Re: La Sangre de Jesús y la doctrina del Santuario
No he leído todo este hilo, y no me extrañaría que ELG ya hubiese explicado los pasajes pertinentes. En todo caso, me temo que esos versículos no tienen el sentido que tú les quieres dar. Para empezar, los sacerdotes "llevaban" los pecados de Israel por el mero hecho de serlo. Por otra parte, no es posible que el consumo de carne desangrada pudiese causar que el consumidor de dicha carne adquiriese los pecados que, supuestamente, hubiesen estado en esa sangre derramada.
Si se quiere entender bien este tema, es imprescindible estudiar todos los pasajes bíblicos que usan los verbos nasa´ (llevar, cargar) y natan
(dar). Un resumen adecuado se encuentra en los siguientes párrafos de un excelente libro en cuya edición participé:
"¿Qué decir de la afirmación de Ellen White en el sentido de que el consumo de la carne de un sacrificio formaba parte del proceso expiatorio? Aparte del hecho decisivo de que Yahveh no dejó que Moisés formulase una pauta importante en el contexto de una narración incidental, no hay ninguna evidencia persuasiva de tal cosa. Para empezar, tal comida, que iba de carne (Lev. 6:24-30; 7:1-6) a pan o cereales (Lev. 6:14-18; 24:5-9; Núm. 18:8-19) era la alimentación normal no solo de los propios sacerdotes —incluidos los inhabilitados para los ritos del santuario por defectos físicos, Lev. 21:16-23—, sino también de sus familiares (Lev. 6:29; 7:6; 10:12-15) y aun de algunos esclavos, 22:11. En ningún lugar hay ni la menor insinuación de que el propio consumo conllevase valor ritual alguno —ni siquiera en la santidad de la sangre (por ejemplo, Éxo. 29:33; Lev. 10:12) ni en que al menos el sacerdote, lo comiese en un lugar sagrado (por ejemplo, Éxo. 29:31s.; Lev. 6:16)—. Además, el hecho de que el sacerdote impartía la expiación mediante el sacrificio es mencionado repetidamente en el Pentateuco. No obstante, aun cuando el rito se detalla (por ejemplo, Lev. 1; 4:22-26, 27-35; 5:7-10; 9:7-24), nunca se incluye el consumo. ¿Por qué no, si contribuye a la expiación, que es la razón misma de cada referencia? Adicionalmente, el propio Yahveh aclara específicamente que “la propiciación se hace por medio de la sangre”, Lev. 17:11b, NVI. Por ello, su consumo era un tabú absoluto, 10-14. Entonces, ¿cómo podía cualquier sacerdote hacer expiación por el pecado comiendo algo de carne sacrificial? En realidad, en el altar se había eliminado de dicha carne todo vestigio de sangre expiatoria.
"En todo caso, a primera vista aún parece apoyar la tesis de Ellen White, exclusivamente por el sentido del verbo nasa´ y de su objeto, el sustantivo `awon (supra, 33). Una y otra vez asumen el matiz de llevar la culpa/iniquidd/consecuencia (por ejemplo, Gén. 4:13; Lev. 5:1, 17; 7:18; 17:16; 19:8; 20:17, 19; Núm. 5:31; 14:34; 30:15; Eze. 14:10; 44:10, 12). Esto se da aun en sentidos vicarios, como cuando Ezequiel, Eze. 4:4-6, o el chivo emisario, Lev. 16:22, “lleva” los pecados del pueblo, o cuando Yahveh perdona a cualquier pecador contrito (por ejemplo, Éxo. 34:7; Núm. 14:18; Sal. 32:5; 85:2; Isa. 33:24; Ose. 14:2; Miq. 7:18).
"Sin embargo, la presencia de ese verbo y de ese sustantivo en Lev. 10:17 no es prueba de que ningún sacerdote llevase el pecado respectivo al comer su parte de un sacrificio. Por una parte, ¿dónde está la evidencia de que, en un papel expiatorio, algún sacerdote llevase alguna vez los pecados de otra persona? Lo más cercano es la afirmación de pasada hecha por Yahveh de que, por el mero hecho de ser sumo sacerdote, Aarón había de “llevar” los pecados de su pueblo, Éxo. 28:38. No obstante, una selección de traducciones revela que esta indicación más bien oscura parece simplemente garantizar la aceptación de los dones sinceros del pueblo, en el caso de que sean defectuosos por accidente. Compárese Núm. 18:1, donde el deber de salvaguardar el tabernáculo contra el acceso no autorizado se delega en el contexto incluso en las familias de los sacerdotes.
