Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31
Entonces, ¿no le crees a Cristo?, El dijo:
5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará
de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
Eso que dijo Cristo, ¿para ti es mentira?
Lo que explica Pablo a los Efesios, es que el pide en oración para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os de espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de El. Que sean alumbrados los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis como sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. “LA CUAL ES SU CUERPO” porque “SOMOS HECHURA SUYA”, “CREADOS EN CRISTO JESUS”.
Y les explica como los gentiles estaban sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa. Pero ahora en Cristo de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación. Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella (en la cruz) las enemistades. Para crear en si mismo (en Cristo) de los dos un solo y nuevo hombre.
El “nuevo hombre” aquí mencionado, no es el creyente como individuo, sino la iglesia, considerada como el cuerpo de Cristo.
Judíos y gentiles, pueden allegarse a El en la cruz y ahí son transformados en un nuevo hombre, la iglesia, el cuerpo de Cristo, el cual abolió (para la iglesia, no para el mundo) en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresado en ordenanzas, para crear en si mismo “la iglesia”.
Así que Cristo no vino a abolir la ley o los profetas, El vino a cumplirla para formar su Iglesia, pero su iglesia “su cuerpo” ya murió por la ley misma, porque somos el cuerpo de Cristo y el cuerpo de Cristo está libre de la ley.
7:4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7:4,6.
No somos ni judíos ni gentiles, somos un espíritu con El. 1Corintios 6:17.
“La ley está vigente en el mundo”, “pero la iglesia no es del mundo”, “el cuerpo de Cristo no es del mundo”:
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Juan 17:14-16.
Todos los que conformamos la iglesia “el cuerpo de Cristo”.
Por la ley, somos muertos para la ley, a fin de vivir para Dios.
Con Cristo estamos juntamente crucificados, y ya no vivimos nosotros, mas vive Cristo en nosotros; y lo que ahora vivimos en la carne, lo vivimos en la fe del Hijo de Dios.
La ley esta vigente en el mundo, pero nosotros “su iglesia”, “el cuerpo de Cristo”, no pertenecemos mas al mundo.
A eso vino Cristo a este mundo a fundar su iglesia, Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16.
Y refiriéndose a la manera en que fundó su iglesia, dice Pablo:
2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
2:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Efesios 2:14-16.
Pablo esta hablando de que la iglesia se está formando con gente muerta a la ley juntamente con Cristo, no que Cristo haya abolido alguna jota, o alguna tilde de la ley. La ley tiene vigencia total en este mundo, nadie le ha abolido nada. Pero nosotros no somos del mundo Gabrielito, y no tenemos la culpa de que tú vivas en el mundo con la ley grabada en tu corazón. Pero si quieres pertenecer también al cuerpo de Cristo, todavía hay lugar para ti.
Bendiciones.
Estimado herald. Saludos cordiales.
Tú dices:
Respondo: Un estudio cuidadoso de la Palabra de Dios nos revela que hay cuatro tipos de leyes en las Escrituras, a saber: la ley moral, la ley ceremonial, la ley civil y las leyes de salud. Las escrituras enseñan que una de estas leyes fue abolida con la crucifixión de Cristo. Al leer los textos bíblicos siguientes descubriremos cuál de estas leyes fue abolida en la cruz. “Abolió en su carne la Ley de los mandatos y ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo la paz” (Efesios 2: 15). “Canceló la nota de nuestra deuda, que consistía en ordenanzas desfavorables a nosotros; la quitó, y la clavó en la cruz” (Colosenses 2: 14). Note que ambos versículos se están refiriendo a las leyes llamadas ordenanzas las cuales fueron abolidas, clavadas en la cruz y eliminadas. 2
