Tienes razón, Eddy, en que la adoración al Padre de Jesús es indisputable, y nadie lo ha disputado jamás a través de los siglos, incluso por religiones monoteístas no cristianas. Sería bueno preguntarnos por qué nadie lo ha disputado jamás, y en cambio sí se ha disputado la adoración a Jesús.
Cuando comencé este hilo, pregunté en qué consistía la adoración a Jesús.
Si adorar a Jesús significa arrodillarse ante Él o abrazar sus pies, entonces las Escrituras apoyan adorar a Jesús. Si significa mostrarle honra, gratitud, lealtad, obediencia, amor, entonces las Escrituras apoyan adorar a Jesús. Y yo, bajo tal concepto, me cuento entre los adoradores de Jesús.
Sin embargo, la mayoría de los foristas opinan que a adorar a Jesús significa algo más que todo lo anterior: significa hacer todo lo de arriba con la creencia de que Jesús es Dios. Según su perspectiva, si uno se postra ante Jesús, le honra, le ama, le obedece, pero no lo hace pensando que es Dios, no es un adorador de Jesús... y (según algunos) Jesús no intercederá por los pecados de uno, y será arrojado al infierno sin fin.
Es decir, un concepto teológico, un pensamiento, determina el destino eterno de la persona. No el amor, no la obediencia, no la fe en el poder de Cristo para sanar nuestra alma y darnos vida eterna.