escrito por el dedo de Dios, y en tablas de piedra para marcar su permanencia ".

M. G. Easton define una parte de la ley como "La Ley ceremonial", la cual "prescribe bajo el Antiguo Testamento los ritos y ceremonias de adoración"; en tanto "La Ley Moral, es la voluntad de Dios revelada como conducta humana, obligatoria a todos los hombres hasta el fin del tiempo".

W. E. Vine asegura por su parte que "la ley de Moisés se puede dividir entre lo ceremonial y lo moral".

El autor congregacionalista Reuben Aarcher Torrey divide la ley en "Moral, expresada en los diez mandamientos", y "Ceremonial, relacionada con la manera de adorar a Dios". Añade además otras leyes, como las civiles, usadas para la administración de la nación de Israel.

El Nuevo Diccionario Bíblico Certeza señala que, "para Israel, las estipulaciones básicas de su pacto fueron los Diez Mandamientos, en realidad una ley moral como expresión de la voluntad de Dios; y las obligaciones pactuales detalladas adquirieron la forma de un estatuto «civil» arraigado en la ley moral de los Diez Mandamientos". Esta obra establece una diferencia fundamental entre la ley moral y la ceremonial, entendiendo por la primera los Diez Mandamientos, y la segunda el sistema de ritos y sacrificios.

Arthur Walkington Pink, por su parte, asegura:

Está claro lejos de toda duda que los Diez Mandamientos, la ley moral de Dios, fueron nítidamente distinguidos de la "ley de Moisés". La "Ley de Moisés," exceptuando la Ley moral incorporada en ella, no atañía a nadie más que a los Israelitas, o Gentiles prosélitos. Pero la ley moral de Dios, a diferencia de la Mosaica, atañe a todos los hombres.

La International Standard Bible Encyclopedia, al presentar los capítulos 17-26 de Levítico como una sección dedicada a la santidad, señala: "…ésta trata mucho con los deberes morales: Lev 19 y 20 son prácticamente una expansión del Decálogo; pero también trata más que ellos con lo ceremonial. Con respecto a ambos se establece el motivo de regla de obediencia, "Sed santos, porque yo soy santo".

Por su parte, Ernest C. Reisinger expone:

La ley moral fue escrita en el corazón de Adán en la creación… En el Monte Sinaí, Dios graciosamente dio un registro explícito de esa perfecta ley moral en la forma de los Diez Mandamientos. Estos fueron escritos por Dios mismo (Ex. 32:15, 16), a diferencia de las leyes civiles y ceremoniales que Moisés escribió bajo su dirección. Aunque dados a los hijos de Israel después de su liberación de Egipto, ellos encierran lo que se esperaba que observaran Adán y Eva. Por lo tanto, proceden de la creación y son obligatorios para todas las personas en todo tiempo y lugar. Son fijos, modelos objetivos de justicia, y así todo el mundo debería interesarse en su deber con el Dios Altísimo, el Creador y juez de toda la tierra, quien requiere una obediencia perpetua y perfecta a su voluntad.

Todos estos autores protestantes atestiguan fehacientemente que fue el protestantismo el que distinguió la ley moral –los Diez Mandamientos– de la ley ceremonial, y que históricamente el protestantismo genuino defendió la vigencia del decálogo ante las corrientes antinomianistas.

Fue precisamente del protestantismo que el adventismo aprendió esta distinción entre la ley moral y la ceremonial. Fue de allí que los adventistas aprendieron a diferenciar el carácter permanente de los Diez Mandamientos del carácter transitorio de la ley ceremonial. Si el protestantismo evangélico de la actualidad se ha alejado de esta enseñanza bíblica, ello sólo significa que no retuvo la doctrina que había recibido (2 Tes. 2:15). Esto no es sino el pleno cumplimiento de la profecía: "vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias pasiones, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas". (2 Tim. 4:3, 4).

