Ciertamente, cuando dice que la gracia divina podría salvar “de alguna manera” a los creyentes de otras religiones, con eso se refiere a los que sin culpa suya no conocen a Cristo y la iglesia por Él establecida para la salvación.
Lamentablemente, de allí que no podrían salvarse aquellos que, sabiendo que Cristo (Dios) fundó su iglesia como necesaria para la salvación, sin embargo no hubieran querido entrar a ella o hubieran escogido separarse de la misma. (cf. Catecismo de la Iglesia Católica #846)
No olvidar que el catolicismo romano es una obra del diablo, donde el "Jesús" que usan allí, nada tiene que ver con el Hijo de Dios bíblico.
El Jesús de la biblia nació en Israel, proféticamente en Belén:
Miq_5:2 Pero tú,
Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá,
de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
Este Jesús no es romano, ni el catolicismo es judío, este grupo es inferior en número de adherentes a la fe musulmana en más de 200 millones en todo el mundo religioso.
El profeta Miqueas nos habla de su ETERNIDAD cuando menciona "sus salidas desde el principio" en referencia a su auto- existencia antes de su encarnación.
Toda la Escritura está impregnada de Cristo en sus diferentes títulos, entre ellos, el de Mesías Rey de Israel, que los dirigentes políticos del Sanedrín rechazaron a un lado con desprecio asesino.
Lo odiaron por cuanto desenmascaró la verdadera identidad espiritual de ellos (Jn.8:44) y sus prácticas erróneas en relación con el templo físico, que había dejado de ser casa de oración, para convertirse en una cueva de ladrones.
Odiaban que se proclamase "Hijo de Dios" y como Dios, con la autoridad de llamar y formar su propio grupo de apóstoles.
Luego que lo mataron, como habían hecho con los profetas, los apóstoles tomaron el control de las congregaciones en obediencia al Jesús bíblico.
En el libro de los Hechos podemos ver como se reunían de manera distinta a las reuniones del judaísmo en sus sinagogas, leemos:
Hch 2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Cristo no garantiza su Presencia (Mt.18:20) en reuniones donde hay estatuas o imágenes de otros dioses o diosas, llámense santos o reinas del cielo.
Mucho menos patrocina la invocación a espíritus de muertos, o de muertas, que hacen los católicos en relación con el purgatorio, un lugar inventado por ellos mismos para patentar el ministerio de la reina del cielo en su papel de corredentora.
El catolicismo romano surge en el año 325 con la ayuda del emperador romano Constantino, quien adaptó el paganismo imperante, por decreto, dentro de las comunidades cristianas, alejándolas de su pureza doctrinal y pervirtiendo la preeminencia de Cristo, como cabeza de la Iglesia, y hasta el día de hoy, el sumo pontífice de ellos es un descendiente de Adán caído, llamado Papa, que en esta época corresponde al ciudadano argentino de apellido Bergoglio.
Foristas católicos romanistas como Eddy González, Valencia, Jima40, Jorge Enrique, y otros semejantes a ellos, no son salvos.
Si se les preguntase a cada uno de ellos ¿Cuándo fue salvo? no tienen respuesta, pues ellos se identifican como abogados del catolicismo romano.
La evidencia se halla en que se creen que son los autores del canon bíblico, y colocan a Pedro como su personaje relevante al lado de Jesús, y de la reina del cielo, sin contar las innumerables diosas llamadas "vírgenes" y sus supuestas apariciones en distintos lugares del mundo.
Adoran las vísceras del cuerpo humano de sus ídolos.
Colombia es un ejemplo de estos, donde se le llama el país del sagrado corazón de Jesús.
En México, la mayoría de la población religiosa es devota de la virgen morena, una diosa que recibe el nombre de "virgen de Guadalupe".
Adorar a Jesús, implica el Jesús de la Biblia, no el falso Jesús de los grupos religiosos, entre ellos, el Jesús del catolicismo romano, que cualquier devoto se lo cuelga al cuello en forma de crucifijo, y en su billetera guarda la imagen de la virgen y le da besitos.
Se conocen porque cuando pasan cerca de sus templos idolátricos, se persignan, sin entender que la cruz es un símbolo de maldición, porque escrito está:
Deu_21:23 no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día,
porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.
Eso de "persignarse" para el católico devoto, es un símbolo de buena suerte, lo mismo que el escapulario.
Porque la camándula la usan en sus ritos y rezos repetitivos a la reina del cielo, una de sus diosas con mayor devoción.
En resumidas cuentas, el catolicismo romano es un camino al mismo infierno y lo peor es la soberbia de estos autómatas religiosos, que se creen pueblo de Dios con pretensiones hegemónicas por encima de otros grupos.
No conocen al Jesús de la biblia.