El cristianismo debatió hasta la saciedad y durante más de 300 años las relaciones entre el Padre y el Hijo partiendo siempre de que Jesús era y llegó a la convicción basada en la Escritura y en la vida en la fe que Cristo era verdadero Dios y verdadero hombre.Es un buen consejo... aunque quiero ponerme del lado del incrédulo... Quiero pensar que su incredulidad es causada por algo de lo que carece: seguridad.
En ocasiones, uno puede agredir al debatiente sin quererlo. Yo caí en esta miserable trampa del diablo. Ahora puedo tener la paciencia suficiente para declarar el testimonio de Cristo anteponiéndola a mi obsesión por tener la razón. Está escrito que el Señor merece (es digno de) toda la gloria y no nosotros, los seres humanos.
En este tema se propone aclarar si uno adora a Cristo, y cuáles son las causas. En lo personal, yo tengo solo una, aceptar la gracia salvadora de Jesús. Este es el punto de partida sobre el culto racional que describió pablo: confesar el nombre de Cristo, por acción del Espíritu Santo, y para la gloria del Padre.
El incrédulo puede formular argumentos, los cuáles deben ser llevados cautivos a la obediencia al Señor Jesús. Por este motivo, dejé de desesperarme porque yo no puedo convencer de pecado, justicia y juicio. Me limitaré, en todo caso, a presentar el testimonio de Cristo, que es el espíritu del oráculo.
Ahora aparece cualquiera y tal parece que ha descubierto el agua tibia en base a dos versículos bíblicos mal amalgamados.
Acá en el foro se ha visto debates interesantísimos al respecto, pero este de acá no parece ser tanto. Por eso no me pienso meter. Mi intención era responderle a @Alissa y ya lo hice.
salu2