A mediados del siglo XIX, para los adventistas no había duda de que la ley de Dios era eterna y seguía vigente, tal como la más connotada erudición protestante enseñaba. Pero había un detalle: allí donde la Biblia decía "sábado" los protestantes entendían "domingo". Era un pequeño pero importantísimo detalle, ya que el cuarto mandamiento no ordena "un día de la semana será de reposo", sino "el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios" (Reina Valera, 1909).

Fue entonces evidente que debía volverse a la palabra escrita, y guardar el día que Dios con tanto énfasis ha indicado en las Escrituras, en lugar de observar el día que impone Roma. Así que fue de la teología protestante que los adventistas aprendieron de la eternidad de la ley moral, y la vigencia del sábado de Jehová, lo cual les resultó muy fácil de comprobar con las Escrituras." (Aporte de Giovanni Cabrera)

Te apoyas en los razonamientos de hombre para intentar hacer ver a Cristo como un mentiroso, tratas de refutar a Cristo con declaraciones de los hombres, pero las palabras de Cristo seguirán escritas, no importa lo que diga el hombre:

No penséis que he venido para abrogar “la ley o los profetas”; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. Mateo 5:17-18.


Ningún adventista pone en duda que nuestro Señor cumplió 100 % con ambas leyes, la eterna y la transitoria.


Pues no que es un todo indivisible.


Debiste decir: ¡Los 10 mandamientos no están abrogados pues son eternos.!

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

Mejor acato lo que dijo Cristo.

No penséis que he venido para abrogar “la ley o los profetas”; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. Mateo 5:17-18.

Así está escrito.

Bendiciones.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

"Luego por la fe INVALIDAMOS LA LEY. En ninguna manera, sino que CONFIRMAMOS LA LEY" (Romanos 3: 31).

MIS SINCERAS FELICITACIONES AL FORISTA HERALD, POR HABER TRAIDO ESTE TEMA. TAMBIEN, MIS SALUDOS ESPECIALES A MI HNO. EN CRISTO, E.LAND, QUE TAMBIEN PARTICIPA EN ESTE FORO.

Y, AHORA, LA EXPLICACION DE ROMANOS 3:31.

LA FE EN CRISTO JESUS NO INVALIDA LA LEY O TORAH. Invalidar es declarar que algo NO TIENE VALOR. La ley o Torah tuvo un gran valor como "AYO, PARA LLEVARNOS A CRISTO, A FIN DE QUE FUESEMOS JUSTIFICADOS POR LA FE. PERO VENIDA LA FE, YA NO ESTAMOS BAJO AYO" (Galatas 3: 24 y 25).

Los que creemos en Cristo, CONFIRMAMOS ESA LEY, esto es, CONFIRMAMOS EL VALOR QUE TUVO LA LEY EN SU PAPEL DE AYO, EL CUAL SIRVIO PARA LLEVAR A LA NACION DE ISRAEL HACIA CRISTO.

"PERO VENIDA LA FE, YA NO ESTAMOS BAJO AYO".

QUIEN DIGA QUE LA LEY O TORAH NO TUVO VALOR ALGUNO (LA INVALIDE), COMETE UN ERROR.

QUIEN CONFIRME QUE LA LEY O TORAH TUVO UN IMPORTANTE VALOR EN SU PAPEL DE AYO, PARA LLEVARNOS A CRISTO, ESTA EN LO CORRECTO.

AHORA QUE EL VALOR QUE TUVO LA LEY O TORAH, COMO AYO PARA LLEVARNOS A CRISTO, HA SIDO CUMPLIDO, YA NO ESTAMOS MAS BAJO ESA LEY.

Patricio Cespedes Castro.
Ex-Adventista del Septimo Dia.
Hoy, Discipulo de Jesus y REFORMADOR.



 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

"Luego por la fe INVALIDAMOS LA LEY. En ninguna manera, sino que CONFIRMAMOS LA LEY" (Romanos 3: 31).

MIS SINCERAS FELICITACIONES AL FORISTA HERALD, POR HABER TRAIDO ESTE TEMA. TAMBIEN, MIS SALUDOS ESPECIALES A MI HNO. EN CRISTO, E.LAND, QUE TAMBIEN PARTICIPA EN ESTE FORO.