La pregunta es: ¿Cuál de estos cuatro tipos de leyes tratan sobre ordenanzas? Dejemos que la Biblia nos dé la respuesta. Leemos sobre la Pascua: “Este día os será memorable. Lo celebraréis como fiesta al Eterno durante vuestras generaciones, por estatuto [ordenanza] perpetuo”. “El Señor dijo a Moisés y a Aarón: ‘Esta es la orden [ordenanza] de la Pascua. Ningún extraño comerá de ella’” (Éxodo 12:14, 43). En estos versículos, la fiesta de la pascua es designada, como una ordenanza, rito o estatuto. Por lo tanto, esta fiesta debía ser abolida. La fiesta que seguía a la pascua era la fiesta del pan sin levadura. “Guardaréis la fiesta del pan sin levadura, porque en este mismo día yo habré sacado vuestros ejércitos de Egipto. Por eso guardaréis este día en vuestras generaciones por costumbre [ordenanza] perpetua” (Éxodo 12: 17). “Por eso guardaréis este rito [ordenanza] a su tiempo, de año en año” (Éxodo 13: 10). Siendo que esta fiesta del pan sin levadura también se llama ordenanza, también esta fiesta debía ser abolida. Además leemos sobre otras ordenanzas que involucran ciertos sábados, luna nueva y fiestas solemnes de Jehová, que también se llaman ordenanzas: El rey Salomón dijo: “He aquí, yo tengo que edificar casa al nombre de Jehová mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático ante él, y para la colocación continua de los panes de la proposición, y para ofrecer holocaustos mañana y tarde, los sábados, nuevas lunas y fiestas de Jehová, nuestro Dios; lo que ha de ser [ordenanza] perpetuo en Israel” (2 Crónicas 2: 4). Leyendo un poco más adelante en 2 Crónicas se nos da los nombres de estos días de fiesta solemnes: “Entonces Salomón ofreció holocaustos al Señor sobre el altar del Eterno, que había él edificado delante del pórtico. Para ofrecer cada cosa en su día, conforme mandó Moisés, en los sábados, nuevas lunas y fiestas solemnes, tres veces al año: a saber, la fiesta del pan sin levadura, de las semanas y de las cabañas” (2 Crónicas 8:12, 13). Estos versículos identifican claramente que las fiestas solemnes se llamaban ordenanzas. Por lo tanto todas debían ser clavadas en la cruz al ser abolidas por la muerte de Cristo. No debemos dejar pasar el hecho, que estos días de fiestas no deben ser observados por los cristianos de hoy, porque los sacrificios de animales eran una parte compleja de estas ceremonias que señalaban al cordero de Dios que moriría en el calvario. Dios explicó claramente que los sacrificios de animales y las ordenanzas de los días de fiesta terminaron cuando en el servicio del santuario terrenal “el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo” (Mateo 27: 51). Ningún cristiano que esté en pleno uso de su razón observará las leyes ceremoniales de las fiestas y sacrificios en nuestros días.
Todo el plan del culto de los sacrificios era una predicción de la muerte del Salvador para redimir al mundo. No habría eficacia en estas ofrendas cuando el gran suceso al cual señalaran durante siglos fuese consumado.
Puesto que toda la economía ritual simbolizaba a Cristo, no tenía valor sin él. Cuando los judíos sellaron su decisión de rechazar a Cristo entregándole a la muerte, rechazaron todo lo que daba significado al templo y sus ceremonias. Su carácter sagrado desapareció. Quedó condenado a la destrucción. Desde ese día los sacrificios rituales y las ceremonias relacionadas con ellos dejaron de tener significado, como la ofrenda de Caín, no expresaban fe en el Salvador. Al dar muerte a Cristo, los judíos destruyeron virtualmente su templo. Cuando Cristo fue crucificado, el velo interior del templo se rasgó en dos de alto a bajo, indicando que el gran sacrificio final había sido hecho, y que el sistema de los sacrificios rituales había terminado para siempre.
Debemos entender entonces que las leyes ceremoniales y los sacrificios de los judíos habían cesado con la muerte de Cristo.
La circuncisión y observancia estricta a la ley ceremonial habían sido las condiciones por medio de las cuales los gentiles podían ser admitidos en la congregación de Israel pero esta separación había sido abolida por el evangelio.
Cristo barrió todas las ceremonias antiguas y no dio ninguna autoridad a nadie para restaurarlas” y nada puede ser más claro. Con razón Pablo nos dice que estas fiestas ceremoniales fueron clavadas en la cruz: “Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo” (Colosenses 2:14–17).
