Re: ADVENTISTAS EXPLICANDO BIEN ROMANOS 3:31
Estimado herald. Saludos cordiales.
Tú dices:
Muy bien, creo que ahora si fue suficiente, creo que el titulo del tema debio haver sido
: Adventistas fracasando en explicar Romanos 3:31
Y para terminar alguien dijo:
La gran falacia de todos los argumentos de ellos es la suposición de que "la ley" es sólo los diez mandamientos, nada más, nada menos. Por esto, hablan todo el tiempo acerca de cambios en "la ley", "la ley" sin parar. Pero recordemos que "la ley" significa el sistema entero de leyes como fue dado a los judíos en Sinaí, incluyendo los preceptos morales, civiles, y ceremoniales, los sacrificios, el sacerdocio, la circuncisión, las fiestas, etc. ". No olvide este hecho, y no tendrá muchos problemas con los argumentos Adventistas acerca de "la ley".
"La ley", "la ley del Señor", y "la ley de Moisés", son todas la misma, e incluyen la circuncisión y los sacrificios. Prueba: Lucas 2:22, 23, 24, 27; 2 Crón. 31:3. Nuevamente: "La ley", "la ley de Moisés", "el libro de la ley", y "la ley de Dios", son todas la misma ley. Prueba: Neh. 8:2, 3, 8, 14, 18.
No olvide este hecho, y no tendrá muchos problemas con los argumentos Adventistas acerca de "la ley".
Respondo: ¿Cuál era el propósito de la ley de Dios?
"ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado." Romanos 3:20
En contestación al aserto de que a la muerte de Cristo quedaron abolidos los preceptos del Decálogo juntamente con los de la ley ceremonial, decía Wesley: "
La ley moral contenida en los diez mandamientos y sancionada por los profetas, Cristo no la abolió. Al venir al mundo, no se propuso suprimir parte alguna de ella.
Esta es una ley que jamás puede ser abolida, pues permanece firme como fiel testigo en los cielos.... Existía desde el principio del mundo, habiendo sido escrita no en tablas de piedra sino en el corazón de todos los hijos de los hombres al salir de manos del Creador. Y no obstante estar ahora borradas en gran manera por el pecado las letras tiempo atrás escritas por el dedo de Dios, no pueden serlo del todo mientras tengamos conciencia alguna del bien y del mal. Cada parte de esta ley ha de seguir en vigor para toda la humanidad y por todos los siglos; porque no depende de ninguna consideración de tiempo ni de lugar ni de ninguna otra circunstancia sujeta a alteración, sino que depende de la naturaleza de Dios mismo, de la del hombre y de la invariable relación que existe entre uno y otro.
" 'No he venido para abrogar, sino a cumplir.' . . . Sin duda quiere [el Señor] dar a entender en este pasaje -según se colige por el contexto- que vino a establecerla en su plenitud a despecho de cómo puedan interpretarla los hombres; que vino a aclarar plenamente lo que en ella pudiera haber de obscuro; vino para poner de manifiesto la verdad y la importancia de cada una de sus partes; para demostrar su longitud y su anchura, y la medida exacta de cada mandamiento que la ley contiene y al mismo tiempo la altura y la profundidad, la 306 inapreciable pureza y la espiritualidad de ella en todas sus secciones." -Wesley, sermón 25.
Wesley demostró la perfecta armonía que existe entre la ley y el Evangelio. "Existe, pues, entre la ley y el Evangelio la relación más estrecha que se pueda concebir. Por una parte, la ley nos abre continuamente paso hacia el Evangelio y nos lo señala; y por otra, el Evangelio nos lleva constantemente a un cumplimiento exacto de la ley.
La ley, por ejemplo, nos exige que amemos a Dios y a nuestro prójimo, y que seamos mansos, humildes y santos. Nos sentimos incapaces de estas cosas y aun más, sabemos que 'a los hombres esto es imposible;' pero vemos una promesa de Dios de darnos ese amor y de hacernos humildes, mansos y santos; nos acogemos a este Evangelio y a estas alegres nuevas; se nos da conforme a nuestra fe; y 'la justicia de la ley se cumple en nosotros' por medio de la fe que es en Cristo Jesús....
"
Entre los más acérrimos enemigos del Evangelio de Cristo -dijo Wesley,- se encuentran aquellos que 'juzgan la ley' misma abierta y explícitamente y 'hablan mal de ella;' que enseñan a los hombres a quebrantar (a disolver, o anular la obligación que impone) no sólo uno de los mandamientos de la ley, ya sea el menor o el mayor, sino todos ellos de una vez. . . . La más sorprendente de todas las circunstancias que acompañan a este terrible engaño, consiste en que los que se entregan a él creen que realmente honran a Cristo cuando anulan su ley, y que ensalzan su carácter mientras destruyen su doctrina. Sí, le honran como le honró Judas cuando le dijo: 'Salve, Maestro. Y le besó.' Y él podría decir también a cada uno de ellos: '¿Con beso entregas al Hijo del hombre?'
No es otra cosa que entregarle con un beso hablar de su sangre y despojarle al mismo tiempo de su corona; despreciar una parte de sus preceptos, con el pretexto de hacer progresar su Evangelio. Y en verdad nadie puede eludir el cargo, si predica la fe de una manera que directa o indirectamente haga caso omiso de algún aspecto de la obediencia: si predica a Cristo de un modo que anule o debilite en algo el más pequeño de los mandamientos de Dios." -Id., sermón 35.
Y a los que insistían en que "la predicación del Evangelio satisface todas las exigencias de la ley," Wesley replicaba: "Lo negamos rotundamente. No satisface ni siquiera el primer fin de la ley que es convencer a los hombres de su pecado, despertar a los que duermen aún al borde del infierno." El apóstol Pablo dice que "
por medio de la ley es el conocimiento del pecado," "y mientras no esté el hombre completamente convencido de sus pecados, no puede sentir verdaderamente la necesidad de la sangre expiatoria de Cristo.... Como lo dijo nuestro Señor, 'los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.' Es por lo tanto absurdo ofrecerle médico al que está sano o que cuando menos cree estarlo. Primeramente tenéis que convencerle de que está enfermo; de otro modo no os agradecerá la molestia que por él os dais. Es igualmente absurdo ofrecer a Cristo a aquellos cuyo corazón no ha sido quebrantado todavía." -Ibid.
Al predicar el Evangelio de la gracia de Dios, Wesley, como su Maestro, procuraba "engrandecer" la ley y hacerla "honorable."
¿Con cuánto énfasis niega Pablo que la fe invalide la ley?
"Entonces, ¿será que por esta fe le quitamos valor a la ley? ¡De ninguna manera! Al contrario, hacemos más firme la ley" (Versión popular)
"Entonces, ¿Con la fé le quitamos valor a la ley? ¡Claro que no! Mas bien afirmamos el valor de la ley. (
Rom 3:31)
"¿Abolimos ley, pues, por medio de nuestra fe? ¡Jamás suceda eso! Al contrario, establecemos ley."
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.