Y, AHORA, LA EXPLICACION DE ROMANOS 3:31.

LA FE EN CRISTO JESUS NO INVALIDA LA LEY O TORAH. Invalidar es declarar que algo NO TIENE VALOR. La ley o Torah tuvo un gran valor como "AYO, PARA LLEVARNOS A CRISTO, A FIN DE QUE FUESEMOS JUSTIFICADOS POR LA FE. PERO VENIDA LA FE, YA NO ESTAMOS BAJO AYO" (Galatas 3: 24 y 25).

Los que creemos en Cristo, CONFIRMAMOS ESA LEY, esto es, CONFIRMAMOS EL VALOR QUE TUVO LA LEY EN SU PAPEL DE AYO, EL CUAL SIRVIO PARA LLEVAR A LA NACION DE ISRAEL HACIA CRISTO.

"PERO VENIDA LA FE, YA NO ESTAMOS BAJO AYO".

QUIEN DIGA QUE LA LEY O TORAH NO TUVO VALOR ALGUNO (LA INVALIDE), COMETE UN ERROR.

QUIEN CONFIRME QUE LA LEY O TORAH TUVO UN IMPORTANTE VALOR EN SU PAPEL DE AYO, PARA LLEVARNOS A CRISTO, ESTA EN LO CORRECTO.

AHORA QUE EL VALOR QUE TUVO LA LEY O TORAH, COMO AYO PARA LLEVARNOS A CRISTO, HA SIDO CUMPLIDO, YA NO ESTAMOS MAS BAJO ESA LEY.

Patricio Cespedes Castro.
Ex-Adventista del Septimo Dia.
Hoy, Discipulo de Jesus y REFORMADOR.




UN GUSTO LEER NUEVAMENTE LEER TUS APORTES PATRICIO, APRENDI BASTANTE CON TUS INTERVENCIONES Y TAMBIEN DEL HERMANO E.LAND

TENGO UNA PREGUNTA QUIZAS SEPAS LA RPTA DICES QUE LA LEY MOSAICA NOS LLEVO A CRISTO???
YO PENSE QUE SOLO PABLO PODIA DECIR ESO PORQUE EL ERA JUDIO, SI FUERA ASI TAMBIEN NOS MOSTRARIA QUE NO HEMOS GUARDADO EL SABADO, O SOLO TE REFIERES QUE LA PARTE VERDADERAMENTE MORAL DE LA LEY NOS LLEVO A CRISTO??? Y EN NUESTRO CASO QUE SOMOS GENTILES ES LA LEY DE CRISTO LA CUAL NOS SEÑALO EL PECADO.
ESA ES MI INTERROGANTE
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

"Luego por la fe INVALIDAMOS LA LEY. En ninguna manera, sino que CONFIRMAMOS LA LEY" (Romanos 3: 31).



QUIEN CONFIRME QUE LA LEY O TORAH TUVO UN IMPORTANTE VALOR EN SU PAPEL DE AYO, PARA LLEVARNOS A CRISTO, ESTA EN LO CORRECTO.

Patricio Cespedes Castro.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

MARCELINO TE HAS VUELTO LOCO? HAS UN COMENTARIO AL MENOS.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Estimado protestante. Saludos cordiales.

Tú dices a esto: "y tampoco un mandamiento moral se convierte en ceremonial por estar rodeado de mandamientos ceremoniales"



Respondo: El mandamiento del descanso en el día de reposo, es moral.

Si lees Isaías 58:13,14 lo confirmarás.

No obstante hay siete sábados ceremoniales que dejaron de tener vigor a partir de la muerte de Cristo, los que no tienen nada que ver con el día que Dios bendijo, reposó y santificó.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

No entiendo ese texto que es añadido a la observancias para el Sabado, el cual es una promesa condicional ¿lo hace mandamiento moral?

Osea que durantes 800 siglos el sabado fue ceremonial y recien con Isaias fue moral.
Explicate bien please


 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Estimado e. land. Saludos cordiales.