"Un enfoque mejor es buscar el paralelismo por medio de verbo natan, que subyace a os la dio, Lev. 10:17. Y contamos al menos con uno en el que destaca este verbo e incluso la expiación y la sangre. Concretamente, Yahveh dio la sacerdote la sangre sacrificial “para hacer expiación sobre el altar”, Lev. 17:11, no para digerir parte alguna de ella. Ni pregunta alguna en cuanto si lo que se consigue con eso es la donación o la expiación (contrástense las traducciones NASB, NKJV, por una parte, y las NEB, NIV, NRSV, por otra) logra obviar el hecho fundamental de que la ubicación específica de este beneficio es el altar exterior. Por lo tanto, Rodríguez acierta plenamente cuando afirma con aplomo que la “función expiatoria de la sangre como vida está limitada…a su uso en el altar” (supra, 44). Y esto no invita en modo alguno a leer 10:17 en el sentido de que la consumo de esta ofrenda logre la expiación en otro entorno. Además, todo el contexto 17:10-14 de 11b es del todo relevante a nuestro debate. Porque realiza otra tarea exegética fundamental que 10:17f nunca se propuso realizar: identifica sin ambigüedad el único elemento del sacrificio que efectuaba la expiación. Por ello, sería perfectamente razonable encontrar su carne mencionada aquí si tuviese la más remota contribución que ofrecer. Por el contrario, si la carne no se menciona en este contexto fundamental, es prueba más que segura de que no tenía absolutamente nada que ver con la expiación del pecado.
"Por otro lado, aunque Moisés estaba enojado con los hijos de Aarón por quemar el cabrito sacrificial en vez comerlo, no hay evidencia alguna de que le preocupara que la eficacia del propio rito de la expiación se hubiese visto comprometida. En realidad, cuando Aarón aclaró que él había dado por sentado que estar disgustado en el momento por la muerte de sus hijos era una circunstancia excepcional, 19, ¡“Moisés… se dio por satisfecho”, 20! Parece que Yahveh también. Si no, ¿por qué consumir con fuego el holocausto, 9:24?" (Fred Mazzaferri, Cleansing God’s Sanctuaries [Glendale, Arizona: LAM Publications, 2005], pp. 46-47).
ELG insinúa que no hay traspaso de pecado por la sangre simbólicamente hacia el santuario, mientras que estos versos si lo aseguran, veamos:
Lev 10:17 —¿Por qué no comisteis la ofrenda por el pecado en un lugar santo? Es cosa muy sagrada, y él os la dio a vosotros para cargar con la culpa de la congregación, a fin de hacer expiación por ella delante de Jehovah.
Lev 10:18 Puesto que su sangre no fue llevada al interior del santuario, entonces debisteis haberla comido en un lugar santo, como yo mandé.
O sea, Si los sacerdotes comían la carne, ellos (sacerdotes) CARGABAN con la culpabilidad del pueblo, pero si no comían la carne, pues esa culpabilidad era llevada a travéz de la sangre (simbólicamente) dentro del santuario.
No he leído todo este hilo, y no me extrañaría que ELG ya hubiese explicado los pasajes pertinentes. En todo caso, me temo que esos versículos no tienen el sentido que tú les quieres dar. Para empezar, los sacerdotes "llevaban" los pecados de Israel por el mero hecho de serlo. Por otra parte, no es posible que el consumo de carne desangrada pudiese causar que el consumidor de dicha carne adquiriese los pecados que, supuestamente, hubiesen estado en esa sangre derramada.
Si se quiere entender bien este tema, es imprescindible estudiar todos los pasajes bíblicos que usan los verbos nasa´ (llevar, cargar) y natan
(dar). Un resumen adecuado se encuentra en los siguientes párrafos de un excelente libro en cuya edición participé:
"¿Qué decir de la afirmación de Ellen White en el sentido de que el consumo de la carne de un sacrificio formaba parte del proceso expiatorio? Aparte del hecho decisivo de que Yahveh no dejó que Moisés formulase una pauta importante en el contexto de una narración incidental, no hay ninguna evidencia persuasiva de tal cosa. Para empezar, tal comida, que iba de carne (Lev. 6:24-30; 7:1-6) a pan o cereales (Lev. 6:14-18; 24:5-9; Núm. 18:8-19) era la alimentación normal no solo de los propios sacerdotes —incluidos los inhabilitados para los ritos del santuario por defectos físicos, Lev. 21:16-23—, sino también de sus familiares (Lev. 6:29; 7:6; 10:12-15) y aun de algunos esclavos, 22:11. En ningún lugar hay ni la menor insinuación de que el propio consumo conllevase valor ritual alguno —ni siquiera en la santidad de la sangre (por ejemplo, Éxo. 29:33; Lev. 10:12) ni en que al menos el sacerdote, lo comiese en un lugar sagrado (por ejemplo, Éxo. 29:31s.; Lev. 6:16)—. Además, el hecho de que el sacerdote impartía la expiación mediante el sacrificio es mencionado repetidamente en el Pentateuco. No obstante, aun cuando el rito se detalla (por ejemplo, Lev. 1; 4:22-26, 27-35; 5:7-10; 9:7-24), nunca se incluye el consumo. ¿Por qué no, si contribuye a la expiación, que es la razón misma de cada referencia? Adicionalmente, el propio Yahveh aclara específicamente que “la propiciación se hace por medio de la sangre”, Lev. 17:11b, NVI. Por ello, su consumo era un tabú absoluto, 10-14. Entonces, ¿cómo podía cualquier sacerdote hacer expiación por el pecado comiendo algo de carne sacrificial? En realidad, en el altar se había eliminado de dicha carne todo vestigio de sangre expiatoria.
