Por lo tanto, hasta este punto estás obligada a probar con la escritura, que desde el Génesis, el pueblo que Jehová estableció fueron los “Testigos de Jehová”, y lo tiene que decir así, explícitamente la biblia.
Apreciado compañero, al hilo de lo que veníamos refutando te recuerdo el último planteamiento que hiciste.
Primero que no estoy obligada a demostrar nada, quiero que sepas que el rebatirte es mi libre elección y mayormente lo hago para que cualquier persona del foro, si lee mis escritos, pueda evaluar las pruebas de manera imparcial. También quiero decirte que desde el Génesis hasta ahora, no tengas la menor duda de que Dios ha dado muestras de tener una sola religión que aprueba, pero no me seas pretencioso al pedir que se hagan tus deseos explícitos como tú quieres que sean, puesto que si uno de verdad quiere encontrar la verdad, sin duda lo encontrará en las palabras que defiendo.
Con esa actitud, sin darte cuenta estás imitando a los líderes religiosos cuando exigían a Jesús a su manera y cuando les apetecía, para que les hiciera un milagro o les explicara cierto asunto. Pues te aseguro que después de estos temas, seguiré el consejo de Jesús.
“Y vinieron los fariseos y empezaron a discutir con él exigiéndole una señal del cielo. Intentaban así ponerlo a prueba. Él suspiró desde lo más profundo de su ser y dijo: “¿Por qué esta generación siempre anda buscando una señal? Les aseguro que a esta generación no se le dará ninguna señal”.
(Marcos 8:11, 12).
Con respecto al Génesis, encontramos la primera profecía que nos vislumbra el propósito que Dios ya tenía en mente cuando desobedeció la primera pareja humana. En el capítulo 3 y el versículo 15 dice:
“Y haré que haya enemistad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te aplastará la cabeza, y tú le herirás el talón”.
Intentaré hacer un resumen porque es un tema extenso.
Más de 2.000 años después de expulsar a Adán y Eva del Paraíso, Jehová le dijo a su siervo Abrahán: “De veras haré que tu descendencia sea tan numerosa como las estrellas de los cielos [...]. Y todas las naciones de la tierra conseguirán una bendición para ellas mismas mediante tu descendencia […](Génesis 22:17, 18). El pacto con Abrahán reveló que él sería antepasado de la Descendencia prometida. Así que esa Descendencia sería un ser humano, sería el Mesías prometido.
Luego Jehová hizo el pacto de la Ley mosaica con los descendientes de Abrahán, mediante este acuerdo con Israel, fue dando más detalles. La Ley contribuyó a proteger la línea de la Descendencia y gracias a esto, la nación aún existía cuando llegó el momento de que naciera el Mesías en la tribu de Judá. Así que el pacto de la Ley fue “el tutor que [...] guió hasta Cristo” a los judíos fieles (Gálatas 3:24).
Bien, ya tenemos la primera premisa de que Dios eligió a un solo pueblo, el de Israel como su posesión especial, (Éxodo 13:2), pero hay un detalle que te quiero mencionar. Entre los israelitas había extranjeros, nota que Jehová les permitían que vivieran entre ellos porque si un extranjero quería adorarlo y aceptaba sus normas, podía residir con su pueblo, (Deut. 10:17-19), (Levítico 24:22).
Tal como un testigo debe revelar la verdad en un juicio y testificar a favor del defendido, en este caso los israelitas debían decir lo que sabían: que Jehová es el único Dios verdadero, (Isaías 43: 10-12).
Pero tristemente la nación de Israel le fue infiel a Dios, (Jeremías 2:28, 32). Años más tarde, Jesús les dijo a los líderes religiosos:
“Por eso les digo que el Reino de Dios se les quitará a ustedes y se le dará a una nación que produzca los frutos esperados” (Mateo 21:43).
Después en el año 33 de Pentecostés Jehová creó el Israel espiritual, Pablo lo explicó muy bien al decir que el que es judío debe serlo de corazón, no ya por consanguinidad, (Romanos 2:29). A partir de ahí se abriría la puerta para que se aceptaran a gentiles, (Hechos 10:34, 35).
En el siguiente post te seguiré explicando.