En consecuencia no es mentira que como adventistas tomamos "toda la Biblia" como un conjunto indivisible y auto sustentable, a diferencia de algunas creencias que sólo se basan en el N.T. y otros como los judíos en el A.T.
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E.land no te pregunto eso, te planteo algo muy claro , te pregunto si UDS parten la ley en dos "moral" y "ceremonial"

Porque no contestas Gabriel?
Danos el respaldo biblico para tal division y te creeremos.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Estimado e. land. Saludos cordiales.

Tú dices:



Respondo. Al parecer te confundiste, pues esto es lo que escribí: "La Ley o los profetas." Es por eso que como pueblo sostenemos que la Biblia es un todo, tanto al A.T. como el N.T. "la ley y los profetas" era una expresión que designaba todo lo que nosotros conocemos por Antiguo Testamento. "La ley" incluye los cinco libros de Moisés; y "los profetas", los escritos de los profetas.

En consecuencia no es mentira que como adventistas tomamos "toda la Biblia" como un conjunto indivisible y auto sustentable, a diferencia de algunas creencias que sólo se basan en el N.T. y otros como los judíos en el A.T.




Respondo: Los protestantes en sus comienzos señalaban que la doctrina bíblica presenta una clara diferencia entre una ley eterna y otra ley transitoria.

Martín Lutero, padre de la reforma protestante, asegura una clara diferencia entre las "disposiciones referentes a ceremonias o «ley ceremonial»", y "la ley que rige el comportamiento moral o «ley moral»", es decir, "el santísimo Decálogo, los Diez Mandamientos eternos de Dios".

Juan Calvino, al explicar la ley abolida que Pablo refiere en Efesios 2:14 y Colosenses 2:13, expone: "No puede haber duda de que él trata allí de las ceremonias, cuando habla del muro de división que separaba a Judíos y Gentiles", y aclara que en ese pasaje "la razón asignada por el Apóstol no se aplica a la Ley Moral, sino a las observancias ceremoniales solamente".

La Segunda Confesión Helvética (1566) define lo que entiende por la "Ley de Moisés": "La dividimos en razón de la perspicuidad en la ley moral, comprendida en las dos tablas de la ley o el Decálogo (Éxodo 20; Deuteronomio 5); la ley ceremonial, relativa a la adoración y los ritos sagrados; y la judicial, relativa a la política y la economía".

La diferencia entre la moral y la ceremonial la expresa de esta manera: "la ley es útil para mostrarnos todas las virtudes y los vicios, y para regular la vida de la nueva obediencia. Cristo no vino para destruir, sino para cumplir (Mat 5:17). Por lo tanto condenamos el Antinomianismo antiguo y moderno". En cambio, "la ley ceremonial de los Judíos fue un ayo y guardián para llevarlos a Cristo, el verdadero Libertador, quien la abrogó para que los creyentes no estuvieran más bajo la ley, sino bajo el evangelio de libertad".

La Geneva Bible Translation Notes (1575), al comentar Éxodo 25:2, establece que Dios, "después de la ley moral y judicial, les da la ley ceremonial, para que nada quedara a la invención del hombre", advirtiendo que " la ley moral es una ley perpetua de la justicia de Dios", y que en cambio en Hebreos 7:18, donde se declara abolida la ley por su debilidad e ineficiencia, se refiere exclusivamente a la ley ceremonial. Así, varios de los más conspicuos eruditos del protestantismo del siglo XVI (Miles Coverdale, Juan Foxe, Thomas Sampson, Christopher Goodman, Anthony Gilby, William Whittingham, y William Cole) quienes fueron los encargados de redactar los comentarios de esa edición, ya tenían clara la diferencia entre la ley ritual y la ley moral.

La Confesión de Westminster (1646), contempla en su capítulo XIX que Dios dio a Adán una ley, "comúnmente llamada moral… con la que lo limitó a él y a toda su posteridad a la obediencia personal, entera, exacta y perpetua". Para que no queden dudas sobre a cuál ley se refiere, nos aclara: "Esta ley, después de la caída, continuó siendo una perfecta regla de justicia; y así, fue entregada por Dios en el monte Sinaí en diez mandamientos, escritos en dos tablas; los primero cuatro mandamientos conteniendo nuestro deber hacia Dios, y los otros seis nuestro deber hacia el hombre".