En las Escrituras Pablo amonesta a todos los cristianos a no celebrar estos días de fiesta de la antigüedad, llamados días santos: y en sus mismas palabras en el original griego, que se encuentran en la Concordancia Strong número 1859, la expresión día de festividad religiosa significa una fiesta aceptable o solemne y esto no se refiere al sábado del cuarto mandamiento sino a los sábados anuales fijados en diferentes días de la semana cada año. Pablo pasó mucho tiempo amonestando en contra de las enseñanzas judías que decían que las fiestas solemnes aún debían ser celebradas. Con razón Pablo habló en forma inconfundible: “Pero ahora que conocéis a Dios, o más bien, que él os conoce, ¿cómo os volvéis de nuevo a los débiles y pobres elementos, a los que queréis de nuevo esclavizaros? Guardáis los días y los meses, las estaciones y los años. Temo por vosotros, que haya trabajado en vano en vuestro favor” (Gálatas 4: 9–11).
¿Observó usted las palabras: días, meses, estaciones y años? Éstas se refieren a los sábados ceremoniales, la nueva luna, sus festivales y sus fiestas señaladas. Pablo realmente está cuestionando si había trabajado en vano para demostrarle a los cristianos que Cristo había cumplido todas estas ceremonias.
Ahora observemos otro versículo: “Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas” (Efesios 2: 15).
“Hay una ley que fue abolida la cual Cristo la quitó de en medio y la clavó en la cruz. Pablo la llama la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas. Esta ley ceremonial que Dios dio por medio de Moisés con sus sacrificios y ordenanzas debía ser observada por los hebreos hasta que el tipo se encontrara con el antitipo, en la muerte de Cristo como el cordero de Dios para quitar los pecados del mundo, entonces todos los sacrificios y oblaciones del sistema ceremonial debían cesar."
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.
Entonces, ¿no le crees a Cristo?, El dijo:
5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
5:18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará
de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
Eso que dijo Cristo, ¿para ti es mentira?
Lo que explica Pablo a los Efesios, es que el pide en oración para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os de espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de El. Que sean alumbrados los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis como sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. “LA CUAL ES SU CUERPO” porque “SOMOS HECHURA SUYA”, “CREADOS EN CRISTO JESUS”.
Y les explica como los gentiles estaban sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa. Pero ahora en Cristo de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación. Y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella (en la cruz) las enemistades. Para crear en si mismo (en Cristo) de los dos un solo y nuevo hombre.
El “nuevo hombre” aquí mencionado, no es el creyente como individuo, sino la iglesia, considerada como el cuerpo de Cristo.
Judíos y gentiles, pueden allegarse a El en la cruz y ahí son transformados en un nuevo hombre, la iglesia, el cuerpo de Cristo, el cual abolió (para la iglesia, no para el mundo) en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresado en ordenanzas, para crear en si mismo “la iglesia”.
Así que Cristo no vino a abolir la ley o los profetas, El vino a cumplirla para formar su Iglesia, pero su iglesia “su cuerpo” ya murió por la ley misma, porque somos el cuerpo de Cristo y el cuerpo de Cristo está libre de la ley.
7:4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 7:6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7:4,6.
No somos ni judíos ni gentiles, somos un espíritu con El. 1Corintios 6:17.
“La ley está vigente en el mundo”, “pero la iglesia no es del mundo”, “el cuerpo de Cristo no es del mundo”:
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Juan 17:14-16.
Todos los que conformamos la iglesia “el cuerpo de Cristo”.
Por la ley, somos muertos para la ley, a fin de vivir para Dios.
Con Cristo estamos juntamente crucificados, y ya no vivimos nosotros, mas vive Cristo en nosotros; y lo que ahora vivimos en la carne, lo vivimos en la fe del Hijo de Dios.
La ley esta vigente en el mundo, pero nosotros “su iglesia”, “el cuerpo de Cristo”, no pertenecemos mas al mundo.
A eso vino Cristo a este mundo a fundar su iglesia, Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16.
Y refiriéndose a la manera en que fundó su iglesia, dice Pablo:
2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
2:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Efesios 2:14-16.
Pablo esta hablando de que la iglesia se está formando con gente muerta a la ley juntamente con Cristo, no que Cristo haya abolido alguna jota, o alguna tilde de la ley. La ley tiene vigencia total en este mundo, nadie le ha abolido nada. Pero nosotros no somos del mundo Gabrielito, y no tenemos la culpa de que tú vivas en el mundo con la ley grabada en tu corazón. Pero si quieres pertenecer también al cuerpo de Cristo, todavía hay lugar para ti.
Bendiciones.