"En todo caso, a primera vista aún parece apoyar la tesis de Ellen White, exclusivamente por el sentido del verbo nasa´ y de su objeto, el sustantivo `awon (supra, 33). Una y otra vez asumen el matiz de llevar la culpa/iniquidd/consecuencia (por ejemplo, Gén. 4:13; Lev. 5:1, 17; 7:18; 17:16; 19:8; 20:17, 19; Núm. 5:31; 14:34; 30:15; Eze. 14:10; 44:10, 12). Esto se da aun en sentidos vicarios, como cuando Ezequiel, Eze. 4:4-6, o el chivo emisario, Lev. 16:22, “lleva” los pecados del pueblo, o cuando Yahveh perdona a cualquier pecador contrito (por ejemplo, Éxo. 34:7; Núm. 14:18; Sal. 32:5; 85:2; Isa. 33:24; Ose. 14:2; Miq. 7:18).
"Sin embargo, la presencia de ese verbo y de ese sustantivo en Lev. 10:17 no es prueba de que ningún sacerdote llevase el pecado respectivo al comer su parte de un sacrificio. Por una parte, ¿dónde está la evidencia de que, en un papel expiatorio, algún sacerdote llevase alguna vez los pecados de otra persona? Lo más cercano es la afirmación de pasada hecha por Yahveh de que, por el mero hecho de ser sumo sacerdote, Aarón había de “llevar” los pecados de su pueblo, Éxo. 28:38. No obstante, una selección de traducciones revela que esta indicación más bien oscura parece simplemente garantizar la aceptación de los dones sinceros del pueblo, en el caso de que sean defectuosos por accidente. Compárese Núm. 18:1, donde el deber de salvaguardar el tabernáculo contra el acceso no autorizado se delega en el contexto incluso en las familias de los sacerdotes.
"Un enfoque mejor es buscar el paralelismo por medio de verbo natan, que subyace a os la dio, Lev. 10:17. Y contamos al menos con uno en el que destaca este verbo e incluso la expiación y la sangre. Concretamente, Yahveh dio la sacerdote la sangre sacrificial “para hacer expiación sobre el altar”, Lev. 17:11, no para digerir parte alguna de ella. Ni pregunta alguna en cuanto si lo que se consigue con eso es la donación o la expiación (contrástense las traducciones NASB, NKJV, por una parte, y las NEB, NIV, NRSV, por otra) logra obviar el hecho fundamental de que la ubicación específica de este beneficio es el altar exterior. Por lo tanto, Rodríguez acierta plenamente cuando afirma con aplomo que la “función expiatoria de la sangre como vida está limitada…a su uso en el altar” (supra, 44). Y esto no invita en modo alguno a leer 10:17 en el sentido de que la consumo de esta ofrenda logre la expiación en otro entorno. Además, todo el contexto 17:10-14 de 11b es del todo relevante a nuestro debate. Porque realiza otra tarea exegética fundamental que 10:17f nunca se propuso realizar: identifica sin ambigüedad el único elemento del sacrificio que efectuaba la expiación. Por ello, sería perfectamente razonable encontrar su carne mencionada aquí si tuviese la más remota contribución que ofrecer. Por el contrario, si la carne no se menciona en este contexto fundamental, es prueba más que segura de que no tenía absolutamente nada que ver con la expiación del pecado.
"Por otro lado, aunque Moisés estaba enojado con los hijos de Aarón por quemar el cabrito sacrificial en vez comerlo, no hay evidencia alguna de que le preocupara que la eficacia del propio rito de la expiación se hubiese visto comprometida. En realidad, cuando Aarón aclaró que él había dado por sentado que estar disgustado en el momento por la muerte de sus hijos era una circunstancia excepcional, 19, ¡“Moisés… se dio por satisfecho”, 20! Parece que Yahveh también. Si no, ¿por qué consumir con fuego el holocausto, 9:24?" (Fred Mazzaferri, Cleansing God’s Sanctuaries [Glendale, Arizona: LAM Publications, 2005], pp. 46-47).