La Declaración de Fe y Orden de Saboya (1658) suscribe al pie de la letra el artículo anterior, añadiendo que:

Además de esta ley, comúnmente llamada moral, Dios se complació en dar al pueblo de Israel leyes ceremoniales, conteniendo varias ordenanzas tópicas; en parte de adoración, prefigurando a Cristo, sus gracias, sufrimientos y beneficios, y en parte dando instrucciones de deberes morales. Todas estas leyes ceremoniales designadas para el tiempo de la reforma, han sido abrogadas por Jesucristo el verdadero Mesías y único legislador, quien ha sido ordenado por el Padre para tal fin.

En contraste con la transitoriedad de estas leyes ceremoniales, la Confesión de Saboya asegura que: "La ley moral obliga a todos, tanto a las personas justificadas como a las demás, a la obediencia; y eso no sólo en relación con lo que ella contiene, sino también con respecto a la autoridad del Creador, quien la dio: Cristo nunca la disuelve en su evangelio, sino que fortalece esta obligación".

La Confesión Bautista de Fe (1689) ratifica que Dios escribió los Diez Mandamientos en el corazón de Adán:

La misma ley que al principio fue escrita en el corazón del hombre continuó siendo una regla perfecta de justicia tras la caída, y fue entregada por Dios en el Monte Sinaí, en diez mandamientos, y escrita en dos tablas, los cuatro primeros conteniendo nuestro deber con Dios, y los otros seis, nuestro deber con el hombre.

De esto se desprende que según la fe bautista original, el hombre conocía el decálogo desde la creación, y que este código siguió vigente después de la caída.

Thomas Watson expone:

"Todas estas palabras" [Éx. 19:7]. Esto es, todas las palabras de la ley moral que usualmente se llama decálogo, o los diez mandamientos. Se le llama ley moral porque es la regla de vida y conducta… La ley moral es inalterable; todavía permanece en su fuerza . Aunque las leyes ceremoniales y judiciales están abrogadas, la ley moral dada por la propia boca de Dios es de uso perpetuo en la iglesia. Fue escrita en tablas de piedra, para mostrar su perpetuidad.

John Wesley observa que la ley moral sirve para "descubrir y refrenar las transgresiones, para convencer a los hombres de su culpa, y de la necesidad de la promesa, y darles una prueba para el pecado. Y esta ley nunca pasa; pero la ley ceremonial sólo fue introducida hasta que viniera Cristo, la simiente por la que se hizo la promesa".

John Gill declara que la "ordenanza de la ley" mencionada en Números 19:2 "no es la ley moral, sino la de tipo ceremonial". Del mismo modo, para él "la palabra de Jehová" mencionada en Deu. 5:5 "no es el decálogo…, sino las otras leyes que fueron dadas después, las de tipo ceremonial y judicial". La diferencia entre la ley moral y la ceremonial la explica Gill así: "la ley ceremonial está abolida absolutamente, y la ley moral dejó de ser un pacto de obras, aunque continúa como regla para caminar y conversar".

Matthew Henry, al comentar Levítico 27:26-34, también llega a la conclusión de que no hay una sola ley: "Muchos de estos mandamientos son morales, y de perpetua obligación; otros eran ceremoniales y peculiares de la economía Judía". Por eso es que Henry declara por un lado que "la Ley ceremonial de Moisés está muerta y sepultada en la tumba de Cristo", mientras que de la ley moral dice:

La ley todavía es útil para convencernos de lo que ha pasado, y nos dirija al futuro; aunque no podemos salvarnos por ella como un pacto, todavía la tenemos, y nos sometemos a ella, como una regla en la mano del Mediador, subordinada a la ley de la gracia; así que lejos de deshacer la ley, establecemos la ley. Que consideren esto aquellos que niegan la obligación de la ley moral en los creyentes.

