Re: La doctrina de 1844, preguntas y textos perdidos
Estimado bVicente18. Saludos cordiales.
Tú le dices a “vive4jesús”: “Està claro que tal como tù dices, "el Anciano vino a hacer justicia a los santos"; yo tambien creo que es asi;
pero, para hacer "justicia a los santos", el pasaje lo que dice es que el "Anciano" juzga al "cuerno pequeño", que es quien "persigue a los santos".....
¿No es evidente, que esa es una forma de "hacerle justicia a los santos"?; ¿No es una forma de hacer un "juicio en favor de los santos", el hecho de "hacerle un juicio al cuerno pequeño, que es quien los està persiguiendo??????.....
Y eso, es lo que muestra el pasaje claramente, y que yo sostengo en lo que expuse.
Respondo: Abramos nuestras Biblias en el libro de Daniel 7:9-14:
“Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos. Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego. Habían también quitado a las otras bestias su dominio, pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.”
Según lo que algunos opinan que la única contribución adventista a la teología bíblica es la manera en que entendemos el juicio previo al advenimiento, o juicio investigador, basados en Daniel 7:9-14.1
Ciertas denominaciones han compartido otras creencias fundamentales de la iglesia, pero sostienen que esta doctrina es sólo un intento de "compensar errores en la interpretación profética".
Un estudio del tema, no obstante, mostrará que no somos los únicos que enseñamos el concepto de un juicio anterior al advenimiento y que éste cuenta con un fuerte apoyo bíblico.
El Anciano de días (Dan. 7:9)
Éste es el único versículo de la Biblia que describe a Dios el Padre en forma humana. Lo representa como un juez humano de gran edad y sabiduría sentado en su tribunal. El manto blanco, que simboliza la absoluta pureza moral del juez divino (Isa. 1:18), nos recuerda los vestidos blancos de los 24 ancianos que rodean el trono de Dios (Apoc. 4:4) y los que vestirán los santos algún día (Apoc. 3:5).
El Cabello blanco simboliza sabiduría y ancianidad, características que lo calificarían como juez en el mundo de la Biblia .
Dice la Biblia en Lev. 19:32 lo siguiente:
Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová .
La descripción del trono de Dios como una llama de fuego, con ruedas ardientes, representa los juicios divinos.
El Salmo 50:3-4 dice:
Vendrá nuestro Dios, y no callará;
Fuego consumirá delante de él,
Y tempestad poderosa le rodeará.
Convocará a los cielos de arriba,
Y a la tierra, para juzgar a su pueblo .
El Hijo del Hombre (Dan. 7:13)
En Ezequiel, Dios utiliza la frase "hijo de hombre" más de 70 veces para dirigirse al profeta (Eze. 2:1; 3:1, 3, 4, 10, etc.). Destaca las limitaciones de la humanidad de Ezequiel en contraste con la majestad divina.
Los comentadores han interpretado el “hijo de hombre” en Daniel como el Arcángel Miguel (3), la personificación del pueblo de Dios, la nación judía; y el Mesías.
La posición mesiánica es la más antigua y la más común entre judíos y cristianos (5). En el libro de Enoc, escrito en la parte final del período intertestamentario, el "Hijo de Dios" es una figura mesiánica "a quien pertenece la justicia", quien depone a los "reyes y poderosos de sus cómodas sillas",6 y quien trae consigo el fin de la era presente.
Los evangelios presentan al “hijo del hombre” como el título favorito de Jesús al referirse a sí mismo.
Lo utilizó más de 80 veces para identificarse como:
1- El hijo del hombre terrenal que obra en el presente (Marcos 2:10,28),
2- El hijo del hombre quien sufrirá, morirá y resucitará (Mt. 17:22-23; 20:18-19),
3- El hijo del hombre quien regresará en gloria escatológica (Mt. 24:30; Mt. 26:64).7
La manera en que Jesús empleó el título, recordó a sus lectores el “hijo de hombre” de Daniel, quien recibe dominio, gloria y un reino eterno (Dn. 7:14).
Explicación
Daniel 7 consiste esencialmente de una visión, su interpretación y la reacción del profeta a la visión. Un prólogo (vers. 1, 2) y un epílogo (vers. 28) enmarcan el capítulo. La visión (vers. 2-14) representa cuatro bestias, con el énfasis en la cuarta bestia, la cual tiene diez cuernos de los cuales surge otro cuerno pequeño. El cuerno pequeño se toma en la oposición principal al "Altísimo" y los santos en el resto del capítulo. Aunque las actividades del cuerno pequeño continúan aquí en la tierra, la atención de Daniel es dirigida a una escena celestial de juicio (vers. 9-14) que condena al cuerno pequeño, vindica a los santos y otorga dominio, gloria y un reino a "uno como Hijo de hombre" (Dan. 7:13).