Adam Clarke, comentando 1 Timoteo 1:9, distingue: "Hay una ley moral así como una ley ceremonial". Al comentar Gálatas 5:13, aclara: "El Evangelio proclama la libertad con respecto a la ley ceremonial: pero todavía te obliga aun más a la ley moral. Ser libertados de la ley ceremonial es la libertad del Evangelio; pretender libertad de la ley moral es Antinomianismo".

A. R. Fausset, al definir el término veterotestamentario de la "ley" observa la siguiente diferencia: "el Decálogo dio el tono moral a todo el resto de la ley, mientras que la parte ceremonial enseñó simbólicamente la pureza, como se les pide a los verdaderos hijos del reino de Dios", y establece que "los preceptos morales son eternamente obligatorios, porque se basan en el carácter inmutable de Dios... Su preeminencia se marca por ser la primera parte revelada; no como el resto del código dado por medio de Moisés, sino por Jehová Mismo, acompañado de ángeles; escrito por el dedo de Dios, y en tablas de piedra para marcar su permanencia ".

M. G. Easton define una parte de la ley como "La Ley ceremonial", la cual "prescribe bajo el Antiguo Testamento los ritos y ceremonias de adoración"; en tanto "La Ley Moral, es la voluntad de Dios revelada como conducta humana, obligatoria a todos los hombres hasta el fin del tiempo".

W. E. Vine asegura por su parte que "la ley de Moisés se puede dividir entre lo ceremonial y lo moral".

El autor congregacionalista Reuben Aarcher Torrey divide la ley en "Moral, expresada en los diez mandamientos", y "Ceremonial, relacionada con la manera de adorar a Dios". Añade además otras leyes, como las civiles, usadas para la administración de la nación de Israel.

El Nuevo Diccionario Bíblico Certeza señala que, "para Israel, las estipulaciones básicas de su pacto fueron los Diez Mandamientos, en realidad una ley moral como expresión de la voluntad de Dios; y las obligaciones pactuales detalladas adquirieron la forma de un estatuto «civil» arraigado en la ley moral de los Diez Mandamientos". Esta obra establece una diferencia fundamental entre la ley moral y la ceremonial, entendiendo por la primera los Diez Mandamientos, y la segunda el sistema de ritos y sacrificios.

Arthur Walkington Pink, por su parte, asegura:

Está claro lejos de toda duda que los Diez Mandamientos, la ley moral de Dios, fueron nítidamente distinguidos de la "ley de Moisés". La "Ley de Moisés," exceptuando la Ley moral incorporada en ella, no atañía a nadie más que a los Israelitas, o Gentiles prosélitos. Pero la ley moral de Dios, a diferencia de la Mosaica, atañe a todos los hombres.

La International Standard Bible Encyclopedia, al presentar los capítulos 17-26 de Levítico como una sección dedicada a la santidad, señala: "…ésta trata mucho con los deberes morales: Lev 19 y 20 son prácticamente una expansión del Decálogo; pero también trata más que ellos con lo ceremonial. Con respecto a ambos se establece el motivo de regla de obediencia, "Sed santos, porque yo soy santo".

Por su parte, Ernest C. Reisinger expone:

La ley moral fue escrita en el corazón de Adán en la creación… En el Monte Sinaí, Dios graciosamente dio un registro explícito de esa perfecta ley moral en la forma de los Diez Mandamientos. Estos fueron escritos por Dios mismo (Ex. 32:15, 16), a diferencia de las leyes civiles y ceremoniales que Moisés escribió bajo su dirección. Aunque dados a los hijos de Israel después de su liberación de Egipto, ellos encierran lo que se esperaba que observaran Adán y Eva. Por lo tanto, proceden de la creación y son obligatorios para todas las personas en todo tiempo y lugar. Son fijos, modelos objetivos de justicia, y así todo el mundo debería interesarse en su deber con el Dios Altísimo, el Creador y juez de toda la tierra, quien requiere una obediencia perpetua y perfecta a su voluntad.

Todos estos autores protestantes atestiguan fehacientemente que fue el protestantismo el que distinguió la ley moral –los Diez Mandamientos– de la ley ceremonial, y que históricamente el protestantismo genuino defendió la vigencia del decálogo ante las corrientes antinomianistas.

Fue precisamente del protestantismo que el adventismo aprendió esta distinción entre la ley moral y la ceremonial. Fue de allí que los adventistas aprendieron a diferenciar el carácter permanente de los Diez Mandamientos del carácter transitorio de la ley ceremonial. Si el protestantismo evangélico de la actualidad se ha alejado de esta enseñanza bíblica, ello sólo significa que no retuvo la doctrina que había recibido (2 Tes. 2:15). Esto no es sino el pleno cumplimiento de la profecía: "vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias pasiones, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas". (2 Tim. 4:3, 4).

A mediados del siglo XIX, para los adventistas no había duda de que la ley de Dios era eterna y seguía vigente, tal como la más connotada erudición protestante enseñaba. Pero había un detalle: allí donde la Biblia decía "sábado" los protestantes entendían "domingo". Era un pequeño pero importantísimo detalle, ya que el cuarto mandamiento no ordena "un día de la semana será de reposo", sino "el séptimo día será reposo para Jehová tu Dios" (Reina Valera, 1909).

Fue entonces evidente que debía volverse a la palabra escrita, y guardar el día que Dios con tanto énfasis ha indicado en las Escrituras, en lugar de observar el día que impone Roma. Así que fue de la teología protestante que los adventistas aprendieron de la eternidad de la ley moral, y la vigencia del sábado de Jehová, lo cual les resultó muy fácil de comprobar con las Escrituras." (Aporte de Giovanni Cabrera)

Ningún adventista pone en duda que nuestro Señor cumplió 100 % con ambas leyes, la eterna y la transitoria.




Debiste decir: ¡Los 10 mandamientos no están abrogados pues son eternos.!

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

No vuelvas a hacer eso Gabriel, lo unico que estas demostrando con eso, es que tienes escacez de textos para probar tu teoria de las dos leyes.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

UNA RESPUESTA AL FORISTA HERALD, UN HERMANO MIO, EN CRISTO JESUS.

ESTA ES LA CONSULTA DE HERALD:


UN GUSTO LEER NUEVAMENTE LEER TUS APORTES PATRICIO, APRENDI BASTANTE CON TUS INTERVENCIONES Y TAMBIEN DEL HERMANO E.LAND

TENGO UNA PREGUNTA QUIZAS SEPAS LA RPTA DICES QUE LA LEY MOSAICA NOS LLEVO A CRISTO???
YO PENSE QUE SOLO PABLO PODIA DECIR ESO PORQUE EL ERA JUDIO, SI FUERA ASI TAMBIEN NOS MOSTRARIA QUE NO HEMOS GUARDADO EL SABADO, O SOLO TE REFIERES QUE LA PARTE VERDADERAMENTE MORAL DE LA LEY NOS LLEVO A CRISTO??? Y EN NUESTRO CASO QUE SOMOS GENTILES ES LA LEY DE CRISTO LA CUAL NOS SEÑALO EL PECADO.
ESA ES MI INTERROGANTE.

ESTA ES MI RESPUESTA A HERALD:

El gran apostol Pablo fue muy claro en ensenarnos que tanto la ley de los 10 mandamientos, como el conocido libro de la ley, ambos constituyeron lo que Pablo llamo "EL REGIMEN VIEJO DE LA LETRA".

La ley de los 10 mandamientos fue ESCRITA CON LETRAS sobre 2 tablas de piedra y se le llamo "EL MINISTERIO DE MUERTE GRABADO CON LETRAS en piedras" (2Corintios 3:7).

El libro de la ley tambien fue ESCRITO CON LETRAS y fue puesto al lado del arca del pacto (Deuteronomio 31:26).

Ambos, la ley de los 10 mandamientos y el libro de la ley, constituyeron "EL REGIMEN VIEJO DE LA LETRA" (Romanos 7:6). Pablo enseno que no debemos SERVIR al "REGIMEN VIEJO DE LA LETRA" y, en consecuencia, los cristianos no estamos "BAJO EL REGIMEN VIEJO DE LA LETRA".