El pasaje sobre el juicio en Daniel 7:9-14 contiene tres escenas:
(a) un juicio en el cielo en los versículos 9 y 10;
(b) el fin de la cuarta bestia, es decir, el resultado del juicio en los versículos 11 y 12;
Y (c) la recepción del reino por el Hijo del Hombre (Cristo) en los versículos 13 y 14.
El Juez se sentó, y los libros fueron abiertos (Dan. 7:9, 10)-Muchas personas disfrutan de escenas de juicios, siempre y cuando a ellas no les toque estar sentadas en la silla del acusado. Generalmente, el cuadro de un juez en el tribunal evoca las ideas de un crimen cometido y un castigo que se aplica. La mayoría de las personas, por lo tanto, sienten aprensión cuando se les pide que formen parte de un jurado o que testifiquen. Las Escrituras, no obstante, “ven el juicio desde el punto de vista del oprimido, la victima sufriente y por lo tanto, lo colocan en el contexto de la salvación y la victoria sobre el opresor y el mal.”8
Como resultado, la Biblia a veces describe a los jueces como libertadores o salvadores. En Jueces 3:9 leemos:
Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb .
El concepto de un juicio investigador, como lo enseñamos, tiene un claro fundamento bíblico. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, repetidamente encontramos juicios investigadores. Desde el mismo comienzo de la relación de Dios con los pecadores en Génesis 3, surge un modelo de proceso judicial.
Primero viene la investigación: "¿Dónde estás tú?" "¿Quién te enseñó...?""¿Has comido del árbol?" (Gén. 3:9-11).
Después de investigar, Dios anuncia el veredicto en los versículos 14-19.
Encontramos una situación similar en la manera en que Dios trata a Caín.
Dice Gén. 4:9, 10:
Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? 10Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
Igualmente en su trato con Sodoma y Gomorra.
Casi todo el pasaje de Génesis 18 y 19 describe las investigaciones y deliberaciones de Dios previas a su acto castigador.
El hecho de que el Nuevo Testamento proyecte el juicio sobre Sodoma y Gomorra como un "ejemplo" o "símbolo" del juicio final de Dios es revelador:
Y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, (2 Pedo 2:6)
Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno .( Jud. 7).
Los escritos de los profetas de Israel representan cómo Dios reúne a Israel o las naciones ante su tribunal, cómo hace una investigación, cómo se declaran los hechos, cómo comparecen los testigos y finalmente cómo se pronuncia un veredicto.
Dice Isaías 5:1-7:
Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?
Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada. Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.
Ver también a Isa. 43:8-13, 22-28.
La secuencia es siempre la misma: pecado, investigación y juicio.
El concepto de un juicio investigador previo al advenimiento aparece también en el Nuevo Testamento. La parábola de la fiesta de bodas en Mateo 22 es un ejemplo clave. "Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda" (Mat. 22:11). La inspección que el rey hace de los convidados representa a un proceso de investigación que decidía cuáles de los invitados podían quedar y cuáles no. En este sentido es un cuadro del juicio investigador previo al advenimiento que está ocurriendo ahora.
Otros pasajes del Nuevo Testamento que presuponen un juicio previo al advenimiento son Juan 5: 28-29:
No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Ahí Juan menciona una resurrección para vida y una resurrección para condenación, y Apocalipsis 20:4-6:
Vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años . La mayoría de los exégetas bíblicos concuerdan en que Apocalipsis 20 enseña dos resurrecciones literales de los muertos separadas por mil años. En el sentido de que únicamente los "bienaventurados y santos" se levantan en la primera resurrección, debe haber ocurrido un juicio previo para determinar quién participará de ella.
Teólogos de otras denominaciones también han reconocido esto. El luterano Joseph A. Seis, por ejemplo, escribió: "La resurrección y los cambios que ocurren en 'un abrir y cerrar de ojos' para los vivos, son en sí mismos los frutos y representaciones de un juicio precedente. Son las consecuencias de abjudicaciones ya hechas. En términos estrictos, los hombres no son levantados ni trasladados para ser traídos a juicio. Las resurrecciones y traslaciones con producto de un juicio ya ocurrido sobre los muertos como muertos y los' vivos como vivos. 'Los muertos en Cristo resucitarán primero', porque ya se ha juzgado que están en Cristo, y los santos vivos son arrebatados con ellos en las nubes, porque ya se ha juzgado que son santos y dignos de obtener ese mundo”.
Continua...