Pablo lo dijo asi: "Pero ahora estamos LIBRES DE LA LEY, por haber MUERTO PARA AQUELLA EN QUE ESTABAMOS SUJETOS, de modo que SIRVAMOS bajo el regimen nuevo del Espiritu Y NO BAJO EL REGIMEN VIEJO DE LA LETRA" (Romanos 7:6).

Sin embargo, esto no significaba que Pablo no tuviese niguna ley de Dios. El revelo que estaba "BAJO LA LEY DE CRISTO". Pablo lo dijo asi: "No estando yo SIN LEY DE DIOS, SINO BAJO LA LEY DE CRISTO" (1Corintios 9:21).

"LA LEY DE CRISTO" FUE ENSENADA POR JESUS A SUS DISCIPULOS, MIENTRAS QUE LOS 10 MANDAMIENTOS Y EL LIBRO DE LA LEY FUERON DADOS A ISRAEL EN EL MONTE SINAI.

"LA LEY DE CRISTO" JAMAS FORMO PARTE DE "EL REGIMEN VIEJO DE LA LETRA", AL CUAL PABLO ORDENO NO SERVIR MAS Y NO ESTAR MAS BAJO EL.

"LA LEY" QUE FUE EL "AYO" QUE CONDUJO A LA NACION DE ISRAEL HACIA CRISTO, FUE LA LEY O TORAH, TAMBIEN IDENTIFICADA COMO "EL REGIMEN VIEJO DE LA LETRA". PABLO ENSENO QUE UNA VEZ QUE APARECIO CRISTO PARA JUSTIFICARNOS POR LA FE, "YA NO ESTAMOS BAJO AYO", ESTO ES, YA NO ESTAMOS MAS BAJO LA LEY O TORAH; YA NO ESTAMOS MAS BAJO "EL REGIMEN VIEJO DE LA LETRA".

Pablo lo dijo asi: "De manera que LA LEY HA SIDO NUESTRO AYO, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuesemos justificados por la fe. PERO VENIDA LA FE, YA NO ESTAMOS BAJO AYO" (Galatas 3:24 y 25).

EN CONCLUSION, LOS CRISTIANOS YA NO ESTAMOS SUJETOS A LA LEY DE LOS 10 MANDAMIENTOS, NI AL LIBRO DE LA LEY, "EL REGIMEN VIEJO DE LA LETRA". LOS CRISTIANOS ESTAMOS SUJETOS A "LA LEY DE CRISTO", LA CUAL ES LA "LA LEY DE DIOS" A LA CUAL PABLO SE REFIRIO EN 1CORINTIOS 9:21.

HNO. HERALD, ESPERO HABER CONTESTADO CLARAMENTE A TU INQUIETUD. QUE EL SENOR TE BENDIGA RICAMENTE.

Patricio Cespedes Castro.
Ex-Adventista del Septimo Dia.
Hoy, Discipulo de Jesus y REFORMADOR.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

UN DESAFIO AL FORISTA GABRIEL, UN ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA:

1. Dame solo 1 texto de la Biblia en el que se mencione el termino "LEY CEREMONIAL".

2. Dame solo 1 texto de la Biblia en el que se mencione el termino "LEY MORAL".

3. Dame solo 1 texto de la Biblia en el que se mencione que la ley de los 10 mandamientos es "ETERNA".

Si no puedes probar esos terminos con la Palabra de Dios, entonces tus aportes a este Foro, que contienen esos terminos, SON FALSOS, MENTIROSOS, AJENOS A LA PALABRA DE DIOS. De ser asi, te has colocado en las mismas manos de Satanas para desviar a las masas de la pureza de la Palabra de Dios.

Patricio Cespedes Castro.
Ex-Adventista del Septimo Dia.
Hoy, Discipulo de Jesus y REFORMADOR.
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Patricio:


Entonces tu crees que toda la torah fue abolida con la venida del mesias en el siglo primero ??​
 
Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31

Patricio:


Dame un texto BIBLICO donde diga que el libro de la torah es el ministerio de condenacion.